Al hablar de inversiones en los mercados financieros regularmente se piensa en acciones y en bonos, es decir en títulos de Cemex o Bimbo o en CETES y bonos corporativos. Sin embargo, la variedad de instrumentos financieros de inversión es vasta y cada vez más compleja, permitiendo al público inversionista poder colocar su dinero en diferentes monedas, en diversas industrias y a lo largo de muchos países. Tal es el caso de los Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces, comúnmente llamados “FIBRAS”.
Estos instrumentos, que se operan igual que las acciones, tienen como objetivo la adquisición o construcción de inmuebles con el fin de arrendarlos.
En otras palabras, una FIBRA es una administradora que compra o construye edificios, centros comerciales, oficinas u hoteles para después ponerlos en renta y así recuperar la inversión y generar ganancias a sus accionistas.
Conceptualmente, una FIBRA opera de la misma forma que las personas que tienen inmuebles o construyen casas para venderlos o ponerlos en renta.
De esta forma, el sector inmobiliario puede desarrollar naves industriales, complejos de oficinas y locales comerciales, edificios de departamentos o incluso hospitales a través de las FIBRAS.
Para poder realizar lo anterior, estos Fideicomisos recaudan dinero a través de certificados bursátiles emitidos en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Cuando el público inversionista compra estos certificados, la FIBRA recibe el dinero y se deposita en el Fideicomiso donde se administrarán los inmuebles. Estos recursos son destinados después a la compra o construcción de los bienes raíces.
Posteriormente, estos bienes se administran y se ponen en renta para generar ingresos. El producto de las rentas es depositado en el Fideicomiso y éste a su vez, después de gastos, reparte las utilidades como dividendo a los poseedores de los certificados bursátiles.
El tenedor de estos certificados, es decir el inversionista, recibe dividendos de manera trimestral, los cuales provienen de las ganancias de la FIBRA, es decir los ingresos por rentas (y otros conceptos menores) menos los gastos administrativos y de operación y los gastos por inversión o adquisición de inmuebles. Los recursos restantes son la utilidad neta de la FIBRA, la cual debe ser repartida entre los inversionistas.
Otra forma de obtener rendimiento de estos instrumentos es mediante la ganancia de capital, que al igual que las acciones, se produce al incrementar el precio del certificado bursátil. Como ejemplo, si se compra el certificado de una FIBRA a $20 pesos y se vende un año después a $25 se habrá obtenido $5 pesos de ganancia más los dividendos recibidos en el periodo. La gran ventaja de estos instrumentos es que dichas ganancias se encuentran exentas de impuestos (a diferencia de las acciones).
En México, desde 2011, las FIBRAS suman otro instrumento de inversión más que, en este caso, permite a los ahorradores diversificar sus inversiones en el sector inmobiliario de una forma accesible y fácil de operar.
Algunos datos sobre las principales emisoras mexicanas:
Fibra Hotel es dueña de hoteles One, Fiesta Inn y Camino Real, entre otros; Fibra Uno, con seis millones de metros cuadrados en renta, es la FIBRA más grande de México; Fibra Danhos invirtió $3,308 millones de pesos en el complejo comercial Parque Vía Vallejo; Fibra Shop abrirá dos centros comerciales con una inversión de $95 millones de dólares; El dividendo de Terrafina se estima en 7% para 2016.
https://www.bmv.com.mx/docs-pub/MI_EMPRESA_EN_BOLSA/CTEN_MINGE/Fibras.pdf
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