OMS pide no confiarse ante baja de casos de coronavirus

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El número de nuevos casos diarios del coronavirus de Wuhan parece estar descendiendo en los últimos días, aunque la tendencia debe ser interpretada “con cautela”, declaró hoy el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.

“Es pronto para concluir que esta tendencia a la baja continúe, todas las posibilidades siguen sobre la mesa”, dijo el médico etíope en la rueda de prensa diaria organizada por la OMS para analizar la epidemia.

En las últimas 24 horas China, que sigue concentrando el 99 por ciento de los casos de COVID-19, registró 2 mil 51 nuevos casos positivos del virus causante de esa enfermedad, lo que eleva el total en ese país a 70 mil 635 personas, de las que mil 772 fallecieron.

Las cifras suponen un descenso en comparación con las de la primera semana de febrero, en la que el número de nuevos casos diarios en China rondaba los 3 mil (el 13 de febrero se reportaron 14 mil 840 casos diarios nuevos, aunque fue debido a un cambio puntual en el criterio de diagnóstico).

Según Tedros, la publicación en China de nuevos datos sobre afectados por el COVID-19 “nos ayuda a comprender mejor el rango de edad de los afectados, la gravedad de la enfermedad y su tasa de mortalidad”.

Con estos datos se ha determinado que un 80 por ciento de los casos no son graves y la recuperación es sencilla.

En el resto, un 14 por ciento de los casos son “graves” (desarrollan neumonía y dificultades respiratorias), aproximadamente un 5 por ciento “críticos” (pueden presentar choque séptico, fallos respiratorios y multiorgánicos) y un 2 por ciento fallecen, subrayó el máximo responsable de la OMS.

En la misma rueda de prensa, la directora del área de preparación para emergencias infecciosas de la OMS, Sylvie Briand, subrayó que aún no puede considerarse que el COVID-19 sea una pandemia, categoría con la que el organismo califica a una nueva epidemia cuando afecta de forma general a todas las regiones del planeta.

“Una pandemia es el peor escenario posible a los ojos de la opinión pública, se necesitan más evidencias para ello y debemos ser cautos, no hay que crear pánico innecesario”, subrayó Briand.

Los responsables de la OMS también se mostraron prudentes ante la pregunta de si deberían desaconsejarse los viajes en crucero debido a casos como el del “Diamond Princess”, atracado en Yokohama (Japón) y en el que se han detectado ya casi 500 casos de coronavirus, por lo que ya es el foco de contagio más grave fuera de China.

“Las medidas deben tomarse de manera proporcionada y basándonos en la ciencia y las evidencias, teniendo en cuenta que es imposible la ausencia total de riesgos”, subrayó Tedros.

(Fuente: EFE)

Se confirma primer caso de coronavirus en Texas

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Las autoridades sanitarias de Estados Unidos dieron a conocer hoy el décimo quinto caso del coronavirus en el país, luego de que diera positivo una de las personas que se hallaba en cuarentena en una base militar en Texas tras ser evacuado de China, epicentro de esta epidemia.

El paciente fue trasladado desde la base JBSA-Lackland a un hospital cercano, donde recibe tratamiento médico en una habitación aislada, informaron en un comunicado los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.

La persona, el primer caso en Texas del coronavirus COVID-19, aterrizó el pasado 7 de febrero en un avión fletado por el Departamento de Estado que transportaba a un grupo de estadounidense evacuados desde la Provincia de Hubei (China) y puestos por mandato federal en cuarentena por 14 días, al ser considerados de “alto riesgo de haber estado expuestos a este virus”.

“Esta es la primera persona en cuarentena en JBSA-Lackland que tuvo síntomas y dio positivo por COVID-19”, recalcaron la CDC en un comunicado.

El pasado martes, un grupo de 195 personas que se hallaban en cuarentena, y que fue el primer grupo de estadounidenses evacuados de Chino, fueron dados de alta desde una base militar de California y sin que nadie diera positivo de esta enfermedad.

“Más de 600 personas que regresaron en vuelos fletados desde Wuhan permanecen bajo cuarentena federal y están siendo observados de cerca para contener la propagación del virus”, reveló la agencia federal.

