Afirma Corral que presupuesto 2021 trata muy mal a los Estados

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El Gobernador Javier Corral se quejó del presupuesto federal del próximo año para Chihuahua. El Mandatario panista expresó su inconformidad al ser cuestionado por medios respecto a los ingresos que dispondrá la entidad para el siguiente ejercicio fiscal.

Estoy preocupado porque pues no hay asignación federal para SCT (Secretaría de Comunicaciones y Transportes), ese es un rubro que es muy importante y viene en ceros“, lamentó.

Corral aseguró que este tema será uno de los puntos que analizará junto con los demás gobernadores integrantes de la Alianza Federalista en una reunión agendada para el miércoles 23 de septiembre, en la Ciudad de México.

“La próxima semana nos vamos a reunir en Ciudad de México, ya tenemos, cada uno de nosotros, un análisis de cómo viene para nuestros estados (el Presupuesto de la Federación) que vamos a compartir el próximo miércoles”, comentó.

 

 

(Con información de El Norte)

Contrapeso o Mera Formalidad

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Desde el 27 de febrero de 2020, nuestro País se encuentra en una lucha sin cuartel contra un enemigo peligroso, silencioso y a veces letal al que resulta imperativo derrotar denominado COVID-19.

Aunque al día de hoy, el panorama aparentemente es alentador en comparación con lo que experimentaron otros países como Italia, España, Estados Unidos, etc., los mexicanos debemos seguir preparados y no bajar la guardia, pues todavía no ha pasado la peor parte de esta batalla.

Sin embargo, como en todas las batallas, esta situación ha vuelto patente algunas de nuestras fortalezas, como por ejemplo la solidaridad que internacionalmente nos ha sido reconocida y que ha sido pieza fundamental en esta lucha, pues entre todos hemos apoyado siguiendo las recomendaciones de aislamiento voluntario, sana distancia, ayuda entre vecinos, apoyos alimentarios, donaciones de sangre, entre otras.

Por su parte, también se han evidenciado algunas de nuestras flaquezas, dentro de las cuales identifico como la más destacada la fragilidad material de nuestro sistema de división de poderes.

Sobre todo, tratándose del servilismo villano que el poder Legislativo realiza para el poder Ejecutivo en las Entidades federativas y la Federación.

Al respecto, en nuestro País el principio de división de poderes se encuentra en el artículo 49 de la Constitución y esencialmente tutela que el poder público para su ejercicio se dividirá en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

Dicho principio, históricamente tiene su base en los postulados de Aristóteles, Locke, y Montesquieu, quienes advirtieron la necesidad de dividir el poder público a fin de impedir su abuso, generando contrapesos pues solo el poder puede detener al poder.

Y es que hoy, al igual que hace 272 años vale la pena preguntarnos “cómo un gobierno puede no ser tiránico si el encargado de hacer ejecutar las leyes es al mismo tiempo el legislador”, “qué protección pueden tener los ciudadanos contra la arbitrariedad si en una sola mano se reúnen confundidos los poderes legislativo, ejecutivo y judicial” (El espíritu de las Leyes – Montesquieu).

Lo anterior, pues si bien es cierto, en nuestro País la separación de poderes obedece a la necesidad de contar con contrapesos, equilibrio y erradicar la arbitrariedad en el ejercicio del poder público y; aunque formalmente cumplimos con el referido principio al contar con un Presidente de la República, Cámara de Diputados (federal) Cámara de Senadores y Juzgadores, así como Gobernadores y Legislaturas Locales, la realidad es que materialmente el poder Legislativo a nivel federal y en las Entidades federativas resultan una mera o insignificante formalidad para la aprobación de determinadas acciones del poder Ejecutivo.

