EL TRATADO DE COMERCIO DE ARMAS CONVENCIONALES

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El Tratado de Comercio de Armas (o Arms Trade Treaty, ATT) es un acuerdo internacional que entró en vigencia en diciembre de 2014, y que busca regular el comercio internacional ilegal de armas convencionales a escala planetaria. El objetivo del acuerdo es evitar el trasiego de “armas pequeñas”, es decir de revólveres, rifles, carabinas, fusiles de asalto, etc., de minas terrestres y marítimas, y de todas las armas que no son de destrucción masiva. Las bombas (y las bombas de racimo), los cohetes, y todo tipo de misil, pueden entonces ser considerados como “armas ligeras”, siempre y cuando no lleven, por supuesto, ojivas biológicas, nucleares o químicas.

Criticado por unos treinta Estados que siguen reclamando, con un anacrónico discurso antiglobalización, la primacía de su soberanía en el sistema internacional sobre la de los tratados internacionales (de seguro como excusa para proteger intereses ligados a la compra de armas) y por diversos actores sociales de derecha, que ven en él una amenaza a la libertad a la autodefensa–esto sucede sobre todo en los Estados Unidos (p.ej. la National Rifle Association) pues en América Latina los grupos sociales más bien presentan el tema como una cuestión humanitaria, el ATT merece nuestra atención. No solo los datos de la Oficina de las Naciones Unidas para el Crimen y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) señalan que al menos el 41% de los crímenes que se cometieron en el 2013 fueron perpetrados con armas pequeñas, sino que América Latina y el Caribe sigue siendo la zona más insegura del mundo. En 2015 once de los veinte países más violentos del orbe se encontraban en América Latina y el Caribe: Honduras, Venezuela, El Salvador, Guatemala, Jamaica, Colombia, y Trinidad y Tobago son más inseguros que República Democrática del Congo (RDC); Ruanda es más seguro que Brasil, y la violencia letal en México es más alta que la de Nigeria, Guinea Ecuatorial, Botsuana, y Namibia. Debe entonces ser de nuestro interés conocer, investigar, y darle seguimiento a cualquier iniciativa que, de una forma u otra, pueda contribuir a poner freno a la inseguridad que viven los ciudadanos latinoamericanos y caribeños.

En 2015 once de los veinte países más violentos del orbe se encontraban en América Latina y el Caribe: Honduras, Venezuela, El Salvador, Guatemala, Jamaica, Colombia, y Trinidad y Tobago son más inseguros que República Democrática del Congo (RDC); Ruanda es más seguro que Brasil, y la violencia letal en México es más alta que la de Nigeria, Guinea Ecuatorial, Botsuana, y Namibia.

De la institucionalización del régimen de regulación del comercio de armas

Desde los años 1990s, sectores sociales en diversas partes del mundo se movilizaron para denunciar la existencia de un comercio internacional no regulado de armas. El tema saltó a las prioridades en la agenda internacional porque el fin de la guerra fría marcó el término del “equilibrio del terror”, aquella “estabilidad” resultante de la amenaza de un cataclismo mayor (en caso de que alguna de las superpotencias accionara el gatillo nuclear). La prioridad en términos de seguridad pasó entonces a cuestiones de desarme y de control nuclear. Algunos expertos podrán indicar, no sin razón, que la popularización del paradigma de la “seguritización”, según el cual la seguridad debe ser entendida como una construcción social y una disputa política (ver, por ejemplo, Carla Álvarez Velazco, 2016), explica el aumento de interés en el control de armas convencionales.

Pero lo cierto es que objetivamente se registró a partir de los años 1990 un aumento en las muertes por homicidio en la mayoría de países en vías de desarrollo.

