Sobre el municipio más pobre de México y una crítica a la liberalización injusta

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La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será” (Eduardo Galeano, Las Venas Abiertas de América Latina)

Haciendo un símil, si pensáramos en los países como si fueran seres vivos, la unidad más pequeña, la célula que forma los tejidos y estos a su vez los órganos de un sistema, serían los municipios y ayuntamientos. Se dice que el municipio libre es la célula básica, no solo de la división territorial y del organización política y administrativa de un gobierno, sino que también es el origen de la identidad y el desarrollo económico y social de las comunidades.

El rol de los municipios en el desarrollo de las regiones

El municipio, mediante su organización de gobierno en el ayuntamiento, incurre en el día a día de los ciudadanos administrando los asuntos públicos, tomando decisiones y estableciendo políticas que afectan a la comunidad.  También gestiona los servicios y recursos para el beneficio de los ciudadanos y el desarrollo de la localidad. Para economistas como Edward Glaeser, es a través de la óptica de las ciudades que se pueden superar los desafíos urbanos como a pobreza y la congestión, ejecutando políticas progresivas y planificación urbana inteligente. Glaeser habla también de la necesidad de invertir en educación, infraestructura y desarrollo económico local para aprovechar al máximo el potencial de las cuidades como motores del progreso. Los municipios, a su vez, participan en el desarrollo de las regiones, cumpliendo un rol particular en lo que se convertirá en su vocación económica.Rutas Mexicanas

Hablando ahora en particular, una región que ha cumplido las expectativas de crecimiento con creces desde que la industrialización se volvió norma a partir del inicio de la “integración de Norteamérica” es el Bajío. Esta región aprovechó su posición geográfica y la infraestructura construida a mediados del siglo XX derivado de la alta demanda de materia prima por parte de los Estados Unidos durante la época de Guerra y Postguerra (¿se han preguntado alguna vez por qué las principales calles de algunas ciudades del país están orientadas hacia el norte?).

La escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, reconocida por abordar temas de identidad, raza, género y política dice que el lugar donde naces y creces es un componente fundamental de tu ser. Y es por ello que, en el texto de esta ocasión, como leonés de nacimiento, me gustaría hablar de una seria problemática que hace un par de meses el CONEVAL (Consejo Nacional de Evalución de la Política de Desarrollo Social) dio a conocer.

León, Guanajuato ha sido noticia reciente debido a que es la ciudad con mayor número de pobres y la segunda con mayor cantidad en pobreza extrema. La realidad es que es tendencioso clasificarla como la ciudad más pobre del país, puesto que esto involucraría muchas más variables y consideraciones; lo que no se puede negar es que es un tema sensible y preocupante para el Bajío, puesto que el tener una problemática creciente como esta, dicta cierto patrón que podría repetirse en otras ciudades de la región. ¿Qué significa esta problemática y qué puede provocar?, ¿qué se ha hecho mal y quién es el culpable? Tomaré como excusa esta problemática para tratar temas de economía regional, desarrollo y crecimiento económico…

El Bajío Mexicano

El Corredor Industrial del Bajío Mexicano es una región estratégica que se ha convertido en uno de los principales motores de crecimiento económico del país. Se encuentra ubicado en la zona central de México, abarcando los estados de Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes, San Luis Potosí y Jalisco. Esta región tenía una vocación principalmente agrícola en un inicio, sin embargo, la llegada de las políticas de sustitución de importaciones en la década de 1960, y a partir de ello, la llegada de inversión, provocó que se experimentara un proceso de industrialización que sentó las bases para su desarrollo actual. En el contexto del comienzo de una industrialización en el país, motivado por la producción para satisfacer una demanda nacional e internacional, la ubicación geográfica del Bajío, en el centro de México y cerca de importantes ciudades como Ciudad de México y Guadalajara, jugó un papel crucial en su desarrollo como un importante corredor industrial. La región contaba con una infraestructura de transporte relativamente bien desarrollada, con carreteras y vías ferroviarias que facilitaban la conectividad y el movimiento de mercancías.

El desarrollo del Corredor Industrial del Bajío Mexicano se aceleró en la década de 1990 con la implementación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que abrió oportunidades comerciales con Estados Unidos y Canadá. Muchas empresas multinacionales vieron en el Bajío una ubicación estratégica para establecer sus operaciones y aprovechar los beneficios del acuerdo comercial.

León, la ciudad de la manufactura

En torno a la política económica que le concierne a la región, en su momento tenía sentido el que la ciudad apostara en las últimas décadas del siglo XX a la industrialización como medio para impulsar la economía. Sin embargo, en medida que el tiempo ha pasado, las consecuencias negativas de esta dependencia se han vuelto evidentes. La competencia global ha reducido los márgenes de beneficio y ha llevado a la pérdida de competitividad debido al poco dinamismo de la economía y capacidad de adaptación, generando desigualdades socioeconómicas en la ciudad. A pesar de la generación de empleo, los salarios en la industria manufacturera suelen ser bajos, especialmente para los trabajadores no calificados; añadiendo que el crecimiento de dichos salarios ha sido en ritmos menores a la referencia: el crecimiento económico y la inflación. Esto ha resultado en una concentración de riqueza en algunos empresarios (en su mayoría, ni siquiera nacionales); además, esta falta de capacidad de adaptación también ha limitado las oportunidades de empleo en otros sectores.

Las desigualdades se reflejan en la calidad de vida de los habitantes de León. Existen disparidades en el acceso a servicios básicos como educación, salud, vivienda adecuada y servicios públicos. Las comunidades más vulnerables y marginales a menudo enfrentan dificultades para acceder a estos servicios, lo que amplía la brecha socioeconómica.

