Sobre aumento de tasas de Banxico

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Desde que inició el año hasta el martes de esta semana el peso mexicano se había depreciado en un 8.52% [1] frente el dólar, llegando incluso a sobrepasar los $19 pesos por dólar en los días más aciagos. La razón de estas depreciaciones incesantes y de la volatilidad de nuestra moneda se debe a varios factores externos, como la desaceleración de la economía mundial, los bajos precios de petróleo y al clima de incertidumbre que se vive en el mundo por el temor a tropezar con otra crisis económica.

Ayer esta entidad anunció la suspensión de estas subastas y el aumento de su tasa de referencia en 0.5 puntos porcentuales, pasando de 3.25% a 3.75%.

El Banco de México, con el objetivo de paliar las grandes variaciones en el tipo de cambio, utilizaba desde el año pasado un mecanismo de subasta de dólares, dándole liquidez de dólares al mercado cambiario mexicano en los días que más escaseaban y manteniendo cierta estabilidad en el precio del dólar. Es decir, si en un día determinado había un exceso de demanda de dólares que depreciara el peso en más de un 1%, el Banco de México satisfacía esa demanda vendiendo de sus reservas internacionales una cantidad determinada de dólares, disminuyendo ese exceso de demanda, sin el objetivo de mantener el tipo de cambio a cierto nivel [2].

Ayer esta entidad anunció la suspensión de estas subastas y el aumento de su tasa de referencia en 0.5 puntos porcentuales, pasando de 3.25% a 3.75%. Esto último con el objetivo de mantener la inflación y sus expectativas cerca de su objetivo de 3.0%, sopesando la posibilidad de que el continuo incremento en el precio del dólar podría al fin traspasarse a la inflación, que hasta ahora, no se había percibido un efecto significante. El mecanismo de esta política es el de incentivar la entrada de capitales extranjeros al país, dado el mayor atractivo en el diferencial de tasas con Estados Unidos y otros países, que se mantienen cerca de cero. Esta entrada de capitales extranjeros apreciará el peso mexicano (o detendrá la incesante depreciación, dando estabilidad) y, por lo tanto, disminuirá el riesgo de que un aumento en el precio del dólar se traspase a la inflación.

Apenas en enero de este año se rompió esta racha, pasando de un nivel registrado en diciembre de 2015 de 2.13% a un nivel registrado en enero de este año de 2.61% [3], aún por debajo del objetivo del Banco de México.

La inflación, el año pasado, había registrado una racha de decrementos por debajo del objetivo del 3.0%, algo sin precedentes en la economía mexicana. Apenas en enero de este año se rompió esta racha, pasando de un nivel registrado en diciembre de 2015 de 2.13% a un nivel registrado en enero de este año de 2.61% [3], aún por debajo del objetivo del Banco de México.

Sorprende esta acción del Banco de México – que a la par se hizo con el anuncio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público sobre el recorte del presupuesto federal de 2016 de 132.3 mil millones de dólares, un 0.7% del Producto Interno de México – ya que se había anunciado con anterioridad que el Banco de México subiría su tasa de referencia en paralelo con los aumentos de la tasa de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Ayer, a la par de los anuncios de las entidades federales, el peso se recuperó en 2.26% frente al dólar, la mayor recuperación que ha tenido en lo que va del año. Difícilmente se volverán a los niveles de $12 pesos por dólar que se tenían hace un par de años. Tampoco este nivel se podría ver como un reflejo de que la economía del país está “mal” o de que nos espera una inminente crisis. No hay nivel óptimo de tipo de cambio, sólo el que deciden los mercados. Lo que sí se debe de mantener es estabilidad en el tipo de cambio. La volatilidad crea incertidumbre y hace difícil tomar decisiones de inversión.

[1] Tipo de cambio FIX, Banco de México.
[2] El mecanismo también se activaba cuando la depreciación llegaba al 1.5%.
[3] Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI.

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La guerra entre Uber y taxistas

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El otro día me platicaba un conductor de Uber el miedo que le provocaban los ataques a sus colegas en el Aeropuerto Internacional de Monterrey, enfatizando que los recientes decrementos en las tarifas de la aplicación encolerizarían aún más a los taxistas. Y es que Uber ahora es igual o más barato que un taxi ruletero y de base.

Lo que le reclaman a Uber con esos desplantes violentos es la ecuanimidad en el pago de licencias, permisos y concesiones.

Muchos de los taxistas llevan casi toda la vida dependiendo de su taxi y han encauzado sus recursos al pago de éste y al pago de permisos, licencias y demás gastos burocráticos. Lo que le reclaman a Uber con esos desplantes violentos es la ecuanimidad en el pago de licencias, permisos y concesiones. Aderezado con el temor a perder parte del mercado.

Uber y demás aplicaciones son un servicio privado que han creado su propio mercado, en donde los únicos involucrados deben ser el conductor y el pasajero a través de la plataforma digital.

Uber no es un taxi porque no puedes parar con señas a uno en medio de la calle, ni un servicio público al cual le puedan justificar el pago de una licencia, permiso o concesión para que pueda operar. Uber y demás aplicaciones son un servicio privado que han creado su propio mercado, en donde los únicos involucrados deben ser el conductor y el pasajero a través de la plataforma digital. Y que hasta ahora, en muchas ciudades del mundo, ha funcionado muy bien.

Estas aplicaciones ya pagan impuestos y emiten facturas electrónicas a su clientela, y el sistema de calificaciones de conductores cumple con creces el propósito de mantener el servicio a cierto nivel de calidad.

Estas aplicaciones ya pagan impuestos y emiten facturas electrónicas a su clientela, y el sistema de calificaciones de conductores cumple con creces el propósito de mantener el servicio a cierto nivel de calidad (por ejemplo: en Uber se les califica con una a cinco estrellas, y si un conductor no cumple con cierta calificación mínima, se le da una orientación o se le da de baja de la aplicación).

Cualquier persona con acceso a un Smartphone y una cuenta bancaria puede hacer uso de estas aplicaciones y contratar a un conductor privado para poder ser trasladado a donde se desee por un precio módico y similar al que cobraría un taxi. Contando con la ventaja tecnológica de poder utilizar un mapa GPS, conocer el nombre del chofer, la marca y el modelo del coche antes de emprender el viaje y tener la seguridad de que se cobrará la tarifa acordada.

