EL SEÑOR DE LOS CIELOS: EL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO

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A principios del siglo XX, se promulgaron las primeras leyes prohibicionistas de la marihuana en 1920 y de la amapola en 1926, dando así lugar a la figura del “traficante”.

Hemos llegado a un punto donde ser narcotraficante es sinónimo de éxito y riqueza para distintas clases sociales mexicanas.

Muchos conciben el negocio del narcotráfico como una relación inherente a la política, puesto que esta última ha sido clave en el proceso histórico del avance y la profundidad con la que el narco se ha metido en los tejidos sociales de nuestro país. Además, esta cultura se ha propagado con agrado en la esencia de la sociedad mexicana que consume narcocorridos, historias mitad ficción y mitad realidad en donde los narcos suelen figurar a un súper héroe o incluso juguetes para niños. Hemos llegado a un punto donde ser narcotraficante es sinónimo de éxito y riqueza para distintas clases sociales mexicanas.

El gobierno federal reporta 6 mil 670 millones 533 mil 926 dólares, más de 11 mil armas aseguradas y más de 13 mil vehículos terrestres incautados.

Las instituciones de la República han logrado detener a 23 criminales del más alto nivel, pertenecientes a los 5 principales cárteles que operan en nuestro país:

• Cartel de Sinaloa (Joaquín “El Chapo” Guzmán, por el que se ofrece una recompensa de 30 millones de pesos o 5 millones de dólares)
• Cártel de Juárez (Vicente Carrillo Fuentes)
• Cártel del Golfo (Osiel Cárdenas Guillén)
• Brazo armado Los Zetas; un ejército con 600 o 700 miembros
• Cártel de los Beltrán Leyva (Arturo Beltrán Leyva)
• Cártel de Tijuana (Fernando Sánchez Arellano)

Algunos Estados han sido declarados tierra del narco tales como Chihuahua o Sinaloa, donde el poder absoluto se encuentra en manos del narcotráfico. Muchos financian campañas políticas a fin de asegurar el control total de la región.

Los grandes narcos son admirados por los jóvenes mexicanos que ven en este negocio el camino fácil al dinero exorbitante, las mujeres exóticas y el lujo desmedido.

Aun así, los grandes narcos son admirados por los jóvenes mexicanos que ven en este negocio el camino fácil al dinero exorbitante, las mujeres exóticas y el lujo desmedido. El narco no se ataca con medidas prohibicionistas, guerra entre carteles y militares o negociando entre la clase política y los traficantes.

La verdadera solución está en mejorar la educación, ofrecer mayores oportunidades de empleo y reforzar los valores sobre la idea de “lo que fácil llega, termina en muerte”.

La verdadera solución está en mejorar la educación, ofrecer mayores oportunidades de empleo y reforzar los valores sobre la idea de “lo que fácil llega, termina en muerte”. Ahora sí, que venga el debate por la legalización de la marihuana, una persona educada no necesita que nadie le prohíba consumir lo que sabe que termina haciendo daño. ¿O usted qué cree?

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