Con más de 50,000 muertos -principalmente mujeres y niños-, un bloqueo que ha dejado a 14,000 bebés al borde de la muerte, según la ONU, y la destrucción casi total de Gaza, la comunidad internacional empieza a perder la paciencia con Israel. Reino Unido, Canadá y Francia han advertido con “tomar represalias” si el gobierno de Benjamin Netanyahu sigue adelante con la ofensiva militar que en días recientes ha dejado cientos de muertos.
Israel reanudó bombardeos sobre hospitales, escuelas y viviendas, seguidos de una ofensiva terrestre por el norte y sur de la Franja, con miles de soldados. El propio gobierno ha admitido que busca ocupar territorio palestino de forma permanente. “Estamos librando combates a gran escala -intensos y sustanciales- y hay avances. Vamos a tomar el control de todas las zonas de la Franja, eso es lo que vamos a hacer”, declaró Netanyahu.
La operación, llamada “Carros de Gedeón”, tiene como objetivo destruir a Hamás y rescatar a 58 rehenes, 23 de los cuales se cree que siguen con vida. Netanyahu también ha admitido que uno de los efectos de la operación es el desplazamiento forzado. “Estamos destruyendo cada vez más hogares, y los gazatíes no tienen ningún lugar al que regresar. El único resultado inevitable será el deseo de los gazatíes de emigrar fuera de la Franja de Gaza”, afirmó ante el Comité de Asuntos Exteriores y Defensa, según el Jerusalem Post.
Este lunes, Israel permitió la entrada de cinco camiones con ayuda, lo que Tom Fletcher, alto funcionario de la ONU, calificó como “una gota en el océano”. Antes del conflicto, el promedio era de 500 camiones diarios. En entrevista con Today, advirtió que “14.000 bebés morirán en las próximas 48 horas” si no entra alimento y medicina. La ONU tiene listos 100 camiones con suministros críticos.
Netanyahu enfrenta una orden de arresto de la Corte Penal Internacional por presuntos crímenes de guerra, a la que calificó de “antisemita”, según la BBC.
Organizaciones de derechos humanos han criticado su frialdad, y sectores radicales de su gobierno también se oponen a la ayuda, afirmando que “alimentaría a Hamás y le daría oxígeno mientras nuestros rehenes languidecen en los túneles”, según el ministro Itamar Ben Gvir. Israel acusa a Hamás de apropiarse de la ayuda, algo que tanto el grupo como organismos humanitarios desmienten.
Las imágenes de niños desnutridos y testimonios de desesperación han generado no solo condenas internacionales, sino también preocupación dentro de Israel. “Mis impuestos se están gastando en una guerra que ha matado a miles de niños. Estamos llevando a cabo un genocidio. Y no puedo hablar de ello en Israel”, lamentó Yael Noy, directora de Road to Recovery, a la BBC.
Su ONG ayuda a trasladar palestinos enfermos a hospitales en Israel. Cinco de sus voluntarios murieron el 7 de octubre de 2023, y otros dos fueron secuestrados y asesinados. También desde la oposición se escuchan críticas. “Un país sensato no libra combates contra civiles, no mata bebés como pasatiempo y no se fija como objetivo expulsar a una población”, denunció Yair Golan, exmilitar y líder del partido Los Demócratas.