Otra genialidad de Uber (u otras plataformas similares) radica en su sistema de oferta (conductores) y demanda (pasajeros) y sus tarifas dinámicas. Que a través éstas nos brindan información sobre el exceso de demanda por traslados o la escasez de choferes. Las tarifas aumentan cuando hay muchas personas solicitando un traslado, lo que incentiva a los choferes que en ese momento no se encuentren en operación, a salir por pasajes y aprovechar las tarifas altas, equilibrando al final la demanda y la oferta de traslados y volviendo las tarifas originales. Lo que hace difícil que uno se quede sin pasaje.

Son tristes las agresiones por parte de taxistas y del gobierno estatal hacia los que hacen uso de estas aplicaciones. Éstas no hacen más que beneficiarnos como consumidores. El gobierno no necesita intervenir para controlar precios o la calidad de estas aplicaciones. Finalmente la misma competencia entre las diferentes aplicaciones que existen en el mercado mantendrá los precios bajos y la calidad intacta.

La “legalidad” de Uber y demás aplicaciones en el estado es uno de los principales temas a discutir en el congreso y en las próximas semanas se definirá el futuro de éstas. Esperemos que no se sobreponga el corporativismo y se pueda llegar a un acuerdo en donde podamos utilizarlas libremente.

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El Chapo, el surrealismo y otras inquietudes

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“El Chapo” antes de su segunda captura y fuga ya se había convertido en algo más que en un simple personaje del hampa. En la prensa comparaban su poderío crematístico con el de los grandes empresarios de los negocios lícitos y; una (¿gran?) parte de mexicanos, lo enaltecían al nivel de un héroe del pueblo, una leyenda viva, como una especie tergiversada de Robin Hood de los narcóticos que otorgaba dádivas a sus paisanos con dinero ilícito.

Sabíamos, como cualquier otro narcotraficante, que “El Chapo” maniobraba sus negocios ilícitos desde la seguridad de su escondrijo y que era el capo de unos de los cárteles más longevos y poderosos de México; pero poco conocíamos de la personalidad y vida privada de este hombre enigmático; solo esas historias urbanas de que iba a restaurantes y pagaba al final la comida a todos los comensales, o de sus paseos despreocupados por las calles de alguna metrópoli sin que alguna autoridad se le atreviera a aprehenderle. Que eran chismes de boca en boca y solo eso, y que a los más escépticos nos parecían esas historias más que patrañas, idolatrías, hipérboles de pláticas de café o de borrachera. Una leyenda más como la de “El Chupacabras” y “La Llorona”.

Su última fuga exaltó en la población aún más esa idolatría, y a los escépticos nos dio un atisbo de su astucia y su poder de persuasión pecuniaria.

Su última fuga exaltó en la población aún más esa idolatría, y a los escépticos nos dio un atisbo de su astucia y su poder de persuasión pecuniaria. El Chapo era capaz de franquear cualquier barrera que se le presentara para conseguir su libertad y de utilizar subterfugios para persuadir con grandes fajos de billetes a los celadores. Sin duda, el Gobierno Federal subestimó su astucia y poderío, y eso nos hizo pensar en que tal vez sí fuera ese hombre un mítico, intocable, impasible.

A seis meses de haber besado la libertad por segunda ocasión, la noticia de su tercera aprehensión inundó los periódicos mundiales. El legendario señor del narco de Sinaloa al fin había caído. Tal vez había cometido un craso error de logística como en sus capturas pasadas. Pero más que eso, su tercera recaptura desembocaba en un melodrama inverosímil, surrealista, que se dividió en opiniones maniqueas sobre su función en la sociedad. Digno de una película noventera de Hollywood con Jean-Claude Van Damme como protagonista, con todo y sus clichés y su Deus ex machina.

Con cada nueva información que se publicaba, ésta iba acompañada de un incrédulo “Oh my God!”, seguido por el escrutinio de la fuente para cerciorarse de no haber caído en uno de esos sitios de sátira. Con los videos de la entrevista y los mensajes con la actriz mexicana, lo conocimos de forma más íntima, humana, capaz de odiar y amar, y que sobre todo era capaz de cometer los más flagrantes errores por sentimentalismos e ínfulas. El capo mítico, intocable e impasible se había reducido a un ser humano ordinario que el azar y la coyuntura nacional lo hicieron proliferar en uno de los negocios más violentos.

“El Chapo” cometió sus errores y ahora nos toca a nosotros no cometer los nuestros. Un error sería guardar por él un sentimiento entrañable.

La manera en que se logró capturar a “El Chapo”, con el asalto de un comando de elite de la marina mexicana a la casa en donde se ocultaba, para seguir con la persecución por las alcantarillas y terminar en la ventura de dos policías federales que patrullaban en la carretera, la veremos encarnada en un alud de películas y series que aparecerán en los próximos años. Ensalzadas con el romántico desenlace de la actriz mexicana y la polémica entrevista del actor galardonado con dos Oscar.

Un narcotraficante no debe de ser símbolo de humildad, valentía ni altruismo, aun si éste regalara toda su fortuna a los pobres, ese fin nunca justificará el medio sangriento y caótico con lo que lo consiguen.

“El Chapo” cometió sus errores y ahora nos toca a nosotros no cometer los nuestros. Un error sería guardar por él un sentimiento entrañable. Las recientes entrevistas y ola de películas, series y libros que se vienen de la vida del capo podrían, a algunos de nosotros, suscitar simpatías por él. Hollywood convertirá la vida del capo en una historia romántica y aventurera, escondiendo las atrocidades que el mercado negro de las drogas (por la prohibición) ha causado en el país. Un narcotraficante no debe de ser símbolo de humildad, valentía ni altruismo, aun si éste regalara toda su fortuna a los pobres, ese fin nunca justificará el medio sangriento y caótico con lo que lo consiguen.

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México, las tasas y el otro México

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El miércoles pasado, la Reserva Federal (FED) —el banco central— de Estados Unidos anunció el esperado incremento de su tasa de interés, debido, según ellos, a que se percibe un mejoramiento en el ambiente económico del país del norte [1]. A la par de esta decisión de la FED, y con el objetivo de paliar los efectos negativos de esta decisión en la economía nacional como la depreciación del peso e inflación, el Banco de México también anunció ayer el aumento de su tasa [2].

El anuncio del incremento gradual de la tasa de la FED marca el inicio ‘oficial’ de una paulatina recuperación de la economía estadounidense y mexicana.

