La Taquería

Hillary Clinton, descafeinada y sin azúcar…

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La Secretaria Clinton, precandidata a la presidencia de los Estados Unidos, se perfila como la elegida para ser la candidata del Partido Demócrata en las elecciones venideras. Favorita de la prensa, la señora Clinton representa el ala moderada de los Demócratas, sin embargo, es una candidata que no ofrece mucho a los norteamericanos.

Ese odio generalizado hacia los políticos tradicionales que tanto ha capitalizado Donald Trump es algo en lo que tiene que trabajar el equipo de Clinton porque ella encaja perfectamente en lo que la gente no quiere.

Ese apoyo de los poderosos, de los lobbys, de los grandes capitales que tienen más voz y voto que el ciudadano promedio, es su principal debilidad actualmente.

Hillary Clinton representa ese político de siempre, con las ideas de siempre y que no vislumbra ningún cambio trascendental, un perfil descafeinado y sin chispa. El gran lobby de la prensa la favorece por la influencia política de su marido y por los grandes millonarios que financian su campaña. Ese apoyo de los poderosos, de los lobbys, de los grandes capitales que tienen más voz y voto que el ciudadano promedio, es su principal debilidad actualmente.

El tema fundamental de su campaña es que ofrece poco o nada, propuestas que sólo garantizan el status quo de las políticas de Obama y una parálisis legislativa por el rechazo público, cínico y declarado de la facción republicana en el Congreso hacia la señora Clinton.

Si bien es cierto, un político no debe dar gusto a todas las facciones, y es parte de la democracia el que existan diferentes maneras de ver las cosas. La terquedad de los ultra conservadores republicanos que han llegado al cinismo al cuestionar el acta de nacimiento de Barack Obama o al negar la existencia del cambio climático, es un duro obstáculo político, el cual —por más que Clinton tenga tacto político— los republicanos no cederán por el simple hecho de que sea ella.

Hillary Clinton representa ese político de siempre, con las ideas de siempre y que no vislumbra ningún cambio trascendental, un perfil descafeinado y sin chispa.

Clinton, que nadie duda de su inteligencia, también carga a cuestas las decisiones buenas, malas y hasta los escándalos sexuales del marido. Sin embargo, tiene en su historial varios comentarios pocos progresistas en el tema de la migración como aquel de que los niños centroamericanos debían ser deportados inmediatamente.

¿Usted quiere saber por qué Bernie Sanders ha tenido tanto éxito como su rival interno para la candidatura? Porque ofrece cambios radicales, que viables o no, el ciudadano común quiere escuchar.

Si la elección estuviera entre Trump (porque va a ganar Trump…) vs Sanders, estoy seguro de que Sanders ganaría, si fuera entre Trump y Clinton, no apostaría.

Algunos comentan que es mejor tener a Clinton que a Trump o Sanders, y que Estados Unidos no está para cambios radicales que no funcionarían y por lo tanto es mejor una política más relajada y progresiva que no genere sobresaltos alrededor del mundo… ¿Será?

Lo dicho, dicho está.

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