Tras el cambio de criterios aplicado por las autoridades chinas para contabilizar los infectados, el país asiático eleva ya a 59 mil 805 los contagios y mil 367 los decesos, cifras que han disparado las alarmas en Europa y Estados Unidos, así como organismos internacionales.

(Fuente: EFE)

Suman más de mil muertes por coronavirus

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La comisión de salud de Hubei confirmó que el número de muertes en China por coronavirus alcanzó el martes la cifra de mil 11 en todo el país.

Este martes la comisión de salud de Hubei anuncio que 103 murieron en esta región a causa de la epidemia.

Además informó otros 2 mil 97 nuevos casos de infección en esta provincia del centro de China.

Ahora hay más de 42 mil 200 casos confirmados en China, según cifras publicadas previamente por el gobierno.

Un equipo de expertos internacionales de la Organización Mundial de la Salud llegó a China el lunes por la noche, dirigido por Bruce Aylward. Este supervisó la respuesta de la organización en 2014-2016 a la epidemia de ébola en el oeste de África.

Antes de la llegada del equipo, el jefe del a OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que hubo “ejemplos preocupantes” de casos en el extranjero en personas que habían viajado a China.

 

 

 

Con información del Universal

Seade se queda varado en Hong Kong

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Jesús Seade, subsecretario de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para América del Norte, se encuentra varado en Hong Kong a causa de las limitaciones de traslado por el coronavirus.

El funcionario informó vía Twitter que llegó el 31 de enero para reunirse con un círculo financiero y hablar sobre las oportunidades del T-MEC para China y promover a México como mejor destino de inversión.

Además, la familia del subsecretario vive en Hong Kong desde al menos el 2007, cuando Seade fue nombrado vicepresidente de la Universidad de esa ciudad.

 

 

Con información de Grupo Reforma.

No hay casos de coronavirus en México: Ssa

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La Secretaría de Salud (Ssa) indicó que en el país no hay casos confirmados ni sospechosos del coronavirus que afecta a China y a varios países del mundo.

En el último reporte de las 12:00 horas de este 3 de febrero se indicó que en total se han detectado 10 casos sospechosos desde la aparición de la epidemia, pero todos han resultado negativos.

Por otro lado, el caso confirmado de coronavirus que fue notificado de manera internacional con antecedente de visita a la CDMX, ninguno de los contactos expuesto al paciente han presentado síntomas, a 13 días de exposición, aunque sobra un día de seguimiento, por los 14 días de incubación de la enfermedad.

La Ssa señaló que se mantiene el monitoreo activo para identificar casos.

El coronavirus ha dejado más de 20 mil enfermos y 426 muertos en China. Al momento 20 países han reportado casos.

China pide ayuda al mundo: necesita mascarillas y equipo médico

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El gobierno chino, que comienza a verse desbordado por la epidemia del nuevo coronavirus, pidió ayuda urgente en máscaras, gafas y vestimentas de protección, mientras el saldo de muertos llegó a 361, superando el dramático balance del SRAS en China en 2003.

Lo que China necesita de urgencia son máscaras, trajes y gafas de protección“, declaró la portavoz adjunta del ministerio de Asuntos Exteriores, Hua Chunying.

Varios países, entre ellos Francia, Reino Unido, Japón y Corea del Sur, ya enviaron material médico a China, agregó la portavoz.

Entretanto el país ha estado paralizado por el temor al virus de Wuhan que ha contaminado ya a más de 17 mil personas, y el ministerio de la Industria reconoció este lunes que, tras concluir el domingo las largas vacaciones del Nuevo Año Lunar, las plantas retoman su producción y funcionan a un 70% de su capacidad.

Las autoridades sanitarias chinas reportaron 57 decesos en las últimas 24 horas, en el peor saldo diario desde que el nuevo coronavirus fue detectado en diciembre en Wuhan, la capital de la provincia de Hubei.