Después de 7 años (2008) de que Estados Unidos cayera en una de las peores crisis financieras de la historia —y como consecuencia, contagiara a gran parte del mundo, incluyendo a México—, el anuncio del incremento gradual de la tasa de la FED marca el inicio ‘oficial’ de una paulatina recuperación de la economía estadounidense y mexicana.

Aunque en el resto del mundo se sigue percibiendo un ambiente de debilidad económica, el precio del petróleo continúe en picada y el anuncio de aumentar las tasas sirva, por experiencia, como preámbulo de una inminente depreciación de las monedas de las economías emergentes, México se ha mantenido fuerte ante estos choques externos.

Las expectativas de que se realizaría el alza de la tasa por parte de la FED en algún periodo del año vigente y la caída de los precios mundiales del petróleo por la sobreoferta de éste, depreciaron el peso mexicano paulatinamente en los meses pasados, llegando a un nivel actual de alrededor de 17 pesos por dólar. El reciente anuncio de la FED de elevar la tasa no hizo mucho efecto en esta paridad, debido a que ya se esperaba desde hace algunos meses y por lo que el mercado cambiario tuvo tiempo de ajustarse sin generar choques bruscos e improvistos.

México es fuerte y estable a nivel macroeconómico. A pesar de los choques externos ha podido mantener el nivel de precios en mínimos históricos y el crecimiento de la economía ha estado por encima de lo esperado.

México es fuerte y estable a nivel macroeconómico. A pesar de los choques externos ha podido mantener el nivel de precios en mínimos históricos y el crecimiento de la economía ha estado por encima de lo esperado. En días pasados la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) incrementó la expectativa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México en 2015 de 2.2% a 2.5%, y para 2016 espera un crecimiento de 2.6% [3].

Ese es el México a nivel macroeconómico, fuerte y estable en los últimos años, con una industria de exportación que crece a niveles sin precedentes y con un mercado interno que se fortalece, ese México que desentona con el México de los problemas políticos y sociales. Por un lado tenemos al México con instituciones como Banxico y el INEGI, y por el otro lado, el México con falta estado de derecho e incapacidad para hacer frente a problemas como el de los maestros disidentes y el problema del narcotráfico.

El México bueno, el de la fortaleza macroeconómica, es al que tenemos que seguir, al que tenemos que imitar para que el México malo, el de la corrupción y exiguo estado de derecho, se pueda fortalecer.

El México bueno, el de la fortaleza macroeconómica, es al que tenemos que seguir, al que tenemos que imitar para que el México malo, el de la corrupción y exiguo estado de derecho, se pueda fortalecer, mejorando así las instituciones que se encuentran en este patíbulo, dándoles autonomía, alejándolas de la politización.

México es fuerte ante los choques externos, lo que antes nos tumbaba, ahora sólo nos hace tambalear, éste se ha hecho de una coraza. Pero son sus enfermedades, los virus que pululan en el sistema, en las instituciones, lo que nos debilita y nos impide poder franquear esa gran barrera que nos mantiene como país ‘pobre’, ‘subdesarrollado’, ‘emergente’, ‘corrupto’. La fortaleza macroeconómica del país ante el reciente incremento de las tasas y otros choques externos son un ejemplo del contraste de estos dos Méxicos.

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[1] El aumento de la tasa de la FED fue a un rango objetivo de 0.0-0.25% a 0.25-0.50%. La declaración de la FED: http://www.federalreserve.gov/newsevents/press/monetary/20151216a.htm

[2] El aumento de la tasa del Banco de México fue de una tasa objetiva de 3.0% a un 3.25%. La declaración del Banco de México referente a esta decisión: http://www.banxico.org.mx/informacion-para-la-prensa/comunicados/politica-monetaria/boletines/%7BFB58F8DF-E437-9CAE-C1F9-3557CB7D3EFF%7D.pdf

[3] CEPAL. Actualización de Proyecciones de América Latina y el Caribe, 2015 – 2016. http://www.cepal.org/sites/default/files/pr/files/tabla_balancepreliminar2015_esp.pdf

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

México’s moment

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Han pasado ya casi 2 años desde que ese jefe de estado de copete relamido y aspecto sibarita aparecía, con barbilla en alto y temple tenaz, en la portada internacional de la revista TIME, que enfatizaba, con letras grandes y blancas, la frase: “Saving Mexico” [1].

Era el momento de México, The Mexican Moment, en donde a pesar de la baja aprobación de los mexicanos hacia la administración del presidente Enrique Peña Nieto, los medios internacionales veían al país con optimismo.

En este tomo se hacía apología a las recién aprobadas reformas constitucionales (educativa, energética y telecomunicaciones) que, según el autor del artículo, vaticinaban un futuro promisorio para el país [2]. Era el momento de México, The Mexican Moment, en donde a pesar de la baja aprobación de los mexicanos hacia la administración del presidente Enrique Peña Nieto, los medios internacionales veían al país con optimismo, como una de las mejores apuestas para los inversionistas y como una de las economías emergentes con mayor potencial de crecimiento económico.

Si alguien recuerda los meses que antecedieron a las crisis del 94, relacionaría los hechos mencionados con que se avecinaba otra crisis aún más fuerte en el país.

Pero, poco después, como diría Emmanuel, todo se derrumbó. En los meses venideros acaecieron problemas sociales, políticos y económicos que terminaron por apagar el Mexican Moment. La desaparición de los 43 normalistas, las protestas sistemáticas hacia el gobierno federal, los flagrantes casos de corrupción de los altos niveles del gobierno, la fuga de un personaje del hampa, la caída de los precios de petróleo y la depreciación del peso mexicano frente al dólar pusieron en duda el estado de derecho y el futuro económico y político del país. Fueron meses de sofocante angustia para los policy makers mexicanos y de incertidumbre para la ciudadanía en general. Si alguien recuerda los meses que antecedieron a las crisis del 94, relacionaría los hechos mencionados con que se avecinaba otra crisis aún más fuerte en el país.

Sin embargo, esa atmósfera aciaga y de incertidumbre parece haberse atenuado en estos últimos meses. La coyuntura económica y política actual del país muestra algo de alivio pese aún estar frente a una debilidad económica mundial y a la tormenta de problemas sociales y políticos que parecían que, en algún momento, para los pesimistas, acabarían con los últimos estertores del país.

La inflación se ha mantenido en mínimos históricos, lo que significa que las empresas no han trasladado sus mayores costos de importaciones hacia los consumidores.

