“No tengan miedo al COVID”, dice Trump tras dejar hospital

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Tras regresar a la Casa Blanca este lunes luego de ser tratado por COVID-19 durante tres días en el hospital, el presidente Donald Trump publicó un mensaje en su cuenta de Twitter en el que llama a la población a no tener miedo al coronavirus.

“No dejen que los domine, no le tengan miedo”, dice Trump en un mensaje publicado en sus redes sociales.

Por otro lado, aseguró que se encuentra bien y destacó el trabajo de médicos, enfermeras y paramédicos del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, donde estuvo internado.

Trump recibió un nivel de atención médica sin precedentes para COVID-19, desastando inmediatamente una nueva controversia al declarar que, a pesar de que él enfermó, la nación no debe temer al virus que ha provocado la muerte de más de 210 mil estadounidenses.

Con mascarilla y caminando con cautela, Trump dejó el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en una camioneta que lo llevó al helicóptero Marino One para el corto vuelo de vuelta a la Casa Blanca.

El doctor del mandatario, el comandante de la Armada Sean Conley, dijo que Trump no estará completamente “fuera de peligro” durante una semana mas, pero que el presidente había cumplido o superado los estándares para recibir el alta del hospital.

Se prevé que Trump continúe su recuperación en la Casa Blanca, donde aún no se determina el alcance completo del brote que ha infectado a personal en los más altos niveles del gobierno estadounidense.

Aún así, Trump, que sigue siendo capaz de contagiar a otros, tuiteo antes de salir del hospital que no se mantendrá fuera de acción por mucho tiempo: “Volveré a la campaña pronto”.

Trump y Melania dan positivo a COVID-19

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La Casa Blanca canceló el viaje de campaña que Donald Trump tenía previsto para el viernes a Florida, luego de que el presidente estadounidense anunciara que dio positivo de covid-19.

Trump, que busca la reelección en las elecciones del 3 de noviembre, era esperado para un mitin en el aeropuerto Sanford en Florida (sudeste) el viernes, pero su nueva agenda de eventos solo incluye una llamada telefónica a mediodía de “apoyo a los ancianos vulnerables por la covid-19”.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está “bien” y cumplirá sus “funciones sin interrupción” mientras se somete junto con su esposa Melania a una cuarentena, luego de que ambos dieran positivo de coronavirus, dijo el médico del mandatario en la madrugada del viernes.

Ambos “están bien en este momento y planean mantenerse en su hogar en la Casa Blanca durante su convalecencia”, dijo el doctor Sean Conley en un comunicado. “Espero que el presidente continúe cumpliendo sus funciones sin interrupción mientras se recupera”, agregó.

“Esta noche la primera dama y yo dimos positivo de covid-19. Empezaremos inmediatamente nuestra proceso de cuarentena y de recuperación. ¡Superaremos esto JUNTOS!”, escribió el mandatario en Twitter.

Anteriormente el mandatario, había anunciado, por la misma vía que entraba en cuarentena a la espera de los resultados de una prueba de covid-19 luego de que una cercana colaboradora diera positivo en un test de la enfermedad.

El mandatario confirmó en una entrevista con Fox News que Hope Hicks, una consejera, dio positivo, añadiendo luego en Twitter que él y su esposa Melania se habían sometido a una prueba de covid-19 y esperaban los resultados.

“Ella dio positivo”, dijo Trump sobre Hicks. “Usa muchas mascarillas, pero dio positivo”.

“Acabo de hacerme un test y veremos qué pasa”, señaló. “Sabes que paso mucho tiempo con Hope, al igual que la primera dama”, dijo el mandatario.

Los gubernamentales Centros para el Control y Prevención de Enfermedades recomiendan hasta 14 días de cuarentena si las personas estuvieron expuestas al virus.

Hope Hicks estaba a bordo del Air Force One con el presidente cuando viajó a Cleveland, Ohio, el martes para participar en el debate contra Joe Biden.

También viajó el miércoles con Trump rumbo a Minnesota para un mitin de campaña.

El presidente estadounidense se somete regularmente a pruebas de covid-19 aunque se desconoce la frecuencia exacta con que se realiza estos tests.

