Lunes por la mañana, el profesor Ramón se dirige a su escuela con un saco remendado de los codos, un libro de ciencias en una mano y un maletín en la otra mano, llega a su salón de clases, saluda a quien se encuentra y da su mejor lección, documentada y técnica a cada uno de sus alumnos.
Un profesor de vocación, con pasión, la misma que 50 años después, Luis Echeverría Álvarez premiaría con una medalla Ignacio Manuel Altamirano. El profesor Ramón Flores era mi bisabuelo y hombres como él necesita tener más el magisterio nacional. Ser maestro ha sido una profesión que ha evolucionado con el tiempo, que ha pasado por huelgas, manifestaciones, paros, regímenes priistas, reformas laborales, reformas educativas, sindicatos, Elba Esther, Jongitud y las SNTE y CNTE. El magisterio ha sido tomado por dos sindicatos charros, traidores a los principios educativos y que han hecho más política que estudiantes de calidad. La CNTE es el claro ejemplo del retraso mental de nuestro país, un ente con el que nadie quiere/puede luchar.
Ser maestro ha sido una profesión que ha evolucionado con el tiempo, que ha pasado por huelgas, manifestaciones, paros, regímenes priistas, reformas laborales, reformas educativas, sindicatos, Elba Esther, Jongitud y las SNTE y CNTE.
Los atentados en Chiapas, las quemas de escuelas en Michoacán, el cierre de escuelas en Oaxaca y Guerrero han sido provocados por golpeteos políticos que a nadie benefician. Si bien, muchas de las reformas no son más que reformas laborales, los maestros tienen que entender que no son intocables y que como en cualquier trabajo, el que no da, se va.
Y no es por defender a la SEP ni al gobierno que no merece una flor, pero miles de maestros en nuestro México arruinado quieren la plaza no por enseñar ni por amor al arte, porque no tienen vocación y su “hueva” de trabajar les da por agarrar el trabajo porque es casi de por vida. Las prácticas estúpidas y risibles como que un tipo que sacaba copias termine de maestro de biología, que un tipo que no sabe hacer ecuaciones de segundo grado dé la clase de Matemáticas, que la hija de una directora herede plaza en una primaria…. son reales. Yo lo vi y nadie me lo contó.
Las prácticas estúpidas y risibles como que un tipo que sacaba copias termine de maestro de biología, que un tipo que no sabe hacer ecuaciones de segundo grado dé la clase de Matemáticas, que la hija de una directora herede plaza en una primaria… son reales. Yo lo vi y nadie me lo contó.
Las juntas de consejo técnico donde hay más pasteles que ideas, donde la pedagogía es solo cumplir con las obtusas directrices de los maestros de escritorio en las oficinas de la SEP que se les olvidó agarrar un gis. Sindicatos que les vale un cacahuate la pedagogía o las iniciativas de primer mundo para tratar alumnos, ellos solo pelean bonos sexenales y puestos en Nueva Alianza. Gente como Elba Esther, que se creía la emperatriz Carlota de México y terminó como la reina María Antonieta de Francia, en la guillotina política.
El señor maestro era una de las tres instituciones más respetadas en el México salvaje del siglo XX junto al cura y al alcalde… ahora los tres a la baja. Afortunadamente, creo que la gran mayoría de nuestro profesorado nacional no es como esos mercenarios del lápiz, ladrones del pizarrón y herejes del pupitre… creo y admiro a esos hombres y mujeres que dan la vida por su profesión, esos profesores que hacen maravillas en aulas de papel, esos hombres y mujeres que recorren el país y van a enseñar y dar su vida en esos ranchos, selvas, sierras, esos rincones olvidados del México con hambre y de gente agraviada donde solo la CocaCola, la cruz de las iglesias y el narcotráfico están presentes.
Por esos maestros que si aman y amaron su profesión, por Ramón Flores, por Reynaldo, Carlos, Guillermo, Paty, Ignacio, Josefa, Griselda que me marcaron como estudiante, por ellos y por esos héroes de la docencia. Feliz día del Maestro.
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