Gobierno y futbol: Un matrimonio tóxico

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La semana pasada hablaba de la inconstitucionalidad de reducir el número de jugadores naturalizados mexicanos en la Primera División de México de futbol. La relación gobierno-futbol siempre es peligrosa por el oportunismo y el ventajismo de actores políticos que ven en el deporte una manera fácil de comprar a un público.

La relación gobierno-futbol siempre es peligrosa por el oportunismo y el ventajismo de actores políticos que ven en el deporte una manera fácil de comprar a un público.

Hace unas semanas en Argentina, entró en funciones como presidente el ingeniero Mauricio Macri con un perfil empresarial con experiencia en el futbol precisamente. Una de las primeras medidas que ha tomado es revisar y analizar el programa gubernamental llamado “Futbol para todos”.

“Futbol para todos”, amigo lector, hasta hace un año, era un programa gubernamental donde el Estado pagaba a la AFA (Asociación de Futbol Argentino) por los derechos de transmisión de todos y cada uno de los partidos de la Primera División, la Copa Argentina y el Nacional B (Segunda División) incluidos los derechos de partidos de la Copa Libertadores y Copa Sudamericana donde participen equipos argentinos, claro está.

Esta “nacionalización” del futbol surgió en 2009 a raíz de problemas financieros de los clubes y que sería canalizado como política pública en el gobierno populista de la familia Kirchner.

Esta “nacionalización” del futbol surgió en 2009 a raíz de problemas financieros de los clubes y que sería canalizado como política pública en el gobierno populista de la familia Kirchner.

Un partido puede ser visto gratuitamente en todo el país en el canal que corresponda al equipo con los analistas del canal pero los derechos del programa y la publicidad en el tiempo aire es totalmente del gobierno.

De esta manera, un partido puede ser visto gratuitamente en todo el país en el canal que corresponda al equipo con los analistas del canal pero los derechos del programa y la publicidad en el tiempo aire es totalmente del gobierno. Solo hay un inversor privado quien compra el patrocinio del torneo y por tanto el torneo lleva su nombre. (Torneo Iveco, en algunos años, por una marca de camiones).

Para ejemplificar de mejor manera, supongamos que un partido entre Tigres y Monterrey que transmite Televisa fuera transmitido con sus analistas con publicidad del gobierno nacional (no estatal, no municipal) y que Bimbo fuera el único patrocinador privado autorizado, dando en el medio tiempo paso a un comercial de la Sedesol. Así de extraño como parece, así lo configuraron allá.

Visto de cualquier ángulo, “Futbol para todos” es una aberración completa del malgasto del dinero público en un servicio que si bien es de interés de gran parte de la ciudadanía, es un despilfarro de los impuestos a entidades privadas.

Visto de cualquier ángulo, “Futbol para todos” es una aberración completa del malgasto del dinero público en un servicio que si bien es de interés de gran parte de la ciudadanía, es un despilfarro de los impuestos a entidades privadas.

En estos días, el gobierno de Macri renegoció el contrato haciendo una especie de licitación con los canales para vender los derechos de transmisión por equipo. Se deshizo de la B Nacional y se quitó de intermediario a la AFA, pero no canceló el programa por presiones del lobby de los clubes y de algunos diputados kirchneristas. Sin embargo, aún y que con esta medida, el Estado recupera poco más de 200 millones de pesos; el Estado argentino paga actualmente 1500 millones de pesos argentinos, lo cual sigue siendo un sinsentido que habrá que resolver.

Es triste ver como en las redes se ve a muchos ciudadanos enojados por los recortes a esta medida hablando de que era un “beneficio del pueblo” cuando Argentina tiene millones en el hambre, la desnutrición, el abandono y la dejadez de un gobierno que prefiere invertir en un espectáculo que en la creación de nuevos hospitales, de nueva infraestructura carretera o educativa.

No cabe duda que “Futbol para todos” es una imagen más del cáncer que representa el populismo en América Latina y lo distante que está Argentina de lo que hace 100 años fue: un país primer mundista, industrial y en crecimiento.

El Ingeniero Macri tiene muchos retos más por afrontar, pero es menester quitarse todas esas medidas clientelares del gobierno anterior que solo limitan y detienen el desarrollo de Argentina. Sin embargo, ¿habrá castigo del electorado?

