Bolsonaro es hospitalizado para exámenes por posible obstrucción intestinal

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El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, fue hospitalizado en la madrugada de este lunes tras quejarse de dolores abdominales y será sometido a exámenes ante la sospecha de que pueda estar con una nueva obstrucción intestinal, pero se encuentra bien de salud, informó la Presidencia.

El mandatario, que estaba pasando unos días de descanso en una playa en el sureño estado de Santa Catarina, fue trasladado en avión hasta Sao Paulo, la mayor ciudad brasileña y en donde fue ingresado hacia la 01.00 h local en el Hospital Vila Nova Star, cuyos médicos lo tratan desde que sufrió un atentado en 2018 que le afectó precisamente el abdomen.

De acuerdo con un escueto comunicado divulgado por la secretaría de Comunicación Social de la Presidencia, el líder ultraderechista fue ingresado para ser sometido a diferentes exámenes “tras sentir molestias abdominales”.

“El presidente se encuentra bien”, agrega la nota de la Presidencia, que anunció que divulgará otros detalles sobre la situación del líder ultraderechista posteriormente, cuando sean divulgados nuevos boletines médicos del hospital.

De acuerdo con un escueto boletín de Hospital Vila Nova Star, el gobernante fue ingresado en la madrugada con un estado de “suboclusión intestinal” pero “está estable y en tratamiento”.

El centro de salud agregó que la situación del presidente será evaluada este mismo lunes por los médicos que lo atienden desde 2018 y que por el momento no hay previsión de alta.

Pese a que la Presidencia no divulgó detalles, médicos que atienden a Bolsonaro consultados por la prensa dijeron que la sospecha es que el jefe de Estado está sufriendo una obstrucción intestinal similar a otras que ha tenido desde que fue acuchillado en el abdomen.

Dicho tipo de oclusión, según los especialistas, provoca dolores abdominales, vómitos y náuseas.

En junio pasado Bolsonaro también fue hospitalizado por una obstrucción intestinal pero en la época fue sometido a tratamiento convencional, ya que sus médicos descartaron una cirugía y, tras responder bien a los cuidados, recibió alta al cuarto día.

El jefe del equipo médico que atiende a Bolsonaro, Antonio Luiz Macedo, es esperado en Sao Paulo tras haber interrumpido las vacaciones que disfrutaba en Bahamas.

Desde el atentado que sufrió cuando estaba en plena campaña para las elecciones presidenciales de octubre de 2018, Bolsonaro ya fue sometido a cuatro cirugías recurrentes de las heridas que sufrió en el ataque.

En septiembre de 2020, además, el mandatario fue sometido a una quinta cirugía en Sao Paulo, pero para la extracción de un cálculo renal, y ese mismo año se sometió a una vasectomía.

Bolsonaro fue acuchillado mientras era llevado a hombros por una multitud en un mitin electoral celebrado en la localidad de Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais.

El agresor fue detenido inmediatamente después del ataque, pero fue declarado inimputable, pues el juez consideró que no estaba en capacidad de responder por sus actos debido a sus problemas mentales.

En julio de 2020, el líder ultraderechista, uno de los gobernantes más escépticos sobre la gravedad del nuevo coronavirus, dio positivo en COVID-19 y estuvo veinte días aislado en el Palacio de la Alvorada, su residencia oficial en Brasilia, hasta superar la enfermedad.

(Fuente: EFE)

Comisión del Senado de Brasil acusa a Bolsonaro de “crímenes contra la humanidad”

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La comisión del Senado que investigó la gestión del Gobierno brasileño frente a la pandemia aprobó este martes su informe final, que acusa al presidente, Jair Bolsonaro, de “crímenes contra la humanidad” y otros ocho gravísimos delitos.

El informe, producto de seis meses de investigación, fue aprobado por siete votos frente a cuatro y ahora será remitido a la Justicia ordinaria, la Fiscalía, la Corte Suprema y hasta a la Corte Penal Internacional de La Haya, que deberán evaluar si aceptan las denuncias e instauran los correspondientes procesos.

El documento presenta graves acusaciones contra 78 personas y dos empresas y está encabezado por Bolsonaro, líder de una negacionista ultraderecha que minimizó la gravedad del coronavirus y es acusado de nueve delitos, todos tipificados en el Código Penal brasileño.