 

 

(Con información de El Universal)

México y Estados Unidos ante el conflicto en Corea del Norte

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En Corea hace años se desarrolla un conflicto que puede tener consecuencias humanitarias no vistas desde la Segunda Guerra Mundial. El problema central radica en la alta probabilidad de que Corea del Norte disponga de armas nucleares y que pueda utilizarlas, sin conocer o no su desarrollo y eficacia contra los Estados Unidos, país que más allá de las coyunturas de los últimos seis meses es nuestro vecino, es la nación que adquiere el 80 por ciento de nuestras exportaciones, donde viven millones de personas de origen o bien de nacionalidad mexicana, y con el que tenemos una compleja agenda de relaciones bilaterales, las cuales se inscriben en la frontera más grande del mundo.

La historia del conflicto en Corea inició en 1950 cuando en el marco de la bipolaridad los Estados Unidos y la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se disputaban la hegemonía global. En ese contexto ambas potencias se dividieron Corea, quedando el norte bajo la influencia soviética y el sur bajo la norteamericana. El 25 de junio de 1950, Corea del Norte con apoyo de la URSS y China invadió el sur. Estados Unidos envió a sus tropas para ayudar y echar atrás la invasión comunista, en dos meses los norteamericanos habían logrado reconquistar la capital del sur, Seúl.

Bajo la amenaza norteamericana de invadir el norte y con ello unificar toda la península, China intervino de forma más directa y lo que parecía una guerra sencilla se convirtió, tres años después, en un escenario  que generó más de tres millones de personas muertas, 100 mil huérfanos, aproximadamente 10 millones de desplazados y una devastación en infraestructura, recursos naturales y cualquier otro medio humano para la vida y la sobrevivencia, fue una tragedia.

El 27 de julio de 1953 las dos partes firman un armisticio como medida para asegurar el cese de hostilidades, tras 60 años Corea del Norte y Corea del Sur siguen técnicamente en guerra, esto explica por qué razón el Ejército de Corea del Norte suma un millón de efectivos, quizá cinco millones en sus reservas y el enorme gasto militar que eroga cada año. Hoy día han crecido las hostilidades en la región, y el eventual uso de alguna arma nuclear contra los E.U. tendría consecuencias inequívocas para México. En estos momentos clave nuestra solidaridad con E.U. es relevante, con independencia a las tensiones de los últimos meses, lo que ocurre en Corea del Norte tiene otro sentido, y representa una amenaza latente y próxima por vecindad con E.U. que sigue siendo el país del mundo con el que tenemos la mayor relación económica, política, ambiental, social, cultural y de seguridad hemisférica. 

El coronel retirado del ejército de E.U. y analista del Centro de Estudios para la Seguridad de la Universidad de Georgetown, David Maxwell señala que “la zona desmilitarizada (aquella que divide a ambas Coreas) es una de las áreas más fuertemente armadas del mundo.”, y que del Ejército de Corea del Norte el “70% de las fuerzas están desplegadas entre Pyongyang y la zona desmilitarizada”; agrega que los actos recientes, donde Corea del Norte ha realizado pruebas nucleares y lanzado misiles han reactivado una zona que tiene mucha tensión; y que si se iniciara una guerra entre E.U. y Corea del Norte, tan sólo en el primer día de combate podría haber 64 mil muertos por los ataques de la nación norcoreana hacia Corea del Sur. Otro analista el profesor Bruce Bechtol del Departamento de Estudios para la Seguridad y la Justicia Criminal de la Universidad de Angelo State, en Texas, E.U., indica que las bajas en la primera semana serían entre 300.000 y 400.000 muertos tanto civiles como militares y quizá unos dos millones de muertos después de tres semanas.

En las últimas semanas el conflicto escaló en declaraciones y movimientos estratégicos en la zona, lo que comenzó con la prueba de un misil de alcance medio por Corea del Norte generó reacciones del Presidente de los E.U., y ahora de China, este país señaló que no intervendrá si Corea del Norte ataca primero pero que no será indiferente si lo hace E.U. y generó un mensaje con conceptos quizá tendentes a la disuasión militar de las partes: mano dura, intereses, riesgo militar, y que no permitirá un cambio de régimen. Así las cosas, los países se alinean para que no haya armas nucleares en Corea del Norte, para que este no inicie un conflicto y a la vez para que E.U. no lo haga tampoco, sin embargo, las presiones estratégicas crecen en China, Rusia y las dos Coreas, los puntos de diálogo son necesarios ante la magnitud de las consecuencias de un conflicto.  

