Esta semana senadores republicanos se reunieron para definir un posible plan de inmigración sustituto al DACA para proteger a los casi 800 mil jóvenes “dreamers” que podrían ser deportados a partir de 2018. El DACA (Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), fue finalizado por una orden ejecutiva de Trump hace algunos meses y esta misma semana un tribunal federal le dio la razón al gobierno norteamericano en cuanto a la viabilidad de la cancelación del plan, por lo que las esperanzas de que se anulara la orden son muy escasas. Este es un tema que se ha ido posponiendo, pero la incertidumbre ya ha generado que cientos de jóvenes decidan prepararse y regresar de manera voluntaria a sus países de origen para evitar ser deportados súbitamente el próximo año.
Debido a que los republicanos tienen mayoría tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, no les es necesario cabildear aún con los demócratas, con los cuales empataran puntos en común en sus agendas respecto a este tema para pasar el tema con unanimidad y evitar conflictos. Que los republicanos traigan “el sartén por el mango” en esta negociación no es tan malo como pudiésemos pensar, ya que muchos son latinos o representan distritos latinos, además que la mayoría no apoya al presidente Trump (de su partido) en este tipo de medidas.
La importancia de la negociación del nuevo reemplazo de DACA radica en que obliga a los legisladores a tocar el tema de la migración y ya han surgido propuestas interesantes al respecto como por ejemplo el cambiar el enfoque del sistema de migración a un enfoque basado en méritos como en Australia o Canadá y dejar atrás el esquema tradicional actual. Se han desechado propuestas controversiales como el E-Verify en todos los centros de trabajo cuyo sistema haría difícil el que un inmigrante pueda laborar en un centro de trabajo sin ser detectado. Por otro lado, en septiembre el gobierno de Trump había llegado a realizar varios acuerdos con los demócratas en materia de seguridad en la frontera pero en las últimas semanas ha dado un giro radical al aumentar significativamente la presencia militar en los más de 3,185kms de frontera que compartimos.
En esta frontera tenemos una población cruzada de 14 millones de personas, 56 puestos fronterizos, cada día cruzan 300,000 carros, 70,000 camiones y el faraónico muro (cuyos prototipos están ya en pruebas) tendría un costo aproximado entre los 8 y 12 mil millones de dólares. Soy un convencido que aunque si bien no es un tema político mexicano si es importante estar al pendiente porque la posible deportación de todos estos jóvenes vendría a repercutir directamente en la seguridad de nuestras ciudades y nos generaría una responsabilidad para recibirlos y protegerlos si van de regreso a su país.