#HojaDeRuta: “Cálculos Políticos rumbo al 2018”

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“Los guerreros victoriosos ganan primero y después van a la guerra. Los guerreros derrotados primero van a la guerra, luego buscan ganar” – Sun Tzu.

 

Una de las máximas habilidades en el arte del general, o estrategia, es la capacidad de cálculo. La guerra y la política guardan una relación íntima, vital en su esencia: la noción amigo-enemigo; el conflicto; la lucidez al tomar decisiones; la moral de la tropa; el espionaje; el engaño. Hitler erró en su cálculo de abrir múltiples frentes y buscar invadir Rusia en el invierno. Nixon erró en su cálculo de permitir y posteriormente negar el infame escándalo de espionaje de Watergate. El desafuero contra Andrés Manuel López Obrador fue calculado como una estrategia para destruirlo, y terminó por colocarlo como el principal personaje opositor al “sistema” y fortaleciendo su primera candidatura presidencial. Nos dice Sun-Tzu: “No hay más de cinco notas musicales, sin embargo, estas cinco crean más melodías de las que podrán ser escuchadas”. El cálculo estratégico requiere de un elemento primordial: la imaginación, y cuando esta falta, se nota.

“La reputación de McConnell como un maestro de la táctica recibe un golpe” fue un titular de ayer del New York Times tras el revés que sufrió el Senador republicano Mitch McConnell, que se vio obligado a posponer la votación de la ley de salud que echaría por la borda el famoso “Obamacare”, que provocaría que millones de personas pobres perdieran su servicio de salud y beneficiaría a quienes más tienen. McConnell apostó a que todos los senadores republicanos se unirían a la que quizá sea la principal promesa del llamado “Grand Old Party”: echar abajo el sistema de salud construido por Obama. Se equivocó.

Senadores de diversos estados se echaron para atrás por la razón más lógica del mundo: la (contra) reforma afectaría gravemente a muchísimos de sus electores, que en campaña vitorearon rabiosamente los dichos de Trump, muchas veces sin la conciencia de que estos cambios les afectarían también a ellos. Quizá los republicanos acaben pasando una versión regresiva (aunque menos agresiva) de la ley, pero el error de cálculo fue evidente.

Los meses siguientes serán fundamentales en términos de cálculo para actores locales y nacionales: ¿Tiene sentido para Jaime Rodríguez volverse el principal enemigo de la prensa, desde el gobierno, antes de una posible candidatura presidencial? ¿Le conviene al PAN y PRD una candidatura presidencial conjunta, o perderían credibilidad y acabarían allanando el camino a AMLO? ¿El PRI debería impulsar una candidatura propia competitiva y al mismo tiempo pensando en apuntalar la de otro partido o coalición, dada su baja reputación? ¿Debería AMLO considerar la posibilidad de construir un gobierno de coalición? ¿Las organizaciones civiles de Nuevo León deberían dedicar su tiempo y esfuerzo a construir base social, más que a participar en consejos o espacios tradicionales?

Vienen tiempos que exigen cálculos complejos, y por ende, de las mentes que puedan realizarlos.

 

El presidente de la ley y el orden

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“Tengo un mensaje para todos ustedes: el crimen y la violencia que hoy afecta a nuestra nación pronto llegará a su fin. A partir del 20 de enero de 2017, la seguridad será restaurada. En esta carrera por la Casa Blanca, yo soy el candidato de la ley y el orden.” Esas fueron las palabras que Donald Trump dijo hace algunos meses en la Convención Republicana cuando aceptó ser el candidato oficial para la presidencia de Estados Unidos.

Un discurso que revitaliza el pensamiento retrógrado de ciertos sectores de la sociedad estadunidense.

 




Hace algunos días vi en Netflix el documental Enmienda XIII (Amendment XIII). El cual mostraba cuatro problemas que a mi parecer es primordial poner atención en estas próximas elecciones: la discriminación y sus políticas criminales, el sistema penitenciario y la participación de las empresas privadas en el mismo.

La discriminación y segregación a la cual se ha enfrentando la comunidad afroamericana desde tiempos inmemorables se ha manifestado con más fuerza en ciertos momentos de la historia.

El desatinado criterio que alguna vez emitió la Suprema Corte de Justicia : “separados pero iguales” (separate but equal) reforzando las leyes de segregación y exclusión, considerándolas “legales” y “justas” (leyes de Jim Crow).

