Altavoz es un medio independiente. Que da eco a las voces de ciudadanos y ciudadanas que tenemos algo que decir. Y más allá de servir como mensaje de publicidad para este nuevo proyecto, quiero destacar que este medio de opinión cubre una NECESIDAD actual. Y con esto me refiero a la falta de medios de comunicación que nos transmitan ideas IMPARCIALES (por si no nos quedó claro en la cobertura de la prensa local en el reciente periodo electoral).
Altavoz es un medio independiente. Que da eco a las voces de ciudadanos y ciudadanas que tenemos algo que decir.
Y para esto quiero empezar mis columnas resaltando lo obvio: los medios de comunicación y la política están entrelazadas. Bien lo podemos ver en el alza de presupuesto dirigido hacia comunicación e imagen gastado en el último y controversial sexenio medinista.
También vemos medios de comunicación manejados por las riendas de algunos partidos y algunos otros entrelazados en escándalos que buscaron pasar desapercibidos.
Para esto, todos conocemos (quiero pensar) el caso de la Casa Blanca, reportaje llevado a cabo por Carmen Aristegui y su equipo de investigación. Ahora la periodista presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) una demanda contra el Estado mexicano por denegación de justicia, censura y presiones atentatorias contra la libertad de expresión, al detallar las presiones que recibió por parte de la empresa para la que laboraba (MVS Radio) en relación al reportaje presidencial.
Independientemente de si creemos que la publicación del caso le costó el trabajo, o si la terminación de su contrato laboral fue ajeno a ello (y de todas las opiniones que nos podamos formar al respecto), miembros varios del Consejo Rector de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, por ejemplo, resaltaron que la presentación del caso representa un importante paso en la lucha contra la CENSURA mediática en busca de la libertad de expresión como derecho humano.
Y aunque muchos no concuerdan con la línea periodística, la ideología o corriente política de Aristegui, es de reconocer que el impulso de casos como este ante instancias internacionales (independientemente de su resolución) marca un precedente para el alcance de libertades, en este caso, de la libertad de expresión que tanto se ha visto lastimada en nuestro país:
La expresión en cifras: El Índice Mundial de la Libertad de Prensa realizado año con año por la Organización Internacional Reporteros Sin Fronteras, sitúa a México en 2015 en la posición 148 de 180 países, clasificando al país en “situación difícil” ante la multiplicación de asesinatos, secuestros, agresiones y amenazas en un clima de impunidad casi total. Lo anterior, refleja un retroceso desde la primera medición en 2002, cuando México se encontraba en el lugar 75.
El foco rojo del país: Desde 2010 hasta la fecha, se han registrado 13 periodistas asesinados en Veracruz: 11 dentro del territorio y 2 después de abandonarlo.
Y así, las dos caras de la moneda: tenemos medios de comunicación que censuran contenidos por intereses particulares diversos y un gobierno que dejó de preocuparse por la seguridad de sus periodistas desde hace mucho tiempo.
En palabras de Frank La Rue, ex Relator Especial de la ONU sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de expresión: “La impunidad promueve un clima de incertidumbre y desconfianza, y constituye uno de los mayores obstáculos para el ejercicio de la libertad de expresión en México”.
El México de la actualidad pide a gritos un gobierno enfocado en el respeto a la libertad de expresión y al combate de la impunidad en la materia.
El cambio que se requiere engloba cada parte de la ecuación: necesitamos medios de comunicación capaces de funcionar con INDEPENDENCIA de las autoridades, políticas públicas que redoblen la PROTECCIÓN de los periodistas y consoliden un ambiente de SEGURIDAD que acabe con la necesidad de la AUTOCENSURA.
Necesitamos CALIDAD y PLURALIDAD en la información que se nos presenta y para esto se requiere de instituciones transparentes.
Necesitamos medios de comunicación capaces de funcionar con INDEPENDENCIA de las autoridades, políticas públicas que redoblen la PROTECCIÓN de los periodistas y consoliden un ambiente de SEGURIDAD que acabe con la necesidad de la AUTOCENSURA.
A nosotros también nos toca tarea: informémonos, participemos, alcemos nuestra voz.
“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.”
Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”