Dimes y Diretes: “Peña: El oportunista”

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Pues resulta que el que estuvo aquí cerca de nosotros es nada más y nada menos que mi compadre, Enrique “Henry Monster” Peña Miento, digo Nieto. Lord Peña vino a Monterrey para expresar su apoyo a las familias y a los heridos de lo sucedido en el Colegio Americano del Noreste.

Mi pregunta es, ¿qué hace el Presidente con el menor porcentaje de aprobación en la historia de México en Monterrey?

Claramente Henry Monster, es todo un oportunista político. Cuando el caso le conviene, cuando sabe que no tendrá ningún costo político, es el primero en pararse para tomarse la foto, pues eso es lo que viene a hacer.

El Presidente con menor porcentaje de aprobación en la historia de México, viene simplemente a apantallarnos a tratar de mostrarse humano, cercano a la gente que necesita ahorita apoyo.




Pero por favor, bien me hubiera gustado ver al Presidente hacer lo mismo en otras situaciones. Tal vez, y sin oírme chairo, hubiera sido bueno que también visitará a las familias de los miles de desaparecidos y muertos en todo México, tal y como en esta ocasión.

Claramente el Presidente quiere levantar su imagen utilizando los hechos lamentables del miércoles para ver si de 12% de aprobación, pasa a por lo menos el 15% de aprobación.

Como mucha gente comentaba en las redes sociales, el Presidente no era bienvenido a Monterrey, y lo que ahorita necesitan las victimas es gente que genuinamente les quiera mostrar su apoyo incondicional, no buscando un fin secundario, ¿o no?




¡Ahí Se Leen!

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

 

 

El Efecto Tendencia y los riesgos de la desinformación

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El pasado 18 de Enero del 2017 Monterrey vivió uno de sus capítulos más tristes, luego de que al amanecer se diera a conocer que un joven de 15 años abriera fuego contra sus compañeros y su maestra dentro de las instalaciones de su escuela. Pero mucho se ha hablado ya de esto, y no es específicamente este trágico suceso sino algunos elementos que lo rodean, lo que me lleva a escribirles el día de hoy.

Si bien, al momento de redactar estas líneas, aún se desconocen los motivos exactos que llevaron a este joven a accionar el gatillo, las siempre inquietas redes sociales rebosaron el día de ayer de teorías intentando esclarecer lo sucedido. Es precisamente aquí donde reside el tema principal de este artículo.




En las últimas horas seguramente muchos de ustedes habrán escuchado hablar sobre grupos en Facebook que se adjudicaron el siniestro; screenshots de conversaciones en Whatsapp en las que el ahora occiso pedía a algunos de sus amigos no asistir a la escuela al día siguiente, o aún peor, que lo haría para ganar la administración del grupo. Incluso un enlace a un foro de Internet donde publica sus intenciones y es alentado por el resto de los usuarios.

Pero, ¿qué logra todo esto que en primera instancia podrían parecer solo rumores?

La mañana del día de ayer estábamos ante un terrible acto, perpetrado sin embargo por un menor de edad con alegados problemas de depresión, un alma que debía servir de ejemplo para atender y prevenir futuros casos similares. Luego de 24 horas y gracias a la viralidad fomentada por las redes sociales y los medios de comunicación de toda esta supuesta evidencia que no logra más que distorsionar la realidad, llegaron a llamarlo un sociópata con intenciones deplorables.

¿Cómo es que en menos de un día la percepción de la gente ante un supuesto cambio tan radicalmente? ¿Cómo logramos castigar no solo al menor, si no a su familia, sin evidencias?

Ese es precisamente el efecto tendencia, que actúa como una mentira repitiéndose tantas veces hasta que se vuelve verdad. Vivimos épocas donde ser tendencia se ubica por encima de factores fundamentales para el correcto funcionamiento de una sociedad como el respeto o la dignidad. Todo mundo quiere ser un #, sin importar a costa de que.




Estos grupos en Facebook que se adjudicaron el trabajo intelectual del terrible ataque perpetuado el día de ayer se fundamentan en la sátira, el humor negro y la polémica. El reconocimiento es lo que buscan, y nosotros se los dimos, como se lo hemos dado a decenas de #Lords y #Ladies en los últimos años. Los hemos vuelto figuras. Les hemos dado fama, dinero y un lugar en nuestro álbum de héroes efímeros. Pongamos un alto a esto.

¿Que logramos con todo esto? Dañamos aún más la imagen de un menor y su familia que aún velan por el duelo y la tragedia. Fomentamos confusión en las familias de las víctimas.

