México y las Zonas Económicas Especiales

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En septiembre del año pasado, el Presidente Enrique Peña Nieto presentó el proyecto de Ley para crear las primeras Zonas Económicas Especiales (ZEE) del país, con el objetivo de impulsar el desarrollo económico del sur del país a través de proyectos definidos en municipios de Guerrero, Michoacán, Veracruz, Oaxaca y Chiapas.

Las ZEE contemplan regulaciones diferenciadas a las del resto del país, con medidas y beneficios a la medida que propician la atracción de inversión extranjera y el impulso local a la productividad.

Estas zonas son identificadas como espacios delimitados geográficamente que cuentan con un alto potencial productivo y logístico. Las ZEE contemplan regulaciones diferenciadas a las del resto del país, con medidas y beneficios a la medida que propician la atracción de inversión extranjera y el impulso local a la productividad.

Aunque existen registros de las primeras ZEE en el Mediterráneo antiguo y de manera contemporánea en Irlanda, el caso de éxito mejor conocido está en China.

Aunque existen registros de las primeras ZEE en el Mediterráneo antiguo y de manera contemporánea en Irlanda, el caso de éxito mejor conocido está en China. A partir de 1980, China estableció una serie de políticas de liberalización económica al mundo y como parte de esta estrategia estableció las primeras zonas en Shenzhen, Zhuhai, Shantou y Xiamen, consideradas como uno de los factores determinantes para el crecimiento económico y la estabilidad macroeconómica del país en las últimas décadas.

Tras el caso de China, las ZEE se multiplicaron alrededor del mundo con éxito en un diversidad de contextos, destacando los casos de Colón en Panamá, Manaos en Brasil, Katowice en Polonia, Shannon en Irlanda, Tánger en Marruecos, Incheon en Corea del Sur, entre otros.

El proyecto de Ley contempla por primera vez la creación de las Zonas Económicas Especiales (ZEE) como figura jurídica, estableciendo un marco que permitirá otorgar estímulos dirigidos a las necesidades y características únicas de cada ZEE.

En México, el proyecto de Ley contempla por primera vez la creación de las Zonas Económicas Especiales (ZEE) como figura jurídica, estableciendo un marco que permitirá otorgar estímulos dirigidos a las necesidades y características únicas de cada ZEE.

Las empresas que se instalen en las ZEE de México como el Corredor Transístmico (Coatzacoalcos – Salina Cruz), el Puerto Lázaro Cárdenas y Puerto Chiapas, contarán con una variedad de beneficios.

Entre las principales medidas, se contemplan incentivos de acuerdo a la vocación productiva, el establecimiento de un régimen aduanero especial, convenios de coordinación entre los tres niveles de gobierno y la creación de una ventanilla única con el fin de agilizar trámites y procesos.

De aprobarse las Zonas Económicas Especiales, éstas se sujetarían a las leyes federales y su jurisdicción. Con esto se busca atraer inversiones productivas que generarán empleos de calidad y capacitación del capital humano; desarrollarán cadenas de valor y multiplicarán la demanda de servicios locales

En diciembre, la Cámara de Diputados aprobó el decreto que crea la Ley Federal de Zonas Económicas Especiales y la adición del artículo 9 de la Ley General de Bienes Nacionales, quedando a la espera de que el Senado analice y ratifique el decreto este año.

La propuesta que busca reducir la brecha entre las regiones norte y sur, combatir la pobreza, elevar la productividad, desarrollo económico y social ha sido bien recibida. Sin embargo, uno de los principales retos para tener éxito dependerá de su ejecución. Algunos especialistas han considerado que las Zonas Económicas Especiales además de los incentivos y características planteadas, deberán contar con un paquete especializado de beneficios fiscales, además de un estrategia para desarrollar infraestructura logística e invertir en mano de obra calificada.

El panorama económico para 2016 parece delicado; el Fondo Monetario Internacional redujo a finales del año pasado la proyección de crecimiento económico del país de 2.8 a 2.5 por ciento para este año, reduciendo también las proyecciones para los siguientes dos años. De ejecutarse correctamente las Zonas Económicas Especiales, podrían representar un factor de crecimiento económico importante a mediano y largo plazo.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

¿Qué tan libres somos?

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“Una tarde en Dhaka, entró por la puerta un hombre gritando lastimosamente y sangrando abundantemente. El herido, quien había sido acuchillado por la espalda, era un trabajador musulmán llamado Kader Mía. Había venido para trabajar a una casa vecina a cambio de una pequeña paga y había sido atacado por un delincuente en la calle de nuestra zona mayoritariamente hindú. Mientras era trasladado al hospital por mi padre, contaba como su esposa le había dicho que no fuera a una zona hostil durante la época marcada por disturbios comunales. Sin embargo, tenía que ir pues su familia no tenía que comer. El castigo para esa falta de libertad económica resultó ser la muerte, lo que ocurrió tiempo después en el hospital. La experiencia fue devastadora para mí, y súbitamente me hizo consciente de los peligros de las identidades estrechamente definidas y del divisionismo que yace en políticas comunitarias. Me alertó también del hecho que la falta de libertad económica, en la forma de extrema pobreza, puede hacer de una persona presa indefensa de la violación de otros tipos de libertades: Kader Mía no se hubiera visto en la necesidad de venir a un área hostil en tiempo de conflicto buscando un ingreso si tan solo su familia hubiera podido sobrevivir sin ese dinero.” -Amartya Sen

Una tarde en Dhaka, entró por la puerta un hombre gritando lastimosamente y sangrando abundantemente. El herido, quien había sido acuchillado por la espalda, era un trabajador musulmán llamado Kader Mía…

Amartya Sen (premio Nobel de Economía en 1998) visitó Monterrey la semana pasada, ofreciendo una conferencia magistral sobre uno de sus más recientes trabajos The Idea of Justice (2009). En esta obra, y a lo largo de su carrera, Sen ofrece una crítica a la concepción de justicia social que múltiples teorías económicas e ideologías políticas no han podido modelar, dejando en la práctica distintas realidades y necesidades fuera.