Se trata de crímenes contra la humanidad, infracción de medidas sanitarias, charlatanería médica, incitación al delito, epidemia con resultado de muerte, falsificación de documentos, uso irregular de dinero público, prevaricación y atentados contra la dignidad del cargo.

La lista de acusados por la errática gestión del Gobierno ante una pandemia que ya ha matado a más de 606 mil brasileños también incluye a cuatro ministros y a tres hijos del presidente Bolsonaro: el senador Flavio, el diputado Eduardo y el concejal de Río de Janeiro Carlos.

Asimismo, figuran el exministro de Salud y general Eduardo Pazuello y el excanciller Ernesto Araújo, así como una decena de parlamentarios de ultraderecha, funcionarios, asesores del Gobierno y médicos de un grupo informal de consejeros del mandatario.

También se pidió que Bolsonaro sea suspendido de todas las redes sociales por una masiva difusión de información falsa sobre la pandemia y que sea obligado por la Justicia a retractarse de todas las declaraciones en que despreció su gravedad o puso en duda las vacunas.

El grupo comenzó su investigación el pasado 27 de abril, cuando Brasil sumaba unos 391 mil muertos por COVID-19, y concluyó su trabajo con la aprobación del informe en momentos en que los decesos pasan de 606 mil, cifra que lo mantiene como el tercer país más afectado en el mundo, junto con Estados Unidos e India.

(Fuente: EFE)

Bolsonaro compara restricciones por COVId-19 con “dictadura” de Venezuela

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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo que el país está viviendo una “dictadura” por las restricciones que algunas regiones han implementado por el COVID-19 y las comparó con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.

Durante una visita a una favela de Brasil, Bolsonaro, quien se ha mostrado contra las medidas contra COVID-19 y no las respeta, volvió a criticar que la gente se quede en su casa porque esto afecto a la economía.

“Ustedes aquí también están viviendo en Brasil una experiencia que parece un poco una dictadura, con esa política de quédese en casa”, dijo Bolsonaro.

El presidente brasileño ya tuvo COVID-19 y es uno de los gobernantes más negacionistas de la pandemia al cuestionar las medidas de aislamiento social impuestas por los gobernadores de los 27 estados.

“Tengo el poder para obligar a un ‘lockdown’ en todo Brasil, con solo utilizar mi pluma, pero no se hará. Nuestro Ejército nunca saldrá a la calle para obligarlos a quedarse en casa ¡nunca! Nuestro ejército (no hará) nada en contra de su libertad individual”.

Descarta Bolsonaro confinamiento nacional recomendando por especialistas

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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, descartó este miércoles decretar un confinamiento nacional, reclamado por numerosos especialistas ante los niveles críticos de la segunda ola de la pandemia en el país.

“No habrá un confinamiento nacional” ni “políticas de quédese en casa, cierre todo”, declaró en un acto oficial en Chapecó (sur) el mandatario ultraderechista, que se opone a las medidas de aislamiento social, nacionales, regionales o locales, alegando su impacto económico negativo.

La cuestión volvió con fuerza después que la prestigiosa Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) recomendara el “remedio amargo” del confinamiento para “evitar más muertes”.

“Las medidas de bloqueo (lockdown) constituyen un remedio amargo, pero son absolutamente necesarias en momentos de crisis y colapso del sistema de salud, indicó esa institución, vinculada al Ministerio de Salud, en un Boletín Extraordinario publicado el martes.

La ocupación de camas en las unidades de cuidados intensivos (UCI) está en “niveles críticos” en 24 de los 27 estados, según ese informe.

Brasil registró 3.829 fallecidos por covid-19 este miércoles, un día después de batir un récord de 4.195 muertes en apenas 24 horas.

Segundo en el mundo después de Estados Unidos, el país sudamericano, de 212 millones de habitantes, supera ya los 340.000 fallecidos. Marzo fue el mes con más muertos en Brasil (66.573) y en los primeros siete días de abril ya se registraron más de 19.000.

– “Muere gente en todos lados” –

“Todos somos responsables por lo que ocurre en Brasil. ¿En qué país del mundo no muere gente? Lamentablemente, muere gente en todos lados. Lo que queremos es reducir ese problema”, afirmó Bolsonaro en otra ceremonia oficial en Foz do Iguaçu, horas después.