Los colaboradores que trabajan en el “Ala Oeste” de la Casa Blanca son evaluados a diario, como los periodistas que visitan esa sección o viajan con el presidente.

Paradójicamente, este jueves un estudio de la Universidad de Cornell, financiado en parte por la Fundación de bill y Melinda Gates, aseguraba que Donald Trump es probablemente el mayor factor de desinformación sobre el covid-19.

Un equipo de la Alianza de Cornell para la Ciencia analizó unos 38 millones de artículos publicados en inglés, entre el 1 de enero y el 26 de mayo de 2020, en Estados Unidos, Reino Unido, India, Irlanda, Australia y Nueva Zelanda, así como en algunos otros países de África y Asia.

De ellos, se identificaron más de 522.400 artículos con información falsa sobre el coronavirus, un fenómeno llamado “infodemia” por la Organización Mundial de la Salud.

Asimismo, se calculó el impacto de estos artículos en las redes sociales, con más de 36 millones de interacciones, tres cuartas partes en Facebook.

En total, se identificaron once categorías de información falsa, desde teorías de la conspiración -que el virus fue creado para crear un nuevo orden mundial; que se trata de un arma biológica diseminada por un laboratorio chino; que es una enfermedad ligada al magnate Bill Gates; que el virus fue creado para regular a la población mundial, entre otras- hasta curas milagrosas.

Estas últimas fueron, por lejos, las más populares, con 295.351 artículos, y los comentarios de Trump fueron responsables de un repunte significativo en esta categoría, en particular la posibilidad de una inyección de desinfectante para combatir la enfermedad, como dijo en una conferencia de prensa el 24 de abril.

Asimismo, hubo picos similares cuando promovió el uso de hidroxicloroquina, un tratamiento cuya efectividad no ha sido probada.

“Por tanto, llegamos a la conclusión de que el presidente de Estados Unidos fue sin duda el factor más importante de desinformación” sobre el covid-19, indicaron los investigadores.

“Si la gente recibe información engañosa a través de informes no científicos y no corroborados sobre la enfermedad, puede ocurrir que sean menos propensos a seguir las recomendaciones oficiales y a propagar aún más el virus”, dijo Sarah Evanega, quien encabezó el estudio.

“Uno de los aspectos más interesantes en la recolección de datos fue descubrir la impresionante cantidad de información falsa directamente relacionada con las declaraciones de un pequeño número de individuos“, dijo por su parte Jordan Adams, coautor de la investigación y analista de datos de Cision Insight.

¿La mejor democracia del mundo?

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Las portadas de los periódicos de todo el mundo comparten una opinión similar sobre el primer encuentro entre los candidatos Joe Biden y Donald Trump: ha sido el peor debate de la historia. Tan malo fue que lo califican de “broma”, “desastre”, “humillante” y hasta “mierda”. Una emisión que podría ser preferible dejar en el olvido, pero que pone en evidencia una verdad incómoda sobre la transfiguración que ha vivido la política.

¿Qué pasó para que los políticos dejaran de proponer planes de gobierno y ahora se dediquen a insultarse los unos a los otros? ¿En qué momento dejaron de importar las ideas de fondo y se pensó que era una buena idea que, en lugar de tener apoyos, los candidatos sólo fueran “populares”?

Quizá la respuesta es que esta situación es producto de una paradoja. Por un lado, existe una sociedad que está harta de los políticos, de la política y que pidió nuevas formas y a outsiders con la esperanza que se cumplieran sus necesidades, pero que ante los malos resultados que estos puedan dar, se sienten desencantados porque la alternativa entonces es lo que ya se tenía antes.

Justo esto es lo que le está viviendo el electorado estadounidense. Vio en Trump la respuesta a una necesidad de “ya no más políticos”, pero ignoró el hecho de que el empresario, una vez dentro del Despacho Oval, ya no iba a ser más “un empresario” y se institucionaría. Ahora que los malos resultados de la gestión de la pandemia son palpables, con un poco de tristeza o nostalgia voltean a ver a los políticos tradicionales y esto hace que haya que plantearse una disyuntiva nociva: o quedarse con los que vinieron “desde fuera” pero que no dieron resultados, o volver al modelo de antes que tampoco cumplía. En pocas palabras, elegir el menos peor.

