¡Nadie es profeta en su tierra! Este dicho bíblico lo experimentó en carne propia el presidente López Obrador al ser abucheado en su propia cuna de Macuspana, Tabasco, y al escuchar los abucheos dirigidos a su cuate gobernador y al alcalde, ¡y también a él! Se defendió acusando a la “politiquería”, pero no logró levantar entusiasmo, ni amenazando con interrumpir su discurso. Pero AMLO es incapaz de quedarse callado y siguió alabando las pensiones a los adultos mayores y las becas a los estudiantes de prepa, sin recibir los aplausos que esperaba.
¿Será que a los beneficiarios, ya se les hace poco lo que reciben y quieren más? ¿Será que ya se dieron cuenta que la manipulación de las finanzas públicas se revertirá pronto en contra de ellos? ¿A poco se percataron de las pérdidas de Pemex, las cuales equivalen a más del 12% del presupuesto de la Nación y que tarde o temprano, allá en Tabasco, esto les perjudicará con todo y el proyecto absurdo de Dos Bocas? Todavía le falta a la cuarta transformación en cuestiones de manipulaciones de masas, y ni en su propia tierra pudieron organizarle un meeting a modo.
¿Será que se enteraron de la renuncia de Eugenio Nájera a los puestos combinados de director de Nafinsa y de Bancomext y de su reintegración al equipo cercano de Alfonso Romo? ¿Serán que sospechan que este es un indicio de que los comentarios de Alfonso Romo acerca del impacto de la ausencia de crecimiento sobre el futuro de la cuarta transformación fueron recibidos en la Presidencia cómo una señal de rebeldía al discurso del caudillo?
¿Será que sospechan que la negativa de AMLO a aceptar la causa feminista se revertirá contra él a nivel electoral, con consecuencias todavía difíciles de evaluar? ¿Será que intuyen que a consecuencia de este choque frontal entre el feminismo y la cuarta transformación, se va a endurecer considerablemente el discurso en las mañaneras, profundizando todavía más el abismo que está cavando AMLO entre él y sus opositores?
¿Será por esto que le urge intervenir el INE en su corazón para no dejar que las elecciones del 2021 marquen el fin del sueño transformador? La radicalización del nuevo régimen se acelerará en las próximas semanas, y las consecuencias serán visibles en la composición de los círculos de apoyo al presidente.
Los que creyeron en la buena fe de AMLO para transformar un país de desigualdad y de injusticia y corrupción, serán sustituidos paulatinamente por los que creen en un socialismo duro y en un capitalismo de estado para solucionar los problemas de pobreza que ellos mismos se encargarán de empeorar.