Esperemos que ningún político nuestro agarre ideas de esto.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

El empleo público en Argentina

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Desde que Juan Domingo Perón, allá por 1950, ingresó en el escenario político nacional, el rol que ocuparon los trabajadores en la historia cambió y marcó un quiebre para siempre. Así como los obreros se fueron agrupando en gremios y haciéndose más fuertes, la sociedad toda comenzó a organizarse y de a poco surgieron nuevas demandas que el Estado no estaba tal vez del todo capacitado para satisfacer.

El fortalecimiento de la clase trabajadora fue de la mano con el fomento de la industria nacional, y esto produjo que el país se desarrollara económicamente.

El fortalecimiento de la clase trabajadora fue de la mano con el fomento de la industria nacional, y esto produjo que el país se desarrollara económicamente. Las masas populares se fortalecieron y al ser reconocidos sus derechos (laborales, civiles) sus demandas comenzaron complejizarse como es lógico en un país en desarrollo.

Así, el Estado se fue expandiendo a través de diversos órganos e instituciones para poder contener y responder a las exigencias propias del momento histórico. Oszlak y O’Donnell hablaron de “la cuestión”, este concepto enmarca perfectamente el significado de las “demandas” a las que me refiero. Para ellos, la cuestión se trataba de “necesidades y demandas socialmente problematizadas por distintos grupos que promueven su incorporación a la agenda (pública) de problemas socialmente vigentes”.

La respuesta más común que tomó el Estado argentino fue la de ir respondiendo a estas cuestiones a través de la creación de nuevos ministerios, secretarías, órganos descentralizados, etc., que pudieran ir resolviendo las necesidades sociales.

La respuesta más común que tomó el Estado argentino fue la de ir respondiendo a estas cuestiones a través de la creación de nuevos ministerios, secretarías, órganos descentralizados, etc., que pudieran ir resolviendo las necesidades sociales. Por supuesto que al expandirse fue necesitando ir cubriendo una cantidad enorme de empleos. Fue así que lentamente se fueron multiplicando los funcionarios administrativos, más conocidos como “empleados estatales”.

Entre los vaivenes políticos el Estado se agrandó, se achicó, se desmanteló, para luego volver a expandirse para absorber una cantidad impresionante de personas que habían quedado desempleadas producto de años de malas políticas y malas decisiones.

Muchos cambios políticos se dieron en el país durante los últimos 60 años, entre ellos dictaduras atroces, restauración de la democracia, un gobierno neoliberal, un período de fuerte crisis económica y social, una década de un gobierno que se autodenominó “nacional y popular”, y ahora, uno que plantea ser todo lo opuesto a su antecesor. Entre los vaivenes políticos el Estado se agrandó, se achicó, se desmanteló, para luego volver a expandirse para absorber una cantidad impresionante de personas que habían quedado desempleadas producto de años de malas políticas y malas decisiones. Durante los ’90 se vivió tal vez el peor cimbronazo para el empleo público, ya que Carlos Saúl Menem decidió acatar la receta del Consenso de Washington. Esta incluyó una serie de “recomendaciones” de organismos internaciones, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), para que los países latinoamericanos pudieran lograr un desarrollo económico exitoso. Entre dichas recomendaciones se encontraban la reducción o reordenamiento del gasto público, la privatización de la empresas estatales y la “flexibilización” laboral (que más bien debería ser precarización). Estos puntos fueron seguidos a la perfección, adelgazando la estructura estatal. Años más tarde, lleno de ansias de reactivar una economía golpeadísima luego de la crisis del 2001, el kirchnerismo utilizó el empleo estatal para dar techo y pan a una gran cantidad de personas y poder reactivar la parada economía a través del consumo interno.

De las crisis se salió, las recaudaciones aumentaron, y el Estado continuó expandiéndose de forma estrepitosa. Muchas veces ya no para solucionar una situación de emergencia sino, que para poner en práctica una lógica clientelar que demostró cumplir su cometido en numerosas oportunidades.