#ElTalónDeAquiles: “El Paladín del Medio-Ambiente”

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Lo previsible pasó: el presidente Trump anunció el retiro de su país del Acuerdo de París. Hay todavía tela por cortar, pues el proceso de salida toma al menos cuatro años; 2020 es entonces el umbral para hacer el anuncio efectivo. Pero cierto es también que al proclamar su retiro Washington se une a Damasco y Managua, únicas capitales que no lo han adoptado.

El Acuerdo de París es un tratado universal (147 países, el 82% de las emisiones de gas a efecto invernadero, son parte en junio de 2017) mediante el cual los firmantes se obligan a limitar el calentamiento climático futuro. Los Estados Unidos emite alrededor del 14% de gases a efecto invernadero. El acuerdo considera las peculiaridades de cada país y establece mecanismos recurrentes de revisión para evitar los peores efectos de un aumento desmedido de la temperatura. Si se traspasa la barra de los 20C, la seguridad alimentaria peligraría, los eventos climatológicos extremos se multiplicarían, y el aumento en el nivel del agua se convertiría en una amenaza a los litorales. El “norte” acordó además trasferir USD 100 billones por año (hasta el 2020) al “sur” para ayudar a mitigar los efectos del cambio en curso y acelerar la transformación hacia una economía verde.

Las razones con las que Trump justifica el retiro son inverosímiles. El pacto favorecería los intereses extranjeros en menoscabo del contribuyente estadounidense, quien debe asumir costos como la pérdida de empleos, salarios más bajos, pérdidas del PIB, etc. El fondo verde costaría billones, lo cual implicaría la necesidad más impuestos; crece así la pobreza. Finalmente, y esta es la peor de todas las excusas, como Trump es el “paladín” del medio-ambiente, no puede permitir un pacto que penalice al líder mundial en la materia sin castigar a los verdaderos contaminadores. China e India han hecho lo que han querido desde siempre, y no están hoy en el banquillo de los acusados. Como si de eso se tratara…

En el mundo de Trump, su país gana resucitando la industria del carbón. Poco importan los empleos creados por las tecnologías verdes, que empresas estadounidenses como Shell y Exxon Mobil tengan competitividad en la materia, que líderes de empresas como Disney, Goldman Sachs, SpaceX, Tesla, etc., se declaren inquietos por la falta de liderazgo de Washington, y que muchos de ellos renuncien a sus funciones de asesoría en la capital estadounidense. Eso es secundario. Importa aun menos mantener una voz dentro del Acuerdo, que los aliados critiquen la decisión-“error” para Paris, “hecho lamentable” según Berlín, “decepción” en Ottawa-y que contradigan a Trump al aclarar que el pacto no es renegociable. ¿Y qué decir de los gobiernos sub-nacionales estadounidenses, muchos de los cuales ya se declararon rebeldes? Los gobernadores de New York, California, y Washington anunciaron la “Alianza por el clima”, un foro para reforzar los programas de lucha contra el cambio climático. Los alcaldes de New York, Los Ángeles, y Boston anunciaron un boicot a Washington.

El “Occidente” está fracturado. Trump perdió otra oportunidad de enderezar su presidencia, que se enfrasca en una espiral de sinsentidos. Sus defensores dirán que no hace más que cumplir su palabra. Es cierto: en su aislacionismo, el candidato prometió en 2016 retirarse para proteger la soberanía y el interés nacional. Pero los argumentos arcaicos de la Paz de Westfalia se convierten en una burla anacrónica, inconsciente y egoísta. China y Europa, que ven en este aislacionismo la oportunidad para posicionarse mejor en un mundo en donde las tecnologías verdes ya dan la ventaja, se pronunciaron a favor del acuerdo. Un sistema multipolar se erige ante nosotros, con Europa autónoma, Rusia en apogeo, China acelerando hacia la economía verde, y con una hegemonía estadounidense en franco declive. Trump es una tristeza para su país, un peligro para el planeta, y una vergüenza para su generación.

