La política solía ser la búsqueda del bien común a través de principios e ideología que caracterizaba el pensamiento y el accionar de los personajes que se dedicaban a este oficio. ¿Dónde están los principios y la ideología de actores, (no merecen el nombre de políticos) como Karina Barrón, cuya afiliación fluctúa en función de su propio interés, nunca en función de los electores que la enviaron al Congreso del Estado de Nuevo León.?
Frustrados y desilusionados han de haberse quedados dichos electores que la eligieron para representarlos bajo el estandarte del PAN y que, ahora, después de haber cambiado de membrete cuatro veces, se ve ofrecer la presidencia del Congreso para el último año de representatividad, por parte del PRI, al cual acaba de rejuntarse.
Que bajo ha caído la diputada (¿diputada de quien?) Karina Barrón; que bajo ha caído lo que queda del PRI en dónde todo se compra con el tesoro heredado de los años Medinistas. ¿Cuánto habrá exigido la seudo diputada para vestir la camisa roja? Vergüenza para ella, para el partido y para el estado de Nuevo León que permite estas maniobras de bajísimo nivel.
¿Cuántos diputados cambiaron de etiqueta durante sus 3 años en el H(¿?)CNL? ¿Cuántos personajes que juegan en la vida pública están dispuestos a revestir la camisa del color que les ofrecen, con tal de agarrar posiciones de mayor consideración?
Sigo sin entender la postura de la alcaldesa de Escobedo, Clara Luz Flores, que espera a conocer la mejor oferta para ella (y para los intereses de su marido) para definir si vestirá de azul o de morena. ¿Son idénticos los objetivos de estos dos partidos? ¿No son más bien antagónicos? ¿Le da igual adoptar cualquier discurso con tal de lograr posiciones de poder y de influencia?
¿Y qué decir del diputado Gerardo Fernández Noroña, comprando voluntades a diestra y siniestra para ser electo presidente de la Mesa Directiva en San Lázaro? Seguramente, reinventará un lenguaje digno de Tepito para dirigir los debates de la Cámara. Si el presidente de la República puede violar a diario la Constitución es porqué los representantes del Poder Legislativo están demasiado ocupados procurando su parcela de poder, sin importarles la suerte de la propia República.
La democracia mexicana, de haber existido algún día, está ahora podrida y abriendo el camino a la dictadura que se avecina. El cambio de régimen se dará por desaparición del anterior bajo la presión de interese particulares y bajo la evidencia de la falta de interés en la defensa de la República y de México.