#PulsoUrbano: “Las banquetas con sangre entran”

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Si algo aprendí de mis maestros Antanas Mockus y Sergio Fajardo es a privilegiar la ética por sobre todo interés personal o colectivo. Me queda claro que la Zona Metropolitana de Monterrey con su cultura “cochecentrista” pone aprueba nuestro comportamiento ético.

Por eso es importante que a la hora de implementar programas de cultura vial entendamos cuál es el sentido de lo que se quiere cambiar. O de otra forma seguiremos viendo escenas donde las personas pueden perder los estribos.

El programa #pintaturaya de San Pedro Garza García como idea es muy buena. Se trata de no permitir que los automovilistas usen el espacio público peatonal (llamado banqueta) como estacionamiento público gratuito. Por eso, insisto que como idea es estupenda.

Sin embargo, siendo tan delicado el tema -no debería pero en Monterrey lo es porque el “auto es primero”- no se puede dejar en manos de quienes creen que abusando del poder o haciendo uso excesivo de la fuerza van a transformar los comportamientos de las personas.

Lo que se debe esperar es la multa correspondiente. Lo que debería pasar es que te la entreguen sin “petición de moche” de por medio. Explicarte basándote en el reglamento. Este escenario dista mucho de bajar a golpes a un conductor, evidentemente prepotente, de su auto.

He leído hasta el cansancio justificaciones de ese acto por la defensa del policia a quien minutos antes el mismo conductor le echó el auto. Sin embargo, tenemos que aspirar al mejor comportamiento de ambas partes y no irnos con la finta de creer qué hay que ponerse de parte de alguien cuando vivimos en un país con tanta impunidad que a quien menos le confías es a la policía.

Si vemos más allá, encontraremos que debería ser innecesario llegar a ese punto en donde el respeto por la banqueta con sangre entra. No estamos en Texas (¡qué bueno!) y deberíamos aspirar a más civilización que Ciudad. Porque sin esa sociedad que no entienda que el espacio público no es sinónimo de estacionamiento gratuito y sin esa sociedad que no entienda que ninguna autoridad tiene que bajarte de tu auto golpeándote, poco se puede hacer para la transformación.

La perspectiva de todo cambio tiene que estar en la reeducación de las personas, seamos autoridades o no. Esto lo he aprendido no sólo de mis maestros, sino de la experiencia. Hubo un día que me cansé de hacerla de policía de tránsito, de pegar stickers de “te estacionas como pendejo”, de viodeograbarlos, de subir las fotos con las placas visibles de sus autos, de agresiones que con el tiempo aprendí que no llevan a nada. Absolutamente a nada. Más que a la persona incluso le valga más o lo haga más a propósito de rebelarse al regaño público o la multa.

Ese programa no debió salir sin que estos policías estuvieran capacitados. Porque igual que en el Turismo, en el espacio público, el uso de la fuerza es más bien una oportunidad perdida para la ética, la educación urbana y la convivencia social… No, las banquetas con sangre jamás van a entrar.

Ciudadanos en lo público

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Los cambios se hacen a través de disciplina y convicción.

Son las palabras con las que me quedó de la charla en la que estuve con el que fuera alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia en Colombia: Sergio Fajardo. Toda una referencia en el tema de participación ciudadana.

En días recientes fuimos invitados por la organización Líderes Ciudadanos en Pro de la Cultura de la Legalidad a tener una conversación con él y rápidamente se convirtió en una sesión de preguntas y respuestas.

Era notoria la preocupación de los miembros de organizaciones civiles en temas de corrupción, inseguridad e impunidad y las preguntas se enfocaron en conocer la experiencia vivida en Colombia y poder encontrar fórmulas que se aplicaran a la realidad mexicana y en específico a la realidad en que se vive en el estado de Nuevo León.

Era notoria la preocupación de los miembros de organizaciones civiles en temas de corrupción, inseguridad e impunidad y las preguntas se enfocaron en conocer la experiencia vivida en Colombia y poder encontrar fórmulas que se aplicaran a la realidad mexicana y en específico a la realidad en que se vive en el estado de Nuevo León.

Como miembro del colectivo La banqueta se respeta, siempre busco encontrar en estas conversaciones la conexión de la movilidad peatonal en un contexto más amplio que las condiciones físicas de banquetas que ya es tema con el que trabajamos diariamente. En esta plática encontré una importante conexión entre caminar y el construir políticas públicas.

En la charla, Fajardo nos compartió la experiencia de su campaña en Medellín mediante caminatas en las que mantenía un contacto directo con los ciudadanos. En esas caminatas se pudo vivir de manera muy cercana la realidad de una ciudad. Se escuchaban los problemas, las carencias, pero también las soluciones de viva voz de la ciudadanía. La gente de a pie, fue parte de la construcción de las decisiones políticas de la ciudad.

También nos dijo que llegó a la política entendiendo que los políticos toman las decisiones más importantes para la sociedad y aquí es donde me surge la pregunta.

En la charla, Fajardo nos compartió la experiencia de su campaña en Medellín mediante caminatas en las que mantenía un contacto directo con los ciudadanos. En esas caminatas se pudo vivir de manera muy cercana la realidad de una ciudad.

