El terrorismo volvió a golpear Nueva York, a escasamente dos manzanas de la zona cero. Esta vez el ataque tomó la forma de un atropello masivo con una camioneta. Hasta ocho personas fallecieron, entre ellas cinco argentinos y un ciudadano belga. Los servicios de emergencia cifraban en una docena los heridos en el incidente en el bajo Manhattan. El alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, lo calificó como un acto de pura cobardía y pidió a los vecinos que no se dejen intimidar.
La cifra de fallecidos puede aún crecer, porque como dijo el comisario del cuerpo de bomberos, Daniel Nigro, algunos de los heridos están en situación crítica. La investigación, entre tanto, continúa y el FBI está liderando los trabajos. El atropello tuvo lugar en un carril bici entre West Street y Chambers Street, en el barrio de Tribeca, coincidiendo con la hora de salida de los colegios y en plena festividad de Halloween.
El autor del atropello fue identificado tres horas después como Sayfullo Saipov, un joven de 29 años de edad que trabajaba como chófer de Uber. Conducía un vehículo que había alquilado en un centro de Home Depot, en Nueva Jersey. A su paso chocó con un autobús escolar, en el que dos adultos y dos niños resultados heridos.
Los agentes de policía le redujeron, tras dispararle varias veces al salir del vehículo. “Se escucharon como seis tiros”, comentó tras el incidente Rubén Cabrera, que se encontraba sobre el paso elevado que cruza la West Side Highway cuando sucedió el incidente.
Saipov, originario de Uzbekistán y residente en Tampa (Florida), fue trasladado a un centro médico con un disparo en el abdomen, explicó el comisario de la policía, James O´Neill, sin facilitar más detalles sobre su estado. Fuentes de las fuerzas de seguridad, citadas por medios locales, señalaron que bajó de la camioneta al grito de “Allhu Akbar” (Dios es grande, en árabe).
El acto terrorista tiene lugar, además, a una semana de que se celebren las elecciones locales, en la que el alcalde demócrata se presenta a la reválida. La ciudad de Nueva York está en alerta permanente desde el fatídico 11-S, hace 16 años. La mayor metrópoli de Estados Unidos es, además, un símbolo internacional de libertad y democracia. “Debemos estar orgullosos de ello y eso nos convierte también en objetivo”, valoró el gobernador Andrew Cuomo, “no debemos cambiar”.
Ni el FBI ni los investigadores de la NYPD atribuyeron la autoría a un miembro del ISIS, aunque encontraron una nota en la caminoneta expresando su lealtad. El ex presidente Bill Clinton pidió, por su parte, que se vean estos ataques como lo que son, “un intento de sembrar el miedo”. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, así como el de España, Mariano Rajoy, y la Casa Real acudieron también a las redes sociales para solidarizarse con Nueva York y las víctimas.