Esta semana las expectativas de especialistas del sector privado sobre el crecimiento de la economía mexicana para 2015 aumentaron [3], esto después de que se registrara en el tercer trimestre de 2015 un crecimiento del PIB de 2.64% con respecto al mismo periodo del año 2014 [4]. Asimismo, y pese la depreciación del peso mexicano —que ha sido como un indicador de fracaso económico en México en las crisis anteriores—, la inflación se ha mantenido en mínimos históricos, lo que significa que las empresas no han trasladado sus mayores costos de importaciones hacia los consumidores [5].

Por el lado político, las recientes elecciones dan un halito de esperanza en cuanto al mejoramiento del estado de derecho en el país. Que hayan ganado candidatos independientes en diferentes estados y en diferentes niveles de gobierno alrededor de la república habla de que se respetó la decisión de los ciudadanos.

Sí, faltan muchos problemas por resolver: la economía mexicana no crece a los niveles prometidos a principios del sexenio. Siguen habiendo niveles de pobreza altísimos, desigualdad, corrupción latente, violencia a diestra y siniestra, etc., pero el cambio podría empezar lento. Habría que esperar los primeros meses del próximo año para ver si esta leve mejoría de la que hablo se consolida y se transforma en algo mayor. Por lo pronto sabemos que hasta ahora México ha resistido a uno los peores vituperios y choques externos [6] que se han vivido en las pasadas dos décadas, lo que se traduce en una mejoría y fortalecimiento del país [7]. Lo que antes nos hacía caer, ahora sólo nos hace tambalear.

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[1] La portada a la que se alude: http://content.time.com/time/covers/pacific/0,16641,20140224,00.html

[2] Crowley, M. (2014). Mexico’s New Mission. TIME. (Tomado de: http://content.time.com/time/magazine/article/0,9171,2165465-5,00.html)

[3] Suceso que no había pasado en todo el año. Las expectativas del sector privado para el crecimiento económico de 2015 pasaron de 2.29% en Octubre a 2.44% en Noviembre. Fuente: Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado: Noviembre de 2015. Banco de México. http://www.banxico.org.mx/informacion-para-la-prensa/comunicados/resultados-de-encuestas/expectativas-de-los-especialistas/%7BF04F2F8C-B0F0-3348-9C7E-898E1666460E%7D.pdf

[4] Banco de Información Económica, INEGI. http://www.inegi.org.mx/sistemas/bie/

[5] Para saber más sobre del porqué el tipo de cambio ya no se traduce en inflación en México, les recomiendo este artículo de Bloomberg: http://www.bloomberg.com/news/articles/2015-11-24/go-ahead-sell-the-peso-mexico-doesn-t-care-what-you-do-anymore

[6]Como la caída de los precios mundiales del petróleo y las decisiones de política monetaria de Estados Unidos, que han provocado un caos en las economías emergentes como México.

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Reflexión: El trabajo ideal

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Cuando elegimos la carrera que queremos cursar, antes de entrar a la universidad, muchos no tenemos una idea clara de qué es a lo que nos dedicaremos después de graduarnos. Podemos conocer bien el contenido de la carrera, nos puede encantar y saber bien qué oportunidades laborales existen para los egresados, idealizar algunas de éstas, pero no todos podemos adelantarnos a saber en dónde, ni con quiénes nos gustaría trabajar.

Conforme pasa el tiempo, apruebas las materias y aprendes de algunas experiencias es cuando te vas formando una idea opaca de a lo que quieres enfocar tu vida laboral (depende de la carrera que decidiste la gama y diversidad de oportunidades laborales que existen en el mercado), pero aún es difícil saber en dónde y con quiénes.

Todas esas dudas comienzan por aclararse desde que entramos a nuestro primer o segundo trabajo, en estas primeras andanzas nos vamos haciendo más conscientes de lo que buscamos. Ya sea que busquemos algunas de estas tres premisas: ganar mucho dinero sin importar si te entusiasma lo que haces, que prefieras hacer lo que amas pero sacrificar algo de ingresos, que quieras trabajar pocas horas con solo un salario suficiente o alguna combinación de éstas. A partir de estas primeras experiencias vamos a comenzar a aterrizar lo que sería nuestro trabajo ideal, lo que buscamos dedicarnos y aprender una gran parte de nuestras vidas; y así sabremos mejor en dónde y con quiénes nos gustaría trabajar.

El trabajo ideal —ideal conforme a la definición de “que se acopla perfectamente a una forma o arquetipo”— es aquel en donde nos sintamos que podemos aprender y desarrollarnos mejor, en donde nuestras habilidades se ajusten con las responsabilidades…

El trabajo ideal —ideal conforme a la definición de “que se acopla perfectamente a una forma o arquetipo”— es aquel en donde nos sintamos que podemos aprender y desarrollarnos mejor, en donde nuestras habilidades se ajusten con las responsabilidades a realizar, en donde tengamos la seguridad de que alcanzaremos nuestros objetivos en un futuro, que nos guste y nos motive lo que hagamos, que pague una buena remuneración y/o que nos inspire a salir adelante, depende de la visión que cada uno tengamos a futuro.

A grandes rasgos debemos de buscar un lugar, ya sea sector privado o público, en donde no se nos impida crecer y explotar todas nuestras capacidades, en donde haya suficientes responsabilidades y retos que nos enriquezcan.

La búsqueda de este trabajo ideal puedes ser un calvario y tardado. En dónde y con quiénes varia con cada persona, pero a grandes rasgos debemos de buscar un lugar, ya sea sector privado o público, en donde no se nos impida crecer y explotar todas nuestras capacidades, en donde haya suficientes responsabilidades y retos que nos enriquezcan y que el día a día no sean sólo un proceso fútil, monótono y burocrático que nos haga sentir que todo el trabajo es en vano. Para encontrar este trabajo ideal probablemente debamos sacrificar ciertas características y sopesar lo que más converja con nuestros objetivos: ya sea dinero contra pasión o tiempo contra experiencia.

Debemos de tratar de buscar jefes y compañeros con liderazgo, que incentiven el conocimiento, nos den la confianza de poder expresarnos abiertamente y que nos impulsen a salir adelante y a aprender.

¿Con quiénes debemos de buscarlo? Debemos de tratar de buscar jefes y compañeros con liderazgo, que incentiven el conocimiento, nos den la confianza de poder expresarnos abiertamente y que nos impulsen a salir adelante y a aprender.
Todo lo anterior, claro, poniendo siempre lo mayor de nuestra parte, esforzándonos al máximo, siendo autodidactas, sabiendo aprender de los errores y ser constantes con todo esto.

