La Taquería

El cuarto de hospital

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Y ahí estaba, en ese lugar con las paredes blancas, el olor tan peculiar, a lo lejos, escuchaba voces, no entendía lo que decían, y yo en ese cuarto, sólo podía ver una ventana que daba a la ciudad, los vehículos pasaban pero se veían tan pequeños. En ese momento se abre la puerta y entra una persona con bata blanca y le pregunte ansioso, ¿Cuál es el problema? Hubo silencio después de mi pregunta, fueron segundos que parecieron eternos, suspiró y después me contestó “El diagnóstico es más complejo de lo que parece…”  estaba desesperado porque no entendía nada, después el doctor volvió a hablar y me dijo “Lo que usted tiene es una enfermedad muy común que afecta a una gran cantidad de la población, pero en sus resultados encontramos que hay algo atípico, son varios los factores que desafortunadamente han contribuido a que se llegara a esta gravedad…

Hoy en día, nuestro país pasa por situaciones difíciles, lo que vemos en las calles o lo que leemos y escuchamos en medios de comunicación es poco alentador, los temas de todos los días sobre inseguridad, impunidad, corrupción, desigualdad entre muchos otros; y al reflexionar sobre todo esto, surgen preguntas como: ¿Qué pasa en nuestro país? ¿Qué pasa en nuestra sociedad? ¿Qué estamos haciendo? o ¿Qué dejamos de hacer?

Quizá, es prudente decir que nuestra sociedad está enferma, tenemos síntomas que han ido empeorando con el paso del tiempo, nos hemos alejado de la vida comunitaria por un sentido de protección, en nuestras casas cada vez ponemos más barrotes protegiéndonos del exterior, cediendo espacio, -y pensar que eso mismo pasa cuando uno está enfermo-, nos aislamos del exterior para protegernos de los daños del ambiente.

Haré una comparación con una de las enfermedades más comunes en México, la diabetes mellitus tipo dos, por cierto, desde el año 2000 es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres, según el Instituto Nacional de Salud Pública; y en el panorama internacional, la Organización Mundial de la Salud menciona que al día de hoy, más de 180 millones de personas la padecen, cifra que se duplicará en el año 2030 según los estimados de esta organización.

El cuadro clínico de esta enfermedad es el siguiente: ceguera debido a las lesiones en los vasos sanguíneos de los ojos, daño en el sistema nervioso y en los casos más avanzados amputaciones.

Hoy en día, nos hemos cegado ante el dolor ajeno, la indiferencia ha marcado nuestra manera de vivir y el individualismo nos hace pensar sólo en nosotros mismos sin importar lo que le pase al de enfrente, el interés personal por encima del interés de la comunidad; también estamos paralizados por el daño en nuestro sistema nervioso, son pocos los que se mueven para transformar el entorno,  preferimos quedarnos inmóviles y esperar a que el mal pase; y lo más grave es que nosotros mismos nos amputamos para no hacer nada, nos callamos para no causar ruido, guardamos las manos para no levantarlas, nos quitamos los oídos para no escuchar los gritos del otro.

No podemos continuar  viviendo así, tenemos que cambiar nuestro estilo de vida como sociedad y quizá, revertir la enfermedad, algo de lo que podemos hacer es tener una buena alimentación, pero es muy importante recordar que no es sólo lo que llega a nuestro estómago, sino también lo que entra en nuestra mente y a nuestro espíritu. Hacer ejercicio nos ayuda a recuperar el espacio público, -que es nuestro-, el espacio de los ciudadanos, salir a la calle para dejar los barrotes que protegen nuestras casas, nos ayuda a mantenernos vivos y observar la realidad, y lo que es fundamental, consultar al médico periódicamente, pero ese doctor que encontramos frente al espejo, ese que es el único capaz, de mejorar nuestra vida, mejorar la sociedad y transformar el entorno, si seguimos estos pasos podremos entender que si cambio YO, cambia México.

“Le debo de decir (aquí va su nombre) que todavía estamos a tiempo, a tiempo de que el diagnóstico sea positivo si usted así se lo propone” en ese momento el doctor dejó el cuarto y yo, me quedé pensando…

Se vale debatir.

Acerca de Francisco González Rodríguez
Francisco González Rodríguez es Licenciado en Administración de Empresas por el Tec de Monterrey, Maestro en Ciencia Política por la UANL, se desempeña como Director de los Centros de Bienestar Familiar del DIF Monterrey, Profesor de Cátedra del ITESM en materias de Historia y Liderazgo Social. Participó en distintas AC y candidato a Diputado Local en la pasada elección en Nuevo León.