En la vuelta del 2018 por primera vez- a mi consideración- nos faltan candidatos nominales y fuertes al interior de los partidos. Fuera del candidato eterno que lidera MORENA, el interior del Partido Acción Nacional, del Partido Revolucionario Institucional y sus derivados, así como del Partido de la Revolución Democrática no tienen un panorama claro sobre su gallo para ocupar la silla de Los Pinos.
La que sí lo tiene claro y no le molesta aparecer en múltiples eventos con esa aspiración es Margarita Zavala, una mujer que denota amplia experiencia desarrollada durante su etapa como legisladora y por supuesto con el papel protagónico de ex primera dama presidencial.
Aparece en entrevistas nacionales expresando con seguridad que será la primera Presidenta de México y que no le teme a los inevitables bloqueos que sus opositores pueden hacer con dos años de destape anticipado.
A juicio personal considero que el sexenio de su esposo dejó grato sabor de boca en la figura de primer mandatario de nuestro país. Un presidente que no temía responder a las cuestiones de los jóvenes inconformes, que protegió al país de una de las crisis económicas más grandes en Estados Unidos y que, sobretodo, vestía la figura de presidente como ningún otro. También considero que la experiencia de ex primeras damas a la presidencia no ha resultado del todo grata en países sudamericanos especialmente y que muchos lo consideran como una reelección disfrazada de nuevas opciones.
He visto en innumerables ocasiones a Zavala en eventos con jóvenes y mujeres; demuestra gallardía y cercanía a la gente, pero no de esa cercanía de promoción electoral, sino de verdadero gozo ante la vocación que eligieron en familia desde hace muchos años en las filas juveniles de su partido.
Dicen con total franqueza ser mejor que cualquier candidato que anuncia las encuestas. Mejor que AMLO y su tercer intento; por encima de Osorio y Videgaray en un gobierno intrascendente e incluso superior al jefe nacional de los azules Ricardo Anaya.
Después de varios meses siguiendo sus aspiraciones hoy expreso que le creo. Que respondió categóricamente a los insultos de “extensión de Calderón”, que no le tiembla el lanzarse- de no recibir apoyo de su partido- por la vía ciudadana y que sin temores está recorriendo un país que le muestra su apoyo en las encuestas.
Hoy es primera, faltando dos años para el encuentro electoral. Hoy es una opción de recuperación y renovación. Le creo, no por su partido ni por su esposo sino porque en tiempos donde la mujer lucha por la igualdad es la opción que representa que cuando la equidad no ofrece las mismas oportunidades, la mujer las consigue por sí misma.
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