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Legalización de la marihuana

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La legalización de la marihuana (y demás drogas) es de los temas políticos que más levanta controversia debido a su alto contenido moral, criminal, médico y religioso. Su prohibición en México se remonta a la época posrevolucionaria de 1920 en donde el consumo y la venta de esta planta se penalizó por primera vez con multas administrativas, y fue hasta 1929 en donde la penalización se exacerbó a la privación de la libertad [1]. En 2009 se permitió cargar para el autoconsumo solo 5 gramos, pero su distribución, comercialización o cultivo sigue siendo ilegal.

La marihuana es el producto psicoactivo que se extrae del cáñamo (Cannabis Sativa), este producto es utilizado con fines que van de lo lúdico a lo medicinal. El químico psicoactivo que impera en la marihuana es el THC (Delta-9-tetrahidrocannabinol), y es lo que le da la “potencia” a la droga. Este químico es más abundante en las flores y en las hojas de la planta. El mercado de la marihuana es el mayor mercado de drogas ilícitas en el mundo, y México descuella como uno de los mayores traficantes y productores de esta planta. [2]

Se sabe de ciertos efectos nocivos a corto y largo plazo que esta planta genera en la salud a aquéllos que la consumen de forma recreacional, así como que estos efectos nocivos son menores a los de otras drogas legales como el alcohol y el tabaco, y que no hay casos registrados de muertes por sobredosis [3].

Las reacciones a corto plazo por consumir la droga, como las percepciones alteradas, los cambios en el ánimo, la pérdida de coordinación automotriz y los problemas de la pérdida de memoria y retención desaparecen conforme el efecto de la droga disminuye en el cuerpo; sin embargo, las reacciones que esta droga puede llegar a generar en el largo plazo para los consumidores asiduos son los que preocupan y es uno de los principales argumentos por los cuales los prohibicionistas quieren mantener la marihuana bajo la sombra de la criminalización.

Entre estos efectos nocivos que se han encontrado por el consumo de marihuana, están la disminución —con posibilidad de ser permanente— de las capacidades mentales cuando las personas comienzan a utilizarla en su adolescencia.

Entre estos efectos nocivos que se han encontrado por el consumo de marihuana, están la disminución —con posibilidad de ser permanente— de las capacidades mentales cuando las personas comienzan a utilizarla en su adolescencia (no se ha encontrado efectos de este tipo en adultos), y que el uso de esta droga suave pude servir como “puente” a otras drogas más fuertes (e.g. cocaína, LSD, metanfetaminas, etc.). [4]

Los beneficios que hasta ahora se han comprobado de la marihuana son que estimula el apetito, disminuye la nauseas, el dolor, la inflamación, ayuda con los problemas de relacionados con el control muscular y a controlar las convulsiones epilépticas.

Por otro lado, la marihuana tiene usos medicinales, que si se le abriera la puerta a la legalización podrían investigarse a fondo y dar paso a medicamentos potenciales. Los beneficios que hasta ahora se han comprobado de la marihuana son que estimula el apetito, disminuye la nauseas, el dolor, la inflamación, ayuda con los problemas de relacionados con el control muscular y a controlar las convulsiones epilépticas; además, se están realizando estudios para su uso en el tratamiento de varias enfermedades y condiciones como el cáncer, el VIH/sida, la esclerosis múltiple y el Alzheimer. [5]

Con lo anterior se dilucida que los beneficios de la marihuana para su uso medicinal son potencialmente enormes y que contrastan con sus efectos nocivos y el daño permanente que puede generar en los adolescentes que consuman esta droga en exceso. Y esto lo comprendemos la mayoría de los mexicanos, ya que el 81% de nosotros estamos a favor de que se permita esta planta y sus derivados para usos medicinales; sin embargo, son el 77% de los mexicanos que piensan que no debería de legalizarse para usos recreacionales [6].

El 81% de nosotros estamos a favor de que se permita esta planta y sus derivados para usos medicinales; sin embargo, son el 77% de los mexicanos que piensan que no debería de legalizarse para usos recreacionales.

Pero este debate no se detiene aquí, la legalización de la marihuana —medicinal y recreacional, en cuanto a su consumo, producción y distribución— va más allá de los efectos benéficos o nocivos que pude generar en la salud de los consumidores. Este debate llega a los albores de la libertad de elegir y tomar nuestras propias decisiones sin interferir con la libertad de los demás, así como también agregarle el matiz social y económico que se debe de discutir en forma cabal. El debate de la legalización de la marihuana (y de cualquier droga) debe de extenderse desde la libertad individual de ser el dueño de nuestras propias decisiones hasta los efectos económicos y sociales que generaría.

Antier la Suprema Corte de Justicia aprobó un proyecto de sentencia del ministro Arturo Zaldívar para conceder un amparo a un grupo de ciudadanos para el cultivo, procesamiento y autoconsumo de marihuana de forma legal, excluyendo su comercio, suministro o distribución. Esto bajo el fundamento, y en palabras del ministro Zaldívar, de que ‘prohibir el consumo personal de mariguana con fines lúdicos y recreativos es contrario al libre desarrollo de la personalidad’ [7]. Asimismo, recientemente se le concedió un permiso a una niña de ocho años que padece convulsiones para importar de los Estados Unidos un medicamento a base de marihuana [8].

Lo anterior son sólo ejemplos de que cada vez se conocen más los beneficios médicos de la marihuana y de que se está abriendo el debate sobre si su uso recreativo debe de depender de las decisiones de cada individuo, y no de la coerción paternalista del gobierno.

El 77% de los mexicanos que están en contra de la despenalización de la marihuana para su uso recreativo suele argumentar que esto llevaría a un aumento en las adicciones y a un detrimento en el “tejido social”.

Existen evidencias de que sólo el 9% de las personas que consumen marihuana se vuelven dependientes, y este porcentaje sube al 17% si son adolescentes y de un 25 al 50% para los que la consumen diario [9]. No obstante, hay una interesante investigación que ofrece una nueva perspectiva de lo que son las adicciones y que va en contra de la criminalización y prohibición de las drogas. En esta perspectiva, la adicción hacia las drogas crece cuando nos sentimos asilados, traumatizados o tristes. Las personas que se sientes desconectadas de la sociedad tienden a hacerse más adictas a las drogas que les hacen sentir una sensación de “alivio” [10]. La prohibición y criminalización de las drogas, cualquier droga (ya estamos entrando a terrenos más delicados), aísla a las personas que las consumen y dificulta la búsqueda de ayuda externa.

