Observatorio ciudadano: el termómetro de Nuevo León

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Durante las últimas semanas, el tema de la seguridad ha estado en la opinión pública, diversos medios así como en la sobremesa de las reuniones se ha puesto el tema del incremento en la percepción de inseguridad. Consejo Cívico forma parte del Observatorio Ciudadano de Nuevo León, mismo que con el Centro de Integración Ciudadana, Caintra, Canaco y Coparmex, evalúan cada trimestre el movimiento de las cifras de denuncia en el estado, mismo que tuvo su más reciente corte hace unos días.

Durante 2015 se registró un incremento preocupante en el delito de extorsión con un alza de 35% comparado con el año 2014, que junto con el robo a vehículo obligan a las autoridades a prender los focos de alerta y reforzar su trabajo.

De acuerdo con el análisis hecho por el Observatorio Ciudadano de Nuevo León que se basa en las cifras que presenta mensualmente la Procuraduría de Justicia del Estado, se da cuenta que durante 2015 se registró un incremento preocupante en el delito de extorsión con un alza de 35% comparado con el año 2014, que junto con el robo a vehículo obligan a las autoridades a prender los focos de alerta y reforzar su trabajo.

Más allá de minimizar los eventos que nos sugieren una escalada de inseguridad al inicio de este 2016, Estado y municipios tienen la responsabilidad de dar resultados pronto.

Actualmente, el estado ocupa el nada honroso primer lugar a nivel nacional. Más allá de minimizar los eventos que nos sugieren una escalada de inseguridad al inicio de este 2016, Estado y municipios tienen la responsabilidad de dar resultados pronto.

Haciendo un análisis dentro del área metropolitana, San Pedro es el municipio que concentró 23.6 denuncias por extorsión por cada 100 mil habitantes, el primer lugar, seguido de Santiago con una tasa de 19; Monterrey con 17 y Juárez con 10.5.

A nivel estatal, encontramos que mientras en 2011 la Procuraduría General de Justicia del Estado atendió un total de 61 denuncias, para 2015 éstas sumaron 509 casos. Es por eso necesario atender la propuesta de modificación al Código Penal hecha por Canaco para que se desglose a detalle si se trata de extorsiones telefónicas o de cobros de piso.

Por otra parte, que el robo a vehículo, que tuvo un alza de 13.2% en 2015 frente al año anterior, es un síntoma claro de la inseguridad. Es momento de atender estas estadísticas que nos alertan sobre un clima de inseguridad en nuestro estado, no permitamos retroceder a los niveles registrados hace unos años. Es necesaria la coordinación permanente entre autoridades para que frenen estos aumentos.

Pero además, las denuncias por violencia familiar en Nuevo León han mostrado un incremento de 95.1% durante los últimos cinco años en Nuevo León. Y es que, en números totales, este delito pasó de 8 mil 744 en 2011 a 17 mil 62 casos en 2015.

Este es un tema que puede tener una doble lectura: la primera, que el delito continúa a la alza, o la segunda, que cada vez se arraiga más la cultura de la denuncia. En ambos contextos, las estadísticas dimensionan un problema que se ve muy alejado de las prioridades de autoridades estatales y municipales.

El análisis del Observatorio Ciudadano de Nuevo León entregado semanas atrás por organismos civiles y de la iniciativa privada detalla que los casos de violencia familiar crecieron 15.3% durante el año pasado frente a las cifras reportadas por la Procuraduría General de Justicia del Estado en 2014.

Dentro del reporte, es importante destacar que de los municipios donde mayor fue el incremento de los casos se encuentra Santiago con 72.5% frente a la incidencia de un año previo. Así también están García, Juárez y Cadereyta, con 43.6%, 34.4% y 22.8%, respectivamente.

Tan sólo en la última semana de enero, los medios de comunicación locales dieron cuenta de la muerte de dos mujeres —en San Nicolás y Guadalupe— en manos de sus parejas aparentemente. Estos casos bien pudieron evitarse con una atención integral oportuna y que ahora reflejan la magnitud de un problema que preocupa y debe ocupar a nuestras autoridades.

Si bien hay temas en los que no nos podemos relajar en materia de seguridad, nosotros como ciudadanos también podemos poner nuestro granito de arena denunciando.

