En los últimos días hemos observado el desfile de diversos actores políticos buscando la candidatura por la vía independiente para la Presidencia de la República, hemos visto aspirantes impulsados por organizaciones y movimientos sociales cansados de tanta corrupción y de no ser tomados en cuenta. Y por otro lado vemos a otros actores políticos que por diversos motivos han abandonado su partido político recientemente para buscar la candidatura, algunos quizá o al menos así parece ser, cegados por la ambición y poder.
Para adentrarnos en el tema de la candidatura presidencial independiente, vale la pena mencionar algunos datos, pues el Instituto Nacional Electoral (INE) solicita 866,593 firmas de ciudadanos que avalen la candidatura para antes del 13 de febrero del 2018 y deberán de ser recabadas mediante una APP, misma que impide que un ciudadano pueda firmar por más de un aspirante a la vez, cosa que limita y violenta los derechos de la ciudadanía para avalar la participación de diversos aspirantes por la vía independiente, ya que la firma a algún aspirante para que obtenga la candidatura independiente, no significa un voto para el aspirante, si no, el apoyo para que pueda postularse y competir en el proceso electoral. Este esquema pareciera más que obliga a la ciudadanía a decidir anticipadamente su voto, pues solamente puede elegir uno entre los más de 40 aspirantes independientes a la presidencia de México.
Independientemente de los procesos y normas fijadas por el INE, no cabe duda de que los ciudadanos que logren la candidatura presidencial por la vía independiente tendrán un piso disparejo y condiciones de desventaja. Considerando además que los candidatos independientes a cualquier cargo de elección popular recibirán una cantidad mucho menor que los de los partidos políticos para su campaña.
Con todo esto, nos preguntamos: ¿Quiénes son realmente los aspirantes “independientes” a la presidencia?, vemos a un Gobernador que, aunque llegó por la vía independiente, militó y ocupó cargo de elección popular por décadas en el PRI, la expanista Margarita Zavala que representa un obscuro lado de ese partido, al no pronunciarse contra la violencia y corrupción ocasionada por el gobierno de Felipe Calderón, el experredista Armando Ríos Piter quien militó por más de 10 años en ese partido, por lo que estos actores nos hacen pensar que buscan la candidatura presidencial independiente por caprichos políticos o falta de visión e integración política en sus partidos políticos.
Ante este escenario, donde además de los candidatos independientes contaremos con los candidatos de los partidos y coaliciones, la ciudadanía sigue al margen de las decisiones políticas que marcarán el rumbo de nuestro país, donde la gente no tiene claro lo que sucede con los independientes ni en los partidos, y muchas veces se piensa que “independiente” es un nuevo partido.
Esta elección del 2018, que pareciera una de las más fragmentadas en la historia de nuestro país, necesitaremos propuestas serias, que pongan al ciudadano al Frente en el centro de las decisiones para cambiar el régimen político que ya no funciona.