Sobre los laboratorios de innovación y el verdadero cambio social.

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De la experimentación a la acción, tres conclusiones para pensar.

Numerosos gobiernos alrededor del mundo han detectado que las estructuras burocráticas de la administración pública, el día a día de las operaciones, y la complejidad de la realidad política-social detienen algo, o mucho, la experimentación y piloteo de nuevos proyectos.

La diferencia en este caso es que el experimento es el más grande de la humanidad: la sociedad misma.

Los laboratorios han sido un eje central para estas dos cosas. Desde sus inicios, la Academia (sobre todo en las ciencias naturales) y en los últimos años las empresas, sin importar su índole, han incluido espacios de innovación y experimentación para mejorar sus productos y servicios. Las organizaciones de la sociedad civil y en especial los famosos Think Tanks han incluído en sus misiones experimentar con proyectos de política pública, con investigaciones, convertirse en centros de pensamiento que piloteen nuevas formas de hacerlo. Pareciera que la experimentación debe suceder en paralelo a las actividades cotidianas, y ahora otro actor se sube al barco: el gobierno, en asociación o solo, con esta intención de crear nuevas fórmulas; la diferencia en este caso es que el experimento es el más grande de la humanidad: la sociedad misma.

Pero, ¿cuál es el impacto de estos laboratorios en la verdadera transformación social? ¿Cómo hacer que estos experimentos se conviertan en las mejores soluciones para las problemáticas más profundas que nos aquejan como sociedad? En México: la pobreza, la desigualdad, la corrupción…

La innovación, la experimentación y el piloteo de proyectos puede y debe convertirse en una forma de, más rápido, encontrar soluciones a problemas sociales.

En primer lugar es importante cambiarle el sentido a la palabra “innovación” o mínimamente a la forma en la que nos relacionamos con este concepto. Cuando uno piensa en innovar se imagina a emprendedores, jóvenes, estudiados, y posiblemente ricos, cumpliendo, en ocasiones, caprichos; o grandes empresas, casi siempre de la industria de la tecnología, creando productos jamás imaginados. Pero podemos comenzar a agregarle más aristas a esta palabra: la innovación, la experimentación y el piloteo de proyectos puede y debe convertirse en una forma de, más rápido, encontrar soluciones a problemas sociales, reales y profundos a partir de la iterancia, y la prueba y error, aislandola del sistema general, validando distintas hipótesis, trabajando con expertos, como muy pocas veces se hace en la estructura gubernamental y cómo se han hallado los descubrimientos más importantes en la historia de la humanidad. La relevancia de que suceda en una laboratorio, reside en justamente evitar que la prueba y error no conlleve daños colaterales..(Sobre-gasto de presupuesto, descontento social, pérdidas económicas…)

Los laboratorios de innovación para el cambio social, son aún muy nuevos para poder diagnosticar su éxito, sobre todo si pensamos que los cambios estructurales en el sistema social, pueden tardar décadas. Sin embargo, tres reflexiones sobre el tema, que lejos de ser todas ciertas, nos ayudan a pensar cómo cerrar la brecha entra la experimentación, la acción y el cambio:

Pensar que el laboratorio será neutral, sobre todo en sus inicios, es un poco ingenuo. El laboratorio se encuentra en un sistema político amplio, y nada en política es neutral.

1. El laboratorio es aislado pero no neutral: los laboratorios de innovación en las estructuras gubernamentales buscan distanciarse de las entidades operativas que ya cuentan con sus proyectos, separarse del sistema general y esto está bien, es correcto, se necesita un espacio propio para experimentar; la idea es que las actividades cotidianas no impidan la innovación ni cohiban la creatividad. Pero pensar que el laboratorio será neutral, sobre todo en sus inicios, es un poco ingenuo. El laboratorio se encuentra en un sistema político amplio, y nada en política es neutral. Debe estar totalmente consciente del contexto político en el que se encuentra, de quienes son los grupos de poder que operarán un proyecto en caso de resultar exitosa su experimentación, de quiénes son los tomadores de decisión y cuál es su discurso. No nos olvidemos que la voluntad política, por lo menos hasta entonces, es el motor que puede cambiar las reglas del juego.