Es cierto que un candidato que conecta bien con la sociedad y se comunica en un lenguaje sencillo suele conseguir más apoyos, pero ésta es tan sólo una estrategia de tantas y en ningún momento agota todas las instancias. La llamada “mejor democracia del mundo” está viviendo su peor periodo de desgaste en lo que va de la historia moderna y es evidente que llega muy débil a estos tiempos de incertidumbre. Los estadounidenses están pagando el precio de diluir tanto la retórica política y de decidir su voto de la misma manera en la que lo harían si tuvieran que decidir entre comprar un producto u otro o entre ver una película u otra.

Si se sigue creyendo que un político sólo por ser popular está capacitado para ganar una elección, entonces esta situación continuará, porque cuando lleguen al gobierno y no sepan hacer el trabajo y su única salida sea pedir a los asesores soluciones para mantener el índice de aprobación, las cosas terminarán tan mal que nos llevarán al mismo punto de partida. 

Lo que están sintiendo los estadounidenses después de ver a un Trump autoritario, imprudente e indecente, y a un Biden sumiso, con poco temple y que no soporta la tensión, está muy bien representado por un video de The Daily Show narrado por Steve Buscemi. Para mí, el título del video es lo que justificará el triunfo demócrata dentro de unas semanas: “Joe Biden: acceptable under the circumstances“.

Primer debate presidencial de EE. UU. 2020: Una proyección de la crisis actual en la clase política estadounidense

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El análisis de un debate presidencial debería de tener un enfoque especial en la sustancia del debate y en la calidad de los argumentos expuestos por ambos candidatos, pero este no es el caso. Estados Unidos es la potencia indudable en la coyuntura internacional actual, lo cual hace que este debate sea de suma importancia, no solo para los ciudadanos de dicho país. A lo anterior, tenemos que añadir también la situación económica, social y sanitaria actual derivada de la pandemia por el Covid-19. 

Sin embargo, en este caso, la situación es distinta. Aún y cuando EEUU se encuentra en el centro mediático de la Pandemia por Covid-19, no fue suficiente para que los candidatos orientaran sus exposiciones a que el público llegara a conocer el mensaje, proyecto o incluso ideología de cada uno. Entre interrupciones, gritos, moderador desesperado y falta de preparación; el mensaje no logró transmitirse al elector. 

Las reacciones del electorado hacia el debate presidencial no pueden entenderse de otra manera más que de las dos siguientes. La primera, el electorado decepcionado al no encontrar lo que buscaban en el debate, personas que buscaban en el debate las razones ideológicas o de proyección que los ayudaran a tomar una decisión simplemente quedaron vacíos al final del debate. Por otro lado, la segunda reacción pertenece a aquellos que -independientemente del lado político en el que se encuentren- ya tienen su decisión bien tomada, y el debate solo despertó sus pasiones a favor o en contra de alguno de los candidatos. 

Ambos candidatos tuvieron una parte de la culpa del por qué el debate fue tan poco enriquecedor. Por un lado, el presidente Donald Trump mostró desde el inicio que no iba a dejar que su contrincante hablara sin interrupciones. A pesar de que a Trump se le vio más preparado en sus respuestas, fueron pocas las respuestas que dejó contestar sin interrupción a su contraparte.  Las interrupciones por parte del actual presidente llegaron a tanto que el moderador tuvo que intervenir en varias ocasiones e incluso alzar el volumen de voz. 

Más que una estrategia por parte de la campaña de Trump, el esfuerzo a interrumpir en variadas ocasiones es una muestra del carácter del actual presidente. Esto se puede inferir al comparar su actuar -idéntico- al momento de debatir en contra de Hilary Clinton en 2016, aún y teniendo una coyuntura, contrincante y temas distintos. Trump, tal como lo hizo en las elecciones pasadas, apostó en el debate al despertar emociones en el elector. Si bien, esto ayudó a la campaña de Trump en 2016, la situación actual es muy distinta, lo cual podría cambiar el resultado de la elección en esta ocasión. 

