La Taquería

“Intimidades Públicas” – De los Independientes, la Alternancia y los Partidos Políticos…

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Ningún jinete es independientemente a su caballo, por más bronco éste sea.- Esolam

El México del siglo XXI es completamente diferente al del siglo pasado. Más de 100 años fueron necesarios para transitar de un sistema político en donde un partido hegemónico —y por momentos único— institucionalizó la revolución a un sistema en donde un candidato sin partido revolucionara a las instituciones.

Por primera vez en la historia de nuestro país, un ciudadano —sin ninguna afiliación partidista—asumió constitucionalmente la encomienda de ser Gobernador de un Estado. Dicha alternancia se concretó en Nuevo León, después de un proceso democrático en donde Jaime Rodríguez Calderón obtuvo la victoria.
La importancia de este acontecimiento en la vida democrática de nuestro país, es tan comparable a lo sucedido en 1989 en Baja California. En aquel entonces, por primera vez en la historia, se consumó que un partido distinto al PRI ganara la gubernatura de un Estado, lo anterior bajo la candidatura del panista Ernesto Ruffo.

Queda claro entonces —a pesar de que existan quienes lo refutan— que nuestro sistema político vive en una pluralidad política imperante.

Queda claro entonces —a pesar de que existan quienes lo refutan— que nuestro sistema político vive en una pluralidad política imperante.

Si bien, existen entidades en donde aún no se concreta la alternancia, existen otras donde hasta tres fuerzas políticas distintas han gobernado.

El hecho de que un candidato postulado sin las siglas de algún partido político lograra la alternancia, rebasa el simplismo de creer que esto es la solución a los problemas democráticos de nuestro país. En todo caso, fortalece la idea de que la alternancia no ha resultado suficiente como un mecanismo para lograr que los ciudadanos se sientan satisfechos con el desempeño de sus gobernantes.

Dicho de otra forma, en el sistema político de nuestro país, cualquier competidor electoral tiene posibilidades reales de ganar; pero estas posibilidades no sólo son generadas por una competencia más justa en la contienda electoral, sino también por el descontento ciudadano el cual asume que, independiente de quien obtenga la victoria, los resultados de su gobierno serán deplorables.

Lo anterior, nos lleva a concluir que los partidos políticos están en crisis. Las estructuras partidistas, resultan insuficientes no sólo para movilizar el voto de los ciudadanos, sino también para movilizar el voto duro de sus propios partidos.

Lo anterior, nos lleva a concluir que los partidos políticos están en crisis.

Algunos de los factores por los que se deriva la crisis son: 1) confiar en el voto duro no resulta competitivo cuando el sector de los indecisos electorales —los cuales regularmente no votan— deciden emitir su voto; 2) el desempeño de algunos gobiernos ha generado que los ciudadanos manifiesten un hartazgo generalizado contra los partidos políticos; 3) los partidos políticos no han sido capaces de demostrar que son competitivos ante los retos del siglo XXI, entre los que se encuentran un cambio de paradigma en las políticas públicas, afianzar los mecanismos de gobernanza, y generar una gobernabilidad con las nuevas tendencias de interacción y comunicación política.

Los anteriores factores podrían resultar suficientes para asumir que los partidos están en decadencia, y que la etapa “independiente” no sólo está por ampliarse, sino también por consolidarse.
Si bien lo anterior es parcialmente correcto —habrá más candidatos sin partido que próximamente obtengan la victoria en las urnas—, considero que el desgaste de gobernar terminará por impactar a los independientes, lo cual de alguna u otra forma hará que algunos de ellos pierdan credibilidad ante la ciudadanía.

Asimismo, los partidos políticos sólo saldrán de la “decadencia” si capitalizan el momento que actualmente viven: romper con las prácticas obsoletas, gobernar de forma distinta, y transformarse desde el interior.

Por eso, los llamados independientes no sólo vienen a formar parte de la pluralidad política del país, sino también, implícitamente vienen a revolucionar a los partidos políticos. Revolución que debe de concretarse al entender que los primeros nacen a raíz de los segundos, y estos, a su vez, necesitan transformarse en consecuencia de los primeros.

Los llamados independientes no sólo vienen a formar parte de la pluralidad política del país, sino también, implícitamente vienen a revolucionar a los partidos políticos.

En todo caso, habrá que entender que la independencia de los gobernantes, no depende de que sean postulados bajo las siglas de algún o ningún partido político; depende de entender que en una democracia nadie es independiente a los ciudadanos, aunque existan quienes así lo crean.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”