En 1997, premios Nobel de la paz como Oscar Arias, Elie Wiesel, Jody Williams, el Dalai Lama, y José Ramos-Horta, apoyados por organizaciones como Amnistía Internacional, presentaron la idea de establecer estándares éticos para el comercio de armas. En 2001 se adoptó una iniciativa (voluntaria), por parte de la United Nations Conference on the Illicit Trade in Small Arms, llamada “Programme of Action to Prevent, Combat and Eradicate the Illicit Trade in Small Arms and Light Weapons in All Its Aspects” (PoA) y en 2007 se creó un grupo de expertos para elaborar un reporte de factibilidad que llevó a la aprobación, por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 2 de abril de 2013, del ATT. Al respecto, hay que señalar que este instrumento legal debe apenas ser considerado un primer paso en la larga reglamentación del comercio de armas, pues claramente no interfiere en el comercio de armas a lo interno de los Estados, y no reglamenta nada en torno al derecho ciudadano a portar armas. Tampoco prohíbe la exportación de tipos específicos de armas ni cuestiona regulaciones nacionales existentes. El tratado solo obliga a sus signatarios a monitorear el movimiento del comercio de armas, para asegurarse que se respeten los embargos existentes y que las armas comerciadas no terminen en manos equivocadas.

Tres retos de la cooperación interamericana en la materia

Es claro que cualquier intento por regular el comercio de armas convencionales se enfrentará a poderosos intereses económicos de las industrias de los países exportadores más importantes, que son los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, y Rusia). Pero más allá de lo obvio, desearía resaltar que en la actualidad, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, Haití, Honduras, Surinam, todos países firmantes, no han ratificado el tratado. Dos países, Nicaragua y Venezuela, ni siquiera aparecen como signatarios. Un primer reto para América Latina y el Caribe consiste entonces en asegurarse que el conjunto de países firmen y ratifiquen el tratado, a pesar de las presiones económicas nacionales e internacionales que pueden existir para debilitar su implementación.

Un primer reto para América Latina y el Caribe consiste entonces en asegurarse que el conjunto de países firmen y ratifiquen el tratado, a pesar de las presiones económicas nacionales e internacionales que pueden existir para debilitar su implementación.

En segundo lugar, se deben fortalecer los diferentes escenarios de cooperación regional y sub-regional, desde la ONU hasta la Organización de los Estados Americanos (OEA), pasando por la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), el Sistema de Integración Centroamericano (SICA), y la Comunicad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Así como en otras épocas se denunció la “condicionalidad cruzada” al referir a los requisitos bancarios exigidos por diversos organismos internacionales para otorgar préstamos a los países aquejados por la crisis económica de los años 1980s, ojalá podamos pronto referir a la “cooperación cruzada” para señalar redes horizontales de cooperación transnacional. Y para evitar escaramuzas políticas, tal vez lo mejor sea privilegiar la cooperación técnica. Al fin y al cabo, deben existir estrategias consistentes, objetivas, y no-discriminatorias que aseguren la vigencia del tratado. Las partes deben establecer y mantener sistemas nacionales de control para generar datos comparables con otros Estados, no solo por transparencia–las listas nacionales son remitidas y compartidas con las otras partes–sino también para permitir evaluar el avance en su cumplimiento. Deben también designar un punto nacional de contacto para compartir información, y considerar medidas de reforzamiento de la confianza para reducir los riesgos a la paz y a la seguridad internacionales y, finalmente, tomar medidas para que las armas comerciadas no sean desviadas. Los escenarios multilaterales antes mencionados pueden, en su conjunto, ayudar a establecer y a implementar criterios técnicos que permitirán alcanzar grados de eficacia de la cooperación en la materia.

En tercer lugar–y esto puede ser más complicado–se trata también de darle contenido a la declaración de la Segunda cumbre de la CELAC (2014), según la cual América Latina y el Caribe son una “zona de paz”. Ello puede toparse con dos obstáculos mayores. Por un lado, los Estados no tienen la capacidad institucional para hacer valer el imperio de la ley en todo su territorio. La ausencia estatal es más fuerte en las zonas fronterizas, alejadas de los centros urbanos y políticos. Mientras esta siga siendo la regla, seguirá el comercio ilegal floreciendo sin dificultad, no por intención de las autoridades, sino por omisión en el control de las actividades ilícitas. Este problema no será resuelto mañana, pero su complejidad no es excusa para no avanzar en una solución. Por el otro, algunos de los gobiernos actuales en la región tienen concepciones diferentes sobre cómo reforzar su seguridad. Sin buscar discutir las mutaciones recientes y el significado actual de la noción de “seguridad”, debo señalar que en abril de 2016 se anunció la adquisición a Rusia, por parte de Nicaragua, de 50 tanques de guerra T-72B, 12 sistemas de defensa antiaérea ZU-23-2, dos helicópteros Mi-17V-5, un lote de vehículos blindados, lanchas patrulleras y coheteras, y otros. El gobierno de Ortega, que maneja un discurso de paz, de lucha contra el narcotráfico y de reforzamiento de las capacidades del Ejército para la atención de desastres naturales, no ha explicado las razones y objetivos de dicha compra. Lo mismo puede ser argüido en el caso de Venezuela, que, según el Instituto de Investigaciones de Paz, ocupa el 18 lugar a nivel mundial en cuanto a países compradores de armamentos, y que habría gastado en 2015 USD 162 millones en compras de armas a China (147 millones), Estados Unidos (6 millones), Austria (5 millones) y Holanda (4 millones).