Un ser humano puede considerarse verdaderamente libre cuando posee las oportunidades y capacidades para elegir la vida que mejor cree conveniente para él/ella.

Una de sus premisas es la idea del desarrollo como forma de libertad, donde argumenta que un ser humano puede considerarse verdaderamente libre cuando posee las oportunidades y capacidades para elegir la vida que mejor cree conveniente para él/ella. Sin embargo, para encontrarnos ante esa posibilidad de elegir, necesitamos contar con ciertas condiciones predeterminadas por nuestra realidad y contexto local.

Para identificar e incidir sobre dichas condiciones, Amartya Sen y Mahbub ul Haq desarrollaron el Índice de Desarrollo Humano (IDH)[1] del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) utilizado para medir los niveles de desarrollo de un país/estado/ciudad al evaluar los avances en términos de tres variables: 1) esperanza de vida al nacer, 2) nivel de escolaridad promedio en adultos y la expectativa de educación en niños y 3) PIB per cápita.

El último reporte del PNUD (2013) sobre el IDH, indica que México ocupa el lugar número 71 de entre 187 países evaluados. Con un índice de 0.756, México entra en la categoría de los países con un IDH alto.

De 1980, año en que comenzaron las evaluaciones, a 2013 México ha crecido en un 27%, de 0.596 a 0.756 IDH. La expectativa de vida aumentó en casi 10.9 años, el promedio de escolaridad creció en 4.5 años y la expectativa en 2.6 años, mientras que el PIB per cápita se elevó en un 47.2%.

Comparado con países similarmente evaluados en América Latina, México (IDH 0.756) destaca sobre Brasil (IDH 0.744) y Colombia (IDH 0.711). Sin embargo, y a pesar de superar en lo general a Brasil y Colombia, México es el peor calificado de los 3 en solamente una variable: la expectativa de escolaridad, que para México son 12.8 años, frente a 13.2 de Colombia y 15.2 de Brasil. El país mejor evaluado en este rubro fue Australia con 19.9 años.

El reporte de desarrollo humano se vuelve más interesante y complejo cuando comparamos los niveles generales del país, contra los mismo índices pero desagregados por entidad federativa. En el más reciente reporte de 2012, el Distrito Federal fue el mejor evaluado (IDH 0.830), seguido por Nuevo León (IDH 0.790) y Sonora (IDH 0.779), con índices similares a países como Polonia, Uruguay y Rusia. Por otra parte, las 3 entidades peor evaluadas fueron Chiapas (IDH 0.667), Guerrero (IDH 0.679) y Oaxaca (IDH 0.681), comparado al índice de países como Bolivia, Gabón y Egipto.

México, o “los dos Méxicos” como algunos lo definen, es un país de distintas realidades y por ende de distintas necesidades. Las políticas de desarrollo no pueden ser ni deben ser dirigidas por igual ante las distintas realidades del Distrito Federal y las de Chiapas.

México, o “los dos Méxicos” como algunos lo definen, es un país de distintas realidades y por ende de distintas necesidades. Las políticas de desarrollo no pueden ser ni deben ser dirigidas por igual ante las distintas realidades del Distrito Federal y las de Chiapas.

Ante la idea de justicia social y las grandes inequidades que muchos países en desarrollo enfrentan, Sen argumentó que la verdadera equidad yace en la capacidad de funciones.

Recomendó que las políticas públicas actuales necesitan ser conscientes de que existen dos tipos de funciones, elementales y sociales: Las funciones elementales incluyen buena salud, nutrición y refugio. Las funciones sociales que son más complejas incluyen respeto hacia uno mismo y la capacidad de participar en la vida pública. La realización de un ser humano es en base a ambas funciones.

Explicó que la capacidad que un ser humano tiene de alcanzar ambas funciones depende en gran medida de las inequidades relacionadas a clase socioeconómica, género y otras características que realidades predeterminadas tienen para disminuir nuestra capacidad de funciones. Ante diversas realidades, Amartya Sen apuntó el reto que enfrentan países como México en su esfuerzo por lograr una buena sociedad justa, funcional y en verdadero desarrollo, al deber trabajar en mitigar tales condiciones de discriminación, promoviendo la verdadera libertad del ser humano como la variable más importante de una vida satisfactoria.

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[1] El cálculo del IDH se obtiene al definir un índice de cada dimensión (Salud, Educación e Ingreso) y luego es combinado con la media geométrica. Los valores del IDH oscilan entre cero y uno, siendo el uno el valor más alto de desarrollo humano para una entidad.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”