La línea de arranque está definida. El INE anunció que el 7 de septiembre comienza de manera oficial el periodo de precampañas y los partidos ya están listos para la competencia. El botín: quince gubernaturas (con sus respectivas alcaldías y diputaciones locales) y los 500 curules de la Cámara de Diputados.
Al igual que en 2018, la pregunta no es si Morena ganará o no la elección, sino cómo y qué de lo que está en juego. Aunque es temprano para tener certezas, todo indica que los morenistas se van a servir con la cuchara grande el año que viene. Hay ya quienes se aventuran a afirmar que los de Andrés Manuel se llevarán todas las gubernaturas y que es un hecho se refrendará la mayoría en la Cámara de Diputados, pero no todo está ganado.
La cercanía con la 4T y la imagen del presidente no son necesariamente garantía de triunfo en 2021. Es verdad que los de Morena parece ser que tienen el camino ablandado gracias a AMLO, pero hay que recordar que en el terreno de lo local hay muchas otras variables que definen la opinión pública.
Uno de los casos más emblemáticos es Nuevo León. Aunque en las presidenciales la mayoría votó por Andrés Manuel, Ricardo Anaya se quedó muy cerca de pintar el estado de azul, por lo que la cercanía que la candidata (porque ya sabemos que será una mujer) tenga o no con el presidente será muy importante para el resultado.
Algo similar podría ocurrir en Baja California, pues el desgaste que sufrió la marca Morena gracias a la controvertida “Ley Bonilla” muy seguramente cobrará renta. Hay que recordar que el presidente muy hábilmente se deslindó del caso al delegar toda la responsabilidad a la directiva local y que envió a Olga Sánchez Cordero a recibir los golpes.
Las elecciones 2021, las más grandes (y posiblemente las más caras) de la historia del país, no pueden pensarse sólo en términos de aprobación o no a Andrés Manuel. Mientras la oposición siga atacando la imagen del mandatario, poco podrá hacer para frenar la avanzada morenista en el territorio nacional. Sí, desde Palacio Nacional se buscará influir en la campaña, pero finalmente la decisión será pensada en clave local, y para ello, habrá que pensar en local: gestión y candidaturas cercanas a la gente.
¿Y cómo van lograr eso? Porque se viene una intensa campaña digital. Redes sociales, medios digitales, videoconferencias, cadenas de mensajes; los candidatos tendrán que llegar a nuestras casas y el canal más directo que tienen para hacerlo es a través de nuestros teléfonos. Si el COVID no dispone otra cosa, la clave pasará por dominar el espacio digital. Atrás quedaron los grandes actos de campaña, los mítines y la típica foto del candidato subido en una tarima, hablándole a la gente y esperando los aplausos.
Sí, desde Palacio Nacional habrá influencia en la campaña, pero que no se nos olvide que la decisión final la tomamos nosotros. ¿Quiénes estarán más preparados? Muy pronto lo sabremos. Será cuestión de abrir Instagram para darnos cuenta.