Alemania anuncia que otorgaran protección a periodistas mexicanos

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Monterrey (19 de Mayo 2017) – Hoy por la mañana el canciller alemán Sigmar Gabriel dijo que incrementaran el apoyo a periodistas mexicanos, luego de que ya van siete los asesinados en lo que va de este 2017.

El ministro de Exteriores alemán, anunció su próxima visita por México después de los dos asesinatos de periodistas ocurridos en la misma semana, “Los periodistas críticos son víctimas de una violencia brutal. Apoyaremos al gobierno para luchar contra eso” menciono el canciller.

Según informes de la cadena Deustsche Welle, el responsable de la política exterior mexicana afirmo que ampliaran los programas de intercambio para reporteros y propuso incrementar los fondos de ayuda a familiares de comunicadores asesinados.

Así mismo buscaran profundizar los programas de cooperación sobre aplicación del Estado de derecho y lucha contra la corrupción. Gabriel inicio su hoy su visita por México, después de estar en Estados Unidos, tiene prevista una reunión con el presidente Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray.

Sigmar Gabriel expresó que Alemania está en total disposición para brindar asesoramiento y apoyo a México en esta lucha contra el crimen organizado.

 

(Con información de DW y Aristegui Noticias)

El Talón de Aquiles: “Realidades Alternativas”

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El número de estadounidenses que dicen arrepentirse de haber votado por Donald J. Trump aumenta. Y es que lo menos que se puede decir es que las dos primeras semanas de la era Trump han sido intensas.

A mi me han hecho desear llegar al fin de semana, días que hasta el momento han sido “Donald-free”, y que me han permitido respirar y descansar de la cascada de pésimas noticias que llegan de lunes a viernes.

A decir verdad, el solo hecho de referirme al Presidente de Estados Unidos como el “hombre naranja” – jamás pensé hacer algo similar, en su respectivo color, con el expresidente Obama – indica la profunda crisis de credibilidad y de legitimidad por la que atraviesa Washington. Trump no genera respeto. Esta realidad alternativa impacta el mundo entero, iniciando naturalmente por América del Norte.




El 10 de enero, el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, procedió a un cambio de gabinete, entre los que resalta la salida del canciller Stéphane Dion, antiguo líder del Partido Liberal de Canadá (PLC), y conocido ecologista.

Sin duda, Ottawa recibió señales de que la nueva administración estadounidense se aprestaba a desbloquear la construcción de los oleoductos Dakota Access y Keystone Pipeline, por lo que, con un pragmatismo sorprendente, engavetó sus principios ecológicos para alinearse con la política de Washington.

Dion, quien estuvo a cargo de la cumbre sobre cambio climático de Montreal (2005), debe haber juzgado inaceptable el cambio. Claro, no todo fue pérdida para Dion: su premio de consolación fue su designación como embajador de Canadá ante Alemania y la Unión Europea. México, por su parte, también hizo lo suyo, a su manera.

La vieja política del compadrazgo, que en esta ocasión puso en el puesto de Canciller a Videragay, fue un intento de adaptación, si bien en este caso no hizo más que aminorar a un gobierno ya de por sí debilitado por su improvisación crónica.

Interactuar con “el Donald” equivale a atragantarse un curso intensivo de diplomacia, guerra y paz. Por lo tanto, Videragay, que llegó “a aprender”, debe estar bien contento con la suerte que le ha tocado. ¡Saldrá hecho todo un erudito en relaciones internacionales este canciller Mexicano!

Pero no exageremos: no todo es impredecible. El intento por frenar la implementación de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (Obamacare), por ejemplo, era de esperar.

Son 60 votos los que la Cámara de Representantes ha emitido, a lo largo de los últimos años, para anularla. Y si bien ahora los Republicanos no tienen la menor idea de qué hacer en este tema, es una posición tradicional del partido oponérsele y tratar de derogarla.

También era de esperar que Trump, como Bush, restableciera la prohibición, ideada por Reagan, de financiar ONG’s a favor del aborto (y que Clinton y Obama habían eliminado).

