La Ley 3de3 no es opcional

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Trascendió la semana pasada que las bancadas del Partido Revolucionario Institucional y Partido Verde Ecologista de México en el Senado estancaron las negociaciones para formar el nuevo Sistema Nacional Anticorrupción. La razón detrás de este estancamiento es que para los senadores de ambos partidos hay puntos de la famosa iniciativa ciudadana, Ley 3 de 3 que a ellos no les parece y en palabras del coordinador de la bancada priista, Emilio Gamboa Patrón, la ley iniciaría una “cacería de brujas”.

La “cacería de brujas” a la que se refiere el Senador Gamboa es por el sistema de recompensas que estipula la propuesta de ley, la recompensa sería para la persona que denuncio el caso de corrupción. Lo que da Gamboa a entender es que a le da miedo que lo indaguen o que en el futuro indaguen a personal de su partido, porque no olvidemos, “el que nada debe, nada teme”. ¿A qué le teme Senador Gamboa?

La Ley 3de3 es necesaria para combatir el mal que esta pudriendo las raíces de nuestro México, la corrupción. De seguir como vamos, la corrupción acabara con nuestro país, con nuestra sociedad y hasta con nuestro modus vivendi, no olvidemos que son millones y millones de pesos los que se van por la coladera de la corrupción…

El sistema de recompensas ha sido un esquema muy exitoso en otros países, de hecho la corrupción en la Federación Internacional de Fútbol Asociación se dio a conocer gracias a al sistema de recompensas que se propone en la Ley 3 de 3. El argumento de Gamboa Patrón es que ahora los van a traer bien checaditos, y que incluso si llegan a comprar un nuevo automóvil los van a querer investigar. Me pregunto y capaz estoy equivocado, ¿eso no lo hace ya hoy en día el Servicio de Administración Tributaria? En teoría si tienes ingresos y esos ingresos te dan para comprar un nuevo coche, tienes que comprobar de donde vinieron los ingresos, ¿no?

El verdadero problema para muchos senadores y diputados federales, que son los que al final de cuentas están negociando la parte del SNA, es que para ellos poner o no poner la Ley 3de3 es opcional y no es así señoras y señores, no es opcional y menos dando la excusa que se iniciaría una “cacería de brujas”.

Lo que da Gamboa a entender es que a le da miedo que lo indaguen o que en el futuro indaguen a personal de su partido, porque no olvidemos, “el que nada debe, nada teme”. ¿A qué le teme Senador Gamboa?

La Ley 3de3 es necesaria para combatir el mal que esta pudriendo las raíces de nuestro México, la corrupción. De seguir como vamos, la corrupción acabara con nuestro país, con nuestra sociedad y hasta con nuestro modus vivendi, no olvidemos que son millones y millones de pesos los que se van por la coladera de la corrupción y que es actualmente, además de la violencia, uno de los males que aquejan a nuestro país.

Que no nos vengan con el argumento que buscan darle “dientes” a la Ley 3de3, pues al momento de quitarle una de sus partes fundamentales que es el esquema de recompensas, la comienzan a dejar chimuela. Es grave también que siendo esta una ley hecha por ciudadanos, sea a la sociedad civil independiente a la que se deja fuera de las mesas de discusión.

Es hora que los Senadores y Diputados Federales se pongan a chambear y se dejen de absurdos pretextos como el que menciono la semana pasada Emilio Gamboa Patrón, personaje político que lleva décadas viviendo del erario público y que por sus declaraciones da a entender que tiene mucho, mucho que ocultar.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

¿Rumbo a un “sexenio perdido”?