Por otro lado, en mi opinión, el ex vicepresidente Joe Biden, fue quien perdió el debate. Biden no perdió solamente por dejarse mostrar como el niño débil acosado del salón, también fue por su falta de preparación. Biden se quedaba callado cada vez que Trump lo interrumpía, bajaba la mirada, y dejaba hablar a su contrincante. Es cierto que dicho actuar es el correcto para un debate -presidencial-, sin embargo, el elector no siempre responde al deber ser. Es decir, un elector común que vea el debate podría pensar que Joe Biden es débil, y no tiene la capacidad para enfrentar a Trump o algún otro adversario, aunque no sea así en la realidad. 

Pero, dejando a un lado, por un momento, las repetidas interrupciones por parte de Trump, Biden mostró muy poca preparación en sus respuestas, a preguntas que eran de esperarse en este primer debate. Temas como las protestas en contra de instituciones de policía, racismo, impuestos, cambio climático y el mismo Covid-19, eran preguntas que definitivamente se preguntarían en el debate, a las cuales Biden se reducía a responder contrastando “lo mal que Trump lo estaba haciendo” en dichos temas. Biden tuvo muy pocas oportunidades, debido a tanto grito e interrupción, pero cuando sí tuvo la posibilidad de explicar sus planes de una manera clara que pudiera atraer electorado, simplemente no lo hizo. 

Ninguno de los candidatos logró exponer algún proyecto o idea clara -relevante- sobre los temas que más importan al electorado estadounidense. Al contrario, el debate pudo incluso causar más confusión en el espectador. Este primer debate presidencial del 2020 ha demostrado que la política de Estados Unidos ha ido en declive en las últimas décadas, en términos de calidad sustancial en las propuestas de los candidatos. No queda más que esperar que ambos candidatos respeten más las reglas y se preparen más para los próximos debates. 

Trump intenta desorientar a Biden en un primer debate caótico y agrio

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intentó este martes desorientar a su rival en las elecciones de noviembre, el demócrata Joe Biden, con constantes interrupciones en un debate caótico y agrio, que reforzó la incertidumbre sobre lo que pasará el día después de los comicios.

Trump y Biden se vieron las caras por primera vez en Cleveland, en el estado clave de Ohio, donde discutieron durante más de 90 minutos seguidos sobre algunos de los temas que más preocupan a los votantes, pero todos los conatos de profundizar en esos asuntos acabaron frustrados por interrupciones o ataques personales.

“Es difícil poder pronunciar una sola palabra con este payaso”, llegó a decir en un punto del debate Biden, aunque luego se corrigió: “Disculpen, esta persona”.

MUCHOS ATAQUES, POCA SUSTANCIA

En efecto, Trump no paró de interrumpir a su contrincante a lo largo del intercambio, hasta el punto de que el moderador, el periodista Chris Wallace, tuvo que recordar al menos dos veces al mandatario que su campaña se había comprometido a respetar el tiempo concedido a cada candidato para responder a las preguntas.

Biden se burló de Trump por “cotorrear” mientras él hablaba y en un momento le espetó un “¿puede callarse, hombre?”; pero consiguió completar varios de los argumentos que había preparado y trató de dirigirse directamente a los votantes estadounidenses mirando fijamente a la cámara.

Bajo este presidente, nos hemos vuelto más débiles, más pobres, más enfermos, más vulnerables y más divididos”, opinó el exvicepresidente estadounidense (2009-2017).

Trump tachó al comenzar el debate a Biden de “socialista” y “controlado” por la izquierda de su partido, y no tardó en llevar el debate al plano personal, al repetir su acusación -no demostrada- de que el hijo de su rival, Hunter, incurrió en “corrupción” al trabajar para una empresa gasística en Ucrania mientras su padre era vicepresidente.

