En Corea hace años se desarrolla un conflicto que puede tener consecuencias humanitarias no vistas desde la Segunda Guerra Mundial. El problema central radica en la alta probabilidad de que Corea del Norte disponga de armas nucleares y que pueda utilizarlas, sin conocer o no su desarrollo y eficacia contra los Estados Unidos, país que más allá de las coyunturas de los últimos seis meses es nuestro vecino, es la nación que adquiere el 80 por ciento de nuestras exportaciones, donde viven millones de personas de origen o bien de nacionalidad mexicana, y con el que tenemos una compleja agenda de relaciones bilaterales, las cuales se inscriben en la frontera más grande del mundo.
La historia del conflicto en Corea inició en 1950 cuando en el marco de la bipolaridad los Estados Unidos y la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se disputaban la hegemonía global. En ese contexto ambas potencias se dividieron Corea, quedando el norte bajo la influencia soviética y el sur bajo la norteamericana. El 25 de junio de 1950, Corea del Norte con apoyo de la URSS y China invadió el sur. Estados Unidos envió a sus tropas para ayudar y echar atrás la invasión comunista, en dos meses los norteamericanos habían logrado reconquistar la capital del sur, Seúl.
Bajo la amenaza norteamericana de invadir el norte y con ello unificar toda la península, China intervino de forma más directa y lo que parecía una guerra sencilla se convirtió, tres años después, en un escenario que generó más de tres millones de personas muertas, 100 mil huérfanos, aproximadamente 10 millones de desplazados y una devastación en infraestructura, recursos naturales y cualquier otro medio humano para la vida y la sobrevivencia, fue una tragedia.
El 27 de julio de 1953 las dos partes firman un armisticio como medida para asegurar el cese de hostilidades, tras 60 años Corea del Norte y Corea del Sur siguen técnicamente en guerra, esto explica por qué razón el Ejército de Corea del Norte suma un millón de efectivos, quizá cinco millones en sus reservas y el enorme gasto militar que eroga cada año. Hoy día han crecido las hostilidades en la región, y el eventual uso de alguna arma nuclear contra los E.U. tendría consecuencias inequívocas para México. En estos momentos clave nuestra solidaridad con E.U. es relevante, con independencia a las tensiones de los últimos meses, lo que ocurre en Corea del Norte tiene otro sentido, y representa una amenaza latente y próxima por vecindad con E.U. que sigue siendo el país del mundo con el que tenemos la mayor relación económica, política, ambiental, social, cultural y de seguridad hemisférica.
El coronel retirado del ejército de E.U. y analista del Centro de Estudios para la Seguridad de la Universidad de Georgetown, David Maxwell señala que “la zona desmilitarizada (aquella que divide a ambas Coreas) es una de las áreas más fuertemente armadas del mundo.”, y que del Ejército de Corea del Norte el “70% de las fuerzas están desplegadas entre Pyongyang y la zona desmilitarizada”; agrega que los actos recientes, donde Corea del Norte ha realizado pruebas nucleares y lanzado misiles han reactivado una zona que tiene mucha tensión; y que si se iniciara una guerra entre E.U. y Corea del Norte, tan sólo en el primer día de combate podría haber 64 mil muertos por los ataques de la nación norcoreana hacia Corea del Sur. Otro analista el profesor Bruce Bechtol del Departamento de Estudios para la Seguridad y la Justicia Criminal de la Universidad de Angelo State, en Texas, E.U., indica que las bajas en la primera semana serían entre 300.000 y 400.000 muertos tanto civiles como militares y quizá unos dos millones de muertos después de tres semanas.
En las últimas semanas el conflicto escaló en declaraciones y movimientos estratégicos en la zona, lo que comenzó con la prueba de un misil de alcance medio por Corea del Norte generó reacciones del Presidente de los E.U., y ahora de China, este país señaló que no intervendrá si Corea del Norte ataca primero pero que no será indiferente si lo hace E.U. y generó un mensaje con conceptos quizá tendentes a la disuasión militar de las partes: mano dura, intereses, riesgo militar, y que no permitirá un cambio de régimen. Así las cosas, los países se alinean para que no haya armas nucleares en Corea del Norte, para que este no inicie un conflicto y a la vez para que E.U. no lo haga tampoco, sin embargo, las presiones estratégicas crecen en China, Rusia y las dos Coreas, los puntos de diálogo son necesarios ante la magnitud de las consecuencias de un conflicto.