No es tampoco raro que se congelen temporalmente las contratos en el Gobierno Federal, ni que se revisen las decisiones que Obama tomó antes de acabar. Los conservadores siempre desconfían del Estado y de su aparato burocrático.




Varios de los decretos ejecutivos, sin embargo se convirtieron en coordenadas que indican, sin lugar a dudas, la existencia de una dimensión desconocida. Primero, la luz verde para construir el muro en la frontera entre México y Estados Unidos, merece nuestra atención. Seamos honestos: ya existe alguna forma de barrera en gran parte de la frontera, y eso desde hace años.

El problema es firmar el decreto cuando el canciller mexicano estaba en Washington preparando una visita del presidente Peña Nieto, continuar afirmando públicamente que México pagaría el muro de una forma u otra, le guste o no, confirmar los planes de deportación masiva de inmigrantes sin papeles, ordenar la publicación de una lista semanal de los crímenes cometidos por inmigrantes, y crear incertidumbre al sugerir gravar importaciones y/o remesas para pagar el muro.

¡Todo eso en 48 horas! Añádase a la lista la intención de renegociar el Tratado de Libre Comercio (TLCAN), buscando un pacto respetuoso para Estados Unidos (porque la víctima es Washington), y señalar que la negativa de México de pagar el muro no haría más que agrandar su tamaño.

Los Republicanos nunca fueron reconocidos por su elegancia y multilateralismo , pero esto es franca provocación. ¿Queda claro por qué no sólo los mexicanos, sino el mundo entero, perciben que México ha sido humillado?

Segundo, la suspensión del programa de refugiados y el veto a la entrada de ciudadanos de siete países (Irak, Irán, Libia, Siria, Somalia, Sudán, y Yemen) ha mostrado ser explosiva. Finalmente, un juez, quien tampoco escapó a los insultos del Presidente, interrumpió una medida que, más allá de su ilegalidad o inconstitucionalidad, resalta por ser inhumana y discriminatoria.

El problema inmediato fue la inseguridad jurídica creada por la confusión. Personas con visas válidas, con Green Cards, o con doble nacionalidad, fueron detenidas durante el fin de semana del 28 y 29 de enero de 2017.




En la semana siguiente, líneas aéreas rechazaron pasajeros en los puntos de embarque que podían generar problemas a su llegada. Tan solo 48 horas después de la firma del decreto, los procuradores generales de California, Connecticut, Hawái, Illinois, Iowa, Maine, Maryland, Massachusetts, Nueva York, Nuevo México, Pennsylvania, Oregon, Vermont, Virginia, Washington, Washington DC publicaron un comunicado condenándolo.

Cuatro jueces (Brooklyn, Boston, Alexandria, y Seattle) emitieron ordenes señalando que quienes poseen una visa válida no pueden ser rechazados en la frontera.

Protestas tuvieron lugar en varios aeropuertos estadounidenses y no pocos abogados ofrecieron servicios gratuitos a las víctimas de estos actos arbitrarios. Hoy, la orden ejecutiva no está rigiendo, pero ya se anunció una batalla judicial al respecto.

El 21 de enero, una marcha contra la misoginia, pero también en defensa de los derechos reproductivos, a la igualdad y a la protección de las minorías latina y musulmana, congregó a miles de manifestantes, que llenaron 1.6 kilómetros.

Fiel a su marca de comercio – Trump siempre se presentó como un político no tradicional – el Presidente se preguntó por qué los manifestantes no habían votado (como si no hubiera perdido el voto popular por casi tres millones).

La inconformidad no es porque el candidato incumpla sus promesas, sino porque puede cumplirlas. La lógica del electorado estadounidense fue peligrosa: es fanfarronería, se dijo, pues al asumir, el sistema lo moderará.

También se afirmó que el sistema estadounidense lo detendría, como si la democracia se tratara de elegir líderes irresponsables para luego contenerlos a toda costa.