Fernando A. Chinchilla

Cholula (México), junio de 2017

China y UE ratifican apoyo al Acuerdo de Paris

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Un día después de la salida de Donald Trump y los Estados Unidos, del Acuerdo Climático de París, China y la Unión Europea (UE)  reiteraron su apoyo total al pacto y en la lucha por el calentamiento global.

Mediante la cumbre de este viernes celebrada en Bruselas, se ofrecerá un comunicado para dar su postura ante la retirada de los Estados Unidos, quienes abandonaron el proyecto debido a que buscarán un nuevo tratado que beneficie al país, de acuerdo al presidente Trump.

El presidente de la Comisión EuropeaJean Claude Juncker, comentó que ”no hay marcha atrás” en el proyecto y que los 28 países que conforman la UE y China, tratarán de defender la transición global.

“China y la UE están alineadas en la necesidad de soluciones internacionales. En ningún ámbito esto es más importante que para liderar la transición global en energía limpia y en la plena aplicación, sin matices, del Acuerdo de París. Defenderemos la transición verde juntos en el interés de nuestros hijos y nietos”, mencionó Juncker.

Para el día de hoy se reunirán los presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk, y de la Comisión Europea, ellos encabezarán la delegación de la UE a la cumbre, mientras que la delegación china estará encabezada por el primer ministro, Li Keqiang, junto con el consejero de Estado, Yang Jiechi y el jefe de la diplomacia china, Wang Yi.

En esta reunión tratarán temas acerca de la reducción de combustibles fósiles, el desarrollo de tecnología verde, las pruebas de misiles en Corea del Norte y la sobrecapacidad mundial de acero.

El Talón de Aquiles: “Uno de esos Límites”

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El martes 4 de abril, aviones de guerra atacaron la localidad de Khan Sheikhoun, Siria. Acto seguido, paramédicos observaron personas ahogándose, desmayándose, o presentando vómitos. También se notaron casos de espuma alrededor de la boca. Diversas informaciones apuntaron a la utilización de armas químicas por parte del Gobierno de Bashar al-Ásad, quien negó su responsabilidad.

Rusia, su más cercano aliado, indicó que el arsenal químico pertenecía a los rebeldes. No hay números precisos sobre el número de víctimas resultante de este nuevo episodio de utilización de armas químicas: algunos refieren a 58 muertos, mientras que el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos apunta a 67 (y 300 heridos); otras fuentes cifran a más de 100 las víctimas mortales.

Tampoco se sabe qué se utilizó, si bien se apunta al uso de Gas Sarín, un agente nervioso 20 veces más letal que el Cianuro, difícil de detectar. Los países occidentales dieron por un hecho el uso de armas químicas por parte del Gobierno sirio – Rusia sigue insistiendo que la autoría del hecho no es clara – y más temprano que tarde, 59 misiles crucero Tomahawk estadounidenses, lanzados desde navíos desplegados en el mediterráneo, atacaron la base aérea Sharyat (asociada al programa sirio de armas químicas).

Un acto ilegal e inmoral

El inicio del uso de armas químicas en el mundo contemporáneo tiene lugar hace poco más de un siglo, el 22 de abril de 1915, cerca de Ypres (Bélgica), cuando tropas alemanas lanzaron 180 toneladas de clorhídrico asfixiante a los aliados, intoxicando a 15,000 personas.

La indignación de la opinión pública internacional fue tal, que diez años después, en 1925, se firmaba del Protocolo de Ginebra sobre las armas químicas y biológicas, el primer intento multilateral para impedir el uso de ese tipo de armas en contextos bélicos. El convenio es importante, si bien no penaliza la producción y almacenamiento de armas químicas (solo su uso). Además, muchos de los Estados que lo ratificaron se guardaron el derecho de usar estas armas contra los no firmantes, o como represalia si eran víctimas de armas químicas.

De hecho, durante la Guerra Fría, alrededor de 25 Estados desarrollaron armas químicas. Japón utilizó Gas Mostaza, Lewisita, Fosgeno, Cianuro, y otros durante su guerra contra China (1937-45).

Entre 1961 y 1971, Estados Unidos lanzó 72 millones de toneladas de Agente Naranja para destruir los bosques en donde se ocultaban guerrilleros vietnamitas. Las enfermedades y trastornos genéticos causados por la dioxina afectan hoy a más de tres millones de personas.