Si bien hay temas en los que no nos podemos relajar en materia de seguridad, nosotros como ciudadanos también podemos poner nuestro granito de arena denunciando. Acudir a las autoridades a presentar la denuncia es la mejor manera de contribuir y así conocer las cifras reales de los delitos que se presentan en nuestra ciudad para que las autoridades tomen las medidas correspondientes.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Dimes y Diretes: “Ladrón roba a Ladrón”

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El día de ayer durante la apertura del segundo periodo ordinario del Congreso Local de Nuevo León, el gobernador, Jaime Rodríguez “el Bronco”, rechazó que haya un aumento en actos delictivos en Nuevo León, e incluso en pleno discurso saco dos hojas diciendo que, a comparación del la administración pasada, en su gobierno, que comenzó en octubre, han habido menos hechos relacionados al crimen organizado.

¿Mito o realidad lo que dice “el Bronco”? Es difícil saber, puesto que todos los días escuchamos de un robo, un asesinato o un secuestro en alguno punto de la ciudad. Lo que sí es realidad es que la paranoia se está apoderando de los nuevoleoneses.

¿Mito o realidad lo que dice “el Bronco”? Es difícil saber, puesto que todos los días escuchamos de un robo, un asesinato o un secuestro en alguno punto de la ciudad. Lo que sí es realidad es que la paranoia se está apoderando de los nuevoleoneses, debido a las historias de intentos de robo, así como de un audio donde supuestamente el Secretario de Seguridad Pública de San Pedro, Marcial Herrara, advertía que se venían tiempos difíciles para el Estado. A final de cuentas no era Herrera, sino un padre de familia.

El atraco de un automóvil a los padres del ex gobernador, Rodrigo Medina, es decir, el robo a los ladrones del estado, me hizo recordar un poco el artículo de la semana pasada de “El Abogado del Pueblo” en El Norte, donde FRICASÉ acusaba a dos ex gobernadores de estar detrás de la ola de inseguridad y paranoia en Nuevo León. Al principio, el articulo se me hizo algo pagado por la administración “bronca”, después de saber del robo a la casa de Los Medina Ainsle, ya no suena descabellado.

¿Tan poca seguridad tiene la casa de los padres del ex gobernador? No me la creo, pero sólo el tiempo dirá si FRICASÉ tiene razón o no en lo que escribió la semana pasada.

¿Estimado lector, apoco se cree eso de que entraron como si nada a su casa y robaron las llaves y así lograron el atraco del automóvil? ¿Tan poca seguridad tiene la casa de los padres del ex gobernador? No me la creo, pero solo el tiempo dirá si FRICASÉ tiene razón o no en lo que escribió la semana pasada.

Por el momento no queda más que cuidarse y no confiarse.

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Desigualdad social = inseguridad

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Hemos vuelto a escuchar y a decir que hay que andar con cuidado. Nadie sabe a ciencia cierta cómo es que se anda de esa forma, pero básicamente nos dan a entender que consiste en reincorporar el miedo a nuestras rutinas.

En San Pedro Garza García, el municipio “blindado”, ocurrieron robos a vehículos en la más reciente semana o, para ser más precisos, los delitos cometidos en los últimos días tuvieron mayor difusión mediática.

¿Por qué? Porque en San Pedro Garza García, el municipio “blindado”, ocurrieron robos a vehículos en la más reciente semana o, para ser más precisos, los delitos cometidos en los últimos días tuvieron mayor difusión mediática.

Digo lo anterior, debido a que en realidad San Pedro no ha estado precisamente exento de delitos en los últimos meses. Ni siquiera de robo de vehículos. Así lo muestran estudios como el semáforo delictivo publicado en www.nuevoleonseguro.org.mx mensualmente. A través de estos indicadores podemos percibir cómo, en dicho municipio, algunos crímenes como el robo a negocios y a automóviles aparecieron en amarillo o en rojo durante casi cada mes del último año.

La histeria, las hipótesis y conspiraciones, aunque de forma momentánea, han vuelto a formar parte de nuestras pláticas e invadido nuestros teléfonos y correos electrónicos.

La histeria, las hipótesis y conspiraciones, aunque de forma momentánea, han vuelto a formar parte de nuestras pláticas e invadido nuestros teléfonos y correos electrónicos. Nos dicen que se trata de delitos aislados, campañas mediáticas de desprestigio, pactos rotos, transiciones de gobierno, disputas políticas, pleitos por territorio entre carteles o bandas de delincuentes y un largo etcétera.

Al mismo tiempo, cadenas alarmistas y de procedencia indefinida nos son enviadas con las mejores intenciones pero con poca responsabilidad; en nuestra época nada debe ser creído ni compartido sin cuestionar las fuentes.