En la realidad alternativa en la que se nos ha obligado a vivir, el Presidente de la supuesta democracia más poderosa del mundo – siempre he tenido mis dudas al respecto – inspira terror; un líder comunista defiende el libre comercio mientras que un conservador republicano saca a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Libre Comercio (TTP); un vecino incómodo parece amenazar con invadir al vecino pobre. Lo grave no es especular, sino el hecho que no se pueda descartar que de verdad haya sucedido. La incertidumbre en esta realidad alternativa es elevada.

México no está preparado para enfrentar a Trump. Pero Canadá tampoco lo está. Los (supuestamente acalorados) intercambios con Turnbull, Primer Ministro australiano muestran que nadie sabe cómo enfrentar al hombre naranja.

En esta realidad alternativa, el olfato político de Trudeau puede valer lo mismo que la incompetencia de Peña Nieto. Ya ha indicado el Primer Ministro que Canadá recibirá a los inmigrantes que Estados Unidos rechace, lo que lo convierte en un blanco ideal de los insultos de Trump.

En algún momento me pasó por la mente hacer un esfuerzo consciente  para ignorar al  Trump. La mejor táctica es no alimentar ese ego. Pero aquí estoy, apenas dos semanas después de su juramento como Presidente, haciendo exactamente lo contrario.

Lo acepto: la realidad alternativa me ganó. Como intelectual, estoy convencido que es mi responsabilidad unir mi voz para contribuir a contener esta amenaza. Hacer otra cosa es irresponsable e inconsciente. ¿No es extraño que ahora Arnold Schwarzenegger y Kim Jong-un se perciban ahora, de un momento a otro, como chicos casi decentes?

Bienvenidos a la era Trump.

Fernando A. Chinchilla

Cholula (México), enero de 2016

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

 

 

¿Dónde están las mujeres?

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Recientemente, la revista TIME reveló la lista de las 100 personas más influyentes del año 2015. Esta lista la encabeza una mujer: Angela Merkel. El nombramiento de Angela como la personalidad más influyente se convirtió en gran noticia pues es la 4ta. mujer reconocida individualmente con este título, a pesar de que existe el reconocimiento desde el año de 1927. Revisando la lista histórica de galardonados me doy cuenta que han predominado principalmente los presidentes de Estados Unidos de América y otros distinguidos hombres; esto llevó a preguntarme: ¿dónde están las mujeres?

Me respondo que la ausencia de las mujeres quizá sea consecuencia de que antes del año de 1999 se reconocía al Man of the Year, y que hasta que se cambió por Person of the Year, este reconocimiento se volvió inclusivo. Después me quedo pensando que en muchas ocasiones el título se ha otorgado a los presidentes. Revisando el número de mujeres que han alcanzado ese puesto a nivel internacional, resulta fácil entender la ausencia de mujeres designadas como persona del año.

ONU Mujeres indica que hasta Agosto de 2015, de los 193 Estados miembros, sólo en 13 Estados mujeres ocupan el cargo de Jefas de Estado, y en otros 12 se desempeñaban como Jefas de Gobierno.

ONU Mujeres indica que hasta Agosto de 2015, de los 193 Estados miembros, sólo en 13 Estados mujeres ocupan el cargo de Jefas de Estado, y en otros 12 se desempeñaban como Jefas de Gobierno (estas cifran han cambiado ligeramente ahora que Cristina Fernández ha dejado el poder en Argentina y que Bidhya Devi Bhandari llegara al poder en Nepal).

Buscando una explicación a estas cifras tan bajas, concluyo que esto se debe a la participación desigual de mujeres en la esfera política y a la connotación masculina que la política exterior y las relaciones internacionales siempre han tenido. J. Ann Tickner describe a la política exterior y a las relaciones internacionales como un mundo de hombres. Un mundo donde los asuntos de las mujeres han sido poco visibilizados y las mujeres han sido insuficientemente representadas. La alta política y las relaciones internacionales, en su esencia, se asocian con la “masculinidad”, lo que ha hecho que cualitativa y cuantitativamente éste sea un espacio no competitivo para la mujer.

