La final regia trajo un resultado ajeno a lo dicho en las apuestas y por los comentaristas de fútbol, Tigres jugó con excelsa finura, presenciamos una de las mejores finales en la historia del fútbol mexicano tanto por su nivel como por la plantilla de los equipos. Sin duda alguna los equipos regios tienen que seguir trabajando en aras de mantener una hegemonía en el fútbol mexicano, el reto es seguir obteniendo títulos a merced de los famosos grandes del fútbol mexicano.
El planteamiento táctico de los dos equipos fue dispuesto a proponer, dispuesto a competir y sin afán de echarse para atrás. El primer gol del Monterrey sorprendió a propios y extraños por la contundencia en los primeros segundos del partido, sin embargo, el equipo no supo manejar esa ventaja en función de aumentarla y fue así como, a la llegada del gol de Eduardo Vargas, el Monterrey no volvió a tener la presencia y la calma de los primeros minutos del partido. Pocos minutos después, el gol de Francisco Meza terminó por premiar a Tigres en un juego donde no se los comió la presión ni la incertidumbre de un resultado adverso.
Para el segundo tiempo, los dos equipos trataron de matar, de anotar ese gol que los pusiera más cerca del título, Monterrey estuvo cerca en varias ocasiones y la oportunidad del penal les dio la posibilidad de volverse a meter al partido. Avilés Hurtado desafortunadamente falló la oportunidad de gol y por tanto alejó al Monterrey de la posibilidad de empatar. Después de ese penal fallado, el equipo no volvió a jugar igual, el ánimo decayó y Tigres solo manejo los últimos minutos de manera prudente para la conquista del título.
Más allá de ganadores y perdedores, las directivas de los dos equipos de Monterrey demuestran una apropiada administración, una buena selección de jugadores y una inversión eficiente. Los equipos de Monterrey son un ejemplo a nivel nacional de cómo llevar equipo de fútbol profesional.
Esperemos que este partido sea el primero de muchos en el futuro entre los dos equipos de Monterrey compitiendo por títulos. Es una competencia sana, agradable y replicable.
Hoy la afición gana, el fútbol gana y más allá el chiste de la “burla eterna” consideró que se dio un paso trascendental en la historia del fútbol regiomontano y por ende en la historia del fútbol mexicano del siglo XXI.
Lo dicho, dicho está.