AMLO pide a Lozoya dar más información sobre actos de corrupción

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Luego de que en declaraciones por parte de Emilio Lozoya en las que se acusa al expresidente Enrique Peña Nieto y a Luis Videgaray en el caso de Odebrecht, el titular del ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador,  dijo que los implicados deberán ser llamados a comparecer y que urgió que revele más información sobre corrupción.

Durante conferencia de prensa matutina aseguró: “Entonces ayer el Fiscal da a conocer que se involucra a ex Presidentes, dos ex Presidentes, según entendí, en posibles actos de corrupción, también a servidores públicos, a legisladores, un diputado, cinco o seis senadores, entonces ¿qué sigue? Pues que sean citados a declarar y que el señor Lozoya presente las pruebas“.

En el mismo sentido aseguró que el ex director de Pemex está obligado a probar sus dichos: “Porque presentó una denuncia, está obligado a probar. Si fue solo un dicho, sin pruebas, pues no tiene ningún valor legal y yo diría social, moral, tiene que haber un sustento, tiene que ver las pruebas, tiene que haber testigos, se habla de un video, yo quisiera verlo, como todos los mexicanos, ojalá y se pueda, que se dé a conocer el video, toda la información“.

El Presidente dijo respetar las decisiones de la Fiscalía General y reiteró que el juicio a ex Mandatarios sería sometido a consulta: “Yo respeto la decisión de la Fiscalía, ya ustedes conocen mi postura acerca de juicios a ex Presidentes, lo he externado, lo dije desde la campaña y en el discurso de toma de posesión hable también sobre el tema. He dicho que en el caso de los ex Presidentes que sean juzgados debe de consultarse a los ciudadanos y que se tienen que tomar en cuenta cuando menos los del periodo neoliberal, esto es Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, Peña Nieto y que la gente decida“.

Finalmente, agregó que se debe cuidar el debido proceso, pero también transparentar para “hacer la vida pública cada vez más pública“.

#ElNidoDelGavilán: “El Circo de Alfaro y Cia”

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En los últimos días, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, se ha enfrascado en dimes y diretes con diversas autoridades. Hace 2 semanas comentábamos del ridículo del Gobernador con “las pruebas” que “nunca llegaron” porque el “proveedor ya no contestó el teléfono”. Ahora se ha enfrascado en discusiones estériles con el subsecretario López-Gatell, con diversos funcionarios y políticos y ahora critica el famoso “Pacto Fiscal”. 

Primeramente, él tanto como su colega Bronco no entendieron que hacer pruebas por hacerlas no tenía/tiene pies ni cabeza, no conocen a profundidad los tipos de pruebas y no son epidemiólogos como para querer clases de ello. Ahora, tampoco, entienden el Pacto Fiscal al que el señor Alfaro llamó “un abuso de la Federación”. Acusó que se financia a estados con desarrollo limitado o históricamente rezagados a costa de “nosotros los ricos”.

Olvidan que el Pacto Fiscal es una manera de redistribuir el ingreso y de promover el desarrollo en las entidades. Sí, el Pacto no es perfecto y se han priorizado determinados proyectos o favorecido determinados estados, eso es de siempre. Sin embargo, lo que no dice el señor Alfaro es que su dependencia en recursos federales en parte es por la incapacidad de cobrar eficientemente impuestos estatales. A partir de 2012, numerosos estados dejaron de cobrar la tenencia, un impuesto progresivo que impacta a los consumidores de mayores ingresos, pero que por medida populachera y electorera se quitó. Si no pueden cobrar impuestos como el refrendo vehicular, no quiero saber cuánto le costará crear su propio SAT.

Un discurso habitual es el cálculo de que a “los estados ricos” les dan menos de lo que aportan, lo cual en parte es cierto, pero graciosamente omite el financiamiento federal en IMSS, ISSSTE, escuelas públicas, entre otras cosas. Ahora, empoderados por los grupos empresariales que -sistemáticamente- han omitido el pago de impuestos buscan generar un golpeteo político al Presidente a modo de venganza política.

Alfaro y los que le han seguido quieren avivar un debate de aplausómetro para concentrar los recursos para sí y mantener la opacidad de los estados. Donde la historia nos dice que desde que se descentralizaron recursos para salud y educación con Fox y Zedillo, respectivamente, se desviaron fondos y tuvimos una década de gobernadores en la cárcel.