Deben también designar un punto nacional de contacto para compartir información, y considerar medidas de reforzamiento de la confianza para reducir los riesgos a la paz y a la seguridad internacionales y, finalmente, tomar medidas para que las armas comerciadas no sean desviadas.

Conclusión: lo importante no es inventar la rueda, sino hacerla rodar

El comercio internacional de armas abarca tanto transferencias legales (generalmente en el marco de acuerdos gubernamentales), ilegales (si autorización gubernamental), y las que se encuentran en “zonas grises” (cuya legalidad es incierta pero su ilegalidad es dudosa). El ATT busca reglamentar un fenómeno mundial que se concentra en donde existen conflictos armados, violencia, y crimen organizado. Por ello es que América Latina y el Caribe son regiones especialmente interesadas en darle seguimiento a la implementación de este nuevo instrumento de cooperación multilateral. Hasta ahora, 85 Estados han ratificado el ATT, y 47 más están en proceso de hacerlo. Desde su entrada en vigencia, se organizó la primera conferencia de los Estados parte, que tuvo lugar en Cancún (México) del 24 al 27 de agosto de 2015. En esa reunión, se logró tomar decisiones básicas como escoger una sede para la Secretaría del tratado (Ginebra), pero no logró adoptar las plantillas de documentos necesarias para que los Estados completaran su reporte inicial de implementación en diciembre de ese año. Es decir, a los obstáculos políticos y propios a la región latinoamericana, se añaden los obstáculos técnicos propios a la implementación de nuevos regímenes de cooperación internacional. La segunda conferencia de Estados parte del tratado tendrá lugar durante el segundo semestre de 2016, y sus resultados deberán ser analizados con detalle.

El ATT busca reglamentar un fenómeno mundial que se concentra en donde existen conflictos armados, violencia, y crimen organizado. Por ello es que América Latina y el Caribe son regiones especialmente interesadas en darle seguimiento a la implementación de este nuevo instrumento de cooperación multilateral.

Las compras de armas de Nicaragua y Venezuela son transacciones legales. Y aunque no lo fueran, estos países no aparecen como signatarios del tratado, por lo que no están sujetos a sus disposiciones. El ATT representa, sin duda, un paso en la dirección correcta, pero se trata también de un muy tímido progreso, pues la problemática relacionada a las armas de fuego no tiene que ver únicamente con las armas que son comerciadas ilegalmente–es cierto que el trasiego ilegal es un problema–sino también con aquellas que son comercializadas legalmente. Es aquí, me parece, en donde se encuentra el meollo del asunto. La lucha será entonces intensa, no solo contra las cúpulas de poder locales que pueden usar la compra de armas como un botín político, sino también contra la industria manufacturera, que gana billones anualmente. Y si se habla de construir una cultura de paz, entonces habrá también que trabajar a nivel local en cada uno de los países signatarios para forjar usos y costumbres que vayan más acorde con el espíritu de este esfuerzo de reglamentación.

Fernando A. Chinchilla
New York City (Junio 2016)

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

¡Adiós, Mr. Chavismo!

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Como ya muy seguramente es de conocimiento de todos, el pasado fin de semana se llevó a cabo un histórico proceso electoral en Venezuela, donde en contraste con el de 2013, la oposición sí logró recaudar una cuantiosa cantidad de sufragios, por lo que tendrá la posibilidad de servirse con la cuchara grande tras 17 años de chavismo.