Después, la incongruente guerra contra el crack que desató Nixon, afectando principalmente a los barrios marginados y poblados por afroamericanos. Creando además políticas criminales restrictivas y abusivas por parte de un gobierno que tenía como objetivo encarcelar a todo aquel que “amenazara” la seguridad y estabilidad del gran país de primer mundo.

Estados Unidos es conocido por tener un sistema penitenciario ineficiente e injusto. El gobierno a través de diversos presidentes (Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush, Clinton) crearon un Estado punitivo el cual persiste en la actualidad, estableciendo sanciones desmesuradas por delitos que no ameritan sanción privativa de la libertad o sentencias excesivas.

Cualquier persona que se considere “criminal” se le impondrá condenas que van desde cadena perpetua sin posibilidad de reducción de la pena por crímenes cometidos incluso y cuando eran menores de edad, trabajos forzados, hasta sentencia de muerte.

Ahora yo me pregunto ¿cuál ha sido el objetivo? ¿para qué ha funcionado la prisión? ¿realmente qué es lo que se sanciona? A lo largo del tiempo se han hecho leyes sin sentido, se han impuesto penas absurdas, y castigos sin lección.




Entre los años 50’s y 60’s se comenzó por sancionar el color de piel. Un afroamericano acusado de asesinar a un blanco iba directamente a la cárcel, en cambio, un blanco acusado de asesinar a un afroamericano, resultado: ¿sentencia? Libertad ¿argumento? Legitima defensa.

En la actualidad Estados Unidos cuenta con alrededor de 2, 217, 947 personas presas, considerándose el país con más personas en prisión en el mundo. Aproximadamente hay 693 personas internas por cada 100.000 habitantes.

La población afroamericana en prisión actualmente asciende a 900,000 (desde 1954 se ha multiplicado cuatro veces). Eso constituye que alrededor del 40% de la población carcelaria es afroamericana, y otro tanto se reserva a minorías étnicas, traduciéndose automáticamente a cifras desproporcionadas.

¿Por qué razón los grupos históricamente discriminados se encuentran en prisión realmente?

Douglas Massey ha señalado que una persona afroamericana sin estudios universitarios tiene el 59% de probabilidad de ir a la cárcel antes de cumplir 35 años.

Otra vez me vuelvo a cuestionar ¿verdaderamente qué se sanciona? No es poco raro que la mayoría de la población penitenciaria en Estados Unidos sea afroamericana y latina. La discriminación y desigualdad social impacta profundamente en las policías criminales del país, y más en un país en donde se ha castigado el color piel y la nacionalidad, el ser pobre y no pertenecer a los estándares socialmente aceptados para la mayoría.

En el 2011 asesinaron a Trayvon Martin, su asesino George Zimmerman pensó que era un ladrón que andaba asaltando, para él era suficientemente sospechoso que estuviera caminando y observando las casas del vecindario. ¿Sentencia? Libertad ¿argumento? Legítima defensa.

Es preocupante que un país a través de su derecho lo utilice como mecanismo de represión y abuso en contra de los grupos en situación de vulnerabilidad, y sobre todo que los actos sean considerados legales.

¿A qué voy con todo eso? Es mostrar los niveles de impunidad que se han ido arrastrado a través del tiempo. Los años de exclusión y segregación de la comunidad afroamericana no han quedado tan atrás, si por una parte es cierto que se han resuelto algunos problemas de desigualdad social, por otra han incrementado. La cárcel se ha utilizado como instrumento idóneo para reprimir.

 




Todavía en el 2016 se encuentra presente el abuso de la policía en contra de personas afroamericanas, propensas a ser golpeadas y/o asesinadas por parecer sospechosas. ¿Y la comunidad latina? Cada vez se hacen leyes más estrictas y discriminatorios en contra de los inmigrantes, con las cuales “se pretende combatir a la inseguridad e inmigración”.

¿Por qué me preocupa que Trump gane? Existen un sinfín de motivos que están de sobra mencionar (misoginia, xenofobia, etc.) , pero este me altera y alarma más. Donald Trump prometió ser el presidente de la “ley y el orden”, “los buenos tiempos regresarán” ¿cuáles buenos tiempos? Los tiempo en donde segregar y discriminar era legal, esos son los tiempos a los que desea regresar ¿y qué es lo peor de todo? la multitud se lo aplaude.

Les recomiendo ver este video: https://www.youtube.com/watch?v=wP4DdYvD480

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”