Sobre la inteligencia artificial y su impacto socioeconómico

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“La inteligencia artificial no es nuestro enemigo, sino nuestro aliado”

– Sundar Pichai, CEO de Google.

La inteligencia artificial (IA) es una tecnología en constante desarrollo que está cambiando la forma en que se realizan las tareas en una variedad de campos, desde la medicina hasta la manufactura. A medida que la IA avanza, también puede tener implicaciones socioeconómicas significativas en el futuro.

Uno de los principales efectos de la IA en la sociedad será la automatización de muchos trabajos que actualmente se realizan manualmente. Esto puede llevar a una reducción en la necesidad de mano de obra en algunos sectores, lo que podría provocar desempleo a corto plazo. Sin embargo, también puede crear nuevas oportunidades de empleo en áreas relacionadas con el desarrollo y la implementación de la IA.

Además, la IA también puede tener un impacto en la desigualdad económica. Como la IA tiende a favorecer a quienes tienen acceso a ella y a los recursos necesarios para utilizarla, es posible que ciertos grupos de personas se queden atrás en términos de oportunidades económicas y empleo. Por otro lado, la IA también puede ser utilizada para abordar problemas de desigualdad, como el acceso a la atención médica y la educación.

La inteligencia artificial (IA) puede tener una serie de ventajas. Una de las principales ventajas de la IA es su capacidad para realizar tareas de manera más rápida, precisa y eficiente que los seres humanos. Esto puede permitir a las empresas y organizaciones mejorar su productividad y competitividad, lo que a su vez puede contribuir a la economía en general.

Otra ventaja de la IA es su capacidad para analizar grandes cantidades de datos y detectar patrones y tendencias que pueden pasar desapercibidos para los seres humanos. Esto puede tener una serie de aplicaciones útiles en campos como la salud, la ciencia, las finanzas y la seguridad. Además, la IA puede ser utilizada para realizar tareas peligrosas o insalubres que no son adecuadas para los seres humanos.

Esta tecnología, por otro lado, puede tener algunas desventajas, como su costo de implementación y mantenimiento. Además, el desarrollo de la IA puede requerir una gran cantidad de datos y recursos computacionales, lo que puede ser costoso.

Otra desventaja de la IA es que puede reemplazar trabajos y desplazar a los trabajadores humanos. Esto puede tener un impacto negativo en la economía local y en la sociedad en general, ya que puede reducir la demanda de trabajadores cualificados y aumentar el desempleo. Además, la IA puede ser utilizada de maneras que pueden ser perjudiciales para los seres humanos, como en el caso de armamento autónomo. También existe la preocupación de que la IA pueda superar a los seres humanos en términos de inteligencia y habilidades, lo que plantea preguntas éticas sobre cómo debemos tratar a las máquinas inteligentes.

Es posible que la inteligencia artificial (IA) tenga un impacto en la desigualdad en el futuro. Uno de los principales motivos por los que se teme que la IA pueda aumentar la desigualdad es su capacidad para reemplazar a los trabajadores humanos en una variedad de tareas. Esto puede desplazar a trabajadores cualificados y aumentar el desempleo en ciertas áreas, lo que a su vez puede contribuir a la desigualdad en términos de ingresos y oportunidades laborales.

Además, el desarrollo y uso de la IA puede estar concentrado en ciertas áreas geográficas y sectores económicos, lo que puede perpetuar y agravar la desigualdad regional y de clase. También existe la preocupación de que la IA pueda favorecer a ciertos grupos en detrimento de otros, por ejemplo, en términos de acceso a servicios y oportunidades. Por lo tanto, es importante abordar cuestiones relacionadas con la equidad en el desarrollo y uso de la IA.

Plagio a una IA

Si yo publicara este pequeño ensayo sin un comentario como el presente, salvo que me conozcas muy bien, probablemente pasaría desapercibido como una columna quincenal más de mi autoría. Sin embargo, tengo que confesar que, en realidad, el autor de la columna de esta ocasión se trata precisamente de una inteligencia artificial. Si, como yo, vives pegado a tu celular, te habrás dado cuenta de que la semana pasada se volvió viral la herramienta gratuita (hasta ahora) llamada ChatGPT.