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Ya han pasado 4 años desde aquel día en el que, luego de dos sexenios donde el Partido Acción Nacional se mantuvo en el poder ejecutivo, el Partido Revolucionario Institucional volvió a los pinos; para algunos, esto significó el regreso del autoritarismo y del estado de censura apreciable en décadas anteriores, para otros tal retorno simbolizó, la llegada de un PRI “renovado”, el cual podría brindar mejores resultados y contribuiría a “limpiar” la imagen que dicha agrupación había construido a lo largo del tiempo. Ahora bien, encontrándonos a dos años de cumplirse el sexenio del ejecutivo Enrique Peña Nieto, uno no puede evitar preguntarse: ¿Qué se ha ganado y que se ha perdido durante estos casi seis años de gobierno?

…pareciera ser que actualmente contamos con un gobierno que elude las propias leyes que dice defender, y en su lugar, da paso a una serie de acciones arbitrarias basadas en el beneficio individual y no en el bien común, mucho menos en los principios que posee la sociedad en su conjunto.

Entre lo que pudiera considerarse como aspectos de carácter positivo del casi sexenio de EPN, pudiera destacarse la captura de figuras prominentes que desde tiempo atrás los gobiernos previos habían intentado procesar, tanto de la esfera política como del crimen organizado. Entre ellos se pueden mencionar la líder sindical Elba Esther Gordillo, así como la lograda detención “doble” (hasta la fecha) de Joaquín Guzmán, alias “El Chapo”.

Ahora bien, en cuanto a los aspectos negativos que se han apreciado a lo largo de esta administración, se encuentra la clara y abierta complicidad entre ciertos sectores empresariales y el mandatario, Peña Nieto. Para ahondar en tal tópico, basta con ver la estrecha relación entre la empresa Grupo HIGA y el gobierno federal: desde el escabroso asunto de la casa blanca, así como el asunto del excesivamente caro avión presidencial hasta la actualidad con la situación en la comunidad de Xochicuautla, en la cual, policías federales junto con empleados de la empresa previamente mencionada, desalojaron a los habitantes de dicha comunidad con el fin de proceder a la demolición de tales hogares para iniciar la construcción de una carretera; a lo anterior se suma el hecho de que, además de atropellarse totalmente el respeto hacia los asentamientos de las agrupaciones de pueblos originarios, se atropella el derecho constitucional de amparo que cada mexicano posee: los habitantes de Xochicuautla habían obtenido la suspensión definitiva de la construcción de la mencionada carretera, el cual aseguraba la interrupción de la obra hasta haber finalizado el juicio de amparo.

Sumando la poca, si no es que nula, eficiencia de las “reformas estructurales” tan difundidas en su momento, e igualmente, el aumento de la violencia a lo largo del país y los abusos de autoridad, el gobierno de EPN pareciera encaminar al país a lo que podría denominarse, un sexenio perdido.

Por esto mismo, pareciera ser que actualmente contamos con un gobierno que elude las propias leyes que dice defender, y en su lugar, da paso a una serie de acciones arbitrarias basadas en el beneficio individual y no en el bien común, mucho menos en los principios que posee la sociedad en su conjunto. Sumando la poca, si no es que nula, eficiencia de las “reformas estructurales” tan difundidas en su momento, e igualmente, el aumento de la violencia a lo largo del país y los abusos de autoridad, el gobierno de EPN pareciera encaminar al país a lo que podría denominarse, un sexenio perdido. Se entiende como sexenio perdido a aquellas administraciones públicas, no solo ineficientes en los resultados y rendición de cuentas, sino también regresivas en lo que se refiere al avance de los derechos humanos y vinculación con la sociedad.

Considero que, a lo largo de estos cuatro años de gobierno, no solo no se ha avanzado, sino que se ha retrocedido en la mayoría de los ámbitos fundamentales: derechos, transparencia, desigualdad, unidad. Si no exigimos y dejamos claro que, en una democracia el pueblo decide su destino y el gobierno contribuye a la realización del mismo, (y no al revés) en unos años, además de contar a las nuevas generaciones como la nación pasó seis años de retrocesos y nulos avances, vamos a presenciar cómo pasa lo mismo con el gobierno de ese momento.

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