Este viernes, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha presentado su dimisión al puesto, luego de que se han complicado sus problemas de salud que, he hecho, ya en 2007 pusieron Fin a su primer mandato. Esto le ha obligado ya a visitar el hospital en dos ocasiones desde la semana pasada.
Las especulaciones despertadas desde ese acontecimiento terminaron por ser ciertas. El jefe de Gobierno más longevo de la historia del país deja tras de sí un legado inconcluso, en plena recesión. “Mi salud no es la adecuada y una mala salud puede llevar a decisiones equivocadas. En estas circunstancias no soy capaz de satisfacer las exigencias del pueblo japonés, por lo que he decidido renunciar al cargo de primer ministro“, declaró ante los medios.
Este lunes asistió por segunda vez al Hospital Universitario Keio en Tokio, tras someterse a una revisión médica “de rutina” la semana pasada. No obstante, la nueva consulta apuntó a un empeoramiento de la colitis ulcerosa que padece de manera crónica. Dos días más tarde, su equipo convocó a una rueda de prensa en donde anunció su retiro.
“Durante ocho años he podido dedicarme a mis deberes como primer ministro, pero en junio de este año los médicos me advirtieron de la que dolencia había regresado. A mediados del mes pasado comencé a recibir tratamiento, pero mi salud se ha deteriorado y he perdido mi fuerza y energía. Las pruebas de esta semana han confirmado el diagnóstico“, argumentó.
Abe dedicó sus primeras palabras en el discurso a la actuación de su gobierno contra el virus, extendiendo por un lado condolencias a los familiares de los fallecidos y su gratitud hacia los trabajadores sanitarios. Se destaca que Japón ha reaccionado con eficiencia ante la situación, siendo que han sucedido 1,241 víctimas mortales y 65,709 infectados. “Hemos contenido el índice de mortalidad a cifras bajas en comparación con otros países, aunque hay cosas que deberíamos haber hecho mejor“, afirmó. El primer ministro ha reconocido en ocasiones anteriores que la capacidad de testeo ha sido insuficiente y la distribución de mascarillas muy lenta, en particular en áreas rurales; por lo que ha sido muy criticado.
Esta crisis, es una de las claves que explican su decisión. “Los contagios están descendiendo, pero el virus volverá a crecer en otoño, por lo que es un buen momento para dar un paso al lado (…). El país necesita ahora un líder sólido“.
Dejar el país en medio de una crisis
“En política lo que importa no es cuántos días has estado en el puesto, sino lo que has conseguido“, sentenció. Y en este sentido, su administración ha sido insuficiente. El político no ha logrado completar las cuestiones centrales que han enmarcado el actuar del país en lo contemporáneo. “Me queda un año de mandato y hay muchas tareas por llevar a cabo. Debo pedir perdón por dimitir sin resolver los secuestros de ciudadanos japoneses por parte de Corea del Norte ni la reforma constitucional, lo que me causa un gran pesar“.
Aso Taro, quien es ministro de Finanzas y viceprimer ministro, es quien asumiráde manera interina las riendas del país. Las próximas elecciones generales están programadas a priori para octubre de 2021, aunque se comenta que cabe esperar que el nuevo líder opte por adelantar la fecha para obtener la legitimidad de las urnas.
Con información de El País