Alfaro y los gobernadores que le han hecho comparsa buscan una supuesta enemistad política con AMLO para ganar reflectores y posiciones para 2021. Estamos en una pandemia, en una guerra, la mezquindad política no conoce límites.

Lo dicho, dicho está.

La terrible historia del peso y el dólar

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En los últimos días hemos visto cómo el peso se deprecia frente al dólar, y el mensaje que constantemente transmiten los medios de comunicación comienza a manejar un poco los temas del miedo, la indignación y la preocupación por lo que podría suceder con nuestra divisa en un futuro cercano. Hay quienes consideran que un episodio como el de 1994 podría repetirse y pronostican que la economía mexicana podría afrontar un reajuste negativo para intentar mitigar los estragos que ocasionaría el alza del valor del dólar. Desafortunadamente, el plan no es muy prometedor: en pocas palabras, se piensa nuevamente en una devaluación.

Hay quienes consideran que un episodio como el de 1994 podría repetirse y pronostican que la economía mexicana podría afrontar un reajuste negativo para intentar mitigar los estragos que ocasionaría el alza del valor del dólar.

El 3 de diciembre de 2012, oficialmente el primer día laborable de nuestro presidente Enrique Peña Nieto; y según información del Banco de México, el dólar se cotizaba en $12.93. El día de ayer, martes 19 de enero, el valor registrado fue de $18.19 pesos por dólar, lo que representa un incremento de aproximadamente $5 pesos en poco más de tres años. Podría no sonar tan alarmante, pero si ajustamos el dato, descubrimos parte de la realidad: el dólar se ha encarecido aproximadamente un 40% respecto al inicio del presente sexenio.

El dólar se ha encarecido aproximadamente un 40% respecto al inicio del presente sexenio.

Echando una rápida hojeada a los números nos encontramos con tres datos interesantes: al cierre de la administración de Ernesto Zedillo (1994-2000), el dólar se cotizaba en $9.42. Al final del mandato de Vicente Fox (2000-2006), los billetes verdes valían $10.99 pesos, y para el cierre de labores de Felipe Calderón (2006-2012), el valor era de $12.92 pesos por dólar. Si hacemos las cuentas nos encontramos con que, durante los sexenios panistas, el dólar aumentó aproximadamente $3.5 pesos, lo que equivaldría a un incremento del 37% en doce años de gobierno. Lector, si para este punto consideras que mi intención es decirte que “los panistas juegan mejor a la economía que los del PRI”, déjame decirte que no es así.

Sí, probablemente el precio del dólar tuvo una variación similar a la que Peña Nieto ha presentado en tan sólo tres años, pero naturalmente estas cifras no contemplan los incrementos pronunciados que se registraron a lo largo de estos sexenios donde el dólar alcanzó niveles por encima de los catorce pesos. Además, esta información no es relevante para hablar de los otros tantos temas que aquejaron al país durante este tiempo, tales como la crisis de seguridad, la de derechos humanos, las terribles fallas en política exterior, el incremento de los índices de pobreza a nivel nacional, entre otros. Sobre esto último, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política (CONEVAL) indicó que respecto a la cifra de 2006, en México existen 20 millones más de personas que viven en pobreza (2012), lo que equivale a un poco más del 50% de la población de nuestro país.

Volviendo al tema, y nuevamente verificando algunas cifras, nos encontramos con algunos cambios muy pronunciados. Si hacemos un poco de memoria —y consultamos algunas estadísticas, por qué no— nos encontramos con la sorpresa de que el día 2 de diciembre de 1994 (primer día de trabajo de Zedillo), el valor del dólar era de apenas $3.44 pesos. No obstante, los estragos del mes de diciembre provocaron que rápidamente el valor de la divisa estadounidense aumentara y que incluso llegara a cotizarse en $7.59 pesos para marzo de 1995. Es decir, el valor del dólar se incrementó en un 120% en tan sólo cuatro meses.

