Después de más de 20 años de que el TLCAN entró en vigor, se han elevado voces que piensan que es necesario renegociar los términos bajo los cuales está redactado. Con la contienda electoral de los Estados Unidos, se ha comenzado a discutir la posibilidad de modernizar el tratado.
En México, la principal incógnita sobre el futuro del TLCAN son las posibles consecuencias negativas o positivas que esto pueda tener en nuestra economía, y la capacidad de nuestro país de tener un poder real de negociación en el tema.
Con las recientes declaraciones de los candidatos presidenciales de Estados Unidos, Hillary Clinton y Donald Trump, la canciller mexicana Claudia Ruiz Massieu expresó la disposición del gobierno mexicano de modernizar el TLCAN de manera que beneficie a México, buscando el mejor escenario para los tres países.
La renegociación del tratado representa una oportunidad para nuestro país de mejorar los términos, dada las condiciones actuales de nuestro comercio, las cuales difieren a las que prevalecían en los 90´s.
Una de las principales razones de la posible modificación es enmendar y rectificar aquellos errores o puntos débiles que el tratado tiene. Una de las críticas que se presentaron después de la firma del TLCAN fue el poco crecimiento del mercado laboral en México, resultado contrario a lo esperado con la firma del tratado.
Con la modificación se podría regularizar la competitividad entre las PyMES mexicanas y las transnacionales extranjeras, lo cual puede representar un logro importante para el sector productivo y laboral de nuestro país.
Derivado de la firma del tratado, gran parte de las importaciones y exportaciones mexicanas son con el país norteamericano, siendo éste uno de los principales socios comerciales de nuestra nación. Si Estados Unidos se llegara a retirar del TLCAN, se correría el riesgo de la imposición de barreras arancelarías con México, afectando fuertemente nuestro comercio internacional.
De ser así, nuestro país estaría obligando a fomentar una apertura global y desarrollar relaciones más estrechas con otros países del mundo, lo cual podría fortalecer las relaciones con China y con la Unión Europea.
Una ruptura comercial con los Estados Unidos, supone un golpe negativo a la economía mexicana y norteamericana, lo cual desestabilizaría el sector productivo de ambas naciones.
Por lo anterior, es poco probable que esto ocurra, los países que integran el TLCAN tienen intereses compartidos en la permanencia del tratado. Sin embargo, es importante la postura que asuma México en la renegociación, lo cual representa una gran oportunidad para adecuar los términos a las condiciones actuales de nuestro comercio.
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