Los mexicanos somos víctimas desde hace décadas de los malos gobiernos y de un sistema político corrupto, caduco y que no resuelve las necesidades de la ciudadanía, desde hace años sufrimos de las ocurrencias y malas decisiones de gobernantes que no escuchan a la gente y que sus intereses son muy diferentes a los de las mayorías.
La apatía de la gente para informarse y participar en política y los asuntos públicos de su comunidad es el resultado de décadas de no ser tomados en cuenta y no ver resultados contundentes por parte de las autoridades.
“El desinterés de nuestros gobernantes por tomar en cuenta la opinión de la ciudadanía no es algo nuevo”, me comentaba Don Juan quien lleva viviendo 38 años en la Colonia San Ángel en las faldas del Cerro de la Silla al sur de Monterrey, quien me contó cómo hace 15 años las autoridades llegaron a pavimentar su calle sin haber metido agua y drenaje antes, lo que ocasionaría que en el futuro tuvieran que romper el pavimento para introducir estos servicios. Afortunadamente en esta ocasión los ciudadanos se organizaron para impedir que se realizara la obra, no sin antes haber metido las tuberías para el agua y drenaje. Este es un claro ejemplo de cómo la ciudadanía organizada tiene el poder de decidir qué es lo que pasa en su entorno, ya que en la mayoría de los casos, los gobernantes no conocen la realidad de cada sector, por lo que desconocen las necesidades y problemáticas de la zona. Cuando los ciudadanos participan en la toma de decisiones de su gobierno, se toman las mejores decisiones que transforman nuestro entorno.
Hoy más que nunca necesitamos gobiernos abiertos, eficientes, transparentes y capaces de resolver los problemas que enfrentamos los ciudadanos todos los días, gobiernos que atiendan las demandas de la ciudadanía y no de sus partidos políticos.
Es por ello que es fundamental que la ciudadanía retome su liderazgo y el poder que nunca debió perder. A muchos de la clase política les asusta que la ciudadanía tenga diferentes mecanismos legales de participación ciudadana, como lo es la Revocación de Mandato que es una herramienta de la ciudadanía para que sus gobernantes actúen con mayor eficacia, transparencia y compromiso hacia las causas sociales. Una herramienta que contribuye a que los ciudadanos recuperemos la confianza en nuestros gobernantes e instituciones. Que garantiza que la ciudadanía decidamos si debe o no seguir un funcionario que fue elegido por voto popular, porque no debemos estar condenados a pasar 3 o 6 años de malos gobiernos o malas representaciones en congresos, nosotros los ponemos, nosotros los quitamos.
El estado de Jalisco es una muestra del empoderamiento de la ciudadanía, donde 25 municipios que son gobernados por Movimiento Ciudadano, se someterán el próximo 27 de agosto a la Ratificación de Mandato y los habitantes de cada municipio decidirán si su alcalde debe seguir o debe irse del cargo. Solamente así; la ciudadanía organizada y con las herramientas legales de participación vamos a trasformar nuestra comunidad.