El empleo público está tan arraigado a nuestra historia política y social que, como de costumbre, se pueden escuchar voces a favor y en contra. También se han difundido muchos estereotipos sobre los empleados públicos. Solo algunos de ellos se refieren a “lo poco que trabajan”, que son “ñoquis” (término que se utiliza para referirse a quienes sólo acuden en fin de mes o el día 29 —día del ñoqui— a cobrar el sueldo), que tienen tareas insignificantes como “poner sellos” para justificar sus puestos y no ser echados a la calle, entre muchos otros.

Hoy, un nuevo presidente ocupa el sillón de Rivadavia y con su “cambio” impulsa una purga del Estado. Un Estado hipertrofiado y que tal vez dejó hace mucho tiempo de ser eficaz pero que, a pesar de todo esto, muchos (no todos) son ciudadanos que cuentan con su sueldo a fin de mes para poder subsistir, alimentar a sus hijos o proporcionarse una vivienda. Una consecuencia más de decisiones políticas cortoplacistas y tomadas sin pensar en el futuro de los trabajadores, que es mucho más largo que los 4 años que pueda durar un mandato presidencial.

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Los fondos “Buitre”: Cómo beneficiarse de un default

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La inversión en papeles de deuda, ya sea privada o gubernamental, es la manera más segura de invertir recursos, sin embargo, existe la posibilidad de que el emisor del bono incumpla con el pago de intereses o capital. Para cualquier tenedor de deuda de una empresa o país con riesgo de impago o posibilidad de quiebra resultaría peligroso mantener dicha inversión y podría optar por deshacerse de ella. Es en este momento donde inversionistas institucionales, conocidos como fondos “buitre”, buscan sacar provecho de empresas con problemas financieros.

Este tipo de fondos de riesgo compra bonos de compañías o gobiernos inmersos en problemas financieros que puedan caer en default o incluso puedan declararse en quiebra en el futuro cercano.

Este tipo de fondos de riesgo compra bonos de compañías o gobiernos inmersos en problemas financieros que puedan caer en default o incluso puedan declararse en quiebra en el futuro cercano. Los gestores del fondo buscan en el mercado secundario a los tenedores de los bonos de emisores sin liquidez y compran dichos instrumentos a un precio de descuento, que generalmente oscila entre el 20% ó 30% del valor nominal del bono. Posteriormente toman instancias legales para exigir al emisor el pago del 100% del precio del mismo, obteniendo así un rendimiento atractivo entre el precio de compra y el de reclamo.

Los “buitres” obtienen bonos “baratos” para después cobrarlos al total de su valor nominal, obteniendo en algunos casos, ganancias de hasta 400%.

En otras palabras, los fondos buitres compran deuda a tenedores que temen no recuperar su inversión, y que por lo tanto venden sus bonos a un precio sumamente inferior al cual fueron adquiridos. De esta manera los “buitres” obtienen bonos “baratos” para después cobrarlos al total de su valor nominal, obteniendo en algunos casos, ganancias de hasta 400%.

Un ejemplo sencillo del funcionamiento de los distressed debt funds, como también se les conoce, sería el siguiente: la Empresa A coloca bonos en el mercado con valor nominal de $100 a pagarse en 10 años, los cuales son adquiridos por múltiples inversionistas. Sin embargo al paso del tiempo la empresa ve un deterioro en sus finanzas y enfrenta poca liquidez, lo cual pone en riesgo el pago de dicha deuda. Por lo tanto, los inversionistas al tener riesgo de no poder recuperar su inversión venden dichos bonos a un precio inferior al cual lo compraron, con la finalidad de minimizar su pérdida, o al menos recuperar parte de su inversión. Así es como el fondo X, adquiere por parte de los inversionistas la emisión de deuda a tan sólo $50 por bono, para posteriormente entablar un juicio legal que reclame el pago por parte de la empresa A al valor original del bono de $100. Así, el fondo obtiene un rendimiento de 100% al cobrar cada bono a $100. Aún y cuando la empresa emisora efectúe un pago menor al valor original de cada papel, el fondo X obtendrá una ganancia por cualquier cantidad arriba del precio de compra de $50.

