En días recientes el municipio de San Pedro Garza García puso en consulta cambios en su plan de desarrollo urbano incluyendo algunos proyectos viales de gran tamaño y de interconexión con el municipio de Monterrey.
De acuerdo al reglamento se invitó a los residentes del municipio a conocer los proyectos y dar su opinión. Un centenar de vecinos, en su gran mayoría entrados en canas, asistieron preocupados a ver como su municipio se les va de las manos y deja de ser lo que ellos conocieron.
Y en esta buena iniciativa de consulta pública puede estar también el problema de una buena toma de decisiones.
¿A quien se debe consultar un proyecto vial en una metrópoli compuesta por varios municipios?
San Pedro Garza García ha dejado de ser una zona residencial de baja densidad y se ha convertido en una de usos mixtos en donde la demanda por espacios corporativos, comerciales, educativos y residenciales en condominio ha ido creciendo.
Se dio la libertad que así fuera y revertir la tendencia es prácticamente imposible.
Gente de todos los municipios del área metropolitana llega a diario a trabajar a San Pedro. Hay horas del día en que el número de autos supera al número de habitantes. La población flotante que entra y sale del municipio en auto privado es altísima, el transporte público está saturado de usuarios y las condiciones de movilidad peatonal para los que viven la zona en horario laboral es deficiente.
El número de vecinos reales que les atañe una decisión urbana es muy superior a los que lo pueden demostrar con una credencial de elector. ¿O acaso no son vecinos los que pasan más horas del día en sus trabajos que en sus propias casas y viven a diario los problemas viales?
También hay otros grupos que su opinión es valiosa en una decisión y que no necesariamente son vecinos del sector.
La opinión de grupos de la sociedad civil, colectivos ciudadanos enfocados en temas de movilidad y seguridad vial, académicos, asociaciones de urbanistas e investigadores pueden dar una visión más global de un tema metropolitano que sume a la opinión de vecinos.
Es tiempo de dejar de ver al municipio como “La Colonia” y verlo de manera integral dentro de la ciudad.
Y en especial hay que dejar de ver la cuidad con nostalgia queriendo recuperar lo perdido y verla con los ojos de una generación millennial a la que se debe fomentar su participación. Ellos serán los que vivirán por más tiempo las decisiones que se tomen.
Bienvenida la consulta pública. Pero también será bienvenida la apertura a otros participantes.
La verdadera ciudad empieza cuando se deja de ver de manera individual a los municipios que la forman.
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