“Mi hijo no era un monstruo, aunque sí podía ser agresivo”, estás fueron las palabras de la madre del joven de 18 que mató a 19 niños y dos maestras en una primaria en Uvalde, Texas.
Salvador Ramos ingresó el martes pasado a la Escuela Primaria Robb con un rifle AR-15, entró en un salón donde desató una masacre y se atrincheró allí hasta que elementos de la Patrulla Fronteriza lo abatieron.
Mientras el gobernador de Texas, Greg Abbott, aseguró que alguien que dispara a su abuela y luego mata a niños tiene que tener “maldad en el corazón», Adriana Reyes, madre de Ramos, aseguró en entrevista con la cadena ABC News que su hijo “no era un monstruo”.
Además de los 21 muertos,17 personas resultaron heridas en el tiroteo, incluyendo la abuela de Ramos, con quien vivía y a la que disparó en la cara antes de dirigirse a la escuela.