Actualmente los fondos buitre más grandes y agresivos son Elliott Management Corp y Aurelius Capital Management, quienes se han visto envueltos en litigios contra los gobiernos de Argentina y Perú, y compañías como General Motors y la regiomontana Vitro, entre otras.

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Martínez, C. Núñez, M. (2013) Vitro vs acreedores, Expansión, marzo 15, año 44, número 1111.
Sagastizabal, R. (2011) ¿Qué son los fondos buitre? Recuperado el día 11 de junio de 2013 de: http://www.politicapress.com/2011/12/%C2%BFque-son-los-fondos-buitres/

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Macri, fútbol e izquierda: Elecciones Argentina 2015

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La semana pasada, Argentina eligió nuevo presidente en una reñida segunda vuelta que dictó como ganador a Mauricio Macri. El resultado de alta importancia para América Latina debido a que la elección de Macri representa un golpe durísimo a la izquierda latinoamericana.

El ingeniero Macri, candidato del PRO, venció al candidato oficialista Daniel Scioli rompiendo un ciclo de gobiernos kirchneristas de tendencia izquierda bajo la ideología del peronismo.

El ingeniero Macri, candidato del PRO, venció al candidato oficialista Daniel Scioli rompiendo un ciclo de gobiernos kirchneristas de tendencia izquierda bajo la ideología del peronismo. Es un perfil muy diferente a lo que hemos visto en los últimos años en cuanto a presidentes latinoamericanos.

Su perfil de empresario y de dirigente deportivo lo hace tener un perfil muy sui generis en un político dado que su carrera ha dado muchos giros hasta hoy. Como dirigente de Boca Juniors, estuvo presente en la etapa más prolífica en la historia del club haciendo conocer al equipo en todo el mundo mediante la obtención de numerosos títulos internacionales (11), incluso venciendo al Real Madrid en la extinta copa intercontinental.

La Liga Argentina dio un gran salto mercadológico y económico gracias a la influencia de Macri en Boca Juniors, incluso jugadores asiáticos y africanos llegaron a Buenos Aires.

La Liga Argentina dio un gran salto mercadológico y económico gracias a la influencia de Macri en Boca Juniors, incluso jugadores asiáticos y africanos llegaron a Buenos Aires.

Mauricio Macri representa el rechazo del electorado argentino al Partido Justicialista que venía gobernando desde los inicios de los 2000s. Representa un deterioro de la imagen del gobierno por escándalos y políticas publicas deficientes y populistas. El que Daniel Scioli no pudiera ratificar su ventaja de la primera vuelta ahora en la segunda, dice mucho sobre lo que el electorado tenía enfrente, la derecha neoliberal o continuar con el kirchnerismo.

Sudamérica, una región del mundo con numerosos presidentes de izquierda, nos está dando señales del rechazo del populismo de siempre por una derecha empresarial. Ya pasó en Uruguay, ahora Argentina.

Sudamérica, una región del mundo con numerosos presidentes de izquierda, nos está dando señales del rechazo del populismo de siempre por una derecha empresarial. Ya pasó en Uruguay, ahora Argentina. Es realmente apremiante el que la izquierda latinoamericana se autoevalúe ante este resultado porque Mauricio Macri representa la derecha neoliberal y aun con un pasado banquero y mercantilista, la gente cree en su proyecto.

Esperemos por el bien de Argentina que Macri y su coalición “Cambiemos” dé ese cambio que tanto espera Argentina tras años en el populismo, el aislamiento, la confrontación internacional y una clase política decadente llena de escándalos que ha hecho todo para representar el ejemplo de lo que no se debe de hacer en el poder.

Éste es el momento perfecto para que los partidos de derecha demuestren la eficacia de su proyecto sirviendo de sala de experimentos para toda América Latina y Sudamérica en particular.

Argentina elige presidente

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La vía pública está totalmente empapelada de afiches con las caras de los candidatos. Los spots de campaña inundan la televisión, la radio y las redes sociales. Los programas de análisis político ya se cansaron de entrevistar a los candidatos, y las encuestadoras ya publicaron sus últimas estimaciones. La sociedad está expectante, ya casi es el día.

Faltan solo tres días para que la ciudadanía Argentina acuda a las urnas, y elija a quien será su Presidente por los siguientes cuatro años.