Esto, pues basta observar cómo esta pandemia que hoy nos aqueja ha sido un nicho de oportunidad para el titular del poder Ejecutivo federal proponiendo realizar modificaciones al presupuesto y para los titulares de los Ejecutivos estatales solicitando endeudamientos y ejerciendo acciones que desde su redacción se advierte que no necesariamente servirán para contrarrestar al COVID-19 y que han sido aprobadas, o lo serán, sin debatir, razonar u opinar por los poderes Legislativos.

Evidenciando así, la fragilidad material de nuestro sistema de división de poderes, en tanto el poder Legislativo más que un verdadero contrapeso que sirva para enriquecer las decisiones y el ejercicio del poder público, se ha convertido en un paso más que el Ejecutivo debe realizar antes de ejercer determinada acción.

Siendo oportuno precisar, que tampoco se trata de enfrentar ambos poderes como muchos legisladores de oposición (respectivamente) realizan su función, sino por el contrario, de enriquecer la toma de decisiones.

Ante esto, como ciudadanos resulta válido preguntarnos si verdaderamente nuestros Diputados Locales, Diputados Federales y Senadores ejercen un contrapeso o bien, si únicamente resultan una formalidad necesaria.

Finalmente, los legisladores deben tomar en cuenta que pertenecer a un partido político o grupo parlamentario nunca puede significar renunciar a su indormia o capacidad de razonar.

Dimes y Diretes: “Transparencia al caño”

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Justamente en el momento que nuestro país está necesitado de transparencia y funcionarios que estén comprometidos con ella, salen nuestros queridos diputados federales a hacer todo lo contrario.

Ayer un periódico de prestigio dio a conocer que 14 de los 21 diputados federales de Nuevo León, no quisieron dar a conocer a quien o quienes, destinaron los “fondos de moches”.

Así es, dos tercios de nuestros flamantes diputados federales no quieren que la ciudadanía sepa a quien le dieron esos fondos que son, millones de pesos. Cada año los curulecos reciben hasta 66.1 millones de pesos del Presupuesto federal para que los asignen al estado o a los municipios.

Hace tiempo a este dinero se le llamaba “fondos de los moches”, después de que alcaldes y gobernadores se quejaran que los diputados, les pedían moches a cambio de los fondos. Ahora estos milloncitos tienen nombres bien fancy, se llaman Fondo de Fortalecimiento de la Infraestructura Estatal y Municipal, Ampliaciones de Proyectos de Desarrollo Regional y Ampliaciones de Cultura.

 




Pero para no hacerles el cuento largo, fueron en su mayoría los diputados federales del PRI y su coordinador Álvaro Ibarra (sí, el que tiene una mansión en Olinala en San Pedro), quienes no quisieron revelar los montos y a quiénes le asignaron los milloncitos.

De hecho, entre los que quisieron mantener la “discreción” está otro discípulo de Rodrigo “Golden Boy” Medina, Federico “El Bailador” Vagas (con el sí bailo la transparencia).

 




No entiendo cuál es el fin de mantener los recursos que recibieron en secreto, ¿qué tienen que ocultarle a la ciudadanía? ¿Acaso los están asignando en campañas políticas para el 2018? Todos es una incógnita cuando se habla de estos diputados federales, pero pues por qué no decimos la verdad y es que probablemente los asignaron a sus compadres, con el fin de que este les dé un buen moche de los milloncitos que le están dando.

Es increíble que el país pide a gritos transparencia a sus funcionarios, pero diputados como estos tengan el descaro de ocultarle información muy valiosa a los ciudadanos, que al final de día son los dueños de la lana que ellos están repartiendo y también (y sin sonar muy Gilberto Lozano) son sus patrones.

¡Ahí Se Leen!

P.D. Así como critico, aplaudo a los diputados que si transparentaron a donde fue la lana: Waldo Fernández, Brenda Velásquez, Carlos de la Fuente, Baltazar Martínez, Tanía Arguijo, Ricardo Canavati y Mirna Saldívar. Bravo por ellos, ejemplos de funcionarios transparentes.

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