¿Rumbo a un “sexenio perdido”?

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Ya han pasado 4 años desde aquel día en el que, luego de dos sexenios donde el Partido Acción Nacional se mantuvo en el poder ejecutivo, el Partido Revolucionario Institucional volvió a los pinos; para algunos, esto significó el regreso del autoritarismo y del estado de censura apreciable en décadas anteriores, para otros tal retorno simbolizó, la llegada de un PRI “renovado”, el cual podría brindar mejores resultados y contribuiría a “limpiar” la imagen que dicha agrupación había construido a lo largo del tiempo. Ahora bien, encontrándonos a dos años de cumplirse el sexenio del ejecutivo Enrique Peña Nieto, uno no puede evitar preguntarse: ¿Qué se ha ganado y que se ha perdido durante estos casi seis años de gobierno?

…pareciera ser que actualmente contamos con un gobierno que elude las propias leyes que dice defender, y en su lugar, da paso a una serie de acciones arbitrarias basadas en el beneficio individual y no en el bien común, mucho menos en los principios que posee la sociedad en su conjunto.

Entre lo que pudiera considerarse como aspectos de carácter positivo del casi sexenio de EPN, pudiera destacarse la captura de figuras prominentes que desde tiempo atrás los gobiernos previos habían intentado procesar, tanto de la esfera política como del crimen organizado. Entre ellos se pueden mencionar la líder sindical Elba Esther Gordillo, así como la lograda detención “doble” (hasta la fecha) de Joaquín Guzmán, alias “El Chapo”.

Ahora bien, en cuanto a los aspectos negativos que se han apreciado a lo largo de esta administración, se encuentra la clara y abierta complicidad entre ciertos sectores empresariales y el mandatario, Peña Nieto. Para ahondar en tal tópico, basta con ver la estrecha relación entre la empresa Grupo HIGA y el gobierno federal: desde el escabroso asunto de la casa blanca, así como el asunto del excesivamente caro avión presidencial hasta la actualidad con la situación en la comunidad de Xochicuautla, en la cual, policías federales junto con empleados de la empresa previamente mencionada, desalojaron a los habitantes de dicha comunidad con el fin de proceder a la demolición de tales hogares para iniciar la construcción de una carretera; a lo anterior se suma el hecho de que, además de atropellarse totalmente el respeto hacia los asentamientos de las agrupaciones de pueblos originarios, se atropella el derecho constitucional de amparo que cada mexicano posee: los habitantes de Xochicuautla habían obtenido la suspensión definitiva de la construcción de la mencionada carretera, el cual aseguraba la interrupción de la obra hasta haber finalizado el juicio de amparo.

Sumando la poca, si no es que nula, eficiencia de las “reformas estructurales” tan difundidas en su momento, e igualmente, el aumento de la violencia a lo largo del país y los abusos de autoridad, el gobierno de EPN pareciera encaminar al país a lo que podría denominarse, un sexenio perdido.

Por esto mismo, pareciera ser que actualmente contamos con un gobierno que elude las propias leyes que dice defender, y en su lugar, da paso a una serie de acciones arbitrarias basadas en el beneficio individual y no en el bien común, mucho menos en los principios que posee la sociedad en su conjunto. Sumando la poca, si no es que nula, eficiencia de las “reformas estructurales” tan difundidas en su momento, e igualmente, el aumento de la violencia a lo largo del país y los abusos de autoridad, el gobierno de EPN pareciera encaminar al país a lo que podría denominarse, un sexenio perdido. Se entiende como sexenio perdido a aquellas administraciones públicas, no solo ineficientes en los resultados y rendición de cuentas, sino también regresivas en lo que se refiere al avance de los derechos humanos y vinculación con la sociedad.