No seamos participes de esto. Los hechos son claros. Los motivos por otro lado, aún mantienen su categoría de supuesto. Pensemos antes de divulgar. Analicemos lo que vemos en la red antes de compartir. No todo es real, pero todo tiene consecuencias. Aprendamos a distinguir, informémonos. El internet es una herramienta muy útil para despejar nuestras dudas si sabemos utilizarla con inteligencia.

La desinformación puede ser más peligrosa que la ignorancia.

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Una cuestión de ética

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Lamento mucho lo sucedido en el Colegio Americano del Noreste en Monterrey, Nuevo León y me uno a la pena que embarga a las familias de las víctimas, tanto de la maestra como de los alumnos y alumnas.

No voy a escribir sobre lo que pudo hacerse para evitar lo sucedido ni voy a tratar de señalar culpables, ya que en estas situaciones no me parece correcto señalar. Tampoco abundaré en que lo que tenemos que hacer es un análisis introspectivo y determinar cómo es que hemos normalizado la violencia y qué podemos hacer para que la sociedad tóxica en la que vivimos no siga propiciando estas lamentables tragedias.

No escribiré sobre eso. Escribiré sobre la responsabilidad que tienen los medios de comunicación de informar.




Informar, en el contexto de las noticias, implica dar a conocer al público un hecho relevante. En el caso de la tragedia del Colegio Americano del Noreste, los medios de comunicación hubieran cumplido su deber de informar a la población simplemente mencionando que hubo un school shooting en el Colegio en cuestión, orquestado por un menor de edad, en el que varias personas, incluyendo el agresor, resultaron gravemente heridas. Éso hubiera sido suficiente.

Pero a la mayoría de los medios de comunicación no les interesa informar, lo que les interesa es generar visitas en sus sitios web o redes sociales, razón por la cual se extralimitaron: publicaron videos y fotografías de las víctimas del tiroteo.

Es así como Multimedios, El Norte, Reporte Índigo, El Universal, entre otros, no “cumplieron con su deber de informar”, sino que cometieron una violación a la intimidad de las víctimas menores de edad. Informar no significa difundir fotografías de las personas heridas, en el suelo, incluso sin distorsionar los rostros.

La Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LDNNANL), así como su Ley General, es clara en que las personas menores de edad tienen derecho a la intimidad personal y “no podrán ser objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada(…); tampoco de divulgaciones o difusiones ilícitas de información o datos personales, incluyendo aquélla que tenga carácter informativo a la opinión pública o de noticia que permita identificarlos”. [1]

La LDNNANL impone a los medios la obligación de asegurarse que las imágenes que difundan no pongan en peligro, entre otras cosas, la dignidad de las personas menores de edad. [2] El DIF de Nuevo León ya emitió un comunicado en redes sociales en el que menciona que ejercitará una acción en contra de los medios de comunicación que cometieron esta infracción a la ley.




Inclusive, la Procuraduría de Protección de las Niñas, Niños y Adolescentes del estado de Nuevo León puede actuar de oficio, es decir, sin necesidad de que quienes ejercen la patria potestad o la tutela de las víctimas menores de edad lo soliciten.

Queda en manos de la Procuraduría ejercer las facultades que le ha otorgado el marco jurídico e iniciar un procedimiento en contra de los medios de comunicación que cometieron esta infracción.

Los medios de comunicación no sólo tienen el deber de informar, sino que también tienen el deber de hacer un ejercicio ético de su profesión. La Ethical Journalism Network tiene cinco principios de la ética periodística [3] , entre los cuales están la humanidad y la responsabilidad. La humanidad significa que no debe dañarse a nadie; la responsabilidad, que debe asumirse las consecuencias cuando se cometan errores.

Multimedios, El Norte, El Universal, Reporte Índigo y todos los demás medios que difundieron las fotografías y el video, demostraron que no tienen ética periodística. La tragedia no basta, hay que exhibirla y conseguir un beneficio de ella.

Los límites a la libertad de expresión son otros derechos humanos, mismos que deben ponderarse en cada caso concreto. En este caso, el interés superior de la niñez es un claro límite a la libertad de expresión de los medios de comunicación.

No se justifica de ninguna forma la difusión de las imágenes de las víctimas: son brutales y no necesitamos – ni queremos – más violencia. Exijamos como sociedad una forma más ética de hacer periodismo. ¡Basta de morbo! Más respeto para las víctimas, por favor.

[1] Artículo 97 (LDNNANL).
[2] Artículo 80 (LDNNANL).
[3] Ethical Journalism Network. Five Core Principles of Journalism. Disponible en línea: http://ethicaljournalismnetwork.org/who-we-are/5-principles-of-journalism.

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