En 1988, Saddam Hussein, en el marco de la guerra Irán-Iraq (1980-88), bombardeó la ciudad de Halabja (Kurdistán Iraquí) con Gas Sarín, Tabún, Mostaza, y VX. Documentos publicados por Wikileaks señalan que Washington autorizó el uso de agentes químicos – fósforo blanco y uranio empobrecido –  en Faluya (2004), durante la guerra en Iraq.

Y en 2013 se denunció el uso de armas químicas por parte del régimen de Bashar al-Ásad, en Guta (suburbio de Damasco, la capital de Siria). Las víctimas se estiman a entre 281 y 1729. En esa ocasión, el Presidente Barack Obama aceptó no atacara Siria, a cambio de desarrollar negociaciones exitosas con Rusia para desmantelar el arsenal químico de al-Ásad.




También hay esfuerzos para eliminar la posibilidad que tales episodios se produzcan. En 1980, inició un proceso de negociación que llevaría a la firma, en 1992, de la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, Producción, Almacenaje, y Uso de Armas Químicas y sobre su destrucción, conocida como la Convención sobre Armas Químicas (CAQ), que entró en vigencia el 29 de abril de 1997.

El acuerdo es importante al menos por dos razones. Primero, prohíbe, como es el caso del Protocolo de Ginebra, el uso de agentes químicos en las guerras. Pero además, ilegaliza su producción y almacenamiento, e incluye medidas de verificación. El empleo de herbicidas como método de guerra es prohibido, y los Estados firmantes se comprometen no solo a no usar agentes químicos con finalidades bélicas, sino también a no desarrollar, ayudar, alentar o inducir a otros Estados a producir este tipo de armas.

También se comprometieron a destruir los stocks existentes. Segundo, por primera vez se negoció un acuerdo multilateral, de aplicación universal, con un mecanismo de ejecución permanente – la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) – cuyo objetivo es la eliminación de una categoría de armas de destrucción masiva.

En suma, el uso de armas químicas es considerado una ofensa grave a nivel internacional. Siria ratificó la convención  el 14 de septiembre de 2013, la cual entró en vigor en ese país el 14 de octubre de ese mismo año. La utilización de armas químicas convierte entonces a los autores del ataque en violadores de la convención.

Además, pone al país en flagrante desacato de las resoluciones emitidas por el Consejo de Seguridad de la ONU. Recuérdese que el mismo ha solicitado implementar el Comunicado de Ginebra (2012), que busca crear un gobierno de transición de consentimiento mutuo con amplios poderes ejecutivos.

También solicitó a las partes, en enero de 2016, asistir a “conversaciones de acercamiento” para discutir sobre un cese al fuego y un periodo de transición conducente a nuevas elecciones. Y si bien los ceses al fuego anunciados por Estados Unidos y Rusia (septiembre de 2016), así como Rusia, Irán y Turquía (enero de 2017) no surtieron ningún efecto, el uso de armas químicas no solo implica un fracaso en los intentos por resolver pacíficamente el conflicto, sino también una evidente escalada militar. Además, demuestra que el arsenal químico no ha sido desmantelado, como debía ser el caso a partir de 2013.

Una guerra compleja

Las raíces inmediatas del conflicto sirio se encuentran en la “Primavera Árabe” (2010-13), esa ola de democratización que se llevó a su paso a los regímenes de Hosni Mubarak (Egipto) y de Muamar Gadafi (Líbano). En Siria también, el pueblo se levantó contra un régimen autoritario, corrupto, iniciado por Háfez al-Ásad, en 1971, que no cumplía con las expectativas de la población.

Pero aquí la represión fue inequívoca. Las protestas estudiantiles prodemocráticas de marzo de 2011 fueron seguidas de la represión, lo cual generó indignación nacional y el pedido de renuncia de Bashar al-Ásad. El gobierno respondió entonces con más represión. Acto seguido, la oposición se armó para defenderse, y también para expulsar a las fuerzas gubernamentales de sus regiones. El gobierno etiquetó entonces a estos grupos de “terroristas”, y escaló el conflicto. Hasta aquí, la violencia colectiva es una de exclusión política, común en diversos contextos de conflicto armado interno.




