Al inicio de la gestión del actual presidente de México, era “inminente” la llegada de una época mexicana repleta de gloria económica, mejores condiciones sociales y un paquete de reformas estructurales que transformarían al país.
Hoy, a cuatro años, el ‘mexican moment’ se ha pulverizado.
Y, como siempre, los ciudadanos- que de ciudadanos solo tienen el nombre- han decidido cargarle la totalidad de la culpa a Enrique Peña Nieto y su gabinete. Y seguramente tienen parte de razón, las reformas han entregado pocos o nulos resultados, la economía ha sufrido un fuerte golpe y la violencia no para.
Pero ¿quiénes son los otros culpables de la desaparición del mexican moment? Los más de 120 millones de mexicanos que habitamos un país necesitado de nuevos y mejores líderes sociales. No nos hemos detenido a pensar que le estamos entregando al país a los peores ciudadanos; esos que ven a sus papás darle mordida al tránsito, que se metan a la fila del banco, los que te ven comprando cerveza en depósitos clandestinos, pasarte un semáforo en rojo o quejarte todos los días de “tener que trabajar”, como si todos tuvieran ese privilegio.
Sin embargo, hoy más que nunca estoy convencido de la calidad de líderes jóvenes con los que contamos y las redes sociales nos han permitido conectarlos poco a poco para trabajar en conjunto. Hoy la mujer se refleja en “lady matemáticas” y no en las actrices de telenovelas, los jóvenes apuestan por emprender e innovar y no les da miedo enfrentarse a retos. ¿Qué más podemos perder?
El mexican moment no se ha ido solo porque un grupo de analistas haya dictado que la volatilidad económica, la caída del petróleo, el bajo desempeño de la reforma fiscal o el poco impulso del gobierno a la innovación sepulten las esperanzas de un país tan grande como sus ciudadanos lo crean.
Ya no nos quejamos del empleo o de la mano de obra más barata de la OCDE, ahora emprendemos y generamos nuestros propios empleos. Las mujeres autodenominadas “chingonas” que pretendían ser la mejor versión de cenicienta y que las mantuvieran sin ningún esfuerzo han quedado atrás y en su lugar estamos rodeados de una generación de mujeres talentosas que se preparan para dirigir el rumbo de México.
Hoy más que nunca, veo la posibilidad de cambiar la conversación y encumbrar un verdadero “momento mexicano”, los Mario Molina y Alejandro Gónzalez Iñarritu nos han dejado claro que el límite no es más que una barrera mental que nosotros nos ponemos.
Estamos siendo testigos de un grupo de rebeldes y aventureros descarados que no le temen al riesgo y que disfrutan la adrenalina del todo por el nada. Que venga el momento mexicano, porque como buenos mexicanos lo queremos ahora y lo queremos a nuestra manera.
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