Podría preguntar qué hacen los gobiernos para lograr el contacto cercano a la ciudadanía, pero prefiero verlo de una manera proactiva ciudadana y preguntar ¿qué estamos haciendo los ciudadanos para contactar, debatir y llegar a consensos que ayuden a que los políticos tomen las decisiones adecuadas para construir en conjunto las ciudades que queremos?

Participar en este tipo de procesos nos ayuda a reducir la desconfianza que se tiene en los políticos. Nos hace sentir parte de importantes decisiones pero también algo a lo que debemos perderle el miedo: nos hace responsables de las decisiones tomadas.

Estamos viviendo importantes cambios en la forma de vivir la política en el estado, la sociedad civil se organiza y participa, lo importante es mantener la disciplina y la convicción y no desesperarnos por no ver resultados inmediatos. Se necesita disfrutar y ser parte de los procesos con el gobierno y dejar descansar un poco nuestros intereses privados para lograr entender la importancia de construir en lo público.

Sobre el Autor: Eduardo Quintanilla, Licenciado en economía con maestría en administración del ITESM campus Monterrey. Con mas de 20 años de experiencia en marketing, forma parte del colectivo ciudadano La Banqueta se respeta, que busca mejorar las condiciones de movilidad peatonal en Monterrey. Participa en acciones de las plataformas Alcalde cómo vamos? y Gober cómo vamos ? que tienen como objetivo establecer una comunicación efectiva entre sociedad civil y funcionarios y la evaluación de las actividades de los gobiernos municipales y estatal.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Clases intensivas de colombiano: Fajardo en Monterrey

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Hace un par de semanas, Monterrey recibió la visita del Dr. Sergio Fajardo, ex alcalde de Medellín y ex gobernador de Antioquia, un influyente matemático-político colombiano que vino a dar una conferencia como parte de su estadía como profesor visitante del Tec de Monterrey.

En su charla que englobaría la frase “del miedo a la esperanza”, lanza una serie de mensajes y enseñanzas prácticas muy profundas de cambio para una sociedad latinoamericana convulsionada por la corrupción, la parálisis legislativa y la ineficacia gubernamental.

Supo transformar una ciudad caótica como Medellín, azotada por el narcotráfico, a una ciudad que supo reconstruir el tejido social por medio de técnicas científicamente innovadoras, poniendo a la educación como área prioritaria.

Fajardo engloba al político independiente que supo transformar una ciudad caótica como Medellín, azotada por el narcotráfico, a una ciudad que supo reconstruir el tejido social por medio de técnicas científicamente innovadoras, poniendo a la educación como área prioritaria.

Mucho se ha hablado del “Modelo Medellín”; se han dado cientos de charlas, visitas de los alcaldes del área metropolitana de Monterrey a Colombia, talleres, foros y seminarios, y los problemas siguen sin atacarse según el modelo planteado.

Mucho se ha hablado del “Modelo Medellín”; se han dado cientos de charlas, visitas de los alcaldes del área metropolitana de Monterrey a Colombia, talleres, foros y seminarios, y los problemas siguen sin atacarse según el modelo planteado.

En alguna entrevista en Multimedios, el Dr. Fajardo justificó la falta de aplicación de sus ideas en Monterrey, debido a que el contexto no es el mismo y no se puede replicar un modelo al pie de la letra enfatizando que no existe una formula específica.

Y aquí es donde el sinsentido de los políticos locales florece, porque Fajardo siempre ha sido muy claro en sus postulados y recomendaciones pragmáticas que nuestros políticos siguen sin entender, porque no entienden ni el contexto colombiano y, peor aún, el contexto local.

La ignorancia e ineptitud rampante en nuestros alcaldes es de tal grado que no han podido copiar ninguna iniciativa colombiana como la total transparencia en los presupuestos, la presentación de cada secretario de un proyecto a seguir con fechas y compromisos, apertura y participación ciudadana en el tema de licitaciones para obra pública, creación de nuevos espacios públicos o la educación como eje central.

El doctor Fajardo ha venido varias veces; Antanas Mockus, otro influyente colombiano, también ha venido; y podrán seguir viniendo pero su mensaje siempre se quedará en el recinto porque ha quedado claro que pocos han podido entender el mensaje.

En la charla de Fajardo en el Auditorio Luis Elizondo, un servidor notó la presencia de al menos cuatro exfuncionarios públicos que pocos resultados dieron en sus gestiones.

Monterrey y en general, el país, está lejos de desarrollar pensadores activos como Fajardo o Mockus que no tengan las ataduras propias de algún partido político, de algún caudillo o de ideologías de siglo 20.

Monterrey y en general, el país, está lejos de desarrollar pensadores activos como Fajardo o Mockus que no tengan las ataduras propias de algún partido político, de algún caudillo o de ideologías de siglo 20.

El “Modelo Medellin” transformó una ciudad en todos los planos: en lo económico, social, intelectual, político, educativo y hasta en lo cívico. Nuestros alcaldes “fueron y vinieron” y siguen haciendo banquetas y pequeños parques de 10 x 10 metros.

Mientras, algunos jóvenes en la charla tomaban notas y otros haciendo preguntas muy interesantes. Algo me quedó muy claro: la clase política ya no necesita clases urgentes de colombiano. ¿Para qué? Las mulas sólo a arrear aprenden…

Lo dicho, dicho está.

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