Pero la guerra civil se complejizó cuando se transformó en una pugna entre la mayoría musulmana sunita, opositora, y los chiitas alauitas, grupo al que pertenece el Presidente al-Ásad. Claro, definir las identidades en conflicto en estos términos, es reduccionismo, pues en la oposición se encuentran amalgamados desde revolucionarios moderados (Ejército Libre Sirio, ELS), hasta islamistas yihadistas ligados al Estado Islámico (EI). También se encuentra a Tahrir al Sham, el mayor grupo armado opositor después del EI. Además, los kurdos del norte, que son otro elemento identitario del conflicto a considerar (con implicaciones en Turquía) buscan asentar su control sobre el territorio donde se encuentran presentes.

El rol de actores externos también es importante. Irán, que es chiita, es uno de los más cercanos aliados de al-Ásad, y puede haber invertido miles de millones en asesoramiento militar y armas. Además, por Siria pasan armamentos que Teherán envía al Hezbolá (Líbano). Para contrarrestar esta situación, Arabia Saudita (rival regional de Irán) ha financiado a grupos rebeldes sirios (incluyendo a islamistas). Ante el avance de los kurdos (simpatizantes del proscrito Partido de los Trabajadores de Kurdistán) cerca de su frontera, Turquía decidió intervenir a favor de la oposición a los kurdos; dichos grupos también han logrado simpatía en Jordania y Qatar. Estados Unidos, por su parte, había evitado involucrarse más allá de su lucha contra el Estado Islámico. Y Rusia, como se indicó, es un fiel aliado de al-Ásad.

Ser o so ser (los policías del mundo): he ahí el dilema

Durante su campaña electoral, el Presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, advirtió que la superpotencia debería abstenerse de inmiscuirse en el conflicto sirio. Los Estados Unidos no son la policía del mundo. Hoy, el Secretario de Defensa, James Mattis, asegura que esa posición no ha cambiado. Los 59 misiles lanzados el 6 de abril pueden entonces ser vistos como un cambio radical en la posición aislacionista anunciada por Trump durante su campaña electoral, pero otros insisten en que es un operación cosmética que no tiene incidencia en el conflicto armado interno sirio.

En todo caso, Damasco calificó el acto de Washington como “idiota” e “irresponsable”, contrario al derecho internacional (pues se trata de una agresión a un Estado soberano). Rusia apoyó esta tesis y congeló sus canales de comunicación con Estados Unidos. Irán señaló que el ataque puede reforzar los grupos terroristas, complicando la resolución de conflicto.

Mientras “occidente” sigue bailando al ritmo de sus intereses geoestratégicos, para abril de 2016, la ONU estimaba que 400,000 personas habían muerto desde inicios del conflicto. A marzo de 2017, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos estimaba esta cifra a 465,000 los muertos; la ONU estimaba en ese mismo mes, que 4.8 millones de personas habían sido desplazadas. Se estima también que se requieren de USD 3,200 millones para ayudar a los 13,5 millones de personas urgidas de asistencia humanitaria dentro del país.




Otro momento habrá para discutir qué tanto cinismo, ignorancia, estrategia visionaria, o pragmatismo político refleja la operación estadounidense. Por ahora, el apoyo recibido de Alemania, Arabia Saudita, Canadá, Francia, Israel, Japón, Reino Unido, y Turquía, señala que el movimiento de Washington fue el correcto.

Washington ya se declaró dispuesto a repetir, incluso a ir más allá, si las condiciones lo ameritan. Ahora, más allá de las manipulaciones y oportunismos, que sin duda los hay – el realpolitik es inevitable aquí – usar armas químicas también es traspasar uno de esos límites trazados por el liberalismo, sobre el cual se base parte del sistema de cooperación multilateral internacional. Y en ese sentido, el ataque de Khan Sheikhoun no podía ni debía quedar impune. En el siglo XXI, ningún actor político debería contemplar, entre sus posibles acciones de guerra, el gasear ciudades repletas de población civil. Eso es, simple y sencillamente, inadmisible.

Fernando A. Chinchilla

San José (Costa Rica), abril de 2017

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”