La pandemia está dando lecciones importantes sobre el comportamiento de los jefes de gobierno y jefes de estado en situaciones de crisis. Ser un político hábil es necesario para llegar a ser jefe de estado y/o de gobierno, pero ser un político hábil no es suficiente para ser un buen jefe de gobierno en periodo de crisis cuyo manejo no depende de habilidades políticas.
Los animales políticos super dotados para acumular votos (a la buena o a la mala) pueden resultar pésimos para manejar crisis que más que políticas, son crisis de sociedad. No todos los animales políticos le entienden bien a los fenómenos de sociedad. Los ejemplos de Trump en Estados Unidos, de Boris Johnson en el Reino Unido se agregan al de AMLO en México. 66% de los franceses consideran que su presidente manejó mal la situación resultante de la pandemia.
Curiosamente, las mujeres jefas de gobierno o de estado destacaron en el manejo de las situaciones excepcionales originadas por la difusión del virus. Esta observación deberá ser tomado en cuenta por los electorados en elecciones subsecuentes. Promesas y compromisos políticos, sociales, económicos, financieros, educativos, etc., deberán ser ponderados por la sensibilidad humana de los candidatos y su sentido común. El cual, como todos saben, es el menos común de los sentidos.
La lección no deberá ser olvidada. Un jefe del ejecutivo (aún si la lección es válida también para los representantes legisladores) deberá ser evaluado en función de su capacidad de empatía social y no solamente de sus promesas de bienestar económico, en función de su capacidad de administrar la salud humana y no solamente de promesas de riquezas espirituales.