Continuó en el poder hasta sus últimos días de vida e incluso, podría decirse —tras todas las especulaciones sobre las condiciones de su fallecimiento— que el líder bolivariano gobernó desde la muerte.

Y es que a pocos se nos olvida que durante el mandato de Hugo Chávez, constantemente se hablaba sobre cómo el mandatario buscaba hacer las modificaciones pertinentes a la ley para así continuar con su legado y permanecer en la silla presidencial. Lo irónico de esta situación fue que Chávez sí logró su objetivo, pues dejando de lado los detalles, continuó en el poder hasta sus últimos días de vida e incluso, podría decirse —tras todas las especulaciones sobre las condiciones de su fallecimiento— que el líder bolivariano gobernó desde la muerte.

Es posible decir que el sistema autoritario de ideología socialista venezolano estaba débilmente sostenido; sostenido tan débilmente como un castillo de naipes.

Nicolás Maduro, hombre cercano a Chávez pero no a la modernidad que tanto aclama el pueblo venezolano, finalmente ha tenido que reconocer su derrota y la de su partido, y con ello haciendo frente a la inminente realidad: el declive del sistema chavista está a la vuelta de la esquina. Si bien, como mencionado anteriormente, desde los comicios anteriores —y bajo el liderazgo de Henrique Capriles— los venezolanos ya habían manifestado su descontento con el proyecto de nación que Maduro heredó, a dos años de la muerte del comandante Chávez es posible decir que el sistema autoritario de ideología socialista venezolano estaba débilmente sostenido; sostenido tan débilmente como un castillo de naipes.

Sí, es positivo que la voz del pueblo por fin haya sido reconocida y que se vea con un poco más de claridad la luz al final del túnel, pero lo interesante es lo que estará por venir.

Más allá de vitorear el triunfo de 67% de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), mayoría que le otorga el derecho a la oposición venezolana para —entre otras cosas— promover reformas constitucionales y quitar a magistrados del máximo tribunal de justicia venezolano, la victoria debe ser tomada con mucha tranquilidad. Sí, es positivo que la voz del pueblo por fin haya sido reconocida y que se vea con un poco más de claridad la luz al final del túnel, pero lo interesante es lo que estará por venir.

La Constitución venezolana, en sus artículos 236 y 237, prevé que el Presidente tiene la facultad de disolver la Asamblea Nacional, misma en la que la MUD hoy tiene mayoría. Aunque es muy poco probable que Maduro haga uso de este recurso constitucional, pues ello implicaría llevar al país nuevamente a un estado de crisis y terminaría por complicarle la existencia en los últimos años de su régimen, pues tampoco debe olvidarse que el mandatario tiene el puesto asegurado ceteris paribus hasta 2019, la Unión Democrática y sus simpatizantes deben ser muy cautelosos.

Es posible pronosticar que los chavistas entrarán en alerta desde ya. El diálogo con la oposición será mucho más cercano, pero no precisamente para entablar amistad.

En una realidad inmediata, es posible pronosticar que los chavistas entrarán en alerta desde ya. El diálogo con la oposición será mucho más cercano, pero no precisamente para entablar amistad. Como datos importantes comparto los siguientes: la actual constitución vigente de Venezuela es la del año 1999; es decir, fue promulgada luego de la llegada de Chávez al poder. Además, la disposición que limitaba los mandatos consecutivos del presidente venezolano a dos, tras un referéndum muy cuestionado, fue derogada en 2009: aún año de la que fuera la obligada salida de Chávez del poder.

La bomba ha explotado y lo ha hecho en la cara de los chavistas. El sistema que ellos poco a poco fueron creando hoy les muestra que no es indestructible. Hoy, los venezolanos repartidos en el mundo se sienten agradecidos porque sus connacionales salieron a las calles, emitieron su sufragio y se han atrevido a decir lo que por mucho tiempo habían querido comunicar (o para que Maduro lo entienda mejor): lo que ha sucedido en Venezuela es que un pajarito vino, dio tres vueltas sobre la cabeza del pueblo, le silbó, pero lo que ellos le silbaron de vuelta fue un grito al unísono que dice: “Nosotros tenemos la mayoría calificada”.