Y Biden dirigió todavía más insultos de los que recibió, al calificar al presidente de “mentiroso”, “racista” y de “no tener ni idea de lo que habla”, además de espetarle: “Sal de tu búnker (en la Casa Blanca) y de tu trampa de arena del campo de golf, y haz lo que hay que hacer para salvar vidas (de la pandemia)”.

INCERTIDUMBRE ELECTORAL

El mandatario estadounidense se dedicó más a reaccionar a lo que decía Biden que a intentar enviar mensajes claros a los votantes, y recalcó sus consignas de campaña favoritas: su defensa de todo lo relacionado con la ley y el orden, y su insistencia en que las elecciones de noviembre estarán “amañadas”.

Es un fraude, y es una pena”, subrayó Trump, al insistir en su argumentode que el voto por correo favorece el fraude electoral, algo que múltiples estudios han demostrado que no es cierto.

Trump opinó que, debido a los retrasos derivados de la pandemia por la COVID-19 y el aumento en el voto por correo, el resultado de las elecciones podría tardar “meses” en saberse, pero se negó a contestar con un sí a la pregunta de si se comprometía a apaciguar a sus seguidores en el caso de que el ganador no se conozca el mismo 3 de noviembre.

“A lo que urjo a mis seguidores es a que vayan a los lugares de votación y observen todo muy cuidadosamente, porque es lo que tienen que hacer”, zanjó el presidente.

Mientras, Biden respondió directamente que sí a la pregunta de si llamaría a la calma hasta que se sepa el vencedor de los comicios, y opinó que a su rival “simplemente le da miedo contar los votos”.

TRUMP Y EL RACISMO

El presidente también rehusó responder directamente a la pregunta de si estaba dispuesto a condenar las acciones de los supremacistas blancos y sus milicias en el país, al declarar: “Casi todo lo que veo (de disturbios) viene de la izquierda”.

El candidato demócrata denunció que Trump “vierte constantemente gasolina en el fuego”, y que si esquiva reprender claramente a esos grupos es porque le conviene “generar un odio racista, una división racial” en el país.

Lo que sí aclaró Trump es que sí cree que la actividad humana contribuye “hasta cierto punto” al cambio climático; mientras su rival prometió que, si gana, devolverá a EE.UU. al Acuerdo de París sobre el clima y amenazará a Brasil con “consecuencias económicas significativas” si no deja de “mutilar la selva” amazónica.

(Fuente: EFE)

Dan a conocer deudas, pérdidas y elusión fiscal de Trump

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Los documentos fiscales del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, muestran pérdidas, cientos de millones de dólares en deuda vencida, una batalla de auditoría contra el Servicio de Impuestos que ha durado una década y otros detalles que contrastan con la imagen que el republicano ha querido colocar con relación al supuesto éxito de sus negocios.

De acuerdo con los documentos obtenidos, el Mandatario -quien ha evitado durante mucho tiempo dar a conocer sus declaraciones tributarias- no ha pagado impuestos federales sobre la renta en 10 de los últimos 15 años y ha acumulado pérdidas crónicas que han sido documentadas por el Servicio de Impuestos de la Unión Americana.

Asimismo, según los datos tributarios a los que se tuvo acceso, Trump pagó en 2016, año en el que fue electo Presidente, un total de 750 dólares en impuestos al Gobierno federal, misma cantidad que pagó al siguiente corte anual.

Conforme a lo descrito por el Times, Trump estaría en una complicada posición financiera que presuntamente lo haría cada vez más dependiente de ganar dinero a través de negocios que trastocarían conflictos de interés y pondrían en entredicho su trabajo como jefe de Estado.

Tras darse a conocer el informe, el Presidente lo calificó de “noticias falsas”.

La falta de pago de impuestos sobre la renta por parte de Trump es uno de los mayores descubrimientos en sus declaraciones, especialmente dada la gran cantidad de ingresos.

Los ingresos netos de Trump a partir de su fama, su participación del 50 por ciento en el show de televisión “El aprendiz”, junto con las riquezas que le derramaron las decenas de compañías que pagan por usar su nombre, totalizaron 427.4 millones de dólares hasta 2018. Se obtuvieron otros 176.5 millones de ganancias a través de su inversión en dos edificios de oficinas de gran éxito.