“No vamos a llorar sobre leche derramada. Estamos pasando todavía por una pandemia que, en parte, es utilizada políticamente no para derrotar al virus, sino para intentar derrocar a un presidente”, añadió.

Mientras los especialistas insisten en la necesidad de acelerar la vacunación (que tropieza con dificultades de abastecimiento de insumos y ha cubierto al 10% de la población con la primera dosis), Bolsonaro criticó lo que considera un “foco excesivo” de la prensa en las vacunas.

“Estoy seguro de que en breve será presentado al mundo un remedio para curar el covid (…) Tanto foco solamente en la vacuna, que cuesta entre 10 y 20 dólares la unidad. ¿Queremos la vacuna? Sí. Pero también queremos buscar el remedio para la cura y no demonizar medicamentos que los médicos prescriben”, afirmó el mandatario, refiriéndose a remedios sin comprobación científica contra el coronavirus, que ha promovido en muchas ocasiones.

El investigador de la Fiocruz Christovam Barcellos sostiene que Brasil precisa “al mismo tiempo implementar esa medida de confinamiento [recomendada por el Boletín] y ayudar a las personas con apoyo psicológico, dinero, comida” a atravesar la “fase muy difícil” que todavía se avecina.

Durante buena parte de 2020, decenas de millones de brasileños sobrevivieron gracias a partidas mensuales de dinero, que dejaron las finanzas del país muy golpeadas.

Tras suspenderlas durante tres meses, el gobierno retomó en abril las ayudas, aunque redujo su valor y la cantidad de beneficiarios.

Entre tanto, el nivel de desempleo se sitúa en sus máximos históricos, con más de 14 millones de personas en busca de trabajo.

(Fuente: AFP)

De ruptura y división

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Lo que vive México hoy en día no es nuevo, ni tampoco es único en el mundo, pero es difícil y doloroso. La división que caracteriza estos tiempos modernos es producto de años, décadas, de injusticias y abusos hacia el pueblo mexicano.

Se puede notar en lo más básico como lo es una conversación con tus padres o tus amigos a la hora de la comida. Es común que conforme se vaya desenvolviendo la plática, se acabe tocando el tema de la política o de los conflictos sociales. Notas que hay división al instante: hay dos o más posturas en la mesa que parecen ser irreconciliables. El video que se viralizó esta semana de los insultos hacia el presidente en un vuelo comercial son el ejemplo perfecto de que nuestra sociedad se partió en dos. Y ambas partes pueden tener su pedazo de razón. Y así es también a gran escala.

El presidente López Obrador ha dedicado su vida a luchar en contra de lo que él llama la mafia del poder, del periodo neoliberal. Ganó en 2018 en gran parte por el voto de castigo al PRI y al PAN, y también porque supo unir a todo mexicano decepcionado. Ganó y contundentemente, pero su discurso informal de “conmigo o contra mí” no beneficia en lo absoluto a la nación, y nos aleja del pensamiento de una eventual reconciliación.

Él y su gente repiten constantemente que los partidos antiguos abusaron de México, lo saquearon y lo dejaron lastimado, roto y vulnerable. Y objetivamente, es verdad. La corrupción que caracterizaba a aquellos partidos era, y es, descarada y brutal.

Del otro lado, los opositores a la llamada “Cuarta transformación” argumentan que las medidas del nuevo gobierno son dañinas, anticuadas, poco efectivas, caras y muchas veces innecesarias. Y, objetivamente, también tienen razón.

No puedes hablar de un país en progreso sin energías limpias, sin inclusión, sin ciudades accesibles, sin impartición de justicia. Todos estos parecen temas secundarios en este gobierno. Duele ver cómo lo único seguro es que todas las mañanas se van a quejar del pasado.

La división política y social no es fenómeno exclusivo de México. De hecho es muy frecuente en el mundo. El ejemplo más notorio es Estados Unidos y su sociedad dividida. Venezuela también. Ecuador está atravesando por un proceso electoral de dos bandos opuestos. En Brasil, Jair Bolsonaro se volvió presidente como resultado de una profunda ruptura social, causada por problemas de corrupción en los altos círculos políticos. 

