La ciudad de México recuerda cada 19 de septiembre, fecha en la que un devastador terremoto sacudió al país cobrando demasiadas vidas en el año de 1985, como olvidar ese momento que marco nuestra historia.
Cada año se llevan a cabo en esa fecha, recordándonos que debemos aprender a tomar las medidas necesarias, que pueden salvar nuestra vida.
Pero este aniversario número 32 la historia fue distinta en punto de las 13:14 horas, se escucharon las alarmas de alerta sísmica, pero lamentablemente no era un simulacro para recordar, sino todo lo contrario, si nuevamente en la misma fecha se repetía como hace algunos años un terrible sismo.
La ciudad colapso, todo comenzó a caer, la histeria colectiva, gas, polvo en todos lados, gritos, llanto nuevamente el centro del país estaba devastado.
La gran Tenochtitlan era un campo de batalla, de pronto fue capaz de guardar silencio sepulcral, a la señal de un puño levantado en la ciudad hecha pedazos.
Mi madre desde casa atenta a las noticias veía la señal y pedía silencio, silencio con angustia, tristeza, dolor, pero sobre todo con esperanza de vida.
Ciudadanos organizados en cuestión de minutos ayudando, demostrando que era momento en el que todos debemos estar unidos para salvar y reconstruir nuestro México mágico.
También la solidaridad llego, para demostrar que somos un país sensible al desastre donde el amor por los nuestros queda demostrado.
Sin importar edad, condición física las manos unidas palma con palma en grandes cadenas calmando el shock de lo que se estaba viviendo.
Personas a lo largo y ancho de nuestro territorio mexicano con fuerza y mucha voluntad unidos por un solo objetivo, reconstruir nuestro país
Es momento de renacer del polvo, de lo más profundo, teniendo confianza por el desconocido y dándole la mano al de al lado, voluntarios levantando escombros, salvando a nuestro país.
Queda demostrado que tenemos la valentía y el compromiso por nuestro país que es momento de lucha, unidad, confianza, pero sobre todo de construir el México que soñamos.
Casi un millón y medio de personas firmaron la petición para que los partidos políticos regresen al pueblo su dinero, para reconstruir lo colapsado.
Silencio para escuchar las voces de todos los que queremos sacar adelante a nuestro México.