Paralelo al breve periodo de histeria que vivimos, se “filtró” también un audio en internet en el que Marcial Herrera, Secretario de Seguridad Pública de San Pedro, se muestra enérgico y decidido de forma casi pasional a reducir los delitos en el municipio. Muchas personas se sintieron más tranquilas al escuchar su enojo y preocupación mientras a otros les pareció muy curioso que se filtrara ese conveniente mensaje.

Evidentemente, siguen abiertas las heridas que dejaron las todavía recientes épocas oscuras en materia de seguridad. La sola idea de aproximarnos a un retorno de esa situación, es un temor que naturalmente genera inquietud en los ciudadanos; el hecho de que los crímenes no desaparecieron sino que sólo se alejaron de sus casas, municipios o Estados, le es indiferente a muchos.

Puede ser que la situación de San Pedro haya generado una paranoia infundada y que vaya a ser controlada eventualmente. Sin embargo, la reacción de sus ciudadanos evidencia varios aspectos que siguen presentes en la mente de todo el país.

Existe un temor que tristemente sí es fundado y es el de ser víctimas de algún crimen pues sabemos que en dicho caso enfrentaríamos casi desnudos a la barbarie desde la más profunda de las soledades; no hay confianza en la policía ni en los jueces ni hay verdadera esperanza de justicia.

El Índice Global de Impunidad nos ubica como el segundo país con mayor impunidad del mundo.

La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre la Seguridad Pública presentada el año pasado, mostró que 9 de cada 10 delitos en México quedan impunes, mientras que el Índice Global de Impunidad nos ubica como el segundo país con mayor impunidad del mundo; decía bien Peter Villaume que la esperanza de impunidad es para algunos la mayor invitación al crimen.
Cuando el crimen, en su veleidoso devenir, aumenta, no sabemos qué es específicamente andar con cuidado.

Hubo quienes se encerraron en sus casas, otros desarrollaron fobia a las camionetas nuevas o a los vehículos viejos mientras que algunos sentían una muy racista desconfianza respecto personas de rasgos indígenas que mostraran lujos o conductas despilfarradoras; el racismo no sólo radica en dudar de la procedencia de sus recursos, sino en el vergonzoso hecho de que la mayoría de los pobres en México sean de raza indígena al grado en que su opulencia resulte para muchos sospechosa.

Los índices de pobreza y falta de oportunidades que van desde mala alimentación, nula educación y falta de acceso servicios de salud, parecen ser preocupantes para muchos solamente cuando están relacionados con la criminalidad.

Los índices de pobreza y falta de oportunidades que van desde mala alimentación, nula educación y falta de acceso servicios de salud, parecen ser preocupantes para muchos solamente cuando están relacionados con la criminalidad: carne de cañón o paja seca, les llaman. Les consideran más fáciles de seducir porque reconocen lo adverso de sus circunstancias pero si no son riesgo, no parecen importar mucho.

Tristemente he escuchado a quienes afirman que la solución está en construir canchas de fútbol en barrios humildes o en darles cursos de superación personal a los jóvenes que forman parte de pandillas; creer que la pobreza del país se soluciona engañando o entreteniendo a quienes la padecen, no sólo es un indicador de preocupantes niveles de ignorancia e insensibilidad, sino también es síntoma de vivir en una burbuja de tungsteno reforzado.

La pobreza, la falta de oportunidades, el distanciamiento abismal entre clases sociales y la impunidad, son algunos factores que inciden directamente en la criminalidad del país.

La pobreza, la falta de oportunidades, el distanciamiento abismal entre clases sociales y la impunidad, son algunos factores que inciden directamente en la criminalidad del país. Esos factores persisten y van más allá de personas o partidos políticos y principalmente: existen aunque estén lejos de nuestras casas, existen más allá de personas o partidos políticos.

Trabajar en ellos parece ser el único camino no autoritario ni despótico, pero requiere de esfuerzos que no son menores ni mucho menos fáciles, y sus resultados, evidentemente, no se verán en menos de seis años. Así que el temor puede seguir siendo controlado con estrategias superficiales y con valentía populista.

Así hemos vivido por años, ¿qué más da?

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Chapo: Sálvanos de ISIS.

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La semana pasada se dijo que “El Chapo” amenazó a ISIS. Todo surgió de una nota falsa creada a manera de sátira por la página Thug Life Videos que, para no variar, fue tomada como auténtica por diversos medios de información supuestamente serios.

