Aún más. Peña Nieto expuso su convicción de que el PRI elegirá al candidato que tenga las mejores condiciones de competencia, para luego insistir en que dicho partido no elige candidatos con aplausos y elogios.
Ayer se difundieron las declaraciones que el canciller Videgaray hizo al presentar ante el cuerpo diplomático acreditado a Meade Kuribreña, responsable del manejo económico del país, a quien comparó con Plutarco Elías Calles y por quien sostuvo, México tiene “rumbo, estabilidad y claridad”, declaración que motivó numerosos comentarios sobre un “destape” anticipando la decisión de Peña Nieto.
En el antiguo régimen priista, el llamado “destape” era uno de los momentos más relevantes de la política nacional. Consistía en la proclama que la CTM hacía de quien sería el candidato presidencial, previa “línea”, es decir, instrucción del presidente en funciones que conforme a los usos y costumbres del régimen tenía la prerrogativa metaconstitucional de resolver así el proceso sucesorio en elecciones de mero trámite.
Ante expresiones de apoyo anticipadas a la decisión presidencial, el dirigente cetemista Fidel Velázquez, acuñó un axioma de la cultura política priista, “el que se mueve no sale en la foto”, en el mismo sentido de lo que hoy expuso Peña Nieto.
Por su parte, el canciller Videgaray minimizó el alcance del aparente “destape” de Meade Kuribreña.
Aseveró en su cuenta de Twitter que “no hay que confundir (…) con otra cosa” la serie de elogios que declaró respecto al secretario de Hacienda, y añadió que “las decisiones políticas se tomarán dónde deben tomarse”.