En los inicios de la democracia Griega se creó el espacio público por excelencia: el ágora. Lugar no sólo de encuentro o comercio, sino punto neurálgico de las polis donde se daba a lugar el ambiente político y filosófico. En este lugar, físico y étereo al mismo tiempo, se intercambiaban ideas y se generaban los movimientos políticos en favor o en contra de tal o cual medida. Ahí es donde los exponentes más talentosos o las políticas públicas más exitosas se ponían a prueba.
“Las grandes figuras del pensamiento griego, que trasladaron desde aquellos espacios sus ideas al conjunto de la población. Allí, el dominio del discurso y la comunicación era una necesidad para poder participar en la actividad política y social griega”, menciona Llorenç Gost en su tesis doctoral Espacio público, comunicación y democracia en la antigua Grecia. Cabe recordar que los actores políticos en esos momentos corresponden a hombres libres y de cierto estatus social y que hoy, en cambio, hay una pluralidad mucho más abierta de voces, que viene dada por el reconocimiento de los derechos humanos y de la participación política desde la mayoría de edad, sin discriminar clase social ni sexo o género.
Esto al menos en el papel. La realidad es mucho más difícil de discernir, ya que cada día son violentados nuestros derechos a la participación ciudadana por la cúpula de los partidos y las instituciones que nos dicen representar y gobernar. Que los políticos se queden en sus congresos y sus palacios de gobierno, con miedo a perder sus privilegios mientras nosotros hacemos política de verdad. Ya #SinVotoNoHayDinero hará los suyo más temprano que tarde, pero ese es otro tema.
Nosotros, mientras tanto, nos ocuparemos en tocar los puntos importantes de la vida pública. No se trata de bajar la política de esas ¨altas esferas¨, sino regresarla donde siempre perteneció y donde siempre debe de estar: con cada uno de los habitantes de la ciudad. Recuperar ese lugar físico que son los espacios públicos y alimentarlos de ese espacio etéreo de ideas, diálogo y acción: nuestra ágora.
Eso es lo que se busca en Wikipolitica. No más sesiones a puerta cerrada (y sin quórum) sino reuniones en espacios abiertos. No más decisiones unilaterales sino consenso comunitario. Lo público sobre lo privado. Activación y participación en lugar de planes y proyectos impuestos. Ejercer los derechos y obligaciones. Ser un grupo que dé voz a las necesidades de todxs.
Sin embargo, como menciona Josep Maria Montaner en su libro Arquitectura y Política, “el análisis de las diversas experiencias de participación demuestra que estas no pueden forzarse, ni inventarse, sino que deben de surgir de los propios vecinos y movimientos sociales, de lugares y problemas reales”. Los problemas y el hartazgo ya lo tenemos, existe y es tangible, lo que falta es “ocupar” la oportunidad.
No basta con el liderazgo social de colchón, de firmas en páginas de internet, de “ladys y lords” en youtube o twitter. Hay muros que nos impiden hacer acciones concretas para mejorar nuestro entorno y ya hemos demostrado de “los muros sí caen”. Si algo nos han enseñado las revoluciones del siglo XXI, desde Occupy Wall Street hasta el Movimiento de los Indignados en Venezuela, es que hace falta ensuciarse las manos. Señorxs, ahora hay mucho lodo. No dejemos que haya más.
Por ello hay que ocupar la ciudad. Ocupar físicamente realizando actividades políticas, de entretenimiento, recreación o simplemente viviendo la ciudad. La de verdad, la que viene con la interacción social y la expresión de pluralidades acorde a la democracia. Ocupación como trabajo y vocación, ocuparse siendo un habitante político activo, de los temas comunes que deben de ser solucionados. Justo en la calle, justo en la arena pública. Ocupar como un acto de guerra, de resistencia a las prácticas paternalistas y autoritarias. La ocupación del espacio que es de todos, para la manifestación social, política y cultural activa, en el lugar más visible donde nos pueden y nos van a escuchar.
Los espacios físicos existen. Plazas, parques y foros que son oasis en nuestra ciudad de asfalto y concreto que muchas de las veces se encuentran deteriorados. La inversión pública los considera lugares residuales en la trama urbana cuando son los corazones latientes de la colonias y municipios.
Los espacios etéreos también existen y cobran importancia desde hace algunos años, desde las modestas juntas de vecinos que se involucran para la activación de sus espacios de colonia, hasta las manifestaciones violentas como las que explotaron en enero de este año en la Explanada de los Héroes.
En Wikipolítica ofrecemos otra opción, una mucho más constructiva e inteligente. Esto no es una simple arenga ocasional sino, más bien, es una invitación cordial. Ven con nosotros a transformar plazas, parques y kioscos en el ágora de la ciudad. Discutiremos los temas que nos interesan como ciudadanos y la forma de tomar acción pública. Las reuniones para este Espacio Wiki son periódicas y se llevan a cabo en diferentes espacios públicos del área metropolitana.
Para nuestra siguiente edición estaremos en el Teatro Hundido de la Alameda en el Centro de Monterrey este Domingo 21 de mayo a las 10:30 de la mañana. Tenemos mucho que contarte y proyectos en lo que te podrás involucrar para incidir en el panorama político del estado y del país.
Y para ser honestos también nos toca invitar a otro evento que trata el tema de habitar la ciudad e incidir para hacerla un vehículo hacia la igualdad. El IV Congreso Peatonal – Ciudadanía Trabajando se llevará a cabo del 19 al 21 de mayo en diferentes puntos. Ahí también andaremos junto a los chicos de La Banqueta Se Respeta y grandes expositores sobre el tema.
Las calles son nuestro terreno, los parques y plazas nuestro ágora. Es hora de ocupar la ciudad y habitar la política.