Faltan solo tres días para que la ciudadanía argentina acuda a las urnas, y elija a quien será su Presidente por los siguientes cuatro años. El domingo 25 de octubre se elegirá también al vicepresidente, 24 senadores nacionales (por Catamarca, Córdoba, Corrientes, Chubut, La Pampa, Mendoza, Santa Fe y Tucumán), 130 diputados nacionales (por todas las provincias y por la ciudad autónoma de Bs As), 19 parlamentarios del Mercosur por distrito nacional y 24 por distrito provincial, uno por cada provincia y uno por la ciudad autónoma de Bs As.

Luego de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), establecidas por la Ley 26.571, los candidatos que competirán por los votos son seis. Daniel Scioli (Frente para la victoria – FPV), Mauricio Macri (Cambiemos), Sergio Massa (Unidos por una nueva alternativa – UNA), Margarita Stolbizer (Progresistas), Nicolás Del Caño (Frente de izquierda y de los trabajadores – FIT) y, Adolfo Rodríguez Saá (Compromiso federal).

Según los Art. 97 y 98 de la Constitución de la Nación Argentina, para ganar en primera vuelta, la fórmula presidencial necesitará obtener más del 45% de los votos afirmativos; o deberá alcanzar al menos el 40% de los votos afirmativos y superar a la segunda fórmula en al menos “diez puntos porcentuales respecto del total de los votos”. Caso contrario las dos fórmulas más votadas se volverán a enfrentar a fines de noviembre en segunda vuelta o ballotage. Hay grandes expectativas ante esta última posibilidad, ya que jamás se ha dado en la corta historia democrática argentina.

Las posibilidades que tiene el candidato del oficialismo, Daniel Scioli, de ganar en primera vuelta son cada vez más certeras.

Según las últimas estimaciones publicadas, las posibilidades que tiene el candidato del oficialismo, Daniel Scioli, de ganar en primera vuelta son cada vez más certeras. Hace pocos días “La Borra”, un emprendimiento de politólogos y analistas políticos para el monitoreo y análisis de encuestas, publicó un análisis de las estimaciones de 23 encuestadoras sobre los posibles resultados del próximo domingo. El promedio final para Scioli fue de un 39.0%, para Macri 28.8%, para Massa 20.2%, Stolbizer 4.6%, Del Caño 2.9% y Rodríguez Saá 2.0%.

Se ha hablado mucho de la posibilidad de ballotage, y de cómo se reordenarían los votos en cada escenario hipotético. En el caso de una segunda vuelta entre Scioli – Macri, el ganador de seguro será el candidato del kirchnerismo, ya que hay un amplio porcentaje de la ciudadanía que tiene a “Macri como su límite”, por considerarlo de derecha/centro derecha. En ese sentido, el escenario sería distinto en un posible enfrentamiento entre Scioli – Massa, dado que el candidato de UNA, se identifica como peronista y ha migrado desde el kirchnerismo. Pero algo es seguro, con la asunción del nuevo Presidente se cerrará un ciclo que quedará marcado para siempre en la historia argentina: será el final de tres mandatos consecutivos del matrimonio Kirchner.

Ante este escenario Macri y Massa apuntan sus último esfuerzos a captar el voto de los indecisos. El “voto flotante” o “frágil” se calcula que es del 20%, porcentaje de gran peso para éstos candidatos que están luchando para conseguir una segunda vuelta. También intentan convencer a los dudosos de que votarlos a ellos es lo más lógico y llaman a la ciudadanía a ejercer un “voto útil”. La idea de que si desean que gane la oposición, no deben “desperdiciar” su voto con Solbizer, Del Caño o Rodríguez Saá ya que ninguno de éstos tres cuentan con ninguna posibilidad de ganarle a Scioli.

Pero ya sólo quedan tres días para que todas estas deliberaciones se conviertan en certezas, y se sepa finalmente si habrá un resultado final en octubre, o de lo contrario, en noviembre luego de una segunda vuelta.

Pero ya sólo quedan tres días para que todas estas deliberaciones se conviertan en certezas, y se sepa finalmente si habrá un resultado final en octubre, o de lo contrario, en noviembre luego de una segunda vuelta.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”