En este espacio digital, me tomé la molestia en preguntarle quién era, a lo que respondió: “CHATGPT es un modelo de lenguaje generativo desarrollado por OpenAI, una variante del modelo GPT-3 (Generative Pretrained Transformer 3) que fue entrenado específicamente para el lenguaje de chat. Esto significa que CHATGPT está diseñado para generar respuestas coherentes y naturales en conversaciones de chat, como las que ocurren en plataformas de mensajería o en chats en línea. CHATGPT puede ser utilizado en una variedad de aplicaciones, como para mejorar la capacidad de un chatbot para responder preguntas o para ayudar a los usuarios a generar contenido de chat de manera más rápida y eficiente.”

Quien está detrás de esto es OpenAI, dejé que también se presentara en el chat: “OpenAI es una organización de investigación en inteligencia artificial creada con el objetivo de promover y desarrollar la IA de manera segura y beneficiosa para la humanidad. OpenAI fue fundada en 2015 por un grupo de empresarios y científicos de datos, incluyendo a Elon Musk y Sam Altman. La organización realiza investigación en áreas como el aprendizaje profundo, el lenguaje natural y el juego de computadora, y ha desarrollado algunos de los modelos de IA más avanzados del mundo. Además, OpenAI también colabora con otras empresas e instituciones en proyectos relacionados con la IA y promueve el desarrollo de tecnologías de IA de manera responsable y ética.”

Tan solo en 5 días, esta plataforma superó el millón de usuarios y es capaz de resolver problemas matemáticos, ordenar información o desarrollar código. Si bien, no cuenta con un manejo de lenguaje mayor al que tendría un profesionista capaz de convertir su escrito en algo con apariencia coherente, aunque incapaz de aplicar el juicio crítico sobre los componentes de su respuesta. Con el tiempo y el entrenamiento, podemos posiblemente llegar al momento en el que las respuestas se encuentren en nivel de un Ph.D. en el área relevante concreta.

La pregunta pertinente, por lo tanto, es: ¿y ahora qué?

Lo que significa esta tecnología que, por el momento, no está conectada a internet es inimaginable. La aplicación de la inteligencia artificial en la vida cotidiana tiene consecuencias (positivas y negativas) de niveles de la Revolución Industrial. Tan solo esta herramienta ChatGPT puede llegar a reemplazar a Google o inclusive realizar cualquier tarea ordinaria como la lista del super, una rutina de ejercicios o exámenes para la universidad.

Hay momentos en los que tomar una pausa no vendría nada mal para reflexionar y asegurarnos que efectivamente esta tecnología tan delicada se incorporará de la mejor manera a nuestras vidas. Así como mirar quién está detrás de su implementación, cuidando sus intereses e inclusive sus definiciones de ética y responsabilidad.

¿Realmente todos y todo es reemplazable por la tecnología?

El tonto

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Una noche, el presidente Adolfo Ruíz Cortines conducía a alta velocidad y fue detenido por un oficial de tránsito. Al ser obligado a descender de su vehículo, gritó indignado: “Óigame, al presidente no se le para en la calle” a lo que la primera dama, aún adentro del auto, agregó: “Tampoco en la cama”.

El anterior es uno de tantos chistes que se hicieron sobre Don Adolfo, la mayoría de ellos relacionados con su supuesta edad avanzada (asumió la presidencia pocos días antes de cumplir 63 años).

Sintetizar la gestión o incluso la persona del presidente con base en acontecimientos, características físicas o declaraciones desafortunadas, ha sido una tradición tan grande en nuestro país, al grado en que se dice que alguna vez Gustavo Díaz Ordaz, casi resignado llegó a decir: “A mí me hacían chistes por feo pero a Luis Echeverría se los hacen por pendejo”.

Enrique Peña Nieto se creó él sólo su imagen de tonto desde el día en que, siendo candidato presidencial, no pudo mencionar ni siquiera los títulos de los tres libros que marcaron su vida; en palabras de Carlos Fuentes, la respuesta de Peña fue “una demostración pública de ignorancia”, además de evidenciar una nula capacidad de improvisación.

Desde aquel diciembre de 2011 y tal vez maldecido por haber sufrido el desliz en tiempos de redes sociales, Peña Nieto ha sido retratado hasta el día de hoy como un idiota. Cada error de dicción que comete o imprecisión terminológica, han contribuido a la hoguera de su escarnio.

A contrarrestar esta imagen no han ayudado ni su gestión presidencial ni sus estrategias mediáticas, decidiendo utilizar falsos usuarios de twitter (los llamados “peñabots”) o apareciendo en la portada de la revista “Rolling Stone México” en el año 2014, junto a la frase: “¿Tonto? Ni tanto”, misma que constituye una deprimente aceptación de que es visto como tal y un desesperado e infructuoso intento por cambiar esta percepción.

