Cientos de personas migrantes comenzaron a caminar este miércoles 30 de septiembre por la noche desde San Pedro Sula, en el norte de Honduras, rumbo a la frontera con Guatemala, usando una ruta migratoria muy transitada en tiempos del COVID-19.
La prensa internacional ha podido constatar que aproximadamente un millar de personas, en su mayoría jóvenes, fueron concentrando en Central Metropolitana de autobuses de San Pedro Sula desde las 19 horas, desde donde luego decidieron salir en pequeños grupos hacia el punto de Corinto, departamento caribeño de Cortés, fronterizo con Guatemala.
La semana pasada, en redes sociales, hubieron convocatorias para una nueva caravana que saldrá el 4 de octubre desde el mismo lugar. Sin embargo, la mayoría de las personas que se reunieron el miércoles decidieron no esperar y partieron en la oscuridad de la noche con mochilas y, muchos, con mascarillas. Los grupos se encaminaron rápidamente a lo largo de la carretera, algunos recibiendo la ayuda de conductores, mientras otros continuaron caminando hacia la frontera.
Cabe destacar que caravana avanza solo dos semanas después de que Guatemala reabriera sus fronteras, tras mantenerlas selladas durante la pandemia. Varios Gobiernos de la región dieron a conocer que estaban pendientes como por ejemplo: la agencia de inmigración de México dijo en un comunicado que haría cumplir la migración “segura, ordenada y legal” y que no haría nada para promover la formación de una caravana de migrantes.
Por otro lado, el embajador de Honduras en Guatemala, Mario Fortín, manifestó a periodistas que ese país está exigiendo documentos legales y pruebas PCR de laboratorio que garanticen que las personas extranjeras no están contagiadas con COVID-19.
Finalmente, la Embajada de Estados Unidos en Honduras aseguró comentó en su cuenta de Twitter que la migración ilegal a Estados Unidos es más difícil que nunca en este momento y más peligrosa debido al COVID-19. Pero los factores de expulsión que impulsan a las personas migrantes de Centroamérica no han disminuido durante la pandemia.
Resulta interesante que esta salida del nuevo grupo el miércoles por la noche recordó a la caravana de migrantes que se formó hace dos años (en víspera de las elecciones de mitad de período en Estados Unidos) que se convirtió en un tema electoral con una retórica antiinmigrante. En los últimos años, las personas migrantes irregulares centroamericanas comenzaron a viajar en grandes grupos buscando seguridad y, en algunos casos, evitando el costo de traficantes.
Con información de DW