En cuanto a que la legalización puede generar un detrimento en el “tejido social”, podemos refutar volteando ver la guerra antidrogas en México iniciada en 2006 por Felipe Calderón que lleva miles de muertes de involucrados y no involucrados en el negocio de las drogas.

En cuanto a que la legalización puede generar un detrimento en el “tejido social”, podemos refutar volteando ver la guerra antidrogas en México iniciada en 2006 por Felipe Calderón que lleva miles de muertes de involucrados y no involucrados en el negocio de las drogas. Complementando lo anterior, hay un caso empírico en los Estados Unidos en donde la prohibición del alcohol en 1919 llevó a que los mafiosos se hicieran cargo del comercio de este producto, creando un mercado negro, llenando las calles de violencia y corrompiendo al gobierno.

La legalización de la marihuana urge (y las de demás drogas también si se quiere acabar cabalmente con el narcotráfico). La decisión de ayer sin precedentes de la Corte Suprema de Justicia marca el inicio de este proceso. Para la completa legalización de esta planta se va a necesitar un marco legal que niegue el consumo a menores de edad y que se abran espacios para que se traten los problemas de adicción. Ya es hora de que las drogas se conviertan en un problema de salud pública, y no de seguridad. El despilfarro de recursos y la violencia que genera su combate ha fracasado y seguirá fracturando nuestra sociedad.

Termino dejándoles una bonita frase de John Stuart Mill que habla sobre la libertad individual.

“La única libertad que merece este nombre es la de buscar nuestro propio bien a nuestra propia manera, en tanto que no intentemos privar de sus bienes a otros, o frenar sus esfuerzos para obtenerla. Cada cual es el mejor guardián de su propia salud, sea física, mental o espiritual. La especie humana ganará más en dejar a cada uno que viva como le guste más, que en obligarle a vivir como guste al resto de sus semejantes.”
― John Stuart Mill, Sobre la Libertad

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[1] Schievenini Stefanoni, J. (2012). La prohibición de la Marihuana en México, 1920-1940. Maestro en Estudios Históricos. Universidad Autónoma de Querétaro. (Obtenido de: http://ri.uaq.mx/bitstream/123456789/638/1/RI000251.pdf)

[2] Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), (2009). INFORME MUNDIAL SOBRE LAS DROGAS 2015. (Obtenido de: https://www.unodc.org/documents/wdr2015/WDR15_ExSum_S.pdf)

[3] The Huffington Post, (2015). Here Are All The People Who Have Died From A Marijuana Overdose. (Obtenido de: http://www.huffingtonpost.com/2013/09/03/marijuana-deaths_n_3860418.html?1388786544%20)

[4] Drugabuse.gov, (2015). La marihuana. (Obtenido de:
https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/drugfacts/la-marihuana)

[5] Drugabuse.gov, (2015). ¿Es la marihuana un medicamento? (Obtenido de: https://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/drugfacts/es-la-marihuana-un-medicamento)

[6] Animal Político, (2015). El 77% de los mexicanos dice no a la legalización de la mariguana, pero apoya su uso medicinal. (Obtenido de: http://www.animalpolitico.com/2015/11/el-77-de-los-mexicanos-dice-no-a-la-legalizacion-de-la-mariguana-pero-apoya-su-uso-medicinal/)

[7] Milenio, (2015). Corte aprueba amparo para siembra y consumo individual de mariguana. (Obtenido de: http://www.milenio.com/politica/Corte_mariguana-cultivo_casero_mariguana-mariguana_uso_personal-mota_recreativa_0_622137976.html)

[8] Milenio, (2015). Obtienen permiso para tratar con mota a niña con epilepsia. (Obtenido de: http://www.milenio.com/policia/Obtienen-permiso-tratar-mariguana-epilepsia_0_584341583.html)

[9] Drugabuse.gov, (2015). Is marijuana addictive? (Obtenido de: https://www.drugabuse.gov/publications/research-reports/marijuana/marijuana-addictive)

[10] Pueden encontrar en el enlace la plática de Johann Hari, escritor y periodista inglés, que habla sobre este tema y expone diferentes estudios que sustentan su tesis: http://www.ted.com/talks/johann_hari_everything_you_think_you_know_about_addiction_is_wrong

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Capitalismo de Cuates (Crony Capitalism)

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El capitalismo de cuates —Crony Capitalism en inglés [1]— es un concepto utilizado para describir las confabulaciones entre algunos privados privilegiados y gobierno para que los primeros puedan imponerse y arrebatar parte del mercado o estar exentos de algunas leyes. Bajo estas prácticas el éxito de algunas empresas privadas (y poderosas) se da por los favores o prerrogativas que les concede el gobierno por sobre las otras empresas. Éstas son más comunes que se presenten en economías con un débil Estado de Derecho, ya que suele ser la debilidad de las instituciones y los vacíos legales lo que induce a las empresas a realizarlas; ergo, la práctica del capitalismo de cuates es frecuente en México.

El éxito de algunas empresas privadas (y poderosas) se da por los favores o prerrogativas que les concede el gobierno por sobre las otras empresas.

Ésta es dañina para la economía ya que socaba los fundamentos del libre mercado, obstaculiza a los emprendedores, quiebra a las MiPyMEs, genera nuevas plutocracias con cada alternancia en el gobierno, prescinde de la meritocracia, erosiona la confianza de los inversionistas, crea monopolios y mantiene monopsonios, favorece a solo unos cuantos “cuates” y aumenta la desigualdad de ingresos.

El capitalismo de cuates no busca innovar, no busca la competencia, ni la productividad, el capitalismo de cuates busca hacerse de la riqueza sin incrementarla (rent-seeking), un juego de suma cero que solo los favorece a los “cuates” y al que dé el mayor “moche”.

No por nada las industrias en donde se percibe la mayor corrupción en el país son aquellas que se encuentran más reguladas e intervenidas por el gobierno o que sus ventas están altamente ligadas al gobierno: sector construcción, sector energético, sector telecomunicaciones, sector minero, etc.

