El acoso sexual en México es una realidad crítica. Nacionalmente, “63 de cada 100 mujeres de 15 años y más han padecido algún incidente de violencia ya sea en el ámbito público o privado.” (Amnistía Internacional, 2015). La Procuraduría General de la República, reportó que en el 2012 se realizaron alrededor de 14,000 denuncias por violación ante los Ministerios Públicos. Sin embargo, Pablo Navarrete, de INMUJERES (2013) afirma que solo 1 de cada 9 delitos de violación, son revelados antes las autoridades.
Fue apenas en el 2007 cuando el gobierno mexicano publicó la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (reformada por última vez en el 2015). Fue hasta ese año cuando se reconoció el acoso sexual como una forma de violencia que forma parte de la vida laboral y docente de los mexicanos; en la mayoría de los casos, las víctimas son las mujeres.
¿Y por qué son las mujeres las víctimas? Antes de caer en la errónea idea de que los hombres tienen un “apetito” sexual mayor que el de las mujeres, y que por eso llegan a tener estas actitudes hacia las mismas, hay que pensar un poco más en la cultura de nuestro país. El mismo sitio web de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes (2014) establece que el acoso sexual puede ser la “expresión de una cultura en la que se han normalizado la violencia y discriminación sustentada en los estereotipos y roles de género, y en la existencia de roles desiguales de poder entre mujeres y hombres.”
¿Hasta que punto podremos sentirnos seguras en nuestra ciudad? Existen varias medidas que pueden disminuir los casos de violencia en contra de las mujeres… Una de estas medidas, que ya fue aplicada por la Ciudad de México, así como ciudades en Brasil, Egipto, India y Japón, es la implementación de transporte público exclusivo para mujeres.
La idea de que está en nuestra “naturaleza” seguir ciertos patrones sexuales (dominación masculina y subordinación femenina), el acoso sexual es más bien una construcción social que nace de la libre práctica del machismo en nuestro país, sin repercusión alguna de parte de nuestras autoridades, o de nuestra misma comunidad.
Ahora bien, existen diferentes esferas privadas y públicas en las que se puede dar el acoso sexual, como el hogar, el trabajo, la escuela, el transporte público y en las calles de la ciudad. Edith Flores Pérez (2014), de la Universidad Autónoma Metropolitana, escribe un artículo académico para la Revista “Ángulo Recto”, sobre lo que significa ser mujer en la Ciudad de México. Entre los muchos relatos que ella nos comparte, se leen historias de vulnerabilidad, riesgo e inseguridad de parte de todo tipo de mujeres, sin importar edad, ocupación, o apariencia física: la mayoría de ellas han pasado por una situación de acoso, o conocen alguna otra mujer a la que le ha pasado.
¿Hasta que punto podremos sentirnos seguras en nuestra ciudad? Existen varias medidas que pueden disminuir los casos de violencia en contra de las mujeres, específicamente el acosos sexual en la esfera pública. Una de estas medidas, que ya fue aplicada por la Ciudad de México, así como ciudades en Brasil, Egipto, India y Japón, es la implementación de transporte público exclusivo para mujeres. Existen diferentes argumentos a favor de esta medida, así como existen en contra.
…es cierto que la medida de restringir a las mujeres a ciertos espacios para que eviten situaciones de acoso sexual puede parecer superficial. Sin embargo, no me parece justo que en el tiempo que toma cambiar la mentalidad machista que se observa en la mayoría de la sociedad mexicana, las mujeres tengan que seguir soportando estas manifestaciones de violencia, sin ninguna medida preventiva o correctiva.
Al realizar encuestas generales sobre que tan seguras las mujeres se sienten, o se podrían sentir, con transportación exclusiva para mujeres, se encontraron resultados positivos. De una muestra de 6,300 mujeres encuestadas por Thompson Reuters Foundation y YouGov en el 2014 (Adler et al, 2015), en 15 diferentes grandes capitales en el mundo (400 mujeres por ciudad aproximadamente), se reportó que 7 de cada 10 mujeres afirmaron que se sentirían mas seguras en trenes y autobuses exclusivos para mujeres.
Sin embargo, también existen los argumentos en contra de dicha implementación. Algunas de las culturas más progresistas en cuánto a la equidad de género, piensan que esta medida es otro tipo de discriminación sexual, y la verdadera medida con la que las mujeres podrán viajar seguras por la ciudad, se basa en la educación y el respeto humano (Adler et al, 2015).
El … sitio web de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes (2014) establece que el acoso sexual puede ser la “expresión de una cultura en la que se han normalizado la violencia y discriminación sustentada en los estereotipos y roles de género, y en la existencia de roles desiguales de poder entre mujeres y hombres.”
Esto es lo que yo opino al respecto: es cierto que la medida de restringir a las mujeres a ciertos espacios para que eviten situaciones de acoso sexual puede parecer superficial. Sin embargo, no me parece justo que en el tiempo que toma cambiar la mentalidad machista que se observa en la mayoría de la sociedad mexicana, las mujeres tengan que seguir soportando estas manifestaciones de violencia, sin ninguna medida preventiva o correctiva.
Mi equipo y yo, quienes proponemos la implementación de vagones exclusivos para mujeres en el Metro de Monterrey, no pensamos que esto sea lo único por hacer por nuestra comunidad. Crear espacios así, si bien de forma práctica podrían disminuir los incidentes de acoso sexual contra la mujer, también pueden utilizarse para promover la equidad de género, la libre denuncia y el resto a los derechos humanos fundamentales.
…nosotros queremos preguntarle a la comunidad: ¿son necesarios los vagones exclusivos para mujeres en el Metro de Monterrey? Nuestra propuesta es que si se deben de implementar estos vagones, pero también queremos tomar en cuenta la opinión de los demás regiomontanos. Contesta nuestra encuesta aquí.
Monterrey aun no tiene la magnitud que tiene la Ciudad de México en cuánto a población y necesidad de transporte público. Sin embargo, tampoco hay que dejar que lleguemos a la magnitud de casos de violencia contra la mujer. Algunos podrían argumentar que en nuestra ciudad no se dan tantos casos como en la capital. Sin embargo, yo quisiera saber…¿Cuántos casos serán suficientes? ¿Cuántas más mujeres tendrán que sufrir un abuso para que se tome en serio esta problemática? La prevención puede ser la clave para Monterrey.
Es por eso que, nosotros queremos preguntarle a la comunidad: ¿son necesarios los vagones exclusivos para mujeres en el Metro de Monterrey? Nuestra propuesta es que si se deben de implementar estos vagones, pero también queremos tomar en cuenta la opinión de los demás regiomontanos. Contesta nuestra encuesta aquí y compártenos lo que piensas.
COLABORACIÓN TAMBIÉN POR: ALEJANDRA MONCADA, MARIANA RINCÓN Y GUILLERMO GONZÁLEZ.
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