En la alta política, se aprecian valores que son considerados “masculinos” como fortaleza, poder, autonomía, independencia y racionalidad; valores que no son asociados con las mujeres.

En la alta política, se aprecian valores que son considerados “masculinos” como fortaleza, poder, autonomía, independencia y racionalidad; valores que no son asociados con las mujeres, que suelen ser catalogadas como conciliadoras, frágiles e ingenuas. Esto lleva a la discriminación de género en la política y el sexismo de los medios de comunicación.

Podemos apreciar la discriminación de género en la política más allá de las cifras, que son evidentes, en los puestos de alto rango que las mujeres alcanzan. Suelen asignársele a las mujeres puestos en áreas de desarrollo social, salud, educación y turismo; poco en áreas de defensa y seguridad, materia económica, asuntos legales; espacios con mayor peso en la toma de decisiones políticas.

El sexismo de los medios de comunicación es evidente al analizar el contenido de las noticias que se emiten de las mujeres en el poder. Cuando hay mujeres líderes en la política, como en su tiempo fue Margaret Thatcher o ahora Angela Merkel, se les califica como bossies, bitches y se dice que actúan como hombres, porque rompen con el paradigma de lo que “debería ser y hacer” una mujer. A estas mujeres se les critica severamente y se les describe erróneamente. El sexismo en los medios resulta indignante, ¿qué tan constante se califica a un hombre como bossy o se le dice que tiene corazón de hielo por tomar una decisión política o emitir una declaración?; acusaciones con las que Thatcher lidió, y Merkel lidia.

Me percato que los medios no juzgan igual a un hombre que a una mujer en un alto mando. Esto me lleva a pensar de que otra forma se desvalora a las mujeres en la política y se me ocurre en la vestimenta. ¿Cuándo se ha hablado tanto de la vestimenta de un presidente hombre? Haciendo un ejercicio rápido, para confirmar el sexismo de los medios, decidí hacer una búsqueda rápida en Google con “Angela Merkel’s outfits”. Puedes encontrar hasta artículos de la BBC, Wall Street Journal o Forbes; criticando su vestimenta, los resultados de búsqueda son bastos. Al hacer el mismo ejercicio con Barack Obama (“Barack Obama’s outfits”), encontrarás algunos links de blogs o tabloides a partir del séptimo resultado encontrarás referencias a la vestimenta de Michelle Obama y sus hijas, no más de él.

Una mujer que se inserta a la vida política se ve en la necesidad de combatir más obstáculos, soportar críticas sexistas y romper paradigmas sociales para ser reconocida por su trabajo.

Es un claro ejemplo de que los medios de comunicación son sexistas, pero también la sociedad. No se juzga igual a una mujer que a un hombre en la política, se aprecian diferente los mismos valores y atributos de su personalidad. La mujer en la esfera internacional y en la política sigue sin ser reconocida como igual. Una mujer que se inserta a la vida política se ve en la necesidad de combatir más obstáculos, soportar críticas sexistas y romper paradigmas sociales para ser reconocida por su trabajo.

Regreso al título de persona del año, que se otorga en reconocimiento a la(s) persona(s) que tuvo gran influencia en la esfera internacional y tuvo gran efecto en las noticias del año. Entonces, el nombramiento de Angela más allá de ser inconcebible por el hecho de ser mujer, es todo lo contrario; su nombramiento como persona del año no es más que justo y en cierto punto lógico. Angela Merkel es mujer, pero también es canciller de Alemania, voz de Europa y líder de la escena internacional por más de diez años. Aspiro a que veamos muchas más mujeres reconocidas como personas del año y electas en la alta política.

Si hemos permitido que miles de hombres hayan llegado y se hayan equivocado, ¿por qué no podemos permitir que una mujer se equivoque o que nos demuestre lo contrario? Esto no es decir, que hay que elegir a mujeres por el hecho de ser mujeres, sólo hay que darles la de oportunidad de llegar, juzgarlas como a cualquier hombre y de confiar en su preparación más allá de su sexo.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”