Cada país debe responsabilizarse y hacerle frente a la sociedad dividida. Buscar, por medio del diálogo y de puntos medios, la reconstrucción de la unidad en miras al bien común.

Aquí en México, tenemos que involucrarnos como ciudadanos en la construcción de una sociedad unida y proactiva. Involucrarnos todas y todos significa que con el paso del tiempo tendremos mejores gobiernos, mejores procesos, mejores avances, mejores comunidades y mejores oportunidades. La división se resuelve desde lo más esencial: la familia y la comunidad. Trabajemos en la reconciliación y el acuerdo, que aunque sea un camino largo, será eventualmente la solución a lo que necesita nuestro país.

Al final del día, mexicanas y mexicanos somos todos, y el bien común debe ser siempre nuestra meta.

¿Qué opinas al respecto?

Brasil llega a los 2 millones de casos de COVID

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Brasil superó  los 2 millones de casos confirmados de coronavirus el jueves 16 de julio, alcanzando ese hito a un ritmo alarmante a medida que crece la ira por el manejo del brote de parte del presidente, Jair Bolsonaro.

Han pasado 27 días desde que llegó al millón de casos,  Brasil que es el segundo brote más grande del mundo después de Estados Unidos. El ritmo se ha acelerado desde entonces, llegando a una meseta de casi 40,000 nuevos casos confirmados por día en las últimas semanas, según cifras del gobierno.

A pesar de la rápida propagación del virus, Bolsonaro ha presionado a los gobiernos locales para que levanten las medidas de confinamiento.

Brasil, el país más grande de América Latina, alberga a unos 210 millones de personas, aproximadamente dos tercios de la población estadounidense.

En ambos países, el contagio explotó debido a la propagación del virus en nuevas áreas lejos de las ciudades más grandes. Una serie de medidas no coordinadas a nivel estatal y municipal han mostrado magros resultados en Brasil en ausencia de una política de gran alcance del gobierno federal.

Bolsonaro, quien dio positivo por el virus la semana pasada, minimizó sus riesgos para la salud y luchó contra las órdenes de distanciamiento social, calificando sus efectos económicos como peores que la enfermedad misma. Bajo presión, muchos gobernadores y alcaldes han aflojado las restricciones en las últimas semanas, propiciando mayores brotes.

El Ministerio de Salud reportó este jueves 2 millones 012 mil 151 casos y 76 mil 688 muertes.

Roberto Medronho, profesor de medicina en la Universidad Federal de Río de Janeiro explicó que los modelos muestran que el próximo millón de casos en Brasil puede tardar más en llegar, ya que ahora hay menos rincones libres de la enfermedad, y agregó que los nuevos casos diarios podrían comenzar a disminuir a nivel nacional a fines de julio o la primera quincena de agosto.

 

 

(Con información de Forbes México)

Da Bolsonaro positivo a COVID-19; dice estar en buenas condiciones de salud

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El Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo el martes que dio positivo de coronavirus, después de meses de minimizar la gravedad de la enfermedad a la que calificó como una “pequeña gripe”.

El Mandatario afirmó en una entrevista emitida por la estatal TV Brasil que estaba en buenas condiciones de salud pese a tener fiebre.

Bolsonaro señaló que se realizó la prueba el lunes tras sentirse enfermo el día anterior y que estaba tomando hidroxicloroquina, un medicamento contra la malaria cuya eficacia contra el Covid-19 no ha sido comprobada.

La prueba positiva provocará un frenético período de búsqueda de contactos y más test para los que se reunieron con el mandatario en los últimos días, incluyendo al ministro de Economía, Paulo Guedes, el presidente del banco brasileño Bradesco, Luis Carlos Trabuco, y el jefe ejecutivo de la fabricante de aviones Embraer, Francisco Gomes Neto.

Durante el fin de semana, Bolsonaro también estuvo en contacto cercano con el embajador estadounidense, Todd Chapman, durante las celebraciones del 4 de julio. Imágenes mostraron que ninguno de los dos utilizaba una mascarilla.

Brasil tiene el segundo brote más grande del mundo detrás de Estados Unidos. El país más grande de América Latina supera los 1.6 millones de casos confirmados y 65 mil muertes por Covid-19, la enfermedad respiratoria causada por el coronavirus.