Los chistes son incontables y se repiten hasta el tedio y la pérdida total de gracia; incluso los sosos y simplones chistes de Ninel Conde se han “plagiado” y adaptado a versión Peña Nieto.

Aquellos auditorios que carecen de interés político y padecen pereza intelectual, no han formado su postura respecto al presidente con base en las reformas polémicas, los escándalos de corrupción o en la inexistente evolución en materias de economía y seguridad sino en títulos de noticias, memes y videos compilatorios de sus errores y, por supuesto, en ese microcosmos no puede caber ninguno de sus aciertos, es más, siquiera mencionar la posibilidad de que éstos existen genera enojo y la inmediata sospecha de que quien lo sugiere es un vendido; el tiro seguro es llamarle imbécil y una vergüenza.

Y en ese contexto, el plagio del que hoy se le acusa cobra mayor relevancia por poner en entredicho, otra vez, su capacidad intelectual que por la falta ética que éste implicaría, en caso de ser cierto el señalamiento. Dicho plagio bien podría ser explicado desde el descuido, tanto suyo como del asesor de tesis así como en la ausencia de rigor académico, en una deficiente formación investigativa y por supuesto, en una conducta anti-ética.

En su defensa, habrá quienes señalen que dicha práctica lamentablemente es generalizada o podrían criticar el cinismo de autores señalados en el pasado por el mismo acto que hoy se escandalizan y condenan al presidente. Quizá también insistirán en una posible animadversión personal de Carmen Aristegui hacia él o incluso criticarán la expectativa que la periodista creó respecto a la noticia del plagio.

Sin embargo, ninguno de esos argumentos ni mucho menos la declaración de Aurelio Nuño, Secretario de Educación, señalando que “hay asuntos más importantes” logran ocultar que, sin importar la veracidad de la acusación, la noticia ha contribuido a esa imagen de torpe e ignorante que Peña lleva padeciendo durante casi un lustro.

La ridiculización y la sátira han acompañado a la política a lo largo de casi toda la historia del México independiente, con mayor o menor grado de censura; desde las caricaturas del siglo del siglo XIX en periódicos como “El Ahuizote” (recabadas brillantemente por Rafael Barajas en su libro “El País del Ahuizote”), los chistes de “Cuatezón” sobre Álvaro Obregón, los comediantes de carpa como “Palillo” (apresado múltiples veces), hasta llegar a tiempos más recientes con las parodias televisivas o teatrales y por supuesto, los actuales memes.

Esto último me parece relevante ya que Peña Nieto ha sido el primer presidente cuya gestión inició y terminará siendo vigilada y comentada por las redes sociales, una época en la que el chiste no depende de un comediante o caricaturista sino que fácilmente puede ser creada por ti o por mí, algo que sin duda constituye una realidad muy distinta a la de sus antecesores y a la que no se pudo ni supo adaptar; un caso de obligado análisis para los asesores de campañas y marketing político en el futuro.

El plagio más que decepcionar o indignar, para muchos es un motivo más para cuestionar la capacidad intelectual del mandatario y seguirle ridiculizando, tal vez un golpe casi mortal a su ya tan lastimada imagen.

Peña asumió la presidencia siendo visto como un tonto y todo parece indicar que no le queda tiempo ya para dejar la presidencia sin ese estigma.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Dándole Patadas al Muerto

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El domingo en punto de las 10 de la noche, estuve esperando la revelación de una “faceta” desconocida del Presidente Enrique Peña Nieto, que según la periodista, Carmen Aristegui, iba a dar a conocer. Al final del día fue mucho ruido y pocas nueces, ya que lo que reveló la reconocida periodista quedó corto a las expectativas de sus seguidores y la realidad es que no sucederá nada a consecuencia de su revelación.

El plagio, es grave, de hecho se puede perseguir legalmente a una persona por lo mismo. Que el Presidente de la República lo haya cometido, es aún más grave.

El problema está en que esta “revelación” se da a conocer veinticinco años más tarde, en un video de cinco minutos, sin ponerle más “carne periodística” y esperando que los resultados sean parecidos a los de otros países donde funcionarios han renunciado.