2. El laboratorio no debería ser un lugar de sillas de colores, nombres de puestos trendy ni hipsters haciendo código: o posiblemente sí; entiendo que el laboratorio también tiene que ser un espacio para probar nuevas estructuras jerárquicas, cambiar el área física de trabajo, e involucrar nuevas herramientas tecnológicas, pero también debe alinearse a lo que sucede afuera de sus puertas. Si el laboratorio trata de cambiar una realidad, si bien experimenta con ella, no debe convertirse en un ecosistema que poco tenga que ver, con lo que intenta transformar.

3. Las prioridades ya existen, lo que cambia son las formas: una ciudad, un Estado, un país, tiene sus prioridades, sus problemas profundos y sus raíces dolorosas. Pensemos en el mejor de los casos: el diagnóstico ya existe, entonces, el laboratorio debe trabajar sobre esos problemas y no crear otros menos importantes por tener una buena solución a ellos. Pensemos en el peor de los casos: el diagnóstico no existe, el laboratorio, entonces, debe empujar a que suceda, y cuando así sea, trabajar sobre esos malestares diagnosticados. Se debe innovar y crear nuevas formas de solución, no inventar nuevos dolores.

Que la experimentación no quede en proyectos de papel será el mayor de los retos de estas nuevas estructuras, viendo el sistema en el que nos encontramos, creemos que vale la pena aceptar el desafío. Estaremos atentos, para ver que pasa.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

La importancia del ecosistema: Epicentro, Festival de Innovación, como resultado del ecosistema en Jalisco.

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Un ecosistema no está solamente formado por las personas que están en él, es decir no es una suma de individuos, sino que también está compuesto por las relaciones que se generan entre estas personas y los condicionantes que definen estas interacciones.

En el tema de la innovación cívica, definida por la manera en la que transformamos nuestra interacción como ciudadanos con los actores que nos rodean: ACs, gobierno, otros ciudadanos, el ecosistema es fundamental. De éste dependerá el grado de dificultad con el que generemos innovación y el tono en el que lo hagamos.

La semana pasada tuve la oportunidad de asistir a Epicentro, Festival de Innovación, en Jalisco, organizado por la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología Jalisco, y como muchas de las veces que visito el “Tequila Valley”, reflexioné sobre la importancia del ecosistema en temas de innovación.

En Jalisco, especialmente en el área metropolitana de Guadalajara, se está generando un polo de innovación y tecnología muy importante en el país, un ecosistema, que incluye también a la innovación cívica, aquello que hacemos desde Codeando México.

En Jalisco, especialmente en el área metropolitana de Guadalajara, se está generando un polo de innovación y tecnología muy importante en el país, un ecosistema, que incluye también a la innovación cívica, aquello que hacemos desde Codeando México.

Confirmo que Epicentro es el resultado de este ecosistema vibrante, y a través de 4 días llenos de acción, nos demostró tres cualidades fundamentales de éste:

1. Espacios colaborativos: En Guadalajara, a diferencia de otras ciudades con las mismas características demográficas en el país, se cuenta con varios espacios de trabajo colaborativos, o coworks. Este tipo de recintos estimulan el trabajo en equipo, multidisciplinario y colaborativo. Cuando una entidad de gobierno organiza un taller en el “HackerGarage” (hackerspace), lugar de reunión típico de las comunidades tecnológicas y de emprendimiento, en vez de hacerlo en sus oficinas, el mensaje que se da es completamente distinto. Estamos acostumbrados a nosotros, como ciudadanos, ir a las oficinas de gobierno si queremos trabajar en conjunto, nosotros nos acercamos al ámbito gubernamental, se toman minutas y firmamos para las listas de asistencia. Jalisco nos demuestra que esta dinámica puede modificarse.

Cuando existen actores involucrados desde gobierno —sin un agenda politizada, pero sí con la intención de trabajar de manera horizontal con las comunidades— cambia totalmente la lógica de trabajo.

2. Apoyo gubernamental: Cuando existen actores involucrados desde gobierno —sin un agenda politizada, pero sí con la intención de trabajar de manera horizontal con las comunidades— cambia totalmente la lógica de trabajo. En Jalisco esto se puede observar con la Secretaría de Innovación Ciencia y Tecnología, así como con el Zapopan Lab. No sólo a través de la organización de eventos, sino también por medio de la facilitación de recursos desde espacios hasta datos abiertos para desarrollar soluciones. Muchas veces el gobierno quiere desarrollar nuevos proyectos de participación ciudadana, consejos, comités; Jalisco nos demuestra, que aunque esto es importante, es fundamental empujar las iniciativas que ya fueron creadas desde la ciudadanía, no como actores que se confrontan sino que se apoyan e impulsan.