Crecimiento y desarrollo

Lo sucedido en la ciudad, y por consiguiente en la región, se asemeja a lo que para el economista turco, Dani Rodrik, sucede en contextos con alto desempeño, donde las consecuencias sociales se vislumbran al sobreponer el crecimiento a expensas de aspectos importantes de desarrollo. Sin afán de meterse en ideologías, es indispensable que consideremos que ambos aspectos de la economía no son excluyentes. El desarrollo no es una alternativa al crecimiento, sino que son complementos naturales. No existe un verdadero desarrollo económico sin una riqueza generada; y, por otro lado, no puede existir crecimiento en una economía sin un entorno apto para hacerlo.

Entonces, ¿en qué momento es que se perdió esta región y, particularmente la ciudad de León en el camino del desarrollo y el crecimiento? Mi diagnóstico muy particular (y que queda corto, será digno de profundizar en otros textos) es que la desesperación de quedarse atrás respecto a las grandes potencias del mundo hizo que México, durante el siglo XX, tratara de incorporar a sus regiones y ciudades a un sistema ignorando que se tendría un papel secundario, únicamente como un engrane trabajando en favor de la generación de riqueza de dichas potencias.

En su libro Kicking Away the Ladder Ha-Joon Chang cuestiona cómo los países desarrollados han utilizado estrategias proteccionistas y políticas industriales en su propio proceso de desarrollo, mientras desaconsejan a los países en desarrollo que sigan su camino. Siendo esto, por lo menos injusto.

Una vez conseguido este nivel de crecimiento y desarrollo avanzado, abogaron por la liberalización del comercio y la eliminación de barreras comerciales, involucrando (por no decir obligando) a cualquier otro jugador aprovechando una competencia desigual, vulnerabilizándolos ante los ciclos económicos internacionales y colocándoles una soga al cuello con las condiciones adversas en financiamientos.

¿Las regiones que han sufrido de las consecuencias de una apertura injusta están condenadas a la desigualdad?

Como cualquier respuesta complicada: depende. Dependerá de que acciones de política económica se tomen a partir de ahora. ¿Cuál es la respuesta? La realidad es que no creo que exista una fórmula exacta, sino que es necesario tener en cuenta la necesidad de ser flexibles y asertivos a la hora de implementar políticas económicas. Volviendo a lo que argumenta Chang, para ello, cada región, en línea con lo que dicte un Plan Nacional de Desarrollo, debe tener la libertad de adaptar sus políticas de desarrollo a sus circunstancias y necesidades; no se debe ver con malos ojos las políticas activas, inclusive rozando en lo proteccionistas y estratégicas para fomentar las industrias.

Si quisiéramos resumirlo, ciudades como León y, por ende, regiones como el Bajío, deben priorizar en sus acciones la implementación de políticas industriales selectivas que protejan y apoyen a las industrias locales en desarrollo; la inversión en educación y capacitación para fortalecer las habilidades y conocimientos de la fuerza laboral; la mejora de la infraestructura para impulsar el desarrollo económico; la adopción de políticas comerciales estratégicas que fomenten la diversificación económica y reduzcan la dependencia de los mercados externos; y el fortalecimiento del sector financiero para apoyar el crecimiento empresarial.

No a las ideologías

Yo no sé qué partido deba tomar la batuta para hacerlo. Lo que sí podría recomendar, especialmente para aquellos con una creciente preocupación por la desigualdad, inclusive sus consecuencias ambientales o en la seguridad pública de la región, es en exigir que estos temas sean tratados con seriedad. Si bien, las políticas implementadas en el pasado fueron ejecutadas con la mejor de las intenciones y con la información disponible dadas las circunstancias, es indispensable redefinir los objetivos de la ciudad y la región; de otra manera será condenada empeorar sus condiciones sociales, abriendo camino a gobiernos demagógicos, cada vez más populares… será que la reacción comenzó siendo a nivel federal (¿?)

 

*Economista, tuitero y consultor

El Papa Francisco aconseja a obispos mexicanos sobre la importancia de la cercanía con el pueblo

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El Sumo Pontífice, el Papa Francisco, sostuvo hoy una reunión con obispos pertenecientes a la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), donde les brindó consejos acerca de su concepto de «cuatro cercanías»: con Dios, con los obispos, con los sacerdotes y con el pueblo mexicano.

En su discurso, el líder religioso enfatizó en la importancia de llevar siempre la esperanza y estar cerca del pueblo, ya que considera que la cercanía es una parte fundamental de la esencia divina.

Los líderes religiosos mexicanos describieron el encuentro como una reunión fraternal y esclarecedora. Monseñor Faustino Armendáriz, arzobispo de Durango, destacó que el Papa les recordó la importancia de ser «pastores con olor a oveja», y que ellos tratarán de aplicar esta idea en sus diócesis y en su trabajo pastoral diario.

Los obispos también señalaron que el Papa Francisco es un ejemplo vivo de las «cuatro cercanías» que él promueve, y que su influencia ha impactado positivamente en el ambiente del Vaticano y en la Curia Romana.

Durante su estancia en el Vaticano, los obispos se reunieron con los Superiores y equipos de trabajo de diversos dicasterios, quienes demostraron estar abiertos al diálogo.

Un total de 39 prelados de la región norte de México, específicamente de las provincias eclesiásticas de Baja California, Bajío, Monterrey, Chihuahua, Durango, Hermosillo y San Luis Potosí, asistieron al encuentro en el Vaticano.

(Fuente: Luis Cárdenas MX)