En mi muy humilde opinión y sin defender en lo más mínimo a Enrique Peña Nieto, la investigación de Aristegui Noticias parece más tener fines de darle patadas al muerto y beneficiar en el largo plazo a uno de los candidatos de las elecciones del 2018. En lo personal admiro mucho el trabajo de Aristegui y su equipo en el caso de la “Casa Blanca”, pero esta investigación parece hasta forzada y esperar que por esto mismo renuncie EPN, es una locura.

Imagínese estimado lector, si el Presidente no renunció por el escándalo de la “Casa Blanca”, mucho menos lo hará por plagiar textos de libros de reconocidos autores en su tesis profesional. Es decir, que Aristegui nos demuestre lo inepto que es nuestro Presidente, ya es innecesario. Básicamente se está ridiculizando a alguien que ya está ridiculizado a nivel mundial.




Me parece lamentable que desde estas alturas Carmen este mostrando la casta de quien es su gallo en el 2018, sin que nos sorprenda que sea, Andrés Manuel López Obrador. Cada quien puede tener sus preferencias electorales, pero es triste ver que se utilice un portal como lo es Aristegui Noticias, que tiene prestigio por investigaciones impecables, para una cuestión mediática y golpeadora.

¿Qué Enrique Peña Nieto tiene que dar explicaciones? Si, debe de, y de la misma manera las debe de dar la Universidad Panamericana, no olvidemos que detrás de cada tesis también hay asesores, que son parte del personal docente de la institución educativa.

Las declaraciones de ayer por parte de Presidencia al argumentar que es un “simple error de estilo”, son pobres y lamentables.

Lo que queda cierto de esta investigación son dos cosas, el Presidente pierde mucho mérito al estar empujando una Reforma Educativa y buscar mejor personal docente, cuando el en su vida educativa cometió plagio en el 29% de su tésis.

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EPN PAPERS

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Esta semana arrancó con un tema, que, si bien no sorprende, si preocupa. Aristegui con bombo y platillo levantó intriga ante lo que parecía ser otra de sus grandes investigaciones, como la de la Casa Blanca o su participación en la investigación de los Papeles de Panamá.

Pero no, a mi parecer Aristegui se quedó corta, tratando de descalificar al ya descalificado con un tema que, si bien es de gran importancia, es de poca trascendencia en el día a día del mexicano (malamente) y que, para colmo, no sorprende. Pero ahora sí que como twitteaba ayer Juan Pablo Becerra, relevante o no relevante, periodístico o no periodístico, es el asunto.

El tema apenas comienza y ya es trending topic en las redes sociales. La investigación deja algunos comentarios y cuestionamientos sobre lo que vendrá en los próximos días.

Hay que estar pendientes de la postura que tomará la Universidad Panamericana al respecto, ¿lo dejará pasar?, ¿Castigará?, para ser una de las principales universidades en materia de Derecho, esperaría que se tomaran cartas en el asunto.

También habrá que ver cuál será la reacción del Presidente y hoy cuestionado “Maestro” Enrique Peña Nieto, que si bien, Eduardo Sánchez, vocero de presidencia, ya emitió un comunicado, su respuesta queda un poco aguada (insípida, incolora e inodora). Dejando en claro nuevamente que el fuerte de los asesores de comunicación del Presidente, no es la comunicación, ¡UPS!




La investigación cae como balde de agua fría al Gobierno Federal, pues es lanzada un día antes del regreso a clases, en medio del pleito con la CNTE y agraviando la ya debatida Reforma Educativa.

Tendremos que analizar con que calidad moral se presentó Enrique Peña Nieto a incentivar la honestidad en los pequeños estudiantes que ayer regresaron a las aulas. ¡Ojalá no lo tomen como ejemplo a seguir!

PREGUNTA SOSPECHOSA: A quien también le pegó la investigación fue a Televisa, no directa, pero si indirectamente ¿Por qué Aristegui lanzó su investigación justo el día del arranque de la “Nueva” Televisa? ¿Coincidencia? Cierto es que en las redes se habló más de su tema que de Televisa.

POSDATA: Quien no dejó pasar la oportunidad de apuntarse en la grilla fue Pedro Ferriz de Con, quien, metido en su campaña imposible, fuera del medio periodístico y con un notable desprecio hacia Aristegui, se pone nuevamente a hablar valores, cuando no es precisamente la persona indicada para ello. Caray, necesitamos mejores candidatos independientes.

Así las cosas, si no nos vemos, pues nos escribimos.

@RicardoGuerraMX

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