En la Avenida Juárez de la CDMX, Frena y Gilberto Lozano decidieron enfrentar el reto de resistencia callejera, a invitación expresa del presidente que pretenden derrocar. Las semanas venideras dirán si la estrategia de usar las mismas herramientas de protesta que usó AMLO en el año 2006 (sin lograr más que estorbar a los capitalinos durante más de cuatro semanas) es la adecuada o lo llevará a unas comparaciones peligrosas y desfavorables, por la disparidad entre los recursos del entonces candidato derrotado y de las tropas más exiguas de Frena.
Mientras tanto, en Monterrey, se sigue jugando batallas sordas por las candidaturas a la gubernatura del Estado de Nuevo León. ¿Existe realmente una competencia entre Clara Luz y Tatiana por la candidatura de Morena? ¿Puede estar Clara Luz jugando en dos mesas de póker simultáneamente, apostando también en otra jugada del PAN? ¿Habría compatibilidad entre Abel Guerra y sus intereses múltiples y los múltiples intereses de las cúpulas panistas?
¿Estará el PAN abriendo también varias jugadas dejando abierta la posibilidad de una alianza con Movimiento Ciudadana, a pesar de las decisiones de los dirigentes nacionales de este partido de ir solos a la batalla electoral? ¿La Alianza local, PAN y Movimiento Ciudadano estaría condicionada a que el candidato sea Luis Donaldo Colosio, a exclusión total del senador Samuel García, lo que explica tantas afirmaciones reiteradas del senador que Luis Donaldo va por la alcaldía de Monterrey, para apartarlo de su camino a la candidatura por MC?
Tantas dudas e interrogantes solamente demuestran que en este momento, la política no es de ideas ni de partidos, sino de candidatos , de sus personalidades y de la imagen que proyectan en la opinión pública. No se pelea por una visión política ni por una visión del desarrollo del Estado de Nuevo León, se pelea por intereses de grupos, pero tristemente, principalmente intereses económicos.
El Estado es considerado un botín. Lo que está en discusión es la mejor combinación de personas para defender intereses muy particulares. La víctima de este proceso deformado será el propio estado de Nuevo León. Ya sufrió mucho con un sexenio de un aprendiz de gobernador de tiempo parcial, y dos sexenios de saqueo priista.
Urge un proyecto serio y candidatos preparados para administrar el Estado y dejar a un lado los juegos fatales de la partidocracia.