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Y ha pasado tan solo una semana…

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Vamos por partes para dar un resumen de lo acontecido en el mundo, para que dejes de creer en los posts de Facebook. Francia con una de las mayores tragedias contemporáneas desata lo que para muchos será el preámbulo de la Tercera Guerra Mundial, pero siendo sinceros y dejando a un lado la tragedia y que es un acto inhumano lo que se hizo en París, esto es la gota que desata la lucha por el dominio de Medio Oriente; con diversas teorías, que si los recursos naturales, que si la búsqueda de la democratización, que la lucha contra el terrorismo. Y sus protagonistas no se quedan atrás; mientras unos buscan a toda costa la formación del Estado Islámico y la aceptación de un Dios como único, otros, como Rusia, se empeñan en hacer todo lo posible para dejan en claro quién manda y otros, como Estados Unidos, tienen el argumento de liberar a Medio Oriente del yugo opresor, cuando ellos mismos han hecho lo mismo con otros países de Medio Oriente.

Debemos estar bien informados para no ser presa del pánico y de un enemigo más despiadado: la desinformación.

Ahora con la supuesta amenaza del Estado Islámico a los países aliados, entre ellos nosotros, debemos estar bien informados para no ser presa del pánico y de un enemigo más despiadado: la desinformación. Con esto, cada vez nos queda más claro que es más fuerte una creencia que la razón. A diferencia de otros, sólo pidamos por el mundo y no sólo por las banderas que nos gustan o nos hacen ver como el tío chistoso en año nuevo, “en onda” cuando no sabemos qué es lo que en realidad está pasando.

A diferencia de otros, sólo pidamos por el mundo y no sólo por las banderas que nos gustan o nos hacen ver como el tío chistoso en año nuevo, “en onda” cuando no sabemos qué es lo que en realidad está pasando.

Otro tema que ha acaparado las últimas semanas en nuestro país es: la marihuana, en esto sólo hay que saber que entre tanto amparo para su consumo recreativo o personal, solo cuatro personas están facultadas para usarla legalmente, así que no caigamos en la falsa idea de consumir algo que no es legal. En una opinión personal, nuestro país está lejos de tener las Coffe Shop de Holanda, pero será un trabajo de educación, civismo y como no nos gusta que nos multen por estacionarnos en lugar prohibidos o en lugares para discapacitados, esta interesante como el gobierno adaptará para una futura introducción dentro de nuestra sociedad, porque si ahorita son cuatro, no pasará mucho para que esta misma sociedad quien divide opiniones, entre los que satanizan esta droga, con los que su mejor argumento es “si la prohiben la consumen más”, distorsione la buena voluntad que hay detrás de su legalización.

En datos rápidos del mundo, que también sucedieron en estos días, Venezuela está en crisis; un presidente que oprime a la oposición y a su pueblo mismo, un pueblo que no tiene que comer porque el presidente también oprime la economía y a todo aquel que no haga caso del pajarito Chávez, y esta vez es de cuidado, cuando se aproxime la próxima reunión de Mercosur, donde el nuevo presidente de Argentina, quien derrumba 12 años de gobierno del famoso matrimonio, aseguró que será una de las prioridades establecer el orden en Venezuela, de no hacerlo, podríamos tener un Grecia latino.

Aquí los bombazos son las contradicciones de nuestro flamante Gobernador Bronco, porque si no sabían, ¡a jalar que se ocupa pagar OTRA VEZ la tenencia!

Entre bombazos, discusiones, tragedias, llegamos a Nuevo León, porque aquí los bombazos son las contradicciones de nuestro flamante Gobernador Bronco, porque si no sabían, ¡a jalar que se ocupa pagar OTRA VEZ la tenencia! Esto denota la falta de conocimiento de la situación del estado que evidentemente nunca conoció, porque no se trata sólo de llegar. Para esto no tenemos argumentos que defiendan al señor Gobernador Bronco, porque si lo hacemos como lo hizo Fernando Elizondo, terminaremos por hundir más el ya poco creíble barco ranchero, donde ya los chistes y sus respuestas con groserías incluidas ya no le dan risa a nadie.

En fin, como último dato de esta semana, Corea del Norte y Corea del Sur están en pláticas para una posible reunificación de sus territorios, ya después de ver a su gente sufrir los caprichos de sus dirigentes.

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