Entonces, ¿cómo escapó de casi todos los impuestos sobre esa fortuna? Incluso la tasa impositiva efectiva pagada por el 1 por ciento más rico de los estadounidenses podría haberlo hecho pagar más de 100 millones de dólares.

La respuesta se encuentra en otra categoría de sus negocios: los que él mismo posee y dirige. Las pérdidas colectivas y persistentes en ellos lo absolvieron en gran medida de pagar impuestos federales sobre la renta sobre los 600 millones de dólares de “El Aprendiz”.

A lo largo de su carrera, las pérdidas comerciales de Trump a menudo se han acumulado en sumas mayores de las que podrían usarse para reducir los impuestos sobre otros ingresos en un solo año. Pero el código tributario ofrece una solución alternativa: con algunas restricciones, los dueños de negocios pueden transferir las pérdidas sobrantes para reducir los impuestos en años futuros.

Por su parte, Alan Garten, uno de los abogados de la Organización Trump, respondió, al ser consultado por el Times, que la información presentada era “inexacta”.

“La mayoría, si no es que todos, de los hechos (incluidos en el reportaje) parecen ser inexatos”, aseveró. “El Presidente ha pagado decenas de millones de dólares en impuestos personales al Gobierno federal”

El diario estadounidense, el cual adelantó que se publicarán contenidos relacionados en las próximas semanas, obtuvo datos, de más de dos décadas, sobre declaraciones de impuestos de Trump y de las compañías que conforman su organización empresarial, así como información concerniente a sus primeros dos años en el Ejecutivo.

(Fuente: The New York Times News Service)

Trump anuncia que exigirá una prueba antidoping a Biden

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este domingo en su cuenta de Twitter que exigirá al candidato presidencial demócrata, Joe Biden, hacerse una prueba antidoping antes o después del primer debate entre ambos, el cual se realizará el martes.

“Exigiré enérgicamente una prueba de dopaje al soñoliento Joe Biden antes, o después, del debate del martes. Naturalmente, yo accederé también a hacerme una. Sus actuaciones en los debates han sido bastante desbalanceadas, por decirlo suavemente. ¿Sólo las drogas podrían haber causado esta discrepancia?”, publicó Trump.

Trump, quien ha cuestionado en múltiples ocasiones el estado físico de Biden, ha señalado que su rival en las presidenciales del próximo 3 de noviembre no cuenta con la energía necesaria, debido a su edad, para dirigir al país y ha asegurado que su mandato, en caso de que resultara electo, se vería moldeado por la voluntad de China.

Por otro lado, las discrepancias a las que se refirió el candidato presidencial republicano podrían estar relacionadas con el desempeño de Biden a lo largo de los debates en torno a las primarias demócratas, cuando sus alocuciones hacia el término de los encuentros fue mejor que cuando éstos comenzaron.

Sobrina demanda a Trump por fraude en herencia

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Mary Trump, sobrina de Donald Trump, demandó al Presidente de Estados Unidos este jueves, acusándolo junto con otros miembros de la familia de negarle decenas de millones de dólares de una herencia.

La acción presentada en una corte estatal de Nueva York en Manhattan contra Donald Trump; la hermana de éste, Maryanne Trump Barry, y el patrimonio de Robert Trump, hermano del Presidente que murió en agosto, acusa a los demandados de fraude y conspiración.

Jay Sekulow, abogado de Trump, no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios. Un abogado que representó a Robert Trump tampoco contestó una solicitud similar. Trump Barry, en tanto, no pudo ser localizada para referirse al tema.

La denuncia describe algunas de las acusaciones que hizo Mary Trump en su reciente libro “Too Much and Never Enough: How My Family Created the World’s Most Dangerous Man”.

Mary Trump acusó al Presidente y a los otros involucrados en la acción legal de “presionarla” mientras maniobraban para tomar el control de la propiedad de su abuelo Fred Trump, el padre de Donald Trump, quien murió en 1999.

“El fraude no era solo un negocio familiar, era una forma de vida”, según la denuncia.