¿Crees que esto es preocupante? No hay que olvidar un par de detalles. Durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortiari, y con el fin de contrarrestar la monstruosa devaluación del 1442.92% que sufrió el peso mexicano durante el sexenio de José López Portillo, se realizaron reformas estructurales —un término que probablemente nos suena muy familiar hoy en día— y se introdujo la política del ‘nuevo peso’, que en la jerga del ciudadano común, no significa otra cosa más que “quitarle tres ceros al peso” y así, en lugar de decir que algo valía diez mil pesos, ahora sólo costaba diez.

Para evitar confusiones, el circulante mexicano llevaba grabada una letra ‘N’ para indicar que se trataba de esta nueva política económica, y así fue como las monedas de cien y doscientos pesos fueron desapareciendo para darle lugar a las de N$1, N$2, N$5 y sus derivaciones en centavos. Sin embargo, el 1º de enero de 1996, el nombre ‘nuevo peso’ fue eliminado para retomar el viejo nombre de ‘peso’, así “a secas”. ¿Por qué es esto importante? Porque si quisiéramos medir el valor del dólar respecto a nuestra moneda de manera histórica, realmente necesitaríamos pagar aproximadamente $18,000.00 pesos por dólar, lo cual de ninguna forma es equiparable con los $2291.24 que se pagaban en 1988.

La pregunta clave: ¿podría nuevamente devaluarse el peso mexicano? La respuesta: en este país pareciera ser que cada 20 años es lo que sucede.

Nuevamente, lector —y antes de que te alarmes— recuerda que la economía ha sufrido muchos cambios y que en 20 años pueden suceder muchas cosas. La pregunta clave: ¿podría nuevamente devaluarse el peso mexicano? La respuesta: en este país pareciera ser que cada 20 años es lo que sucede. A mediados de los setenta, sufrimos una primera devaluación; a mediados de los noventa, se repite la historia, y ahora a mediados de los 2010, parece que la cosa no pinta diferente.

“Aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo” –Jorge Santayana.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Dimes y Diretes: “Todos son ‘el Chapo'”

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Se que con esta columna me voy a echar encima a más de una persona. Pero, como siempre, todos tienen el derecho a no estar de acuerdo con lo que aquí se dice. Con todo esto de la recaptura de Joaquín “el Chapo” Guzmán, me he puesto a reflexionar sobre la situación. ¿Y es en verdad “el Chapo” el delincuente más importante de México?

¿Es en verdad “el Chapo” el delincuente más importante de México?

Tras el anuncio de “misión cumplida” de Peña Nieto, no se dejaron esperar las felicitaciones al Presidente de la República, a Osorio Chong y a todo el gabinete de seguridad de Presidencia. Pero digo yo, ¿qué tan delincuente es “el Chapo” a comparación de estos personajes?

¿Es “el Chapo” un delincuente? Sí, si lo es, pero también es una víctima del sistema político, social y económico de México.

En su controversial entrevista con la revista Rolling Stone, Joaquín dice que empezó desde muy joven en un rancho en Sinaloa, donde no había oportunidades de trabajo y que aún hoy no existen. ¿Es “el Chapo” un delincuente? Sí, si lo es, pero también es una víctima del sistema político, social y económico de México. La gente que aplaude su recaptura, la gente que se felicitan de unos a otros son IGUAL DE DELINCUENTES.

Díaz Ordaz, Luis Echeverría, Portillo, de la Madrid, Salinas de Gortari, Zedillo, Fox, Calderón y Enrique Peña Nieto, todo y cada uno de ellos han robado a su modo al país entero. Muchos se persinan de que son inocentes, pero sabemos todos los mexicanos que son igual de delincuentes, pero delincuentes de cuello blanco (con fuero).

Que decir de aquí en Nuevo León, ¿a poco Margarita Arrellanes o Rodrigo Medina no son delincuentes? CLARO QUE LO SON, igual e incluso puede que peor que “el Chapo” Guzmán, pues al final del día no TRAFICAN CON DROGA pero sí con NUESTRO DINERO.

Pero bueno el punto es que no justifico a Joaquín en lo más mínimo, es un delincuente, trafica con drogas, lo cual hasta el día de hoy es un delito grave en nuestro país, no sabemos si en un futuro siga siendo de esta manera.

¡A NOSOTROS LOS MEXICANOS LO QUE NOS QUEDA ES CHAMBEAR Y SACAR CON NUESTRAS PROPIAS UÑAS ADELANTE A MÉXICO!

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”