Considero que, a lo largo de estos cuatro años de gobierno, no solo no se ha avanzado, sino que se ha retrocedido en la mayoría de los ámbitos fundamentales: derechos, transparencia, desigualdad, unidad. Si no exigimos y dejamos claro que, en una democracia el pueblo decide su destino y el gobierno contribuye a la realización del mismo, (y no al revés) en unos años, además de contar a las nuevas generaciones como la nación pasó seis años de retrocesos y nulos avances, vamos a presenciar cómo pasa lo mismo con el gobierno de ese momento.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Jorge y Javier: hacia 2190 días de lucha

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“La verdad, por más que se oculte, no dejará de ser verdad, y la mentira, por más que se propague, seguirá siendo mentira”-Mahatma Gandhi

Están por cumplirse 6 años del suceso en el que dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey, Jorge y Javier, fueron abatidos por miembros del ejército. Para los padres, habrán de cumplirse seis años de lucha ininterrumpida en los que han tenido que plantar cara a la falta de respuesta de las autoridades correspondientes; para otros, habrán de cumplirse seis años de esfuerzos por enterrar la verdad y cultivar la mentira entre los ciudadanos con el fin de justificar lo ocurrido. Finalmente, para muchos de nosotros se van a cumplir 6 años en los que abrimos nuestro corazón y nos dimos cuenta de la clara ineficiencia de usar la fuerza bruta para combatir un problema que solo podrá ser solucionado apelando a la razón y no al instinto.

al estar por cumplirse 6 años de este homicidio… nos queda claro a varios de nosotros, que solo la unidad entre la sociedad va a ser la que nos ayude a traer al país un estado de derecho verdadero, en el que la justicia no intente ser enterrada por quienes están encargados de administrarla, en donde no se incrimine a quien sufre un delito ni los servidores públicos huyan de sus responsabilidades.

Asimismo, cada año cumplido se ha observado cómo los estudiantes, los amigos, así como los padres de Jorge y Javier dan testimonio de fortaleza ante una de las más grandes luchas que los mexicanos hemos vivido desde que, vaya la redundancia, tenemos memoria: la lucha contra el olvido sistemático. Estoy seguro que este último concepto no sorprende al lector, pues se trata de uno de los mayores obstáculos que todo movimiento que exige la impartición de justicia, afronta. De la matanza de Tlatelolco al suceso de Acteal, de Atenco a Ayotzinapa, son claros los ejemplos, no solo de patrones similares en cuanto a los abusos de autoridad, sino también en cuanto a los muros gubernamentales concebidos como una clara (desde mi punto de vista, recalco) ineficiencia voluntaria y un encubrimiento aparente de, al menos una parte del estado, al momento de brindar justicia y resolver de manera pronta y expedita tales eventos.

Para los padres, habrán de cumplirse seis años de lucha ininterrumpida en los que han tenido que plantar cara a la falta de respuesta de las autoridades correspondientes; para otros, habrán de cumplirse seis años de esfuerzos por enterrar la verdad y cultivar la mentira entre los ciudadanos con el fin de justificar lo ocurrido.

Ahondando en lo anterior, parece no existir ni vergüenza ni honor entre algunos cuerpos pertenecientes al sector gubernamental. Al observar el uso de tácticas como el colocar armas de fuego en los estudiantes del Tecnológico de Monterrey abatidos con el fin de justificar su ataque, así como apreciar en un momento, la afirmación de estar vinculados los normalistas desaparecidos de Iguala al crimen organizado con el fin de desacreditar, frente a la sociedad, su estatus de víctimas de desaparición forzada; me atrevo a asegurar que mientras tengamos esta clase de personas dentro del gobierno no podremos conseguir un México mejor para las futuras generaciones, y mucho menos vamos a lograr resolver el problema del crimen organizado, el cual aún acecha a nuestra nación.

Por otra parte, al estar por cumplirse 6 años de este homicidio perpetrado por agentes gubernamentales, nos queda claro a varios de nosotros, que solo la unidad entre la sociedad va a ser la que nos ayude a traer al país un estado de derecho verdadero, en el que la justicia no intente ser enterrada por quienes están encargados de administrarla, en donde no se incrimine a quien sufre un delito ni los servidores públicos huyan de sus responsabilidades. Dicho en otras palabras, solo la unidad social podrá hacer que tengamos una nación que los mexicanos que dieron su vida en la revolución y la independencia soñaron: un México que sea, tal como como su definición dicta, un “ombligo de la luna” en su máxima extensión de la palabra.

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