Esta práctica pulula en las industrias en donde el estado ejerce mayor coerción, interviniendo e imponiendo controles y barreras en el mercado, lo que suele provocar que el otorgar contratos, licencias, permisos, concesiones (o poner aranceles) dependa de los ‘contactos’ o ‘palancas’ que tengas en el gobierno, y no de lo eficiente que pueda ser tu empresa o demás empresas en el mercado. No por nada las industrias en donde se percibe la mayor corrupción en el país son aquellas que se encuentran más reguladas e intervenidas por el gobierno o que sus ventas están altamente ligadas al gobierno: sector construcción, sector energético, sector telecomunicaciones, sector minero, etc.

El capitalismo de cuates provoca que el mercado se convierta en un coliseo en donde los gladiadores (empresarios) se pelean a muerte por ser el que más prerrogativas pueda sacarle al César (Gobierno): moches, viajes en aviones privados, casas, etc.

El periódico The Economist elaboró un índice para medir esta mala práctica (crony-capitalism index)[2] en donde coloca a México en el séptimo lugar de una lista de 23 países que eligieron (entre más alto el índice mayor es la incidencia en el crony capitalism). Lo interesante de este índice no es tanto el resultado que éste arroja, sino la metodología que se utilizó para medir el nivel de crony capitalism que sufren los países desarrollados y emergentes de la lista: para calcular el índice, el periódico seleccionó industrias que generalmente son vulnerables a monopolios, que necesitan permisos o que cuentan con una alta intervención gubernamental, es decir, que son más susceptibles a caer en la corrupción (e.g. casinos, petróleo, banca, telecomunicaciones, etc.), de estas industrias relacionaron el número de multimillonarios que participaban en éstas y su riqueza como porcentaje del PIB de cada país. Entre más alto era la riqueza de los multimillonarios en esas industrias como porcentaje del PIB, mayor (peor) calificaban en el índice.

La metodología del índice es simple y no toma en cuenta muchos factores que podrían provocar o no el capitalismo de cuates en cada país (no sólo es el hecho de que tenga una gran proporción de multimillonarios en una industria vulnerable lo que provoca el capitalismo de cuates). Sin embargo, ésta es una buena aproximación de lo que pasa en México con algunas industrias enlistadas y susceptibles a la corrupción, en dónde solo hay unas cuántas empresas multimillonarias que gozan de privilegios o en donde entrar al mercado significa pasar por un onerosos proceso burocrático (incluso a nivel micro y mediano en donde obtener un permiso para vender alcohol, o cualquier otra licencia necesaria para operar es un calvario para las MiPyMEs).

En México es común encontrarnos con industrias con un alto grado de intervención gubernamental (esto incluye la práctica mercantilista de proteger industrias nacionales con aranceles) en donde, aunado al débil estado de derecho, el hacer negocios se convierte en una práctica opaca, onerosa y de sólo unos cuántos; el capitalismo de cuates es flagrante aquí. Y aunque algunas de estas industrias se están privatizando o abriendo parcialmente al mercado (energía y telecomunicaciones) habría que esperar si el marco legal que se construyó es suficientemente fuerte para suprimir esta práctica.

Los ingredientes para que esta práctica prolifere son el excesivo control y la discrecionalidad gubernamental en los mercados (incluso la excesiva desregularización), un débil marco legal y unos cuantos privados “cuates” que puedan aprovecharse de lo anterior.

El capitalismo de cuates se presenta en sistemas capitalistas así como socialistas, los ingredientes para que esta práctica prolifere son el excesivo control y la discrecionalidad gubernamental en los mercados (incluso la excesiva desregularización [3]), un débil marco legal y unos cuantos privados “cuates” que puedan aprovecharse de lo anterior [4].

Esta práctica se puede combatir, disminuir o eliminar por completo generando un marco legal fuerte y balanceado, que garantice la transparencia, suprima los conflictos de interés y que, principalmente, promueva la competencia en el mercado. Los privados siempre estarán motivados por sus propios intereses y, independientemente de su ética, a buscar las maneras de satisfacerlos. Bajo un sistema de competencia los privados tienden a buscar la manera más eficiente de sobresalir en el mercado (haciéndose más productivos), en cambio, bajo un sistema en donde el gobierno mantiene barreras y controles, la única manera de los privados para sobresalir es, tal vez, practicar el capitalismo de cuates.

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[1] La traducción de Crony Capitalism a Capitalismo de Cuates la tomo prestada del libro “El país de uno” de Denise Dresser. En otras fuentes este concepto se puede encontrar traducido como Capitalismo Clientelista o Capitalismo Amiguista.
[2] The Economist, “Planet Plutocrat”. http://www.economist.com/news/international/21599041-countries-where-politically-connected-businessmen-are-most-likely-prosper-planet
[3] Joseph E. Stiglitz nos da un ejemplo de esto con el caso de Enron en Estados Unidos en su artículo titulado: “Crony capitalism American-style”. Y se puede encontrar en esta liga: http://www.project-syndicate.org/commentary/crony-capitalism-american-style
[4] Uno de estos caso es el de la privatización de Telmex, en donde no existieron instituciones ni un marco legal que lograra la transición de un mercado estatal y monopolizado a un mercado privado y competitivo. Hay un interesante artículo dividido en dos partes en donde Carlos Salinas De Gortari nos explica desde su perspectiva lo que fue esta fallida transición: Parte 1: http://www.elfinanciero.com.mx/economia/telmex-una-privatizacion-exitosa-que-termino-cuestionada.html Parte 2: http://www.elfinanciero.com.mx/economia/telmex-una-privatizacion-exitosa-que-termino-cuestionada-1.html

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Depreciación de mercado vs devaluación deliberada

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“Defenderé el peso como un perro.”
-López Portillo

En 1982 el ambiente económico del país era de crisis: El país se endeudó a niveles sin precedentes, los precios del petróleo se desplomaron, la inflación aumentó a niveles de dos cifras, el dólar salía del país a caudales y las reservas internacionales se agotaban. El ánimo nacional era lúgubre y el presidente de ese entonces, José López Portillo, con su distinguida retórica populista y su sentimentalismo nacionalista, salió a decirles a los ciudadanos, que a deliberación de él, el peso no se devaluaba: ‘Presidente que devalúa, Presidente que se devalúa’, dijo López Portillo.

Situaciones como la anterior sucedieron en varias ocasiones en el país antes de 1994, cuando el gobierno aún mantenía bajo su control el tipo de cambio. En ese entonces, la coyuntura económica y política del país y la volatilidad de los mercados internacionales provocaron una gran salida de capitales que terminaron con las reservas internacionales, haciendo insostenible mantener la paridad, objetivo del gobierno. A una pérdida del valor de la moneda respecto a otras divisas en este régimen deliberado se le llama devaluación, un aumento de su valor se le dice revaluación.