Durante días pasados también circularon enlaces a sitios web de apariencia poco fidedigna que aseguraban que los narcotraficantes habían advertido a los terroristas que no se acercaran a México.

Durante días pasados también circularon enlaces a sitios web de apariencia poco fidedigna que aseguraban que los narcotraficantes habían advertido a los terroristas que no se acercaran a México.

Como de costumbre, sin cuestionar mucho la fuente, las notas se hicieron virales. (¿No les pareció cuando menos cuestionable la posibilidad de que “El Chapo” se pusiera a escribir correos electrónicos desde donde quiera que esté?)

Y es que desde que se hizo público el extraño y desconcertante video supuestamente elaborado por el grupo terrorista de Medio Oriente donde aparecían múltiples banderas, entre ellas la nuestra, el tema de “la amenaza de ISIS a México” originó diversas noticias, opiniones, bromas, hipotéticos y, por supuesto, notas falsas que buscan hacerse virales.

En muchas personas ha surgido la siguiente pregunta: ¿quién nos defendería en caso de que los yihadistas llegaran a México? Aparentemente el ejército, la policía o el Estado no les generan mucha esperanza.

Imagino que más por ocio que por un verdadero temor, en muchas personas ha surgido la siguiente pregunta: ¿quién nos defendería en caso de que los yihadistas llegaran a México? Aparentemente el ejército, la policía o el Estado no les generan mucha esperanza.

Tal vez por ello, el tema de los narcotraficantes como los auténticos héroes defensores de la patria se vuelve atractivo para crear contenido falso con potencial de difusión masiva.

La pésima imagen del Estado mexicano no es precisamente sorprendente. De acuerdo con Consulta Mitofsky, la confianza en las instituciones se sitúa en su nivel más bajo desde 2004. Por ejemplo, de una escala del 1 al 10 la presidencia obtuvo un 5.7, la policía un 5.3 y el ejército un 7.1 que aunque es alto, representa su calificación más baja en los últimos 11 años.

Pero no sólo disminuye la confianza en el Estado sino que, extrañamente, parece aumentar en ciertos aspectos la que existe hacia los narcotraficantes. Aquellos que supuestamente son los enemigos de la población de pronto se transforman en esperanza y héroes; ha sido tal el fracaso de las autoridades en los últimos 10 años que la gente además de creerlas incapaces de derrotar a los criminales, parecen preferir que sean éstos quienes nos defiendan en caso de un ataque extranjero.

A falta de policía, que el ladrón me defienda de los demás ladrones.

A falta de policía, que el ladrón me defienda de los demás ladrones.

Y es que además de la población, algunas figuras públicas han hecho en el pasado algunas manifestaciones al respecto.

Recordemos aquella lamentable carta escrita por Kate del Castillo cargada de un maniqueísmo casi infantil en la que invitaba al “Chapo” a “mejor traficar con el bien” (lo que sea que eso signifique) o a Susana Zabaleta declarando que se alegraba por la fuga del mismo narcotraficante porque “él sí ayuda a la gente”.

Estos cambios en la percepción que existe del crimen organizado, además de ser en enorme medida responsabilidad de un Estado que lleva años siendo ineficaz en garantizar la seguridad independientemente del partido en el poder, me parecen un error craso de la población.

No se trata de comenzar a creer en las autoridades sin que éstas brinden resultados, sino de no olvidar a los responsables de crímenes indescriptibles. Tanto el crimen organizado como el Estado con su ineficacia y en ocasiones con abuso de poder o hasta coludidos con los delincuentes, han lesionado seriamente a nuestro país.

Tristemente ninguno de los dos bandos es heroíco, y pensar lo contrario es acercarse a perdonar lo imperdonable.

Más allá del romanticismo que pueda existir en las historias de los delincuentes, y reconociendo algunos de sus actos de altruismo, no deben olvidarse sus actos de sadismo y crueldad; más allá de los aciertos que hayan tenido las diversas autoridades del país, no deben olvidarse sus errores ni tampoco sus acciones criminales. Tristemente ninguno de los dos bandos es heroico, y pensar lo contrario es acercarse a perdonar lo imperdonable.

La esperanza de una hipotética defensa patriótica del “Chapo” Guzmán y los demás narcotraficantes en caso de un ataque extranjero, además de ser un tanto fantasiosa, representa idolatría a figuras que no deberían gozar de ella; pero principalmente es testimonio de la poca fe que los mexicanos tenemos en nuestras autoridades que han sido ineficaces, corruptas y, en muchos casos, criminales.

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