3. Enfoque de multidisciplinariedad y multiedad: En Epicentro se trabajó en temas de innovación desde distintos ángulos: innovación pública, innovación cívica, innovación sustentable, innovación en ciudades. Esto es importante porque sustenta el enfoque de multidisciplinariedad al demostrar que la innovación no sólo atañe a las startups de tecnología, sino que se puede trabajar desde una lógica transversal en todas las disciplinas. El tema generacional también es importante, al ser una agenda impulsada desde gobierno, es interesante ver a funcionarios públicos de muchas edades, trabajando con jóvenes en la ideación de propuestas innovadoras para solucionar problemáticas que atañen a todos.

La innovación puede darse desde una semilla en tierra árida, no es imposible, pero posiblemente sucederá de manera cerrada, con lazos de colaboración entre un círculo muy reducido. Pero para que la experiencia sea fructífera, mucho más natural y de manera orgánica, el ecosistema se vuelve esencial.

Así como los ecosistemas naturales influencian la manera en la que se desarrollan los animales, los ecosistemas sociales, específicamente de innovación, determinan en gran manera la interacción que habrá entre lo actores involucrados.

Así como los ecosistemas naturales influencian la manera en la que se desarrollan los animales, los ecosistemas sociales, específicamente de innovación, determinan en gran manera la interacción que habrá entre lo actores involucrados.

Lo ideal no sería esperarnos a que todos los actores se involucren, sino entender que necesitamos de ellos y seducirlos con la idea de pertenecer a un sistema de flujos mucho más innovador al que acostumbramos tradicionalmente. Jalisco nos pone el ejemplo.

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OGP desde la mirada de un Hacker Cívico: Sobre la cumbre mundial de la Alianza para el Gobierno Abierto, y otras cosas más.

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Un hacker cívico, según la definición que usamos en Codeando México es “cualquiera dispuesto a colaborar con otros para crear, construir e inventar soluciones públicas, código abierto y tecnología para resolver retos relevantes de nuestras comunidades, ciudades, estados y país”. Un hacker “hackea”, valga la redundancia, la manera en la que se hacen las cosas, buscando el bienestar, en este caso en nuestro quehacer cívico.

La Cumbre Mundial coincide con el término de los planes de acción, tanto funcionarios públicos como miembros de organizaciones de la sociedad civil se reúnen con sus compromisos supuestamente cumplidos, para discutir: ¿cómo vamos?, ¿qué sigue?, ¿qué mejoramos?

La semana pasada se llevó a cabo en la Ciudad de México la Cumbre Mundial de la Alianza para el Gobierno Abierto (OGP en inglés), a la cual pertenecen más de 60 países miembros; los cuales deben trabajar junto con organizaciones de la sociedad civil de su país en un plan de acción con un plazo de dos años donde incluyan sus compromisos prioritarios en gobierno abierto. Estos deben trabajarse desde las dos partes; su avance se evalúa periódicamente a través de distintos mecanismos. La Cumbre Mundial coincide con el término de los planes de acción, tanto funcionarios públicos como miembros de organizaciones de la sociedad civil se reúnen con sus compromisos supuestamente cumplidos, para discutir: ¿cómo vamos?, ¿qué sigue?, ¿qué mejoramos?

