AMLO es un reflejo del machismo mexicano y la causa feminista le hará mucho daño. Porque no la quiere ni la puede entender. No en la base social que le apoya en cualquier circunstancia, pero sí en su base femenina de clase media que no le perdonará haber minimizado lo que significa la violencia de genero.
La desconoce como desconoce la violencia que provoca 35,000 muertos al año y que no sabe cómo detener, porque no quiere entender el problema narco. No lo quiere entender o simplemente, renunció a buscarle solución porque ha sido más fácil pactar con las cabezas que desmantelar el fenómeno. Ni la Guardia Nacional ni sus llamados a los abrazos en lugar de balazos, ni sus exhortos a las mamás y abuelas de los delincuentes para que los razonen o que les propinen nalgadas.
Ser presidente implica rodearse de un equipo capaz de enfrentar todos los tipos de problemas que surgen en el camino. En términos de seguridad, AMLO ha fracasado porque él cree que entiende el problema. Lo que no es cierto. El problema no reside simplemente en la pobreza cómo lo asume siguiendo su razonamiento simplista de lucha de clase, el problema reside en algo más complejo a nivel de sociedad y a nivel internacional que no tiene capacidad o voluntad de captar.
El feminismo es más producto de una aspiración a situaciones igualitarias que una reacción contra un machismo eterno que se ha manifestado desde antes de los tiempos bíblicos. El feminismo es producto de una sociedad en evolución positiva que ha favorecida la educación de las mujeres y que en respuesta a esta mayor educación ha recibido mayores exigencias.
El machismo seguirá y no es exclusivo de la sociedad mexicana. Es consecuencia de una sociedad que ha aceptado la dependencia económica de las mujeres de los varones y de una ausencia de valores de igualdad que se originan en la propia historia de la humanidad, es decir en la propia historia del hombre y de la mujer. Mientras la mujer cría y educa, el varón tiene obligación de aportar recursos para sustentar la cría y la educación. De ahí deriva lo que denominamos machismo y que es universal, no típicamente mexicano.
Desgraciadamente, en su estilo autocrático, AMLO pretende imponer su interpretación del fenómeno. Que bueno que afirme ser humanista antes que feminista. Mejor sería que traduzca esto en una promoción de mayores apoyos a las mujeres, en lugar de eliminar guarderías y refugios. Humanismo implica entender mejor a la humanidad, no simplemente reducirla a su visión primaria y rudimentaria.