En una declaración proporcionada por su abogado, Mary Trump señaló traición de los acusados.

“Me traicionaron al trabajar juntos en secreto para robarme, al decirme mentira tras mentira sobre el valor de lo que había heredado y al engañarme para que diera todo por una fracción de su valor real”.

(Fuente: Reuters)

Trump quiere designar rápidamente al sucesor de Ruth Bader Ginsburg y la campaña en EEUU se sacude

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El presidente Donald Trump abogó este sábado por el rápido reemplazo de la fallecida jueza de la Corte Suprema de Justicia, Ruth Bader Ginsburg, un ícono de la izquierda estadounidense, lo cual abrió un potencial campo de disputa en la recta final a las elecciones presidenciales estadounidenses del 3 de noviembre.

Nominar magistrados de la Corte es “la decisión más importante” para la que se elige al presidente, tuiteó Trump este sábado y pidió llenar “sin demora” la vacante dejada por la muerte de esta jurista de 87 años defensora de la causa de las mujeres, las minorías y el medio ambiente.

Trump parece decidido a proceder a una nominación que puede desnivelar en favor de los conservadores la integración de la Corte.

La jueza RBG, como se la conocía, murió el viernes tras un cáncer de páncreas y generó una ola de consternación en el país pero también despertó preocupación entre los demócratas.

“Tendremos un nominado muy pronto”, dijo el presidente republicano antes de emprender un acto de campaña en Carolina del Norte.

“Queremos respetar el proceso. Creo que irá muy rápido”, agregó Trump al señalar que “lo más probable es que sea una mujer”.

La llegada de un nuevo juez nombrado por Donald Trump anclaría el máximo tribunal estadounidense al campo conservador durante mucho tiempo.

Trump ha nombrado a dos jueces durante su primer mandato como presidente, Brett Kavanaugh y Neil Gorsuch, dando a los conservadores una mayoría de 5-4 antes de la muerte de Ginsburg, aunque eso no garantiza los fallos a favor de Trump – ha habido varios ejemplos recientes de conservadores poniéndose del lado de sus colegas progresistas.

Trump tiene otro poderoso incentivo para seguir adelante: alentar a sus  partidarios antiabortistas y evangélicos.

Hablando en un mitin en Carolina del Norte el sábado, hizo una improvisada encuesta entre la multitud, pidiendo que se pronunciaran por una mujer o por un hombre para que fuera designado.

La multitud vitoreó con mayor intensidad a una mujer. “Es una encuesta muy precisa porque así es como me siento”, dijo. “Será una mujer. Una mujer muy talentosa, muy brillante, a la que aún no he elegido… pero tenemos muchas mujeres en la lista”, dijo.

– 45 días –

A 45 días de las elecciones, el candidato demócrata Joe Biden y el expresidente Barack Obama se pusieron en guardia ante Trump, que intenta la reelección.

“Los electores deben elegir al presidente y el presidente debe proponer un juez al Senado”, dijo Biden quien aventaja a Trump en las encuestas.

Obama instó a Trump a abstenerse de hacer una nominación hasta que los votos estén depositados.

Los nueve miembros de las Suprema Corte de Justicia tienen cargos vitalicios y Trump ya nominó a dos conservadores, por lo cual ese campo cuenta con cinco magistrados.

Lo que está en juego tiene suma relevancia. No solo porque la Corte es clave para dirimir asuntos controversiales como el derecho a portar armas o los derechos de los homosexuales, sino que además puede ser llamada a resolver litigios electorales, como ocurrió en la elección de 2000 finalmente ganada por George W. Bush.

En el papel, nada impide que Trump nomine al relevo de Ginsburg, quien desde hace meses estaba muy delicada de salud. A comienzos de setiembre Trump ya tenía una lista de 20 nombres para una eventual vacancia en la Corte, entre los cuales se contaban los senadores ultraconservadores Ted Cruz y Tom Cotton.

El jefe de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, dijo el viernes que está dispuesto a echar a andar el proceso de nominación. En circunstancias parecidas, hace cuatro años bloqueó la designación de un juez propuesto por Obama.