Sin duda el mejor panel al que asistí durante la cumbre fue uno titulado “Estado Abierto”, con miembros de sociedad civil de distintos rincones de Latinoamérica. Haydee Perez, directora de Fundar, mencionó cuáles eran para ella los tres elefantes que rodean a la plataforma. Hoy, después de haber asistido a la cumbre, coincido enormemente, y a continuación desarrollo las tres ideas desde la óptica de un hacker cívico, desde alguien que quiere cambiar la forma en la que se hacen las cosas:

1. Fantasma de simulación: Este es uno de los riesgos más grandes de la Alianza: que simulemos hacer cosas, y la plataforma termine estando vacía. Hegel hace ya cientos de años habló de la importancia del reconocimiento social como un factor del progreso. Sin adentrarme en teorías filosóficas y sólo utilizándolo como una referencia, creo que le hubiese encantado estar en la cumbre. Los dos días (el primero fue sólo para sociedad civil) se trataron de demostrar lo genial de los proyectos en cada uno de los países, un showcase de experiencias. Como hackers creemos que la dinámica debería re-pensarse:

a. Compartir capacidades y habilidades, no sólo experiencias llanas.
b. Medir el impacto de los proyectos, no sólo describirlos.
c. Pensar en la construcción de diálogos que nos permitan profundizar en los temas detrás de los proyectos.

La cumbre duró tres días; el primero fue sólo de sociedad civil. A mí particularmente no me gustó esta dinámica, no entendí por qué si criticamos al gobierno por cerrarnos las puertas nosotros hacemos lo mismo.

2. Legitimación sin resultados. ¿Por qué criticamos la alianza y seguimos participando? Como comenté anteriormente, la cumbre duró tres días; el primero fue sólo de sociedad civil. A mí particularmente no me gustó esta dinámica, no entendí por qué si criticamos al gobierno por cerrarnos las puertas nosotros hacemos lo mismo. Una compañera de Codeando, me comentó que esto es lo que sucede con las minorías, necesitan un “espacio seguro” para hablar, la balanza no es igual. Entiendo que así suceda con las minorías, en el caso de género por ejemplo, pero si decidimos conscientemente entrar en una alianza de colaboración y co-construcción, esto no puede suceder: debemos vernos como iguales. Esto se relaciona totalmente con la legitimación: si no estamos a favor de la reglas de juego, entonces no hay que pertenecer. Sobre esto, como hackers, sugerimos repensar los siguientes puntos:

a. Sociedad Civil debe participar en el manejo del tablero de control. (Esto no sucede. Gobierno pone los compromisos en verde sin consultar a las organizaciones)
b. Igualdad total de recursos para ambas partes. Gobierno no puede organizar una inauguración de la cumbre cerrada en el Palacio de Bellas Artes sin consultarlo con sociedad civil. (Imaginémonos cuánto cuesta esto)
c. Construcción de los compromisos. Se crearon los 26 compromisos, y las organizaciones de sociedad civil no están satisfechas con los resultados. Gobierno insiste con: “hay que entender el alcance del compromiso”; la conclusión es: “hay que repensar cómo se hacen los compromisos”. ¿Pero cómo? El gobierno tiene una estructura enorme con expertos temáticos y técnicos en diversas áreas. Está en desigualdad con las organizaciones de la sociedad civil que no conocen de igual manera las competencias y atribuciones dentro de la administración pública. La lógica desde la que se crean los compromisos debe ser diferente, desde una verdadera óptica de co-creación, no las organizaciones imponiendo un compromiso que termina cumpliendose según el entendimiento de la otra parte.

Si Sociedad Civil no se encarga de que se cumplan las reglas estructurales de la alianza, no debería pertenecer a ella. No podemos trabajar desde una balanza desigual.

3. ¿Cómo ampliamos nuestra plataforma? El miedo de ser “siempre los mismos”, y trabajar como en la mayoría de las cosas, a nivel ejecutivo federal. Es cierto, pasa y debe cambiar. En este sentido, y como hackers, insistimos en la necesidad de traspolar la plataforma a nivel local, esto no sólo hará que más organizaciones de la sociedad civil puedan participar sino que además se tratarán temas que impactan de forma más directa en la vida de los ciudadanos. Así mismo, en las estructuras municipales la prueba y error es menos dolorosa y más fácil de contener. Lo que es importante, de cualquier forma, es aprender de la experiencia y no empezar, como muchas veces sucede, desde cero.

Hackiemos estructuras, procesos, formas de comunicarnos y crear, posiblemente será la única manera de llegar a un cambio real, en Gobierno Abierto, o en lo que sea.

Si seguimos haciendo las cosas de la misma forma que siempre, será complicado llegar a resultados distintos. Hackiemos estructuras, procesos, formas de comunicarnos y crear, posiblemente será la única manera de llegar a un cambio real, en Gobierno Abierto, o en lo que sea.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”