Bolsonaro se une a una pequeña lista de jefes de gobierno que se han infectado con el coronavirus como el Primer Ministro británico, Boris Johnson, y el Presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, quienes fueron hospitalizados y necesitaron oxígeno adicional.

El director de la Organización Panamericana de la Salud para enfermedades transmisibles, Marcos Espinal, le deseó a Bolsonaro una “pronta recuperación”, pero dijo que su infección llevaba un mensaje. “Este virus es impredecible y no respeta la raza, clase o personas en el poder, a pesar de la seguridad en torno a cualquier Presidente”, afirmó.

“Para Brasil, la infección de su presidente debería reforzar la necesidad de fortalecer la implementación de las recomendaciones de distanciamiento social y el uso de mascarilla para mitigar la propagación del coronavirus”, agregó.

Bolsonaro ha desafiado reiteradamente las pautas locales para usar una mascarilla en público, incluso después de que un juez le ordenó hacerlo a fines de junio. También criticó las reglas de distanciamiento social respaldadas por la Organización Mundial de la Salud.

La Embajada de Estados Unidos en Brasilia dijo por Twitter el lunes que Chapman almorzó el 4 de julio con Bolsonaro, cinco ministros y el hijo del Presidente, el congresista Eduardo Bolsonaro. El Embajador no tiene síntomas, pero se someterá a pruebas y está “tomando precauciones”, agregó.

(Fuente: Reuters)

Bolsonaro se hace una nueva prueba de COVID-19; reportan que tiene algunos síntomas

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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se sometió a una nueva prueba de COVID-19 debido a que ha presentado algunos síntomas relacionados con la enfermedad, como lo es una temperatura de 38 grados, informó este lunes CNN Brasil.

Los reportes indicaron que Bolsonaro y su equipo sospechan de un posible contagio, ya que sus colaboradores determinaron cancelar el resto de las actividades que tenían programadas para esta semana.

Por otro lado, se señala que la tasa de oxigenación que presenta en la sangres, bajo a un 96% por lo cual el propio mandatario indicó que está tomando hidroxicloroquina, el polémico medicamento antiviral que fue descartado una vez por la misma Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por lo mismo, Bolsonaro se practicó un examen en el Hospital de las Fuerzas Armadas en Brasilia, cuyos resultados se darán a conocer mañana martes 7 de julio cerca del mediodía.

En dicho nosocomio, el mandatario también se practicó una resonancia magnética para analizar el estado de sus pulmones, tras el cual el propio presidente informó que no se detectó que tenga algún problema.

El mandatario agregó que tras salir del hospital que el estudio demostró que sus pulmones están limpios y bien, pese a lo cual está evitando tener contacto con personas, lo que dijo, es una recomendación para todo el mundo.

Cabe destacar que no se trata de la primera ocasión que se sospecha que Bolsonaro se contagió de la enfermedad, ya que en marzo pasado, se realizó 3 pruebas, todos ellos arrojando un resultado negativo.

 

OMS dice que primera ola de COVID-19 no ha terminado

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido este martes que el mundo está aún en plena pandemia, pues la primera ola del coronavirus no ha terminado. Mientras muchos países están reabriendo sus economías y viajes, otros, como India y Latinoamérica, se encuentra en el auge del Covid-19.

El doctor Mike Ryan, uno de los directores ejecutivos de la Organización Mundial de la Salud, afirmó que: “Ahora mismo no estamos en la segunda oleada. Estamos justo en medio de la primera oleada en todo el mundo (…) Aún seguimos de lleno en una fase en la que la enfermedad en realidad está en alza“, esto se lo dijo a periodistas, señalando a América del Sur, el sur de Asia y otras zonas donde los contagios seguían subiendo.

Se destaca, por su parte, que India registró un récord diario de casos nuevos por séptimo día consecutivo. El país reportó 6 mil 535 nuevos contagios el martes, elevando el total a 145 mil 380 personas, incluidos 4 mil 167 muertos.

El virus se ha propagado en las zonas más pobres y densamente pobladas del país asiático, por lo que las autoridades afrontan desafíos para combatir un virus para el que aún no hay vacuna ni cura a la vista.