Bajo este régimen de tipo de cambio controlado, la paridad se determina a deliberación de un jefe de estado, una junta de gobierno o un banco central, éste o estos ajustan el valor de la moneda local a una o varias divisas de referencia (en nuestro caso el peso con el dólar), ya sea que determinen una paridad específica o la mantengan dentro de un intervalo controlado. Los mecanismos que funcionan aquí son que el gobierno vende o compra la divisa de referencia en el mercado a un precio determinado manteniéndola así a un nivel que previamente se ha impuesto por decreto, o utiliza su política monetaria para maniobrar con la paridad a que converja con sus objetivos macroeconómicos, o en casos desesperados, deteniendo o limitando la venta de la divisa al público e impone un precio oficial[1].

Uno de los problemas a nivel internacional que genera el control del tipo de cambio es que los gobiernos tienden a devaluar su moneda a capricho para fomentar sus exportaciones (el caso más conocido es el de China) y hacer de estas, artificialmente, más competitivas, sin que necesariamente los productores hayan mejorado sus procesos de producción. Creando así una guerra de divisas entre las naciones, en donde se generan roces políticos y dumping.

Uno de los problemas a nivel internacional que genera el control del tipo de cambio es que los gobiernos tienden a devaluar su moneda a capricho para fomentar sus exportaciones.

A nivel nacional, este régimen de tipo de cambio puede generar certidumbre sobre la volatilidad en los mercados de divisas; los empresarios o inversionistas pueden sentir la seguridad de que se mantendrá una paridad fija, o que va a estar dentro de un intervalo —esto solo si hay confianza en la administración y suficientes reservas con qué respaldar la moneda—, así como poder hacer la planeación de su empresa o endeudarse en moneda extranjera sin el temor de que la pérdida de valor de la moneda nacional encarezca sus insumos importados o sus deudas.

No obstante, esta política va en contra del comportamiento del mercado. Se gastan enormes cantidades de recursos para poder mantener la paridad fija o el intervalo controlado; y en caso de que las reservas internacionales se agoten, y le sea imposible al gobierno mantener esa paridad; o el gobierno pierda credibilidad; puede esto generar incertidumbre y pánico que deriven en una crisis, como las de México en el pasado. Además de crear una dependencia en la población sobre las decisiones administrativas del estado, y creando conflictos de intereses: ¿a quién favorezco, exportadores o importadores?

Actualmente en México el tipo de cambio se determina por la oferta y la demanda de divisas en el país bajo un régimen de libre flotación: Mayor demanda de dólares, deprecian el peso (fugas de capital); mayor oferta de dólares, aprecian el peso (entradas de capital). Este mecanismo de libre flotación se decretó a partir del 22 de diciembre de 1994. (Noten que devaluación-revaluación y depreciación-apreciación son conceptos diferentes.)

Se involucran muchos factores en la determinación del tipo de cambio bajo el régimen de libre flotación, y éstos obedecen al comportamiento del mercado: oferta y demanda. En la oferta y la demanda de divisas influyen circunstancias externas e internas: la certidumbre de la población, la especulación de los inversionistas, el desempeño de la economía nacional y mundial, la política monetaria de un banco central (en el caso de México éste es autónomo[2]), y muchas otras cosas que no involucran el arbitrio o directamente la aprobación de la administración del gobierno en turno.

Esa idea sobre el presidente deliberando a capricho el tipo de cambio, o que la administración de éste influya de manera considerable en la determinación del tipo de cambio, prevalece en el encono hacia los malos manejos de la economía mexicana de los gobiernos anteriores en donde éste sí tenía un control directo sobre el tipo de cambio, y en el temor de que las crisis mexicanas pasadas hayan explotado a partir de la pérdida de valor de nuestra moneda.

Las depreciaciones del peso mexicano contra el dólar en los últimos meses se han debido en gran medida a la volatilidad de los mercados internacionales, en especial al esperado y aún desconocido incremento de las tasas de Reserva Federal de Estados Unidos. Cada vez que el Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal se reúne para decidir su política monetaria (subir o no las tasas de interés), hay una tormenta en el mercado de divisas. Un incremento de las tasas ocasionaría una avalancha de capitales que se refugiarían en el dólar, provocando grandes salidas de capitales en los países emergentes como México, depreciando así su moneda.

Las depreciaciones del peso mexicano contra el dólar en los últimos meses se han debido en gran medida a la volatilidad de los mercados internacionales, en especial al esperado y aún desconocido incremento de las tasas de Reserva Federal de Estados Unidos.

La depreciación no es toda mala, si es moderada. La pérdida de valor de la moneda favorece a nuestra industria exportadora, que es uno de los mayores motores que mueven nuestra economía, y esta pérdida de valor podría solo ser un ajuste en los mercados. El problema es cuando se genera gran volatilidad y pánico y hay grandes salidas de capitales, esta súbita pérdida de valor de la moneda distorsionaría los mercados: generaría efectos inflacionarios por medio del aumento en el precio de los insumos importados.
Paradójicamente, desde principios de año hasta la fecha (06 de Octubre de 2015) en donde el peso se ha depreciado nominalmente en 12.53% frente al dólar[3] y se ha llegado a una paridad nunca vista, no se han percibido los efectos inflacionarios como podrían esperarse y, de hecho, la inflación se mantiene en mínimos históricos.

¿Por qué sigue subiendo el dólar y no le ha pegado a la inflación? Ese es otro tema mucho más controversial que después platicamos…

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[1] Recientemente en Venezuela se aplicó esta medida extrema, y lo único que ha creado es un mercado
[2] Bajo este régimen de tipo de cambio de libre flotación, el Banco de México no interviene en el mercado de divisas para tratar de mantener una paridad fija o dentro de un intervalo, por lo que las reservas internacionales sólo sirven como respaldo de la moneda. No obstante, en los últimos meses y debido a la alta volatilidad en el mercado de divisas, el Banco de México ha estado vendiendo dólares en el mercado para contener una súbita caída del peso frente al dólar, pero no tiene como objetivo mantener la paridad peso-dólar dentro de un intervalo o en un nivel fijo.
[3] En 1994 el peso perdió más de 60% de su valor nominal frente al dólar. Fuente: Banco de México.

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