No obstante, India ha ido levantando las restricciones siendo que los vuelos internos se reanudaron el lunes tras un receso de dos meses, aunque sin alcanzar el nivel de tráfico habitual.

Por su parte, la OMS ha asegurado, ante la negativa de Presidentes como el de Brasil, Jair Bolsonaro, y otras personas, que reactivar la economía con rapidez , no es una buena idea, siendo que primero las autoridades necesitan tener material para hacer pruebas suficientes y controlar la expansión de la pandemia.

Se destaca que Brasil suma 375 mil casos de coronavirus, sólo por detrás de los 1.6 millones de casos en Estados Unidos, y ha contabilizado más de 23 mil muertes, aunque muchos temen que la cifra real sea mucho mayor. Colocándose como uno de los epicentros de la pandemia en América.

Ryan aseguró a los periodistas que las “intensas” tasas de transmisión implican que Brasil debería mantener algunas medidas de confinamiento pese a las penurias económicas. “En esta clase de circunstancias podría no haber alternativa“, concluyó.

Con información de El Norte

Suspenden medios brasileños cobertura a Bolsonaro

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Los principales medios de información de Brasil anunciaron este lunes que, debido a la falta de seguridad, no cubrirán más al Presidente Jair Bolsornaro durante sus comunicados desde el Palacio da Alvorada y sus encuentros con sus seguidores.

Mediante una carta dirigida al Ministerio de Seguridad Institucional, la Rede Globo -principal conglomerado de medios del país- señaló que los periodistas que cubren la residencia presidencial han sufrido “insultos y alaridos” por parte de “militantes” del mandatario.

De igual forma, la organización aseguró que no existen las condiciones de “seguridad para el trabajo periodístico”.

“A partir de hoy, nuestros reporteros que cubren el Palacio da Alvorada no comparecerán más en aquel local externo destinado a la prensa”, se apuntó en el comunicado. “Estas agresiones vienen creciendo”.

De acuerdo con Rede Globo, la determinación se tomó “con la responsabilidad que tenemos con nuestros colaboradores y porque no hay seguridad para nuestro trabajo”.

Folha de Sao Paulo -periódico brasileño con mayor circulación nacional- se adhirió de manera “temporal” al llamamiento y urgió a las autoridades a garantizar “las condiciones de seguridad” de los reporteros, quienes han sido calificados como “basura” por parte de simpatizantes de Bolsonaro.

Otros medios locales, así como la prensa internacional, han aseverado que evalúan seguir el mismo rumbo de Globo y Folha.

Hoy, el jefe del Ejecutivo se dirigió a los periodistas desde la residencia presidencial y los criticó porque, a su juicio, no publican la verdad.

“El día que tengan compromiso con la verdad, vuelvo a hablar con ustedes”, expresó.

Los insultos en contra de los profesionales de la información en Brasil han aumentado durante las útimos días, al tiempo que ha crecido la tensión social en la nación sudamericana -la segunda con más contagios de Covid-19 en el mundo- entre las personas que se manifiestan para exigir que se levanten las restricciones y aquellos que piden al Gobierno extremar precauciones ante el brote infeccioso que ya a quitado la vida a 23 mil 473 brasileños.

El pasado 5 de mayo, Bolsonaro mandó a los periodistas a “callar la boca” después de que saludó a un pequeño grupo de seguidores a las puertas del Palacio de la Alvorada. Asimismo, calificó a los reporteros como “prensa canalla” y “mentirosa”.

Dicho episodio tuvo lugar dos días después de una agresión a periodistas del diario O Estado de Sao Paulo y del portal 360 en un acto de protesta convocado por el mandatario.

La Asociación Brasileña de Periodistas de Investigación (Abraji) condenó lo ocurrido y afirmó que los ataques a las personas que cubrieron los eventos fueron el “resultado de la postura de Bolsonaro”.

“Tales acontecimientos ponen en evidencia el riesgo cada vez mayor al cual el discurso belicoso y ultrajante del Presidente de la República expone a los periodistas brasileños”, sostuvo Abraji.

Según la asociación, “el deterioro de la libertad de prensa, fomentada por autoridades electas y funcionarios públicos, es un riesgo grave para la democracia”.